Hace muy poco recibí una foto de mi sobrino nieto, hijo del matrimonio de mi sobrina Ivana Arostegui, la similitud de los gestos en la imagen de este niño, me trajo a la mente una muy vieja foto que conservo de cuando yo era muy pequeño.(foto que adjunto)
Es posible que algunos piensen de que debo estar "chocheando" cosa que debe ser muy acertada, pero para ser sincero no puedo evitar mencionar de que encuentro ciertas reminiscencias en ambas imágenes.
De cualquier forma espero sepan aceptar las disculpas del caso
Hugo W Arostegui
sábado, 26 de noviembre de 2016
viernes, 25 de noviembre de 2016
Las Conductas Extremas
Existen muchas personas que adoptan
en sus decisiones posturas extremas, o dicho de otra manera, se refugian u
ocultan sus temores en posiciones extremas buscando, quizás instintivamente, el
amparo que puedan brindarles todos aquellos que motivados por las mismas
inseguridades le ofrezcan la posibilidad de “engrosar un frente común” evitando
de esta manera el tener que asumir en solitario los dictados que puedan “susurrarle”
su propia conciencia.
En momentos en que estamos hablando
de flexibilidad y tolerancia como conducta colectiva que nos permita una
adecuada integración en la diversidad, de todos quienes formamos parte de una
sociedad, que se manifiesta en la libre expresión de cada una de sus partes,
consolidando el todo, de “un entramado
social” que asume su “identidad” como la manifestación “libre y espontánea” de
cada una de sus partes” nos parece un “franco retroceso” que algunos de sus
exponentes adopten conductas tan radicales que les lleve a no admitir dentro de
su seno manifestaciones que parecieran que les contradice y ante las cuales no
existe la voluntad, no solamente de dialogar sino , y esto es lo grave, que les
induce a la adopción de actitudes francamente hostiles y violentas en contra de
aquellos que no adhieran a su radical forma de manifiesta intolerancia.
“En la mayoría de los casos, el extremista,
lleva sus ideologías a un extremo; sin embargo, los extremistas políticos toman
acciones, convirtiéndose en una especie de activistas que buscan apoyar con
todas sus fuerzas al movimiento político, además de que aplican sus puntos de
vista de manera radical, y mantienen sus opiniones de igual manera,
por lo que muchos asumen que sus acciones estarían marcadas
por la violencia, pues es la manera en la que actúan, usualmente, los
sujetos con sus opiniones al límite.”
En la religión, de alguna
manera, es uno de los entornos en donde la mayoría de los extremistas, pues la
utilización de una figura que representa un “gran poder que controla todo lo existente y por existir”, además
de la creencia, sumamente arraigada en la cultura, de que se va “al
cielo”, después de morir, lugar en que se puede encontrar la paz
eterna, aunque se deben cumplir ciertos requerimientos para lograrlo, como lo
es amar al ente todopoderoso y vivir una vida sencilla; algunas personas, con esperanza, cumplen estos requisitos con fervor, lo que puede
generar una tendencia que sobrepasa los límites. Igualmente, se pueden excluir
a los demás sujetos que no presentan las mismas conductas.”
Nos sentimos comprometidos con todas
las manifestaciones que tiendan a una mayor integración y tiendan a “tender
puentes” entre todos para poder cruzar y superar todos los límites que pudiesen
conspirar en contra de tan nobles como vitales objetivos.
Hugo W Arostegui
jueves, 24 de noviembre de 2016
La Vida Que Nos Pertenece
Es muy bueno reflexionar sobre cuál
sería una de las razones básicas, por no decir la razón prioritaria, por la
cual nos manifestamos y tomamos partido
en todos los ámbitos que fueren necesarios en procura de definir ante quien
corresponda de que estamos siendo contemporáneos con la vida que transcurre y
nos transporta, la cual nos pertenece de pleno derecho y a la que no estamos dispuestos
a dejarla pasar, por la sencilla razón de que estamos vivos, juntos, la vida y
nosotros, compartimos el tiempo presente, redactamos y escribimos las páginas
que dan cuenta de nuestro paso y existencia.
Esta, definitivamente, no es tarea
para historiadores de un tiempo que ha pasado, ésta es nuestra propia historia,
a nosotros corresponde narrarla, llenar con nuestro puño y letra los espacios
que aún continúan en blanco en el trazado de nuestras propias vivencias.
Hubo un tiempo pasado que nunca ha
sido nuestro y existe un tiempo presente que estamos configurando al cual le
damos sentido, este es el ahora de nuestras vidas, todo cuanto sucede o pudiera
llegar a suceder deberá contar con nuestra presencia en un aquí, ahora, y
conmigo sin exclusiones ni excluidos en el quehacer constante que nos conducirá
al futuro.
Hugo W Arostegui
No Te Detengas
No dejes que termine el día sin haber
crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...
Poesía: No te
detengas . (Walt Whitman)
Aportemos
Hoy en día son innumerables las
oportunidades que nos surgen, diría a cada paso, en el intercambio de
información que recibimos y transmitimos a través de los múltiples medios
puestos a nuestro alcance mediante los cuales estamos en contacto.
Las redes sociales que hemos
conformado se han convertido en un medio muy valioso de compartir inquietudes,
como asimismo, una gran oportunidad para desarrollar nuestra solidaridad y
fortalecer nuestro espíritu de colaboración con todos aquellos que de alguna
manera necesiten de nuestro aporte solidario.
“Cabe destacarse que cuando es necesario conseguir algún
fin que de manera individual sería realmente complejo de lograr, o directamente
imposible, es que se llama, se invita a la gente que pueda hacerlo a colaborar
con su participación, su esfuerzo, para poder alcanzar la propuesta que se
persigue.
Asimismo, cuando observamos que alguien, un amigo, un compañero, un afecto cercano, necesita de nuestra ayuda, cooperación, auxilio, en la realización de alguna tarea o actividad y lo asistimos, estaremos colaborando con él.
Entonces, la de colaborar es una acción sumamente común y corriente a instancias de las relaciones interpersonales y en diversos ámbitos.
Y también el término de colaborar se usa para indicar la relación laboral que mantiene un individuo con una empresa determinada y que principalmente se destaca por no implicar la típica vinculación de dependencia laboral, ya que quien colabora, generalmente, lo hace de una manera un poco más libre en lo que respecta a la asistencia física al lugar de trabajo y el cumplimiento de horarios.”
... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/social/colaborar.php
Como decimos, hemos construido entre todos un
medio sumamente eficaz por el cual contrastar nuestra tan peculiar indiferencia
y demostrar por la vía de los hechos de cuánto somos capaces de aportar en ese
encuentro en el que todos y cada uno podemos transformar los desafíos individuales
en una realización colectiva que haga posible que las cosas sucedan.
Hugo W Arostegui
miércoles, 23 de noviembre de 2016
Amplitud de Miras
“Dar verdadero sentido a nuestra
vida se va convirtiendo en realidad a lo largo de nuestra existencia, en la
medida en que llevamos a la práctica el propio proyecto personal de crecer y
perfeccionarnos desde dentro, encontrando satisfacción en la labor que
realizamos, teniéndonos en gran estima y convirtiéndonos en nuestro mejor amigo.”
Sólo cuando hemos
logrado vivir en paz y armonía interior con nosotros mismos, estamos en
disposición de derramarnos sobre los demás, de salir de nuestro caparazón
mezquino y miope y elevar nuestra mirada por las altas y lejanas cumbres de la
generosidad y del bien común, como actitud, como programa de nuestra vida
cotidiana.
¿De
qué manera? Haciendo realidad los siguientes principios:
a)
Como dice Buscaglia, hay que sentir la propia identidad sabiendo que no es
perfecta, pero que está en proceso de creación y de crecimiento. «Siempre pasan meses entre la siembra y la siega».
b)
Gozar de la vida en sus múltiples facetas y comprender que la dicha, la
felicidad, es una cuestión de interpretación personal, digo más, de elección.
Cada pensamiento, cada acción es sobre todo un acto de elección, de interpretación
de la realidad presente, sea cual fuere, de forma positiva o negativa. Seamos
positivos, sembrando comprensión y esperanza.
c)
Lo verdaderamente importante no es el propio interés, sino la cooperación
desinteresada y el interés mutuo. «Al perder el interés apasionado por nuestros
semejantes, hemos perdido la capacidad de ser felices», subraya A. Montagú.
d)
Las acciones de interés social que redundan en provecho de pueblos y
comunidades enteras y son de carácter universal producen una felicidad de mayor
calidad y la correspondiente valoración positiva de sí mismo.
e)
Hemos de convertir nuestra vida en un largo sendero sembrado de amor: a un lado, la aceptación y el amor a nosotros
mismos; al otro lado, el amor y la aceptación
de los demás.
f)
Atinadamente afirma Amando de Miguel que “el truco para alcanzar la felicidad está en fijarse
aspiraciones modestas”, refiriéndose a
las cosas pequeñas, de cada día, aquellas que para la mayoría de los mortales
carecen de importancia. Pero son precisamente estas “aspiraciones modestas”,
sentidas y vividas en paz y armonía con nosotros mismos y con nuestros
semejantes, las que forman el entramado de base de todo espíritu noble y
generoso… ¡con amplitud de miras!
Dice Phil Bosmans en su Canto a las cosas
sencillas de cada día.
“Redescubre
las cosas normales,
el encanto sencillo de la amistad,
las flores para un enfermo,
una puerta abierta,
una mesa acogedora,
un apretón de manos,
una sonrisa,
el silencio de una iglesia,
el dibujo de un niño,
una flor que se abre,
un pájaro que canta,
una hilera de álamos,
un riachuelo, una montaña…
La vida se vuelve una fiesta
cuando sabes disfrutar
de las cosas normales de cada día”.
el encanto sencillo de la amistad,
las flores para un enfermo,
una puerta abierta,
una mesa acogedora,
un apretón de manos,
una sonrisa,
el silencio de una iglesia,
el dibujo de un niño,
una flor que se abre,
un pájaro que canta,
una hilera de álamos,
un riachuelo, una montaña…
La vida se vuelve una fiesta
cuando sabes disfrutar
de las cosas normales de cada día”.
Esa amplitud buscamos y es a esa
amplitud que aspiramos
Hugo W Arostegui
Obsecuencia
“Es así que los despreciables obsecuentes se desviven en brindar
celeridad ante el menor requerimiento sugerido, o festejan cualquier nimia
ocurrencia de aquel individuo a quien desean servir. A veces, sobreactúan de un
modo patético.
En algunos casos, quizás este accionar tenga su origen en un sentimiento
íntimo de inferioridad, o asuman esa conducta con la malsana y perezosa
intención de aventajar a otros semejantes —por lo general más capaces y
laboriosos que ellos— para obtener un mejor reconocimiento en el grupo de
pertenencia. Cuanto menos informal sea la organización donde se hallen, mayor
será el daño ocasionado por estos individuos.
Este panorama se torna deleznable cuando tanto el subordinado como el
supuesto líder son obsecuentes ambos. En estos casos, el resultado será
fatalmente malo para cualquier grupo humano que los cobije. El jefe obsecuente
no podrá entender la conducta de ninguno que no aplique la obsecuencia ciega
hacia su persona. Automáticamente verá en él una amenaza a su liderazgo: nada
peor para un vicioso que la virtud en un subalterno.
Hay veces en que el obsecuente cree que brinda sus favores a alguien
menos capacitado que él, con lo cual siente un íntimo regocijo al pensar que,
mediante sus artilugios de manifiesta obediencia y recepción de favores, maneja
desde las sombras la situación. En verdad, los hechos se suceden por mera
casualidad.
He visto como algunos pobres diablos tratan de hacer méritos mediante
obsequios desmesurados a sus líderes; cuando en realidad debiera ser al revés,
pues quien obtiene un mayor beneficio de un buen resultado es quien está a
cargo y —por tal razón— debiera estar agradecido a todos aquellos que lo
hicieron posible.
Existe desde aquel pequeño alumno mediocre, que entrega un regalo
exagerado a la maestra, en busca de buenas calificaciones, hasta el empleado
que se tira de cabeza a un pozo lleno de barro, para socorrer a su jefe, que ha
tropezado dentro del mismo, en un afán desmedido por lograr un evasivo aumento
de sueldo o un inmerecido ascenso.
La Argentina —como todos sabemos— es un país extraño. En él la
norma es la anomia, razón por la cual, las artes de la obsecuencia son
favorecidas.
En algunos raros casos, donde no se practica este fenómeno, tal
situación se debe a que el subalterno es un familiar cercano de alguien con
mucho poder. En estos casos resulta gracioso ver al jefe prodigando favores al
subalterno.
Por estas razones, me resulta verdaderamente cómico escuchar esos
argumentos sobre el reconocimiento recibido por este Fulano, o aquel Mengano,
en función a su gran capacidad y logros obtenidos, cuando en realidad me consta
que los personajes premiados sólo son mediocres… y obsecuentes.
El accionar de los obsecuentes torna muy difícil para el virtuoso
encarar actividad alguna con un nivel de éxito significativo. Alcanzar un
resultado, que luego pudiese depararle algún tipo de reconocimiento, le resulta
una empresa casi imposible: no está preparado para resistir las argucias y
zancadillas que le propinará el otro. Una situación que pudiera resultarle
favorable y ser visible a los ojos de todos, no pasará desapercibida para quien
pueda sentirse amenazado en su impericia o falta de capacidad.
En su argumentación para desmerecer al laborioso nunca faltarán
argumentos: demasiado celo por su profesión que le impide ver la realidad con
mayor claridad, tener un mal carácter, ser egoísta, ser petiso, ser gangoso, o
ser negro.
Por eso, algunos pobres a los que en el reparto de dones les fue mal,
sabedores de sus límites, finalmente no les quedará más remedio para progresar
que hacer méritos y congraciarse con sus jefes. Y como saben de antemano que no
tienen la capacidad intelectual para merecer ascensos, el único camino que se
les ocurre es el de la obsecuencia.
Pero —como decía mi abuela—, “más vale caer en gracia, que ser
gracioso”; por lo que a veces más que lograr sus fines, estos desdichados ponen
aún más en evidencia sus limitaciones y terminan haciendo el papel de bufones.
Entre los de su especie, su arsenal está pletórico de las artes de la
calumnia y el chisme; armas que utilizan con predilección sobre aquellos otros
a los que su pobre razonamiento hace ver como rivales que deben vencer.
En este juego maléfico rápidamente recibe buenas dosis de su propia
medicina, aplicada por parte de otros obsecuentes como él: estas dosis suelen
ser fatales sobre él. Por el contrario, para quienes no necesitan mentir sus
capacidades —pues son evidentes— esos ataques sólo les causan un daño
momentáneo; aunque tal benignidad es cierta solamente si tuvieren otra
oportunidad para mostrar su valía, entonces demostrarán tal equívoco y —en este
caso— será el obsecuente quien terminará cuestionado.
Pude observar que generalmente se forma una pareja inseparable: el
obsecuente y su jefe mediocre. En este nefasto dúo, uno de ellos se encarga de
obtener todo tipo de información que desmerezca a sus compañeros, es el
alcahuete, lo que es utilizado luego por el otro para cortar cualquier
posibilidad de reconocimiento hacia alguno de sus dirigidos, en especial aquel
que pudiera eventualmente convertirse en reemplazante suyo, o —lo que es peor—
pudiera poner de relieve su poca capacidad para ocupar esa posición de privilegio.
A cambio, prodiga escasos beneficios al obsecuente que le hace tal favor.
Si un obsecuente progresa, junto con él progresará su metodología de
trabajo. Malos días le esperan a esa organización. Y aunque —por incompetente— finalmente
el obsecuente termine relevado, habrá ocasionado ya un grave daño a todos.
También me consta que, en otros casos, la obsecuencia es una burda
actuación a tiempo completo, pero dirigida hacia un fin determinado: la
obtención de un favor.
Esto es muy común en la política, donde la gente se arrima a los
políticos con el solo fin de obtener un beneficio dado, que bien puede variar
desde una pensión o subsidio, hasta una beca de estudio para un hijo o la
asignación de una vivienda en un plan del gobierno, o aún un puesto de trabajo
—aunque más no fuera temporario— para alguno de la familia.
En esas personas su lealtad hacia los postulados y objetivos que
defiende ese político durará lo mismo que la paciencia que tengan para esperar
por aquel beneficio. Llegado a ese punto, para el logro de su meta, el
obsecuente se venderá al mejor postor.”
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