lunes, 19 de abril de 2010

Deuda Externa y Bonos En Default

Deuda Externa y Bonos en Default.
El Canje: ¿A quién Beneficia?

Todos estamos expectantes ante lo que está sucediendo en la república Argentina con relación al pago de deuda en default recurriendo al uso de las reservas acumuladas en el Banco Central de la nación.

El argumento esgrimido por el gobierno argentino para pagar deuda con las referidas reservas es el de la imperiosa necesidad mejorar la imagen internacional del país y de esta manera alentar a potenciales inversores a que renueven su confianza y vuelvan a adquirir los nuevos bonos, los que serán emitidos, una vez acordada una difícil negociación con la banca acreedora.

Esta decisión, la de cancelar deuda recurriendo a las reservas, ha generado un ríspido enfrentamiento entre el gobierno argentino y la oposición, y se refleja en un paralizado congreso nacional el cual no logra los acuerdos necesarios y les ha llevado a recurrir, en más de una oportunidad, al Poder Judicial, para que éste intervenga e impida lo que ambos contendores, gobierno y oposición, pretender realizar.

Ante este panorama, la Banca Internacional, que califica el estado de la deuda, ha mejorado notoriamente la calificación de la misma, notándose cierto regocijo en los tenedores de los bonos depreciados e impagos, ante la posibilidad de obtener enormes beneficios, de concretarse los términos en que el gobierno plantea la negociación.

Ahora bien, ¿Quiénes son los tenedores actuales de los bonos en cuestión?

Para responder a esta pregunta sugiero que hagamos una ligera recopilación de ciertos acontecimientos que hacen al origen de los primeros adquirientes de bonos emitidos por el estado argentino, como surgieron y cuales han sido las razones que les motivaron a adquirirlos.

Veamos:

En oportunidad de estar en países con economías desarrollados, me interesé por la situación de amplios sectores de la población, que, incitados por una propaganda extremadamente agresiva, habían caído en las garras del consumismo, llegando a extremos verdaderamente preocupantes en cuanto su capacidad de mantener un equilibrio básico, en la cada vez mayor diferencia entre sus limitados ingresos y el creciente endeudamiento fruto de la avidez por consumir todo lo que les ofrecía mediante ofertas cada vez más tentadoras.

Tal situación, también fue observada por los sectores financieros, que ante el aluvión de deudas impagas que estaba desgastando la credibilidad del sistema, obsérvese que esto que mencionamos no es más que el preámbulo de la enorme crisis que sacudió las economías del mundo recientemente y que solamente mencionamos al pasar en este artículo, nos estamos refiriendo al germen de y no a la cosecha de esta verdadera tragedia que estamos viviendo.


Había que dar una respuesta inteligente para contener y canalizar la capacidad de grupos sujetos a ingresos fijos, como lo pueden ser los asalariados y los jubilados, por citar algunos, y para ello, se puso en práctica, una modalidad de trabajo muy interesante, la preocupación que hemos mencionado. referente a los estragos sociales ocasionados por la fiebre consumista de la sociedad, ha dado lugar a un ingenioso trabajo de asesores financieros de tipo personal o familiar.

Estos asesores responden a instituciones financieras muy sólidas y respetables, generalmente grupos económicos de gran prestigio, que intentan a través de la actividad de sus agentes, ofrecer un servicio gratuito de asesoramiento financiero con la finalidad de ayudar a estas personas a librarse de deudas incómodas y acomodarse a un presupuesto acorde con su nivel de ingresos, con la aspiración de que éste saneamiento financiero provoque saldos positivos susceptibles de ser volcados al ahorro y la inversión.

Como se comprenderá un emprendimiento de esta naturaleza cuenta con el beneplácito de las autoridades gubernamentales, la cámara de comercio, las instituciones de crédito, instituciones religiosas y todas las otras organizaciones involucradas directa e indirectamente en esta problemática, es un gran esfuerzo dirigido a lograr superar las dificultades y proveer un medio de lograr mayor estabilidad y solvencia en los núcleos familiares.

¿Cómo operaban estas instituciones?, como se comprenderá existía sumo cuidado en la selección y capacitación de estos agentes asesores, los cuales eran profesionales con una sólida formación y experiencia.

Estos asesores una vez definida su área de trabajo se contactaban con sus potenciales clientes, en lugares públicos o privados previamente seleccionados, el primer contacto
tenia como finalidad romper el hielo, puede darse un folleto explicativo, una invitación a una charla informal o cualquier otro medio que se considere apto para despertar el interés del candidato, el objetivo es lograr concretar una cita, de preferencia en la su casa, y de ser posible con la presencia de toda la familia.

Un asesor bien entrenado podía llegar a tener en su agenda entre 15 a 20 entrevistas diarias.

Una vez concretada la entrevista, el asesor procede con mucho tacto, a presentar su plan de asesoramiento financiero, dejando para la próxima visita una posible incursión en la problemática financiera particular de la familia.

A medida que aumenta la confianza en su asesor, la familia plantea sus dificultades y el asesor les indica cuales son los aspectos que a su entender deberían mejorarse para lograr mejores resultados en la relación ingresos – egresos, analizará con ellos las medidas a tomar a fin de sanear los aspectos negativos.
Cuando la situación lo requiere puede ofrecerles un préstamo en condiciones favorables para sanear créditos ya vencidos y de esta manera mejorar sus posibilidades de obtener excedentes en efectivo.



Una vez logrado el primer objetivo de organizar las finanzas familiares, se trabajaba en los excedentes que surgirán a través de un presupuesto equilibrado y dirigido a alcanzar este propósito, generalmente el objetivo primario es obtener excedentes en el orden del 10% del presupuesto familiar, con destino a la compra de un plan de ahorro e inversiones.

En los mercados financieros del llamado primer mundo, las tasas de interés rondaban el 1% al 1,5 % anual, de manera de que si al candidato se le ofrecía duplicar o triplicar este indicador en su plan de inversiones seguramente era un fuerte incentivo para lograr su aceptación.

Estos planes de inversión de aportes que oscilan en una franja que va de los 150,00 a los 350,00 (dólares americanos ) mensuales, se contratan en planes de 12, 24, 36 meses, o ampliables a voluntad del candidato, con los compromisos de cumplimiento por ambas partes propios de contratos de esta naturaleza.

Esta es una operación legítima y regulada por el sistema financiero federal el cual es muy estricto en velar por el cumplimiento de sus normas al respecto.

Desde el punto de vista del sistema, obviamente no vemos ninguna objeción y la actividad de estos asesores financieros es muy loable y valiosa.

El destino de los miles de millones de dólares ingresados al sistema por medio de la mediación de estos agentes, es volcado a los países con economías emergentes, con la expresa autorización del suscriptor del contrato de ahorro e inversión.

Estos países emergentes llegan a pagar tasas sumamente elevadas, nuestro país llegó
a pagar un 15% de interés anual, por la captación de estos fondos los cuales ingresaban a través de la banca internacional.

Cuando la argentina dejó de pagar, estos bonos se desplomaron, llevando a la ruina y la desesperación, a innumerables dagnificados, llegando muchos de ellos a la locura o el suicidio.

La gran pregunta era: ¿Que hacer con estos bonos tan devaluados? Y la respuesta no era otra que la de caer en manos de especuladores, los cuales los tomaban pagando un valor residual que difícilmente supera el 20% de su valor nominal.

Estos son los que actualmente negocian con el gobierno argentino, y es por eso que no sorprende que estén tan contentos, cómo no van a mejorar la calificación de una deuda que generosamente les da a sus arcas ganancia semejante.

Hugo W. Arostegui

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