Hay un dicho popular que sentencia: “Nadie puede dar lo que
no tiene”
Si hay algo que cada persona, en su condición de tal, -
persona humana esencialmente social e integrada a la sociedad a la cual
pertenece- no puede darse el lujo de ignorar y mucho menos, desentenderse, es
precisamente su relación de interdependencia con todos aquellos, sus
congéneres, corresponsables conjuntamente con él mismo, en sus deberes, derechos
y responsabilidades.
Contrato social
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En filosofía política,
ciencia política y
sociología, el contrato social es un
acuerdo real o realizado en el interior de un grupo por sus miembros, como por
ejemplo el que se adquiere en un Estado con relación a sus
derechos y deberes y los de sus ciudadanos. Se parte de la idea de que todos
los miembros del grupo están de acuerdo, por voluntad propia, con el contrato
social, en virtud de lo cual admiten la existencia de una autoridad, de unas
normas morales y de unas leyes a las que se someten. El pacto social es una
hipótesis explicativa de la autoridad política y del orden social.
El contrato social, como teoría política,
explica, entre otras cosas, el origen y el propósito del Estado y de los
derechos humanos. La esencia de la teoría (cuya formulación más conocida es la
propuesta por Jean-Jacques Rousseau)
es la siguiente: para vivir en sociedad, los seres humanos acuerdan un contrato
social implícito que les otorga ciertos derechos a cambio de abandonar la
libertad de la que dispondrían en estado de naturaleza. Siendo así, los
derechos y los deberes de los individuos constituyen las cláusulas del contrato
social, en tanto que el Estado es la entidad creada para hacer cumplir el
contrato. Del mismo modo, los seres humanos pueden cambiar los términos del
contrato si así lo desean; los derechos y los deberes no son inmutables o naturales. Por otro lado, un mayor número de
derechos implica mayores deberes, y menos derechos, menos deberes.
Valores
fundamentales para la convivencia humana
SOLIDARIDAD: No es una obligación ni un sentimiento
superficial, es una actitud que supone generosidad y que se asume
voluntariamente. Es un llamado de la conciencia a la igualdad, a buscar
soluciones para aliviar la pobreza, la marginación y la falta de recursos de
otros seres humanos.
Ser solidario implica compartir tiempo, espacio y
energía con todos los miembros de la sociedad, cooperar y comprometerse a vivir
en armonía. Todos, de alguna manera, podemos colaborar para aliviar el
sufrimiento ajeno y ayudar al prójimo en sus necesidades. La solidaridad no
puede ser mero sentimentalismo; del corazón se debe pasar a la razón y de ahí a
la acción comprometida. Una manera de vivir la solidaridad puede ser la de
ayudar como voluntario en un grupo organizado.
LABORIOSIDAD: Significa trabajar con amor es decir,
con esmero, poniendo intensidad y procurando hacerlo de la mejor manera
posible. La persona laboriosa aprovecha el tiempo, trabaja con orden y termina
las tareas iniciadas. El trabajo es un don, un privilegio, con el que la
persona se autoperfecciona. Ocupación productiva.
RESPETO: Es la consideración, miramiento, atención o
deferencia que se debe una persona; es un valor que nos lleva a honrar la
dignidad de las personas y a atender sus derechos. Todo ser humano, sin ninguna
discriminación, merece un trato cordial y amable, comprensión de sus
limitaciones, reconocimiento de sus virtudes, aprobación a su derecho de ser
autónomo y diferente, acato a su autoridad y consideración a su dignidad.
Portarse convencido de que todo el mundo tiene su dignidad, reconocerla y no
despreciar a nadie.
RESPONSABILIDAD:
Implica cumplir a cabalidad los propios deberes. Existen deberes que son
consecuencia de la naturaleza del ser humano y de los fines que el ser humano
tiene, la persona responsable asume las consecuencias de sus actos
intencionados, resultado de las decisiones que tome o acepte; es consciente de
sus responsabilidades y está dispuesta obrar de acuerdo con ellas. Poner la
vocación en lo que se hace, para que resulte lo más perfecto posible.
DISCIPLINA: Practicar
ejercicios que llevan al dominio del conocimiento de sí mismo y de la ciencia
Es la
exigencia o esfuerzo personal que cada ser humano debe poner para alcanzar sus metas
AUTOESTIMA: Es la valoración positiva de uno mismo.
Es la percepción personal que tiene un individuo sobre sus propios méritos y
actitudes. Es el concepto que tenemos de nuestra vida personal.
AMISTAD: Seleccionar por las cualidades espirituales
a quienes se les debe brindar la intimidad dentro de la vida social.
VERDAD: Es sinceridad y transparencia. Supone
honradez intelectual para buscar siempre la verdad de las cosas. Ser veraz
significa que sus palabras y sus actos esten llenos de verdad. Veracidad quiere
decir que todo lo que se dice y hace se ajusta a la realidad. La persona verza
habla y se expresa ajustándose a lo que piensa. No permite ninguna distorsión
entre sus pensamientos, palabras y sentimientos. Una persona verza es una
persona auténtica, que se muestra tal como es, que no aparenta lo que no es.
Nitidez y claridad en todos los juicios y razonamientos.
ALEGRÍA: Es un estado de ánimo resultado de
practicar el bien y de amar a las personas. No se debe confundir con aquella
alegría que resulta del placero del bienestar físico. Alegría es estar lleno de
felicidad, paz y amor. Es disfrutar de lo que se hace. Es apreciar el don de la
vida. Alegría es disfrutar las cosas simples de la vida. Es un motor que nos
impulsa a salir adelante cuendo nos sentimos afligidos o con problemas.
Exaltación interior por la posesión de algo que nos cautiva y trastorna la
felicidad.
COMUNICACIÓN: El hombre es un ser social por
naturaleza, y la comunicación, en sus diversas manifestaciones, es el medio por
excelencia para interactuar con sus congéneres. La comunicación entre las
personas es el resultado de múltiples métodos de expresión desarrollados
durante siglos, los gestos, el desarrollo del lenguaje oral y escrito y la
necesidad de realizar acciones conjuntas juegan un papel importante.
TOLERANCIA: es la disposición para admitir en los
demás una manera de ser, de obrar, o de pensar, distinta de la propia,
especialmente en cuestiones políticas y prácticas religiosas. La verdadera
tolerancia implica un difícil equilibrio entre diversos factores aparentemente
antagónicos: respeto a todos, contra convencimiento por las ideas propias;
escuchar y aprender, frente a difusión de certezas personales; acogida a todos
contra empeño por ayudar a cada persona. No es solo la aceptación del otro en
su diferencia, sino la orientación hacia el otro para conocerlo y a través de
él, conocerse mejor.
ARMONIA: es la perfecta conjunción de las partes de
un todo para lograr un fin único que muestra la realidad con toda su belleza.
En el ser humano, y en sus relaciones interpersonales es la presencia
equilibrada de valores como buen gusto, moderación, paz interior, concordia,
orden, etc. La persona cuya vida posee armonía se caracteriza por su serenidad,
paz interior, objetividad, madurez, mesura y dominio de sí.
COMPRENSION: Es la capacidad para captar y entender
los distintos factores que influyen en la forma de ser, en el estado de ánimo y
en el comportamiento de otras personas. Implica el deseo de entender y ayudar,
mirando las cosas desde puntos de vista ajenos a los nuestros, y teniendo en
cuenta las circunstancias y los factores decisivos en cada caso.
CONFIANZA:
Significa familiaridad en el trato con los demás, tener fe en alguien,
seguridad en la rectitud del otro, expectativas positivas ante las capacidades
de alguien.
Esto que exponemos con la ayuda de quienes hacen el
invalorable esfuerzo de incursionar en este tema tiene como finalidad el
brindar una ayuda adicional a quienes se esfuercen en el autocultivo de estos
valores en el único huerto donde es
posible cultivarlos, en la individualidad de tu propio ser, en el clima
esencial de tu autoestima.
Sinceramente
Hugo W Arostegui