viernes, 20 de diciembre de 2019

La Mejor Actitud



¿Qué es la actitud? ¿Mejorar la actitud puede ayudarnos ante las cosas importantes de la vida? ¿Por qué es tan importante tener buena actitud o tener una actitud positiva?

La actitud se desarrolla a partir de los propios sentimientos y pensamientos internos, y se inherente al comportamiento de cada uno. De esta manera, las actitudes pueden ser un resultado de la experiencia, tanto personal como de la se ha observado en los otros, y pueden estar influenciadas por las normas y los roles sociales. Las conclusiones que sacamos de esa experiencia influyen en nuestras creencias y comportamientos.

Pero las actitudes se pueden cambiar y mejorar. Todo el mundo se siente muy bien cuando es elogiado por su actitud ante las circunstancias cuando esta es positiva, optimista o implica la puesta en marcha de habilidades sociales que ayudan a otros o a uno mismo. Para llegar a esto es necesario analizarse a uno mismo para saber qué cambios es necesario hacer.

En el fondo, cambiar de actitud significa buscar un cambio en la perspectiva de la vida. La actitud positiva conlleva sentimientos positivos y energía  para vivir y, por lo tanto, te hace feliz. Sin embargo, las actitudes negativas fomentan los sentimientos de tristeza. La actitud se puede cambiar experimentando la belleza de la vida y siguiendo algunos sencillos pasos.

Empieza bien el día
Madrugar y salir a dar un paseo es una excelente forma de empezar bien el día. Si no tienes costumbre, es fácil que te cueste un poco de esfuerzo, pero merece la pena.

– Mira dentro de ti mismo
Autoanalizarse es la mejor manera de encontrar lo mejor de uno mismo y de pensar en las cosas positivas que hay en el interior. Es necesario, además, pensar por qué los aspectos negativos afectan tanto, intentando destacar todo lo positivo.

 – Mañana será otro día
No todas las cosas pueden ser siempre como tú quieres, pero eso no quiere decir que las cosas sean siempre así. Por eso, cuando las cosas no salgan como esperabas o surja algún contratiempo, piensa que mañana será otro día que te brindará una nueva oportunidad.

– Recárgate
En la actitud influyen los factores externos, tanto para lo bueno como para lo malo. Por eso es muy conveniente buscar formas de obtener influencias positivas, escuchando charlas de motivación, películas que hablen sobre superación y actitud positiva y pasando tiempo con personas que muestren buena actitud.

 – Sé optimista
La vida no es un camino de rosas. Todo el mundo pasa por dificultades. Centrarnos en los puntos negativos supone una actitud pesimista y negativa. Para ser optimista, piensa en los positivo, en las nuevas oportunidades que se presentan, y afronta las dificultades como nuevos retos que te permitirán mejorar como persona.

 – Selecciona las compañías
Para tener una buena actitud es necesario obtener energía positiva del entorno. Por lo tanto, busca estar acompañado de gente positiva y procura evitar a todas esas personas tóxicas que esparcen su negatividad y su mal humor. Si tú sacas la basura fuera de casa no permitas que nadie deje la suya en tu puerta.

– Sueña
Solo las personas con grandes sueños pueden lograr grandes cosas en la vida. Cuando sueñas, tus esfuerzos se enfocan en lograr eso que deseas. No importa lo grande o pequeño que sea tu sueño, ni lo extraño que parezca. Tener un sueño es el primer paso para una gran actitud, que se reflejará en todos los aspectos de tu vida.

– Dedícate tiempo a ti mismo
Busca una afición que te guste y reserva un tiempo para ti. Eso te ayudará a aliviar la tensión y liberar estrés. Además, te sentirás realizado.

– Aprende de todo, constantemente
Todo lo que sucede a tu alrededor te da una oportunidad para aprender y mejorar, tanto las cosas positivas como las negativas. Además, es importante ser proactivo a la hora de aprender cosas nuevas que nos hagan ser mejores cada día. Aprender te hace sentir feliz y más confiado en ti mismo, lo que te permitirá desarrollar tu actitud en la dirección correcta.

– Toma un descanso
Cuando estés estresado y  sientas que n o puedes más, que los esfuerzos no dan sus fruto, entonces tómate un descanso. Al tomar un descanso, revitalizas el ánimo tanto física como mentalmente. Descansar bien, dormir bien y comer bien son factores ayudan en tu bienestar general y pueden colaborar en el desarrollo de  una buena actitud y comportamiento. Después de un descanso, sentirás la diferencia.


Pienso Que Tu Piensas

Teoría de la Mente: la capacidad de pensar que yo pienso que tú piensas...

Cuando pensamos en todas aquellas facultades mentales que son propias del ser humano y de ninguna otra especie, resulta muy fácil pensar en el lenguaje, la capacidad de aprender todo tipo de cosas o la posibilidad de resolver problemas matemáticos complejos

Se trata de características humanas fácilmente observables, pero no son las únicas que disfrutamos en exclusiva. Existe otra, mucho más discreta, gracias a la cual nuestras relaciones sociales son más ricas. Esta capacidad ha sido llamada Teoría de la Mente.

¿Qué es la Teoría de la Mente?
Definida de manera general, la Teoría de la Mente es la capacidad de tener consciencia de las diferencias que existen entre el punto de vista de uno mismo y el de los demás. 

Dicho de otra forma, esta facultad hace posible que tengamos en cuenta los estados mentales de otros sujetos sin suponer que estas ideas o pensamientos son como los de uno mismo. Una persona que ha desarrollado Teoría de la Mente puede atribuir ideas, deseos y creencias al resto de agentes con los que interactúa. Y todo esto de manera automática, casi inconsciente.

Una jerarquía de estados mentales
Con mucha frecuencia somos expuestos a situaciones en las que tenemos que imaginar lo que está pensando alguna otra persona. A su vez, esta persona puede suponer, a partir de la información que tiene acerca de nosotros, lo que nosotros pensamos que está pensando, y todo esto puede ser también inferido por nosotros y por la otra persona en un bucle teóricamente infinito. Una jerarquía de estados mentales que se contienen los unos a los otros: yo creo que tú crees que yo creo…

La Teoría de la Mente se sitúa en el segundo lugar en esta jerarquía (yo creo que tú crees esto), y es la semilla de la que nace la capacidad para ir progresando hacia el resto de categorías más complejas.
Los seres humanos somos, probablemente, la única especie en la que sus integrantes pueden pensar en los demás como agentes intencionales, es decir, seres con unos intereses propios. Esto significa que desde una edad muy temprana, la gran mayoría de los humanos somos capaces de distinguir entre una acción y el objetivo al que está orientado esa acción, aunque lo último no se haya revelado claramente. Además, a los pocos meses de vida todas las personas aprenden a tener en cuenta hacia dónde están centrando su atención los demás, y por lo tanto pueden reclamar esa atención para uno mismo o hacia algo que se encuentra cerca.

Estos cambios en el desarrollo cognitivo de los bebés empiezan hacia el final del primer año de edad y forman parte de lo que se conoce como la revolución de los nueve meses, de la que emanan habilidades que se van construyendo unas sobre otras y potencian la creación de conductas sociales complejas, como el juego simulado, que requiere entender que el otro está actuando al usar un plátano como si fuese un teléfono, o la imitación, en la que el niño aprende de las acciones del adulto y es capaz de figurarse el objetivo de cada uno de los movimientos que está viendo.

La Teoría de la Mente aparece hacia los 4 años de edad y se construye sobre los fundamentos de todas estas capacidades derivadas de la revolución de los nueve meses, pero interviene en procesos mentales más abstractos y refinados. Así, todas aquellas personas que desarrollan Teoría de la Mente piensan en los demás no solo como agentes intencionales, sino también como agentes mentales, con toda una serie de estados psicológicos complejos que les son propios. Entre estos nuevos estados mentales que se atribuye a los demás se encuentran, por ejemplo, los deseos y las creencias.

El método clásico para averiguar si un niño o niña ha desarrollado Teoría de la Mente es el test de la falsa creencia. Esta es una prueba que sólo puede ser solucionada de manera correcta si se es capaz de diferenciar los propios conocimientos sobre el entorno de lo que otra persona cree acerca de este. Además, es un ejercicio que puede ser utilizado para ayudar a detectar casos de  Trastornos del Espectro Autista, ya que las personas que manifiestan síntomas asociados al autismo tienden a mostrar una Teoría de la Mente poco o nada desarrollada.

En un ejemplo de esta prueba, el psicólogo manipula dos muñecos para formar una pequeña narración en la que todo ocurre ante la mirada atenta del niño o niña puesta a prueba. En primer lugar, el primer muñeco enseña un juguete y luego muestra cómo lo guarda en un baúl cercano. Luego, el muñeco desaparece de la escena y aparece el segundo muñeco, que saca el juguete del baúl y lo mete en, por ejemplo, una mochila apoyada en el suelo. En ese momento, se le pregunta al niño o niña: "cuando el primer muñeco vuelva a entrar en la habitación, ¿cuál es el primer lugar en el que buscará el juguete?".

Normalmente, los niños y niñas de menos de cuatro años fallarán al dar una respuesta, porque creerán que el primer muñeco tiene la misma información que ellos e irá a buscar en primer lugar a la mochila. Sin embargo, con cuatro años la mayoría ya dan una respuesta correcta, prueba de que han hecho la transición hacia la Teoría de la Mente y de que han abandonado una percepción de la realidad más bien egocentrista.


Aptitud Ante Lo Adverso

"Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás perdido" A veces vale la pena arriesgarlo todo: Puedes ganar o perder. En tus manos está el resultado. Lucha por lo que quieres. Persigue tus sueños... Nunca te rindas.


“El que se pone de puntillas, no está firme.
El que avanza a grandes pasos, no puede tener paz.
El que alardea, no está iluminado.
El que presume de santo, no es respetado.
El que se jacta de las cosas, no consigue nada.
El que se envanece, dura poco.”

Siente más, piensa menos.
Hay veces que te tienen que guiar, y hacerte ver determinada serie de cosas que haces, que son contraproducentes para ti mismo. 

Lo único que quiero es CRECIMIENTO personal. Y como tal, sólo lo puedo ejercer yo, desde dentro hacia afuera, pero en mi persona. Nadie tiene porqué enterarse, ya que no busco fama, prestigio, ni reconocimiento social de ningún tipo.

Quiero estar en paz conmigo mismo, con las personas que me rodean, las personas que me quieren, o que me quisieron alguna vez y por diversas causas, ya no están "tan cerca" de mí como antes. Puede que fuese yo quien la alejase de mí, puede que no. Pensar no va a solucionar nada, pues, yo no tengo la respuesta.

Sólo me demuestro a mí mismo que soy fuerte en los momentos más delicados. El guerrero que hay en mí, en los momentos de luz, se encuentra tranquilo, sosegado, en paz...

 Busco la paz mental, y la fortaleza, en equilibro. No paz cuando hay luz, y en oscuridad, fortaleza.
He de lograr un perfecto equilibrio.

La vida es una constante lucha.
Amar la lucha, pues la lucha es el camino. Como la felicidad, no es una meta, sino una forma de vida Si haces que la lucha se encarnice de odio, al final, acabarás odiando la lucha.


Deja que el amor fluya por todo.


Evitar Mezquindades

Mezquino es un adjetivo que define la actitud de una persona ruin o hipócrita que comete acciones que pueden perjudicar a los demás sin hacerse responsable de sus actos. Una actitud mezquina está marcada por la arrogancia de vivir muy centrada en sí misma y no mirar con la misma actitud a los demás. Está llena de ego y de un yo muy inflado.

Una persona mezquina no tiene una autoestima alta sino inflada a partir de una imagen totalmente distorsionada de sí misma. Una persona mezquina puede ser muy creída en situaciones concretas, por ejemplo, en el éxito. En ese caso, puede colocarse en un rol de superioridad frente a los demás.
Un hombre o una mujer que miente con frecuencia a su pareja y juega con sus sentimientos, actúa con mezquindad. Conviene puntualizar que una persona puede ser mezquina en momentos puntuales cuando se comporta de un modo innoble, pero también puede serlo de un modo habitual por una vanidad del carácter.

La persona mezquina puede ser tacaña y egocéntrica no solo en el plano material sino también, en el ámbito emocional. Por ejemplo, a nivel anímico, una persona que se comporta de este modo no elogia fácilmente a sus compañeros de trabajo cuando han alcanzado un éxito ya que siente envidia por los triunfos ajenos. Este tipo de comportamiento produce infelicidad al propio mezquino que termina encerrado en sí mismo. Una persona mezquina es individualista y poco generosa al compartir su conocimiento con los demás porque teme que los demás brillen por encima de su propio ego.

Una persona también puede ser mezquina a nivel económico al gastar menos de lo que puede permitirse. La obsesión por el plano material puede llevar a gestos de mezquindad en ciertos momentos. Todo lo desea y lo anhela para sí mismo, por esta razón, sufre cuando da porque siente que con aquello que puede perder, puede hacerse pequeño y diminuto.

Por ejemplo, una persona miserable que pudiendo ayudar con su colaboración a una buena causa da una aportación mínima. Por ejemplo, también es posible utilizar este concepto para afirmar que una persona ofreció una propuesta mezquina por un piso que quería comprar.


Sociedad Y Bienestar

En términos generales, la palabra bienestar permite designa aquel estado que atraviesa un individuo y que se caracteriza por la satisfacción y la felicidad.

También es habitual que se use el concepto de bienestar para referirse a la situación económica cómoda y holgada que dispone una persona y que por caso le permite mantenerse sin problemas y además por ejemplo realizar viajes, compras de bienes, entre otros.

Ahora bien, en este sentido es importante destacar que en la percepción del bienestar tendrá mucho que ver la subjetividad, es decir, no todos disponemos de los mismos gustos e inclinaciones y por tanto lo que a alguien le reporte bienestar a otro puede no significarle lo mismo.

Por Bienestar Social se designa al conjunto de factores o elementos que participan a la hora de determinar la calidad de vida de una persona y que en definitivas cuentas son también los que le permitirán a esta gozar y mantener una existencia tranquila, sin privaciones y con un constante en el tiempo estado de satisfacción.

Entre estos factores se incluyen, e incidirán casi de la misma manera, aspectos económicos, sociales y culturales. Si bien es cierto que lo que se entiende por bienestar posee una importante carga subjetiva que le imprimirá cada individuo con su propia y singular experiencia, porque es claro, lo que para uno es bienestar para otro puede no serlo, existen factores objetivos para determinarlo y que son los que nos permitirán hablar y distinguir cuando hay o no hay una situación de bienestar.

Entonces, básicamente, en la concepción del bienestar social se incluyen todas aquellas cosas que inciden de manera positiva para que un sujeto, una familia, una comunidad, puedan alcanzar el objetivo de tener una buena calidad de vida.

Un empleo digno, en el cual se respete la percepción de un salario acorde al trabajo, capacitación y esfuerzo que se desempeña, más el merecido lapso de descanso que le corresponda a cada cual por ley y por la tarea que realiza, recursos económicos para poder satisfacer las necesidades básicas como ser de educación, vivienda, salud, tiempo de ocio y entretenimiento, son las principales cuestiones que nos hablarán del bienestar o no en el cual vive una persona, una sociedad.

Existen diversas maneras para medir el bienestar, desde un punto de vista estrictamente económico, porque sin dudas más allá de cualquier tipo de consideración, a favor o en contra, es lo que nos permitirá acercarnos al logro de una situación de bienestar global en la que se incluyan todos los otros aspectos, el social, el cultural, entre otros, el Producto Interior Bruto (PIB) de una Nación será el que asociado con el nivel de distribución de la riqueza al cual haya llegado dicha sociedad, nos dirá si hay o no bienestar, porque un alto PIB con una real distribución en materia de riqueza, provocará que el bienestar este extendido en la sociedad, pero si por el contrario, el PIB no es significativo y la concentración de la riqueza en unos pocos es lo que manda, entonces, no podremos hablar de bienestar en la sociedad en cuestión.

Asimismo, los índices de precios, las canastas básicas, bien medidos, claro está, no los dibujos que muchos gobiernos hacen para favorecer sus gestiones y el índice de desempleo de una Nación, nos permiten saber del bienestar o no que existe en una sociedad. Porque por ejemplo, si en un determinado país, las estadísticas oficiales, nos dicen que una familia tipo (matrimonio y dos hijos) puede vivir con $ 2.000 mensuales, nos permitirá saber cuántas familias disponen de bienestar y cuántas no, porque fácilmente quienes no dispongan de ese valor en su bolsillo cada mes no dispondrán del mencionado bienestar, tocando la carencia.

Pero también y ya saliéndonos de lo estrictamente económico, hay otras formas para determinar el bienestar de una comunidad: la esperanza de vida al nacer, la tasa de alfabetización, la cantidad de libros que se publican al año, el número de personas que pueden acceder a la Universidad, la disponibilidad que existen de algunos bienes de consumo considerados no dentro de las necesidades básicas, como ser una computadora, un teléfono celular, entre otros.

En tanto, el responsable máximo que tendrá en sus manos que una sociedad logre el tan ansiado bienestar es el estado, quien, mediante diversas políticas y medidas tendientes a corregir los vicios y las inequidades que se suscitan, promueva el bienestar para cada uno de los habitantes de la nación y por eso, además, tendrá la exigencia de él mismo poder generar y multiplicar riquezas.

Distribuir eficientemente la renta y promover el desarrollo de servicios públicos que les garanticen a las personas la resolución de temas básicos como ser la salud y de manera gratuita, por supuesto que contribuirán ampliamente a implantar un contexto de bienestar social.

jueves, 19 de diciembre de 2019

La Cultura Que Compartimos

Tenemos que hacerles ver lo que supone emigrar, e inmigrar. Ante el “discurso social” que suele posicionarse en las “facilidades” que tienen los inmigrantes para vivir, recibir ayudas, o que nos quitan trabajo etc. (de nuevo conceptos adultos), sin entrar en la certeza o no de esas afirmaciones (que no viene al caso en lo educativo), hagámosles ver las dificultades, obstáculos y barreras que sufren al venir a nuestro país, y lo doloroso que tiene que ser dejar su país, sus costumbres, su familia, amigos…


Que vean cómo a veces se juegan la vida para venir a nuestro país y conseguir algo de comida, dinero… en una situación desesperada.

Intentemos que se pongan en su lugar, que entiendan lo difícil que lo deben de tener, para así poder comprenderles mejor, ayudarles y apoyarles, lo cual derivará en una interculturalidad y una interacción mucho más positiva y menos conflictiva que al posicionarles como “enemigos”, “ladrones”, “vividores”, etc.

Potenciar su “mente abierta”
Las muestras de racismo y temor u odio hacia lo diferente suelen ser propias de gente o sociedades cerradas, sin “abrirse” al exterior, creyendo firmemente que no necesitan hacerlo.

Mantener al niño/a en una “burbuja” social, cerrada al exterior, en la que todas las personas con las que interactúe sean muy similares, estará empobreciendo su vida, su cultura, su aprendizaje… y le estará inadaptando para una sociedad en la que habrá mucha diversidad.

Cuánto más formas diferentes de vida conozcan los niños/as, cuántas más costumbres diversas, formas de vivir, de hacer las cosas, de pensar… cuánto más avanzados estén en este sentido mejor se adaptarán a la sociedad del futuro, al mundo adulto.

Para ello resultará muy positivo contarles historias de otras sociedades, cuentos, leyendas, mitos, relatos históricos, anécdotas… que conozcan otras culturas, visitando museos, probando alimentación de otros países… y por supuesto viajando si es posible. Todo esto ayudará a que tengan la “mente más abierta” a ver qué otros tipos de vida son posibles, y que se puede convivir con ellos, y disfrutarlos.

Evitar generalizar y usar los tópicos
Es el gran rival a batir y el síntoma más claro del racismo: los tópicos y las generalizaciones.
Tener un conflicto con una persona de otro país no es ser racista, pero generalizar que todas las personas de ese país tienen los mismos rasgos negativos que la del conflicto sí lo es.

El “odio” o “menosprecio” a personas de otra raza o cultura lleva intrínseco, además del pensamiento obvio de que la otra cultura es negativa, que la nuestra “es mejor”, que “es superior”.
Intentemos que nuestro/as niños/as, sociedad del futuro, no caigan en el racismo de creerse “superiores” al resto de sociedad.
¿Cómo lo podemos hacer? Haciéndoles ver lo ilógico y lo injusto que es ser racista y/o nacionalista al extremo (es decir, sentirse “superior” a otra raza).

– Es ilógico.
Hay un discurso que los/as niños/as entienden muy bien. Este discurso consiste en hacerles ver cómo el racismo, o el nacionalismo, son ilógicos, absurdos, porque parten de que alguien se siente “mejor” que otros, por haber nacido en un sitio determinado y eso, el nacimiento, es un asunto de puro azar. 

Hagámosles ver que han nacido en España, pero perfectamente podrían haber nacido en cualquier otro país. Fue suerte que nacieran aquí, podrían haber nacido en cualquier otra parte. ¿Cómo sentirse orgulloso o mejor que otro por algo que es cuestión de suerte y que ellos/as no han tenido que hacer nada para conseguir? Sería como sentirse orgulloso o mejor que otro por ser moreno, o rubio… Absurdo. Uno puede sentirse orgulloso por ser buena persona, trabajador, generoso, cariñoso… ésas sí son buenas razones, pero ¿por ser moreno, español, alto…? Son cuestiones puras de azar.
Les sorprendería lo bien que comprenden estos razonamientos.

Y, a partir de aquí, podemos seguir debatiendo con ellos el por qué una persona que ha nacido aquí tiene más derecho a trabajar en un sitio que uno nacido en otro país… siguiendo el razonamiento anterior son ellos/as mismos/as los que se dan cuenta de que las razones por las que una persona es “buena” para un trabajo o lo que sea tendrán que ver con sus valores, capacidades… pero no con su “origen”, que es meramente cuestión de suerte.

Es un discurso que funciona y que ayuda a impedir los pensamientos racistas y de sentimiento de superioridad respecto a otras razas o culturas.
– Es injusto.
Además de incidir en lo ilógico que puede resultar el racismo y el sentirse mejor que otro solo por el lugar de nacimiento o el color de la piel, también es positivo hacerles ver la injusticia (obvia) que existe en esos pensamientos.

Hagámosles ver que dónde haya nacido una persona no tiene unas consecuencias claras en su comportamiento. Es decir, que no todo lo que haga una persona uruguaya está bien por el hecho de ser uruguaya, ni todo lo que haga un inmigrante es malo por ser inmigrante.

Ayudemos a que se den cuenta de que los valores están por encima de las personas, y de su origen.

Esto es dificilísimo, porque es la clave de la buena convivencia intercultural, pero al mismo tiempo resulta sencillo irlo trabajando desde el mundo infantil, donde las normas están muy marcadas y puede ser fácil que vean de forma negativa “romper una norma” o “hacer algo mal”, indistintamente de quién lo haga.

La clave es conseguir que vean que lo que está bien está bien, y lo que está mal está mal, sea quien sea quien lo diga o lo haga. Y esto, insisto, es algo que en el mundo adulto nos cuesta mucho conseguir (ante una idea, nos parece buena si la dice un/a amigo/a o mala si la dice alguien que nos cae mal, etc.), pero a los/as niños/as les podemos hacer ver que los valores, lo bueno, lo correcto, es igual para todos, y que lo negativo e incorrecto también. De esta forma condenarán o no estarán de acuerdo con las personas que hagan una mala acción, sean de dónde sean, y no con colectivos de personas por ser quiénes son, hagan lo que hagan.


La conclusión sería ésa: que condenen los malos actos, sea quien sea quién lo haga, y no a un grupo de personas, hagan lo que hagan.


El Corazón Y Sus Razones

Desde que el racionalismo se impuso en Occidente, nos hemos acostumbrado a ver el mundo en pares opuestos. La mente o el cuerpo, como si fueran realidades separadas. El individuo o el medio, como si no formaran parte de la misma realidad. Y, una de las más frecuentes, el corazón contra la razón, como si se tratara de ámbitos excluyentes.

Desde la aparición de la ciencia se ha producido una notable sobrevaloración de la razón y un cierto desprecio por el mundo emocional. Aunque no haya ninguna norma establecida al respecto, parecería que “actuar con base en la razón” tiene un estatus superior a hacerlo “con el corazón”.
Es verdad que se trata de dos dimensiones diferenciadas (emoción y pensamiento). Lo que no es cierto es que se excluyan mutuamente, ni que debas elegir entre actuar con base en razonamientos fríos o emociones a flor de piel.

Razón y corazón
Pongámonos primero de acuerdo en algo: las emociones moldean el pensamiento y el pensamiento influye sobre las emociones. Ambas realidades tienen lugar en el cerebro y es virtualmente imposible separarlas del todo, por lo menos en un cerebro normal.

Por supuesto, hay niveles de pensamiento más desarrollados que generalmente se asocian a emociones también más evolucionadas, y viceversa. Ahora la pregunta es ¿cómo opera todo esto a la hora de tomar una decisión?

Si estás enamorado, por ejemplo, es claro que las emociones van a tomar un papel protagonista. El área del cerebro que las controla se halla fuertemente estimulada en esa circunstancia, y la intensidad de lo que sientes se impone sobre la calidad de lo que piensas. En ese caso, tus decisiones estarán fuertemente definidas por tus emociones, más que por tu pensamiento.

En otro tipo de situaciones, por más frialdad que tengas, o creas tener, siempre habrá un componente emocional que determina tus acciones y decisiones. Incluso cuando haces una operación matemática, tu buena o mala disposición influirá en el camino hasta encontrar la respuesta correcta.

De la misma manera, por más afectado emocionalmente que te encuentres, siempre llevarás a cabo alguna suerte de cálculo para actuar. Tu pensamiento nunca te abandona. Tus emociones tampoco. De ahí que resulte claro que la razón y el corazón son un matrimonio indisoluble.

Decisiones de la mente y del alma

Está muy popularizada la idea de que cuantas mayores dosis de racionalidad involucremos en una decisión, mejor será la calidad de la misma. Si lo miras en detalle, te das cuenta de que eso no es siempre cierto.



Valorar El Esfuerzo

El esfuerzo, el empeño que ponemos en conseguir lo que queremos, es lo que le da valor a nuestros sueños. Porque cuando lo damos todo, cuando nos encontramos en ese momento en el que estamos dispuestos a perder sin que esto detenga nuestros pasos, entonces estamos preparados para llegar hasta donde nos propongamos.

Sin embargo, hay muchas barreras que tendremos que sortear. Piedras camufladas de errores, de conformismo, de miedo… Muchas ocasiones en las que saborearearemos la oportunidad de volver atrás, a nuestra zona de confort. Esa que nos llama a cada instante mientras busca justificar que regresemos a ella con cada problema que intuimos en el horizonte.

Dejar que tus miedos, que tus inseguridades y que por sistema lo que los demás digan te importe es un claro preliminar de un fracaso anunciado.

El esfuerzo que te recompensa
Seguro que has escuchado en más de una ocasión la típica frase que dice así: “si cuesta, es que vale la pena”. Este es un enunciado que pronunciamos, a veces sin darnos cuenta, con el fin de dar ánimos e impulsar a otros a no rendirse. Porque si cuesta, si te está haciendo sudar, si pone a prueba tu capacidad es que estás dando lo mejor de ti. Cuando las dificultades hacen acto de presencia no te están queriendo decir que no vales nada, ¡qué vuelvas para atrás porque no sirves! Todo lo contrario, 
te están retando…

“La actitud respecto a las dificultades va a depender de que las veamos como un reto o como una amenaza”

Todo esto es un reto. Si fuese tan fácil conseguir lo que quieres todo esto no tendría valor alguno. Estaría al alcance de cualquiera, pero esto no es así, ¿verdad? Solo unos pocos consiguen alcanzar cumbres altas.

Muchas personas dejan su trabajo estable por ir en busca de lo que realmente los llena y les hace feliz. Otras, se lanzan a la aventura con muy poco dinero en sus bolsillos. Puede que fracasen, que se den de bruces con una realidad mucho más dura de lo que esperaban. Sin embargo, esto no los para y, aunque así fuese, están felices de haberse arriesgado, de haberlo intentando.
“Nunca sabrás de hasta dónde puedes llegar, de lo que eres capaz o de si lo que está en tu mente se hará realidad si no te pones en marcha”



miércoles, 18 de diciembre de 2019

Cuidar Nuestra Imagen

Decir que el manejo de la imagen pública para una organización o persona es importante no resulta nada novedoso. Sin embargo, son muchos los que aún no valoran el poder comunicativo que ésta tiene al momento de generar nuevos negocios, manejar una crisis o atraer inversionistas y por supuesto ganar o mantener clientes.


Como imagen pública entendemos la percepción que se tiene de una persona o institución por parte de sus públicos de interés, basada en estímulos visuales e información pública que recibe.

Para un empresario, director general o CEO de una organización, tener una imagen pública es inevitable, exista planeación o no, sea intencionada o no; sus públicos objetivo tienen una clara percepción sobre dicha persona. El simple hecho de existir, ubica a una persona en un plano de significación humana.

Sin embargo, para proyectar una imagen pública adecuada y exitosa se requiere tomar la decisión consciente de crearla, estimularla y manejar las percepciones que otros tienen sobre su persona.
La construcción y el manejo de la imagen pública abarca cinco factores importantes de proyección: la identidad, la actitud, el comportamiento, el discurso y finalmente la vestimenta.

Los anteriores 5 factores deben alinearse a una estrategia de imagen, para lograr proyectar de manera congruente la imagen del personaje en cuestión.

En lo que corresponde a la identidad, esta constituye la esencia del personaje público y el pilar para la construcción de la imagen. La identidad, entre otros factores, está constituida por su propia genética y hace que una persona sea irrepetible, además de las características psicológicas, sociales, económicas, educativas, culturales y espirituales que lo definen.

Al momento de construir la imagen pública, si ésta no respeta la identidad del personaje, la imagen obtenida resulta poco creíble y engañosa.

Puede ser importante, para el puesto en el que se encuentra, que un director tenga que proyectar una imagen de poder, de una persona fría, calculadora y autoritaria; pero sí en esencia se trata de una persona más amable, cercana y afable con las personas, habrá que encontrar el balance que permita respetar su identidad cálida pero generando una imagen de respeto ante los que lo rodean.

Para encontrar ese balance, la semiótica aquí nos permite construir el puente entre significados que dan balance y credibilidad a la imagen pública de un personaje, como en el ejemplo anterior, que por sus características resulte amable y cálido, pero sin perder la fuerza y el respeto que la imagen a proyectar tenga que imponer.


La definición de la imagen pública no resulta ser un proceso sencillo ni mucho menos simple, dependerá de factores tanto ambientales como personales y será posible establecerla analizando tanto la necesidad del personaje como las necesidades de su público de interés.


El Paradigma

El concepto de paradigma se utiliza en la vida cotidiana como sinónimo de “ejemplo” o para hacer referencia en caso de algo que se toma como “modelo digno de seguir”. En principio se tenía en cuenta en el campo, tema, ámbito, entre otros..., gramatical (para definir su uso en un cierto contexto) y se valoraba desde la retórica (para hacer mención a una parábola o fábula). A partir de la década de 1960, los alcances de la noción se ampliaron y paradigma comenzó a ser un término común en el vocabulario científico y en expresiones etimológicas cuando se hacía necesario hablar de modelos de conocimiento aceptados por las comunidades científicas.


La palabra Paradigma proviene del griego Paradigma y el latín paradigma La palabra Paradigma proviene del griego paradeigma y el latín paradigma, cuyo significado es ejemplo o modelo. Es empleado para indicar un patrón, modelo, ejemplo o arquetipo. alude aquellos aspectos relevantes de una situación que pueden ser tomados como un ejemplo, inclusive, la etimología de la palabra nos indica que esta puede ser sinónimo de Ejemplo, sin embargo, Paradigma es usado en otro tipo de contextos no tan simples como los usados con la palabra Ejemplo. Lo curioso de este término es su procedencia, pues de ahí es que se toma la idea que un paradigma no es más que un conjunto de acciones que seguir o ejecutar para concluir con un bien común o de fortaleza social. 

Derivada de la filosofía griega, fue Platón quien le dio la forma de “Ejemplo a seguir” y no como simple ejemplo como se cree al usarla en un contexto sin ningún tipo de aspiración.

Esto nos da a entender que la palabra Paradigma es usada para denotar aquellos actos los cuales son la mejor referencia para un camino a seguir, una buena educación con valores morales genuinos y dignos de la aceptación de los maestros, no es más que un paradigma social para la integración de alguien notable. Por lo general, cumplir con los paradigmas impuestos por una sociedad indica la superación de las expectativas del grupo, como consecuencia se procede a promociones o cadenas de ascendencia. Organizaciones de lucro activo como una empresa, usan ejemplos paradigmáticos para que sus empleados fortalezcan el valor de la misma y así poder optar por un puesto de más rango y prestigio en el orden colocado.

Dicho concepto fue utilizado en teoría de la ciencia por primera vez por Ch. Lichtenberg (1742-1799). A finales de los 60, el filósofo Thomas Kuhn dio a la palabra el significado que tiene en la actualidad al emplearla para referirse al conjunto de prácticas que definen una disciplina científica durante un período específico de tiempo.

La ciencia aplica los paradigmas desde otro punto de vista más práctico, orientados al descubrimiento de nuevos caminos de investigación, la constante persecución de datos que colaboren con la resolución de sus problemas, suponen un paradigma científico, el cual con métodos de investigación y deducción serán comprendidos y resueltos. Los paradigmas trazan líneas a seguir en cualquier campo en el que se aplique el término, pues, a pesar de no ser clásico para ser usado en cada caso, no deja de ser genérico, por lo que puede ser empleado ante cualquier situación en la que se amerite un buen ejemplo que seguir en las acciones cualesquiera que sean que se realicen.


Ejemplos de paradigmas científicos serían el análisis aristotélico del movimiento de los cuerpos, la revolución copernicana, la mecánica de Newton, la teoría química de Lavoisier, la teoría einsteniana de la relatividad, y muchos otros, cuya delimitación en la historia de la ciencia sería el objetivo principal, a fin de evitar estudios históricos basados exclusivamente en la acumulación de datos, hechos y descubrimientos.

En las ciencias sociales, paradigma se describe como el conjunto de experiencias, creencias y valores que determinan la forma en la cual el individuo ve e interpreta la realidad, su realidad; y la forma en que responden a esa percepción. Es un patrón o modelo de conducta heredada o aprendida.

Muchas veces hablamos de romper paradigmas, de algo que está establecido. Generalmente, los paradigmas personales se llevan como dogmas: algunos son herencia recibida de nuestros padres. Son creencias que nos mantienen atrapados y no nos permiten ver otras posibilidades, convirtiéndose a veces en obstáculos que nos impiden avanzar y conseguir la ruta del éxito.

Es preciso romper, desterrar y superar estos paradigmas, de modo que se pueda asumir una mentalidad y actitud positiva y, como consecuencia de ello cambiar y crecer.

Asumir Lo Que Hacemos


“-Mamá… ¿estrujar y escurrir no es lo mismo?
-No, hijo. Estrujar se hace con las manos… Y "escurrir" con la cabeza.


Bromas aparte, hoy nos vamos a referir a una serie de expresiones verbales que implican la facilidad que a veces se logra tener para eludir o evadirse de un trabajo, riesgo o compromiso que no se quiere asumir. Tal vez la más usada de todas ellas en el ámbito coloquial sea ‘escurrir el bulto’, que equivale a otras locuciones hermanas menos frecuentes recogidas en el DRAE, casos de guardar o huir el bulto.

La voz ‘bulto’ deriva del latín vultus (rostro), aunque con el tiempo pasaría a designar el volumen o tamaño de una cosa y, por extensión, el cuerpo que no se distingue de lejos por estar oscuro o cubierto, hasta hacerse sinónimo de fardo, caja, maleta o cualquier otro equipaje para ser transportado. En otro orden de cosas, ‘bulto’ también se usa como eufemismo para aludir a los genitales del varón.

Aunque Alberto Buitrago la relaciona con el ámbito veterinario, en la acción de extirpar los sacos de pus de los animales, lo más probable es que la expresión ‘escurrir el bulto’ se originara en el mundo taurino. Se interpretaba que el toro, animal de pésima agudeza visual, veía en el torero un bulto, que este, cuando no era capaz de embarcarlo en los engaños de la lidia, optaba por escurrir o desviar de la trayectoria del animal para ponerse a salvo. Sería lo contrario de buscar el bulto, esto es, ir derecho a lo esencial en un asunto.

Otras expresiones castellanas que usan la palabra bulto son ‘a bulto’(a ojo, sin cálculo), ‘al bulto’ (al alcance), ‘de bulto’ (muy manifiesto, referido a un fallo o un error) o ‘hacer bulto’ (rellenar un espacio, dicho de una persona o cosa). De vultus también proviene la curiosa expresión al buen tuntún, como veíamos en su momento.

Una expresión similar a escurrir el bulto podría ser la locución de clara evocación geométrica ‘salirse por la tangente’, aunque en este caso no queda tan evidente el matiz de fuga, huida o evasión presente en aquella. En cambio hay un par de verbos que podrían hacer las veces de escurrir el bulto. 

Me refiero a los pronominales ‘escaquearse’ y ‘zafarse’ que, curiosamente, ambos proceden del árabe. ‘Zafar’ deriva del árabe hispano [a]záḥ, y este del verbo أزاح (azāḥa), que significa quitar, despojar. Del árabe pasó al lenguaje marinero con la idea de quitar los estorbos de cuanto hay en una embarcación. En su forma pronominal –‘zafarse’- tiene varios significados, como escaparse para evitar un encontronazo, librarse de algo molesto o excusarse de hacer algo.
                                                                                  

martes, 17 de diciembre de 2019

Nuestro Deber


La globalización, el uso de las tecnologías tales como la televisión, el internet, y otros tipos de innovaciones tecnológicas contribuyen a hacernos la vida más fácil, por lo que erróneamente creemos que con el apoyo de estas herramientas podremos suplir algunas deficiencias o podremos recuperar el tiempo que perdemos en el ocio.

Estas herramientas se han convertido en un problema para algún sector de la población joven, antes para hacer una tarea o investigar algún tema teníamos que acudir a una biblioteca, hoy lo podemos hacer desde la comodidad de nuestra casa o del ciber de la esquina utilizando el internet, antes si queríamos charlar con alguien o establecer una cita romántica tenía que ser personalmente, eran citas de persona a persona, hoy son por medio de cámara web, en fin los tiempos han cambiado.

En nuestra casa y estar al pendiente de los hijos era suficiente para que no ingresará alguna mala amistad a nuestro hogar, hoy la puerta al mundo la tenemos a través de la computadora y por lo tanto los padres deben de estar muy al pendiente de sus hijos y los jóvenes no deben de dejarse llevar por las bondades de la comodidad y del placer.

En el pasado las jóvenes veían a algún grupo de compañeros reunidos y demostraban temor, en la actualidad algún joven ve a un grupo de compañeras reunidas y también le da temor.

Los tiempos han cambiado, anteriormente los hombres iniciaban la conquista pero ahora la mayoría de las mujeres la inician y determinan las reglas, las chicas deciden con quien sí y con quien no, la denominada liberación de la mujer acompañada con un uso excesivo del internet, la cercanía con un país de límites muy amplios, y la mayor ocupación de los padres al tener en ocasiones empleo ambos contribuye a que los jóvenes quieran suplir algún cariño por medio de una pareja, si le preguntas a un amigo, profe o familiar de tu confianza como se la pasó a tu edad te va decir lo mismo, si el placer espera seguramente se disfrutará más en su momento, para tomar decisiones de adulto se requiere ser adulto entendiendo que un adulto es aquella persona mayor de 17 años que tiene la capacidad de ser autosuficiente, es como acudir a un bar y pedir una bebida embriagante antes de la mayoría de edad, es obvio que no la servirán por estar impedidos legalmente y sí te la llegan a servir ni la disfrutarás plenamente ya que estarán con la preocupación de que algún adulto te llame la atención. PRIMERO EL DEBER Y LUEGO EL PLACER.

La globalización, el uso de las tecnologías tales como la televisión, el internet, y otros tipos de innovaciones tecnológicas contribuyen a hacernos la vida más fácil, por lo que erróneamente creemos que con el apoyo de estas herramientas podremos suplir algunas deficiencias o podremos recuperar el tiempo que perdemos en el ocio.


Estas herramientas se han convertido en un problema para algún sector de la población joven, antes para hacer una tarea o investigar algún tema teníamos que acudir a una biblioteca, hoy lo podemos hacer desde la comodidad de nuestra casa o del ciber de la esquina utilizando  internet, antes si queríamos charlar con alguien o establecer una cita romántica tenía que ser personalmente, eran citas de persona a persona, hoy son por medio de cámara web, en fin los tiempos han cambiado.



Barajar Y Dar De Nuevo



Todos tenemos ese momento de nuestras vidas en que nos damos cuenta que la cosa no da para más y deberíamos empezar de cero. Cuando sientes que no estás obteniendo los resultados que deseas en tu vida, lo mejor sería comenzar de nuevo. La pregunta es ¿cómo empezar?

Percátate que vas a ser reacio a cambiar, incluso si es la mejor opción para ti. La verdad es que todos tenemos miedo del cambio, porque es algo desconocido; incluso si nuestra situación actual no es la que nos gusta, al menos ya estamos acostumbrados a ella y sabemos cómo manejar la situación. ¿Qué pasa si no podemos lidiar con el cambio? ¿Qué pasa si no era como pensábamos? Así que, el primer paso es controlar el miedo. El cambio es un riesgo que tenemos que tomar para mejorar nuestras vidas y nosotros mismos.

Después de eso, vas a necesitar un tiempo para revivir el pasado y pensar una y otra vez. Antes de apartarte de tu pasado tienes que saber por qué lo estás haciendo. Recuerda el pasado, piensa en tus errores, aprende de la experiencia, deshazte de los malos recuerdos y conserva los buenos. Ahora pasa la página y comienza de nuevo.

Conoce tus relaciones bien, es un paso muy importante. Piensa en las personas en tu vida y ve si puedes lograr darle sentido a cualquier relación que tengas. Si hay alguna relación sin resolver, piensa en la manera de resolverla o simplemente termina con esa relación. No mantengas ningún tipo de amistad con personas que puedan anclarte o atarte a tu antigua vida. Sólo conserva aquellas relaciones que sean de apoyo.

Conoce exactamente en dónde estás parado en la vida. ¿Quién eres tú? ¿Qué estás haciendo ahora? ¿Es eso lo que realmente quieres hacer? ¿Qué prefieres hacer? ¿Cuáles son tus sueños, metas, esperanzas? ¿Cuáles son tus talentos o habilidades? Tómate tu tiempo para saber quién eres en realidad y responde esas preguntas. Cuando las cosas se tornan complicadas, tú puedes simplificarlas para así lograr un mejor entendimiento. Se claro acerca de quién eres y dónde estás parado. Se claro acerca de lo que realmente quieres. Entonces y sólo entonces, podrás ver las cosas claras.

Tómate su tiempo para planear. Ahora entiendes tu pasado y tu presente. Es hora de visualizar tu futuro. Haz una lista de lo que deseas cambiar y empieza a dar esos pasos. Procura hacer los pasos fáciles y que no consuman mucho tiempo. Haz tu lista divertida. Esto debería ser algo que te vaya a gustar hacer. Añade las cosas que te hacen sentir feliz. Ahora estás listo para comenzar.

Ahora tú estás listo para enfrentar al mundo con el nuevo tú. Sal y hazlo bien esta vez. Es una nueva oportunidad en la vida. Por lo tanto, prepárate. Confía en ti mismo. Ten fe que vas a llegar pronto a la meta. Sólo espera y mira.