miércoles, 11 de noviembre de 2015

Vivencias




El contenido de las vivencias, y sobre todo, la absoluta falta de apoyo logístico en la orfandad de nuestras posturas individuales, consecuencia de lo  insólito de los tópicos abordados, nos dejaban  expuestos a la más que probable censura de nuestros actos y apreciaciones  por parte de la llamada, conciencia colectiva, una vez que quisiéramos compartir  nuestra experiencia con otras personas ajenas al grupo.

Nos preguntamos: ¿cómo explicar a los demás? que existen visiones diferentes, distintas formas de percibir los acontecimientos, que los hechos han acontecido con absoluta independencia de lo que puedan aceptar como válidos o convenientes, los autoproclamados  formadores de opinión, que la realidad es independiente de la interpretación parcial que se le haga.

Nuevamente, volvemos al principio del Libre Albedrío, el acceso a la verdad es el fruto de la investigación exhaustiva de los hechos, no obstante contar con un enorme bagaje de información, de poder recurrir a la letra de la ley, expresión canonizada de la palabra de Dios, el gran mandamiento que recibimos nos exhorta a escudriñar las escrituras sagradas, escudriñar es investigar, comparar, consultar.

Esta exhortación va mucho más allá, no es una mera recomendación a que hagamos una simple lectura de la literatura oficialmente aceptada, es un imperativo de búsqueda universal a través de los incontables canales por los que discurre  el conocimiento.

Y ya que hemos mencionado al Rey Salomón, bueno es recordar lo que de él se menciona en las escrituras:

“Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar.

Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios.

Aun fue más sabio que todos los hombres, más que Etán ezraíta, y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y fue conocido entre todas las naciones de alrededor.

Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco. (es curioso que el Cantar de los Cantares, que aparece entre los libros sagrados de la Biblia, difícilmente es utilizado como referencia por las religiones cristianas conocidas )

También disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared.

Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces.

Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de todos los reyes de
la tierra, adonde había llegado la fama de su sabiduría. ”
                                                                                   1 Reyes 4: 29 – 34

Cuando hablamos de las enseñanzas de Salomón practicadas por la Logia de Jerusalén, conviene recordar los cambios que éste fue introduciendo en las ceremonias que se realizaban en el templo, cambios que fueron consecuencia de la influencia que Lucifer había adquirido en el entorno de los sacerdotes más allegados al monarca.

El libro de los Reyes nos cuenta lo siguiente:

“Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas;

gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses; A éstas, pues, se juntó Salomón con amor.

Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón.

Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.

Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas.

E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre.

Entonces edificó Salomón un lugar alto en Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc ídolo abominable de los hijos de Amón.
                                                                                              1 Reyes 11: 1 - 7

Lo que nos ha mostrado Gabriel, nos ha impactado, la conspiración de Lucifer contra el Mesías, hundía sus raíces profundamente en el corazón de los conjurados.

El escenario estaba siendo puesto a punto para ejecutar en él la obra del maligno, tal como lo expresa el evangelio de Mateo:

“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.

Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Entonces el Diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.

Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.

Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.

Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

El diablo entonces le dejó: y he aquí vinieron ángeles y le servían.
                                                                                                          Mateo 4: 1 - 11

Este encuentro, muchas veces leído con simpleza, muestra claramente la rivalidad latente, desde el principio de los tiempos, entre dos colosos, que no están dispuestos a dar tregua, Satanás se retira delante del poder del Hijo de Dios, pero lejos está de dar por finalizada la batalla, la conspiración que él había tramado todavía continuaba.

Por alguna razón, que confieso que en principio no entendimos, Gabriel nos hace mención, a la singular tarea, no expresamente asignada sino literalmente asumida de hecho, por la deidad integrante de la familia celestial a la que conocemos como El Espíritu Santo.

Su reflexión nos conduce hasta la isla de Patmos, lugar dónde el Apóstol Juan escribe su libro El Apocalipsis (las revelaciones en idioma griego) y nos sugiere que prestemos atención a las siguientes palabras escritas por el autor:

La mujer y el dragón:

“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.

Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.

También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;
y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra.

Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.

Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.

Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.

Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía; Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.

Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ! Ay de los moradores de la tierra y del mar ! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.

Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón.

Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo.

Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río.

Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.

Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”.
                                                                                              Apocalipsis   12: 1 - 17

Es claro que nadie puede obtener testimonio del Padre y del Hijo sin haber sido asistido y cubierto por el poder del Espíritu Santo.

El dragón lleno de ira, la serpiente antigua, el que tiene el poder de engañar al mundo entero, el que ha sido expulsado de los cielos, ha bajado a la tierra para apoderarse de sus moradores, su instinto posesivo, no reconoce derrotas, su ambición de poder no descansa, todavía lucha por sujetar a sus hermanos bajo su influencia, como lo hizo siempre, desde los tiempos en que les acusaba ante el Padre, de  no ser dignos de confianza, que debían ser controlados y dirigidos con total prescindencia de sus derechos individuales .

Este es el ángulo, desde el cual miran con desconfianza, aquellos que le temen a sus argucias, Satanás, el padre de las mentiras, tomará ejércitos y marinas, Papas y gobernantes, y reinará con sangre y terror sobre esta tierra, su influencia es capaz de traspasar lo intraspasable, su escuadra y su compás, todo lo mide, todo lo determina,  todo lo corrompe, y todo lo somete.

“Porque sucederá en aquel día que las iglesias que se hayan establecido, mas no para el Señor, dirán la una a la otra: ¡He aquí que yo, yo soy la del Señor!; y dirán las demás: ¡Yo, yo soy la del Señor! Y así hablarán todos los que hayan establecido iglesias, mas no para el Señor.

Sí, y habrá muchos que de esta manera enseñarán falsas, vanas e insensatas doctrinas; y se engreirán en sus corazones, y tratarán afanosamente de ocultar sus designios del Señor, y sus obras se harán en las tinieblas.

Porque el reino del diablo ha de estremecerse, y los que a él pertenezcan deben ser provocados a arrepentirse, o el diablo los prenderá con sus sempiternas cadenas, y serán movidos a cólera y perecerán.

Porque he aquí, en aquel día el enfurecerá los corazones de los hijos de los hombres, y los agitará a la ira contra lo que es bueno.

Y a otros los pacificará y los adormecerá con seguridad carnal, de modo que dirán: Todo va bien en Sión; sí, Sión prospera, todo va bien. Y así el diablo engaña sus almas, y los conduce astutamente al infierno.

Pues he aquí, así dice el Señor Dios: Daré a los hijos de los hombres línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí; y benditos son aquellos que escuchan mis preceptos y prestan atención a mis consejos, porque aprenderán sabiduría; pues a quién reciba, le daré más; y a los que digan: Tenemos bastante, les será quitado aun lo que tuvieren.”
                                                           2 Nefi    28: 3,9,19,20,21,22,30

Luego de citarnos estos pasajes de las escrituras, Gabriel nos ha pedido que pensemos en todo lo que constituye nuestro entorno religioso, en nuestra actitud personal, en la valoración retrospectiva, de lo que entendemos, deberíamos hacer diariamente, como una consecuencia natural del grado de relación y compromiso que hayamos asumido, con aquel ser superior, que reconocemos y aceptamos como el Padre nuestro y por ende de toda la humanidad.

Dónde y con quienes  nos relacionamos en los momentos de adoración, ante quién adoramos, quién o quienes le representan, que grado de influencia y ejemplo personal ejercen en nuestras vidas, y en las vidas de nuestros hermanos, aquellos que han tomado sobre sí la honra de obrar en el nombre de nuestro Señor y Dios.

Existen muchas personas, agrega Gabriel, que solo captan los aspectos externos, se conforman con la superficialidad, con la apariencia, aquellos que no han entendido y es muy difícil que algún día lo puedan entender, que vivir la religión es mucho más, que jugar a la religión, como no es lo mismo el recibir la inspiración divina que es fruto del esfuerzo y elevación personal, que el dejarse llevar por la improvisación que no requiere esfuerzo alguno y se nutre de nuestra propia mediocridad.

Son preguntas que no necesitan respuestas, no es preciso contestar nada, sólo se requiere que recurramos a la fuente y probemos el sabor del agua que brota de ella, se podrán decir muchas cosas referente a su virtud, pero nada puede ser comparable a aquello que podamos degustar  con nuestro propio paladar.

Hugo W Arostegui





sábado, 7 de noviembre de 2015

Aprendiendo A Mirar



En estos días pasados tuvimos la oportunidad de asistir a un encuentro entre compañeros de trabajo y nuestra instructora, Cintia Martinez, para desarrollar en conjunto un tema muy interesante relacionado con las “técnicas de venta” y cómo el conocimiento y la aplicación de ciertas habilidades nos pueden ayudar a mejorar nuestra gestión individual en el lugar de trabajo en la cual desarrollemos nuestra tarea.
Ahora bien, resulta que un hecho que debería ser “algo natural” en la capacidad expresiva de todo ser humano, lamentablemente se ha convertido en algo “en miras de extinción” posiblemente por causa de los nuevos métodos de comunicación masiva el uso de los cuales nos anula y absorbe a la vez a tal punto de que ya no miramos a nuestro interlocutor, el encuentro “cara a cara” prácticamente ha quedado en desuso incluyendo en esta práctica a todo nuestro entorno, nuestro encuentro permanente es a través de una pantalla, ya no miramos “ al otro o a los otros” y junto con nuestra nueva forma de mirar también se extinguen la sonrisa franca y natural, el apretón de manos y el abrazo solidario.
Si me preguntan ¿Qué hacer? Simplemente respondería que volvamos a ocupar nuestros ojos en la observación de todo lo que nos rodea que descubramos lo maravilloso que es nuestro “hábitat natural” la vida seguramente retomará el sentido y el color que siempre ha tenido y permanece en nuestro entorno.
Sin duda debemos disfrutar de la lectura, dedicar un tiempo diario para incursionar en nuestra propia ilustración, existen un sinnúmero de oportunidades en las cuales podremos verdaderamente compartir con todos aquellos “que toman de su propio tiempo” para dejarnos el fruto de su conocimiento y de sus experiencias de vida.
En la práctica de la lectura he encontrado el valioso aporte que les adjunto a este artículo lo cual agradezco por esta oportunidad que tengo de poder compartir.
“Estamos más acostumbrados a mirar más a lo que nos falta que a lo que ya tenemos, hemos crecido con la contante sensación de insuficiencia, y de esta forma vamos buscando la felicidad experiencia tras experiencia, sin encontrar más que pequeños momentos de satisfacción demasiado efímeros para considerar que hemos alcanzado ese horizonte llamado “Felicidad”. Hoy me gustaría hablarte de una de las cosas que puedes hacer para empezar a vivir en el lado positivo de la vida…
El sentimiento de gratitud no es un sentimiento que sobre precisamente en nuestros días. Damos por hecho que las cosas tienen que ser como son, que nos “merecemos” que la vida nos trate bien, que nuestros familiares se sientan bien, que todo a nuestro alrededor funcione. De esta forma en cuanto algo no está como nosotros queremos montamos en cólera contra el mundo, nos ponemos en esa posición de víctima que tanto daño nos hace.”www.cp67.com/libros/8/950637002.html
“Algo que debes tener en cuenta sobre esta estrategia de ventas sin vender es que inicia desde el primer contacto y nunca termina.
Muchos vendedores se dan por vencidos después de la primera visita a un cliente al que no le venden y nunca lo vuelven a buscar o visitar. Por otro lado, muchos vendedores dejan de atender al cliente una vez que se firma el contrato. Ambas fórmulas son erróneas, puesto que comunican al cliente que lo único que te interesa es venderle y no, realmente, ayudarle.
Termino esta columna la noche antes de irme de vacaciones con mi familia a mi tiempo compartido, aquel que juré que jamás compraría. ¿Qué me hizo cambiar de opinión y comprarlo? Me encontré con una compañía y un vendedor que siguieron varios de estos pasos:
1)  La compañía que me lo vendió es una cadena de hoteles seria e internacional con una excelente reputación, lo cual implica una relación de honestidad y confianza.
2) Se dieron a la tarea de entender mis necesidades y me ofrecieron exactamente lo que necesitaba, ni más ni menos.
3) En ningún momento me presionaron o exageraron los beneficios del producto. De hecho, me invitaron al resort todo pagado sin obligarme a asistir a la presentación del tiempo compartido.
4) Durante la presentación, a la cual accedí a ir voluntariamente, estaban dispuestos a no cerrar la venta si yo no la deseaba.
5) Fueron totalmente honestos conmigo y me dijeron exactamente qué esperar y no esperar del producto, y después lo cumplieron al pie de la letra, y
6) Me brindaron un extraordinario servicio en todo momento: antes, durante y después de la venta. 
Te recomendamos leer también: Guía de imagen para lograr ventas persuasivas
El autor es socio consultor y director de metodología en Mesa Consultores, una firma especializada en transformación organizacional, con más de 15 años de experiencia, asesorando en temas de liderazgo, clima laboral y renovación cultural. Puedes seguirlo en Twitter en las cuentas @MesaConsultores y @elanbenrey.

Sinceramente  Hugo W Arostegui