jueves, 29 de junio de 2017

Frases



Vivir es descubrir por uno mismo aquello que es verdadero, y uno puede hacer eso únicamente cuando hay libertad, cuando existe una constante revolución interna

El mundo está tan lleno de opiniones como lo está de personas. Y usted sabe qué es una opinión. Uno dice esto, y algún otro dice aquello. Cada cual tiene una opinión, pero la opinión no es la verdad; por lo tanto, no escuche una mera opinión, no importa de quién sea, sino descubra por sí mismo qué es lo verdadero. La opinión puede cambiar de la noche a la mañana, pero no podemos cambiar la verdad.
 
No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma.” 

Conoceremos el estado del amor solo cuando los celos,la envidia, la posesión y el dominio terminen. Mientras haya posesividad, no hay amor.” 

Por la esperanza del mañana sacrificamos el hoy, sin embargo la felicidad siempre está en el ahora.

Es porque somos tan secos nosotros mismos, tan vacíos y sin amor, que hemos permitido que los gobiernos se apoderaran de la educación de nuestros hijos y de la dirección de nuestras vidas

Los gobiernos quieren técnicos eficientes, y no seres humanos, porque los seres humanos son peligrosos para los gobiernos, así como también para las religiones organizadas. Por esto los gobiernos y las organizaciones religiosas buscan el dominio sobre la educación. 

No vemos las cosas como son, sino como somos 

Comprenderse uno mismo requiere paciencia, tolerancia en el darse cuenta; el yo es un libro de muchos capítulos que no puede leerse en un sólo día, pero cuando empiece a leerlo debe leer cada palabra, cada frase, cada párrafo, porque en ellos hay indicios de la totalidad. El principio es en sí mismo el final. Si sabe leer, podrá encontrar la suprema sabiduría. 

La educación no es la simple adquisición de conocimientos, ni coleccionar y correlacionar datos, sino ver el significado de la vida como un todo. Pero el todo no se puede entender desde un solo punto de vista, que es lo que intentan hacer los gobiernos, las religiones organizadas y los partidos autoritarios. 



miércoles, 28 de junio de 2017

Buena Sintonía


La vida es como la música y la poesía, debe componerse desde el propio corazón eligiendo esas parejas de baile con las cuales, pintar de alegría nuestros días, y dejando a un lado las que solo saben ser ruido.

Podríamos decir que las relaciones personales son en algunos momentos como complejos universos donde acabamos colisionando los unos con otros. No obstante, siempre llega un momento en el que acabamos percibiendo esa música interior que nos caracteriza a cada uno de nosotros. Esa sintonía única y excepcional que armoniza con determinadas personas, para que juntos, creemos la mejor partitura de nuestras vidas…

Las personas que ponen música a nuestros días
A la hora de trazar las líneas que definen a esas personas que dan luz a nuestros días, solemos recurrir casi de inmediato a la psicología positiva. Martin Seligman es el mejor representante de esta tendencia donde se nos explica, por ejemplo, qué características suelen tener esas personalidades capaces de transformar la adversidad en oportunidad, y de hacer de la felicidad una constante en cada una de sus etapas vitales.

Ahora bien, es importante matizar algunas cosas. Las personas que de verdad llegan a ser auténticos faros de luz en nuestra existencia, no tienen por qué ser necesariamente “personas felices”. En realidad, son hábiles arquitectos de las emociones positivas. Otro aspecto a tener en cuenta es que estas relaciones tan enriquecedoras, en ocasiones, pueden ser breves, pero no por ello menos significativas.

A veces, vivimos determinadas relaciones afectivas o de amistad que acaban terminándose, pero aun así, al evocar aquel recuerdo siguen regalándonos una bellísima banda sonora de gratas sensaciones. Porque hay personas, lo creamos o no, que son como “hogueras”, figuras que a pesar de la distancia, siguen dándonos luz, calor y paz.

Recordarlas es un placer y si las tenemos aún a nuestro lado, son tesoros preciados a los que cuidar.
“Estamos en este mundo para convivir en armonía, por ello quienes lo saben, dan el paso a la inteligencia para dejar de luchar los unos contra los otros.”
-Buda-

Con las personas llevamos a cabo casi la misma práctica sin darnos cuenta. Convivimos con caracteres con los que no encajamos, compañeros que van y vienen, vecinos a los que saludar pero a quienes evitar, familiares a los que apreciamos pero a quienes no visitamos a menudo. Hay respeto, pero no sintonía y, a pesar de todo ello, convivimos con normalidad en nuestros mapas particulares.

Ahora bien, sabemos que no siempre es fácil conseguir este  sutil equilibrio entre la “música y el ruido”
Si en tu día a día conoces a alguien que enriquece la vida de la forma que sea: mediante el conocimiento, el apoyo diario, o esa complicidad que no se puede explicar con palabras, no la dejes ir.


No es fácil encontrar personas que de verdad conecten con nuestra esencia, y a su vez, nos hagan la vida más fácil sin pedir nada a cambio. Es preciso cuidarlos como el mejor de los tesoros, como el bien más preciado, porque quien vive una vida desde el corazón, solo puede ofrecer honestidad y reciprocidad.

Hugo W Arostegui

Pensamiento Universal


El término universal es un adjetivo calificativo que se utiliza para designar a todo aquello que sea considerado general, aplicable a todos. Universal proviene claramente de la idea de Universo y si bien no es posible utilizar el concepto siempre en relación al universo como entidad física y cosmológica, se usa entonces metafóricamente para significar que cuando algo es universal está interesando a todos aquellos que se relacionan con esa situación o evento. Por ejemplo, si decimos que un pensamiento es universal, queremos decir que es una forma de pensar que se puede encontrar en todas partes y que es muy común, no característico de pocas personas.


La palabra universal tiene en gran parte un sentido o significado metafísico y filosófico que lo vincula directamente con la pregunta de qué es la existencia, qué significa y qué es lo que forma parte de ella. Para facilitar la denominación de universo, y por tanto, de universal, los filósofos y el ser humano en general ha determinado que el universo es todo aquello que existe, lo cual hace que se enfrente entonces con el concepto de nada. La nada es donde no hay lugar, donde no hay existencia, donde no hay posibilidad de ser. El universo es todo lo que tiene lugar, que existe. Esto puede ser no sólo en términos materiales sino también en términos mentales, porque también forman parte del universo los pensamientos y las ideas, ya que existen en nuestra mente y en nuestra psíquis. Por otro lado, el Universo en términos más específicos es entendido como el espacio en donde se desarrollan fenómenos tales como las galaxias, los sistemas solares y los planetas.

Es por todo esto que la palabra universal sirve para designar a todo lo que sucede a nivel global o íntegro. Muchas veces la palabra universal sirve para decir que algo sucede o atañe a todo el universo, pero también, en el lenguaje cotidiano, es común utilizarla para señalar aquello que sucede a nivel del planeta Tierra, en definitiva porque es lo único que el ser humano conoce y el único lugar donde el ser humano conoce de vida.


Tener conciencia del universo, es decir entre otras cosas estar conciente de la dimensión en que vivimos, de saber que somos uno y que la fuerza de este mismo universo se encuentra dentro de nosotros, a esto se refería Albert Einsten en su teoría de la relatividad.


No más creer en los miedos infundados por el mundo que quiere tener el control del ser humano cuando este es en cada uno el centro del universo, pues el universo tiene infinitos centros ya que este no tiene medición alguna pues el tiempo y el espacio son relativos, si la distancia según alguna teoría es el tiempo que transcurre entre un punto en el espacio y otro, sabiendo y entendiendo que el tiempo es vertical y no horizontal como lo percibimos actualmente, luego la distancia no existe y todo lo que vemos es una creación u ilusión que se modifica a gusto del observador, en conclusión debemos crearnos un mundo lleno de ilusiones que nos satisfagan y tengan que ver con lo que queremos ser, para lograr nuestros objetivos de experiencia en el mundo.

Espero que estas palabras hagan meditar sus mentes para que su alma se regocije al entenderlas.


Sobriedad



Es el valor que nos enseña a administrar nuestro tiempo y recursos, moderando nuestros gustos y caprichos para construir una verdadera personalidad.


Qué difícil es hablar de sobriedad en una época caracterizada por la búsqueda del placer y del afán desmedido por acumular bienes de todo género; parece ser que lo único necesario es cuidar las apariencias y satisfacer nuestros deseos. La sobriedad no solo tiene que ver con estar sobrio y el manejo del alcohol. Este valor afecta otras realidades más importantes de nuestra vida.

El valor de la sobriedad nos ayuda a darle a las cosas su justo valor y a manejar adecuadamente nuestros apetitos, estableciendo en todo momento un límite entre lo razonable y lo inmoderado.

¿Has pensado cómo influye el ambiente en tu persona? Aunque no podemos culpar del todo a la publicidad, es ella quien transmite una idea falsa de felicidad: en toda reunión de amigos debe haber determinada bebida para estar alegres; al comprar cierto tipo de auto adquieres presencia y personalidad; si vistes con determinada marca de ropa demuestras actualidad; ser conocedor de restaurantes y platillos exóticos, te hace hombre de mundo; al utilizar cremas, pastillas y tratamientos para cuidar tu figura, te dará belleza... y así, todo un conjunto de elementos que caracterizan a una sociedad consumista preocupada por la apariencia de la persona.

El problema no es la comercialización de los productos, sino la forma en que nos vemos afectados. Por tanto, damos por cierto que la felicidad está en todo aquello que cultiva nuestra vanidad y nos da satisfacciones, entonces, no es extraño que estemos bajo el influjo de agentes externos.

El "tener más", "lo más novedoso" o lo "mas caro" se convierte en la base de nuestra seguridad personal, caemos en el despilfarro con tal de alimentar nuestra soberbia y vanidad por el deseo de sobresalir, de estar a la moda y de aparentar una mejor posición económica; sin reflexionar compramos varios pares de zapatos (ropa, accesorios, etc.) por estar a un precio rebajado, cambiamos de auto con relativa frecuencia para competir con el vecino o los compañeros de trabajo, adquirimos cuanto adorno y aparato electrodoméstico aparece en el mercado para mostrar lujo en el hogar...

En este sentido, debemos reconocer que somos caprichosos y orientamos nuestros esfuerzos a conseguir las cosas sin importar el precio, y algunas veces postergando lo indispensable. Se ha visto a personas que prefieren comprarse un "buen reloj" y no pagar la colegiatura de sus hijos. Los padres viven la sobriedad cada vez que se privan de un gusto personal pensando en otras cosas necesarias para los hijos o la familia en conjunto.

La sobriedad nos ayuda a saber comprar sólo lo verdaderamente necesario, indispensable y de utilidad; por el contrario, aprendemos a obtener el máximo uso y provecho de todo lo que tenemos, sin dejar las cosas prácticamente nuevas y sin utilizar.

Para la sobriedad hace falta autodominio, es muy claro si se ilustra con el exceso en la comida y la bebida por la imagen y efectos que produce, sin embargo, esta falta de control se manifiesta en el excesivo descanso y la distribución de nuestro tiempo: no es correcto permanecer todo el domingo recostado viendo la TV; nuestro tiempo debe pasar en equilibrio, entre la diversión, la obligación y la actividad, con una buena administración podemos trabajar sin presiones, tener momentos de esparcimiento y desarrollar aficiones.

También debemos ser sobrios en nuestra forma de hablar, de comportarnos y de vestir: existen personas que dicen todo cuanto les viene a la mente, muchas veces sin comunicar nada y sólo por el gusto de sentirse escuchados; otros exageran en las bromas, las palabras altisonantes y los aspavientos; también es chocante vestir estrafalariamente, lleno de accesorios y adornos que podrán ser de moda pero hacen perder elegancia.

Podemos pensar que al darnos nuestros pequeños lujos no hacemos mal a nadie; la verdad es que cada vez que cedemos a nuestros caprichos, nos hacemos dependientes de las cosas, de nuestros apetitos y de la comodidad. Caemos en un malestar por no haber conseguido aquella superficialidad que tanto deseábamos, y cada vez más somos incapaces de hacer grandes esfuerzos.

Cuando no ponemos límites, llegamos a una insatisfacción "por sistema" en la que siempre queremos más.

Para vivir este valor no hace falta pensar en grandes cosas y privaciones, una vez más la respuesta está en cuidar los pequeños detalles.


Tarea De Todos


La labor de la ONU en la esfera de los derechos humanos

La ONU se centra en asegurar el pleno respeto de la dignidad humana de los "pueblos" de las Naciones Unidas, por lo que trabaja en varios frentes:

Como conciencia mundial, estableciendo normas mínimas de comportamiento de las naciones
Como legislador, codificando los derechos humanos e integrándolos al derecho internacional
Como vigilante, para asegurarse que los Estados cumplan los tratados relativos a los derechos humanos

Como centro de control, recibiendo y canalizando un promedio de 100,000 denuncias anuales de violaciones a los derechos humanos y manteniendo abierta las 24 horas una línea urgente de fax (41-22-917-0092) para recibir denuncias sin demora

Como estudioso de la situación de los derechos humanos en los diversos países para establecer futuras políticas prácticas e instituciones que apoyen su fortalecimiento

Como foro de apelaciones, donde los particulares pueden presentar denuncias contra los Estados una vez que hayan agotado todos los recursos jurídicos internos

Como investigador, estableciendo mecanismos tales como los relatores o representantes especiales, y los grupos de trabajo, quienes se encargan de vigilar la frecuencia de determinados tipos de abusos o violaciones en países e informar sobre ellos

Como diplomático discreto, al pedir al Secretario General que intervenga usando sus "buenos oficios", a veces de manera confidencial, en determinadas situaciones, o que envíe a un experto para que las examine, con el fin de prevenir violaciones notorias de derechos humanos.



Vive

Este es un magnífico poema de Charles Chaplin para reflexionar e inspirarse.
 ¡Vive!
Ya perdoné errores casi imperdonables.
Trate de sustituir personas insustituibles,
de olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso.
Ya me decepcioné con algunas personas,
mas también yo decepcioné a alguien.
Ya abracé para proteger.
Ya me  reí cuando no podía.
Ya hice amigos eternos.
Ya amé y fui amado pero también fui rechazado.
Ya fui amado y no supe amar.
Ya grité y salté de felicidad.
Ya viví de amor e hice juramentos eternos,
pero también los he roto y muchos.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos.
Ya llamé sólo para escuchar una voz.
Ya me enamoré por una sonrisa.
Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y…
Tuve miedo de perder a alguien especial
y terminé perdiéndolo
¡pero sobreviví!
¡y todavía vivo!
No paso por la vida
y tú tampoco deberías sólo pasar… ¡Vive!

Bueno es ir a la lucha con determinación

Unidad En La Diversidad

Con el resurgir, por un lado, de los prejuicios racistas, integristas y fundamentalistas y, por otro, con la acentuación de los procesos de deshumanización y de destrucción de las riquezas ecológicas y culturales del planeta, vuelve a resultar necesario reflexionar sobre la clásica cuestión de la unidad y diversidad del género humano (Daraki 1984). En este sentido, creo que el pensador francés Edgar Morin ha desarrollado, a lo largo de su extensa obra, interesantes reflexiones al respecto, algunas de las cuales expondré a continuación. 

Unidad biológica de la especie humana y crítica al humanismo idealista

La biología ha puesto de manifiesto cómo todas las poblaciones humanas descienden de un mismo grupo inicial (monofiletismo), poseen un origen común. A partir de esta unidad originaria, se produjo una diáspora y un proceso de diferenciación y de enfrentamiento entre culturas. La noción de hombre pasó de este modo (según Morin 1982: 188-189) a depender de un «doble conocimiento»: por un lado, existe un «saber natural», un «reconocimiento espontáneo», de la pertenencia del otro, del extranjero, a la misma especie que yo; por otro, se le niega al otro el calificativo de hombre, reservándolo sólo para los miembros del grupo y, en casos de conflicto y enemistad, el otro es calificado de «perro», «cerdo», etc., insultos que pretenden reducirlo al estado animal y excluirlo de la humanidad --reducido a animal, se justifica que sea tratado como tal--. La unidad de la especie humana ha sido continuamente cuestionada a lo largo de la historia por el etnocentrismo, el sociocentrismo y el racismo. 

Frente a estas tendencias, el humanismo ha afirmado la idea de la unidad del hombre y ha considerado al hombre como un ser superior, digno de honra y respeto y poseedor de un elenco de derechos (derechos humanos) inalienables. Las ideas humanistas de unidad del hombre y de derechos humanos, en tanto que suponen una defensa de la igualdad y de la libertad de todos los hombres y en tanto que han servido de fundamento para diversas reivindicaciones y luchas emancipatorias (abolición de la esclavitud, emancipación del proletariado, liberación de los pueblos colonizados, etc.), son elogiables y han resultado positivas.

Ahora bien, la idea humanista de la unidad del hombre es, según Morin, criticable, entre otras razones, porque no ofrece «un fundamento bioantropológico de la unidad humana» (Morin 1982: 191).

El humanismo considera que, por esencia, el hombre no pertenece a la naturaleza; lleva a cabo una «divinización del hombre», lo separa de la naturaleza y lo concibe como un sujeto absoluto en una naturaleza, mero universo de objetos, que ha de ser conquistada y dominada. Lleva a cabo esta escisión porque es deudor del paradigma disyuntor que separa y opone el anthropos biológico del anthroposcultural. 

El humanismo idealista funda al hombre aislándolo de la naturaleza; no funda la unidad del hombre en la idea de naturaleza humana, en la unidad biológica de la especie homo, sino que la postula por derecho y de modo ideal. La idea de la unidad del hombre postulada por el humanismo es una noción ideal, constituye «una tentativa abstracta y jurídico-moral para fundar la unidad del hombre al margen de toda consideración biológica, es decir, de la idea de naturaleza humana» (Morin 1982: 190).

Al prescindir de la idea de naturaleza humana, la idea humanista de unidad del hombre adolece de «una especie de vacuidad física y biológica» (Morin 1982: 190). Al ser biológicamente vacío, el humanismo rellena su concepto de hombre con la imagen y el prototipo de hombre preponderante en el Occidente moderno, produciéndose así «la identificación de la idea del hombre con el concepto supuestamente racional del hombre blanco, procedente del mundo occidental, técnico, adulto, masculino; de suerte que el «primitivo», el no industrial, el joven, la mujer, etc., figuraban como tipos inacabados, no consumados, imperfectos, pervertidos o decadentes de la humanidad» (Morin 1982: 190). De este modo, la supuesta unidad e igualdad de los hombres termina autodestruyéndose y la imagen de hombre concretizada sirve a la explotación y al dominio de unos pueblos sobre otros, de unos hombres sobre otros u otras (mujeres).

Según Morin, al humanismo idealista le subyace el temor a que la biología pudiese, como pretende el racismo biologicista, revelar diferencias jerarquizantes entre los hombres y las «razas». Este temor inconsciente --e infundado-- le conduciría a rechazar la dimensión biológica y a afirmar que el hombre es esencial y fundamentalmente cultura y que mediante ésta se superan las posibles diferencias biológicas y se establece la igualdad de todos los hombres sujetos de derechos humanos. 

Sin embargo, según Morin, contrariamente a lo que puedan creer el humanismo idealista y el racismo biologicista --inconscientemente el primero y con pretensiones científicas el segundo--, lo que la biología moderna pone de manifiesto y proclama es la unidad biológica (no sólo morfológica, anatómica y fisiológica, sino también genética, cerebral y psicoafectiva) de la especie humana.
Es, pues, posible dar «un fundamento bioantropológico de la unidad humana». 
No se puede prescindir de la idea de naturaleza humana, es decir, de la idea de «unidad biológica de la especie humana».