Como seguramente muchos saben suelo levantarme bien temprano por las
mañanas y luego de atender a mis mascotas- cuatro gatos y un pastor alemán- que
son quienes me hacen compañía, apronto un buen mate amargo y dejo que mi mente
dialogue, entre la infusión de cada mate, con el único ser capaz de soportarme,
mi inefable compañero de toda la vida, el cual responde por el alias de “mi
otro yo”
Como a ambos nos gusta la lectura y como no molesto ni escandalizo a
nadie cuando suelo olvidar que mi otro yo me puede escuchar sin que tenga que
hablarle en alta voz, ni utilizando gestos que apenas pueden disimular mi
innata vehemencia, en la soledad de nuestros coloquios, siento que él “mi otro
yo” se toma la libertad de mencionarme, como al pasar: que a medida que
transcurren los años del calendario “de poetas y de locos todos tenemos un
poco.”
Lo cierto es que esta vez, posiblemente influenciados por el hecho de
conmemorarse en nuestra frontera de la paz – Rivera Uruguay -“el día de los
difuntos”, sin necesidad de pinturas extravagantes ni grotescas, como los
cultores del muy sajón “día de Halloween” nos dedicamos a recordar a quienes
siguiendo el derrotero de la ruta de un tiempo que ya fue, nos han dejado la
estela luminosa de su pasaje por nuestras vidas, el cual perdura en nuestra
memoria, y sobre todo, en nuestra capacidad de sentir su presencia, totalmente
ajenos al devenir de un tiempo, que cual si fuese arena se escurre entre
nuestros dedos y se desvanece sin dejar
rastros.
En este pasaje por el recuerdo, sin duda hemos acumulado “tiempo sobre
tiempo” y al pasar por el derrotero de los hechos vivenciados apreciamos algo
que muy pocos tienen la posibilidad de observar, que ni los tiempos ni mucho
menos las personas, están sujetos a “porciones de vida” tiempos y personas son
parte de la paleta cuyas pinceladas brindan el color y el esplendor que le dan
forma y sentido a la vida misma, la cual permanece inalterable en cada instante
en que la memoria les convoca.
Reflexiones sobre Tiempo:
“Poder viajar en el tiempo debe ser una de los
deseos más arraigados en la fantasía humana. Hay momentos en los que una
acción, una palabra dicha a destiempo, una decisión parecieran ser bisagras que
alteran por completo la dirección de nuestra vida y daríamos todo por poder
tener dominio sobre ellos. ¿Pero qué implicaría? Cuestión de tiempo nos pone
frente a la realidad de que cada una de nuestras acciones tiene una
consecuencia, un impacto sobre nuestra vida y la de quienes nos rodean. Más
allá del antes y el después, lo importante es la libertad que ponemos en juego
frente a cada decisión, y la responsabilidad de pensar en lo que ella implica
porque, al menos para la mayoría de nosotros, el pasado transcurre solamente
una vez.” valores.org.ar/videos/cuestion-de-tiempo
“La Paradoja de Nuestro Tiempo en la Historia es que tenemos
Edificios más altos, y temperamentos más cortos; carreteras más amplias, pero
puntos de vista más angostos.
Nosotros
gastamos más, pero tenemos menos; compramos más, pero lo disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas; más conveniencias, y menos tiempo; tenemos más estudio, pero menos sensibilidad; más sabiduría y menos juicio; más expertos, pero más problemas; más medicina, pero menos salud.
Tomamos mucho, fumamos demasiado, gastamos sin necesidad, reímos muy poco, manejamos muy rápido, y nos enojamos muy rápido, nos desvelamos, nos levantamos cansados, raramente leemos, vemos mucha TV, y rezamos muy poco.
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores humanos.
Hablamos mucho, pero amamos poco y odiamos muy seguido. Hemos aprendido como ganarnos la vida pero no sabemos vivir; le hemos agregado años a la vida, no vida a los años.
Hemos ido a la luna y regresado pero tenemos problemas para cruzar la calle para conocer al vecino.
Hemos conquistado el espacio sideral, pero no el espacio interno.
Hemos hecho cosas más grandes, pero no cosas mejores.
Hemos limpiado el aire, pero ensuciado el alma.
Hemos partido el Átomo, pero no nuestros prejuicios.
Escribimos más, pero aprendemos menos.
Hacemos más planes, pero los sacamos adelante menos.
Aprendimos a vivir aprisa, pero no a ser pacientes.
Creamos más computadoras para retener más información para producir más copias que antes, pero tenemos menos comunicación.
Este es el tiempo de comidas rápidas y digestiones lentas.”
Hugo W.
Arostegui
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