miércoles, 28 de diciembre de 2016

Frases Para El Camino


La vida no es sólo trabajar, es tener tiempo para vivirla, tener tiempo para las cosas cotidianas.

Cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas.

Consejo del día: no te enojes, recuerda que la gente no te hace cosas, la gente hace cosas y tú decides si te afectan o no.

Los dos guerreros más poderosos son la paciencia y el tiempo. León Tolstoi

No desesperes nunca, ni cuando estés en las peores condiciones, porque hasta de las nubes más negras, cae agua limpia.

El secreto de la genialidad es conservar el espíritu del niño hasta la vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo.

Nunca te definas por tu pasado, fue sólo una lección, no una sentencia de por vida.

Los pesimistas se quejan del viento, los optimistas esperan que cambie, los realistas ajustan las velas. William Arthur Ward

La gente no es pobre por cómo vive, es pobre por cómo piensa.

El ser humano suele ser tonto, pero tan tonto que se olvidó de ser feliz,sueña con el futuro, llora por el pasado y no sabe disfrutar el presente.

¿Qué has aprendido después de tanto dolor, de tantas traiciones? Entonces respondí: “aprendí a siempre sonreír”. Blaster

Di lo que te molesta cuando te moleste y no cuando te harte, así podrás decirlo con tus mejores palabras y no con tus peores ofensas.

No escoges ni a tus padres, ni a tus hijos, ni a tus suegros. De tu familia sólo podrás escoger a una sola persona: tu pareja…Mucha suerte

Deja que el tiempo pase, y ya veremos lo que trae… Gabriel García Márquez.

No acumules silencios o acabarás gritándole a la persona equivocada.

El reto más grande de la vida es descubrir quién eres. El segundo reto más grande es ser feliz con lo que has descubierto.

La estupidez se manifiesta cuando la lengua le gana al cerebro.

No uses estas frases todas juntas porque deseo que tu camino sea largo, muy largo.

Hugo W Arostegui




Contundente: Tú Puedes


Es posible que te encuentres un tanto aturdido por todos los acontecimientos que parecen precipitarse sobre cada uno de nosotros en esta época del año, donde las emociones dan la extraña sensación de “compactarse” unas sobre otras, mezclando en nuestros pensamientos aquellos momentos en que fuimos niños, con otros de nuestra juventud, vida adulta, con encuentros y desencuentros que han hecho posible todo ese cúmulo de vivencias que hemos atesorado a lo largo de nuestra vida.

Hoy, por ejemplo, un 28 de diciembre de hace treinta y siete años nacía mi hija Carolina, la más pequeña, hoy fallecida pero plenamente vigente en el recuerdo de aquellos tiempos pasados.

Una cosa entiendo que debo compartir, como quién comparte con admiración y reconocimiento todo lo que podemos realizar en nuestros tiempos de vida contemporánea, lo digo de una manera como si todo cuánto pudiera acontecer en nuestros días dependiera de lo que seamos capaces de realizar, 
existen, de la misma manera que existimos nosotros mismos, una enormidad de oportunidades de hacer algo nuevo, algo que quizás nunca pensamos que podamos realizar, pues bien, si nos sentimos vivos, debemos considerarnos vigentes, aquí estamos, y conjuntamente con nosotros está también nuestra facultad de pensar.

El poder plasmar nuestra capacidad de pensar en la concreción de nuevas oportunidades de crear es lo que nos “mantiene vigentes” plenos de vida generadores de nuevas formas de expresión que nos identifiquen tal cual somos en este proceso de integración que nunca cesa y siempre se renueva.  

“La mayoría de la gente no se siente frenada por sus habilidades innatas pero sí por su forma de pensar.

Piensan que la inteligencia está predeterminada, pero no es así. Tu cerebro es como un músculo. Mientras más lo uses y ejercites más crece.

Nuevas investigaciones muestran que podemos tomar el control de nuestra habilidad para aprender.
Todos podemos convertirnos en mejores estudiantes. Solo necesitamos desarrollar nuestro cerebro de la manera adecuada”.

Hugo W Arostegui


martes, 27 de diciembre de 2016

Esta Es Tu Vida


La vida es espíritu con un cuerpo prestado, la vida es un espacio de tiempo, largo o corto, esto depende de tu percepción, la vida es un compromiso de grandes y no de cobardes, la vida simplemente es el misterio más grande a prueba de razón y ciencia. La vida es como caminar a ciegas por grandes laberintos de fuego, la vida es terminar para volver a empezar, la vida es caer para levantarse.
La vida ciertamente no tiene sentido, porque el verdadero sentido se lo pones tú.
Que tu vida tenga o no sentido va a depender de la pasión con que impregnes tus acciones día con día.
La vida es luz para quien la ha sabido buscar y la ha encontrado, la vida es oscuridad para quien ha perdido la fe hasta en sí mismo.
La vida es materia, pero también espíritu, transformar la materia es un suceso de lógica, transformar tu espíritu es un acto de amor.
La vida tiene senderos de tristeza y de alegría, la tristeza ayuda a fortalecer tu espíritu, la alegría es señal de que tus sueños se han cumplido.
La vida puede ser miseria, para quien no es agradecido, pero puede ser riqueza para quien conoce su valor.
La vida son horas amargas para quien vive en el pasado, pero pueden ser horas felices para quien sabe vivir el hoy y el ahora sin preocuparse del mañana.
La vida es hoy, porque sólo tenemos seguro el momento que vivimos, el recuerdo del momento que pasó y la esperanza del minuto siguiente.
La vida es un gran juego, donde quien aprende ganar disfruta, pero quien no aprende a perder se frustra.
La vida está compuesta de deseos que satisfacen al cuerpo, pero también de ideas que alimentan el alma.
La vida tiene muchos obstáculos, el más aberrante de todos es “No querer”, la meta más grande es superarte a ti mismo, la limitante más tonta es pensar en los demás.
La vida es una lucha cotidiana para los seres grandes de espíritu, iniciada la batalla puedes caer o vencer, si caes te fortaleces, si vences, no te conformes con saborear eternamente las mieles de un triunfo, por el contrario, prepárate para la Gran Guerra.
La vida tiene razón y emoción; la razón es la respuesta lógica de un pensamiento, la emoción es la respuesta de tus sentimientos. Quien vive con razón piensa siempre en sí mismo, Quien vive la emoción es capaz de vivir y sentir por los demás.
La vida puede ser un simple sueño para quien nunca se atrevió a conquistarla, pero puede ser una realidad para quien se esfuerza por vivirla.
 El eje rector de tu vida eres tú mismo, tu existencia no puede estar en función de la riqueza acumulada, de las personas que amas, de la profesión que ostentas, del trabajo que realizas, de las cosas materiales que compras, de los deseos que satisfaces, todo ello es simplemente materia y recuerda que en el “Gran Camino de la Vida” nada nos pertenece. ¿Qué te ha hecho sentir que eres dueño de lo que posees? Cuando ni tan siquiera somos dueños del tiempo, pues sabemos el día que nacimos pero ni tan siquiera sabemos el día en que moriremos.  Somos dueños de los momentos vividos y del presente que se está esfumando, somos dueños de las ideas y pensamientos que desarrollamos siempre y cuando los hayamos compartido, somos dueños de la Pasión que sentimos, del Amor que compartimos, pero no somos dueños de los seres con los que deambulamos, las personas a lo igual que las cosas, pueden ser en un momento, transformarse o desaparecer en otro, sin embargo ¡TU VIDA PUEDE SEGUIR!
No vayas por la vida sintiendo posesión de las cosas o de las personas, las cosas y las personas a lo igual que el agua de los mares, fluyen y circulan aunque eso no significa que no sean parte de un todo, eso no significa que no sean parte de ti.
“Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. 

Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¡cuánto más hará por vosotros, hombres de poca fe!…


Hugo W Arostegui

Otra Vez La Misma Piedra


El sistema financiero en su voracidad ha tomado por asalto la venta de endeudamiento con el lema: “compre ahora y pague después”  una estrategia para dinamizar el mercado de consumo comprometiendo los ingresos de los potenciales consumidores con el corrimiento de las cancelaciones de sus compras de bienes de consumo en por lo menos ciento ochenta días.

Esta vez, como en tantas otras veces, se ha recurrido al ya viejo y gastado recurso de “patear la pelota para adelante” lo que debemos hoy lo dejamos “stamby “ a la espera de alguna otra oportunidad y el nuevo crédito que tan beneficiosamente las instituciones financieras, vale decir, bancos, tarjetas de crédito, etc. las utilizamos para solventar nuestras compras de fin de año, nos tomamos unas vacaciones y listo.

Quiere decir que literalmente “ nos vamos todos” y el último que se recuerde de “apagar la luz”
Ahora bien lo que necesitamos es perseverancia y no la que podamos tener para volver a tropezar con la misma piedra, sino para cumplir con nuestro endeudamiento y su cascada de intereses que a la hora de “pagar nuestras deudas” aparecen como “convidados de piedra”.

Bueno es entonces recordar el significado de algunas palabras, por ejemplo:

Qué es Perseverancia:

Se conoce como perseverancia a la firmeza o constancia en una cosa. También, alude a la duración permanente o continua de una cosa.

El término perseverancia proviene del latín “perseverantia”.
Como tal, la perseverancia es constancia, persistencia, firmeza, dedicación o tesón, tanto en las ideas, como en las actitudes, en la realización de algo, en la ejecución de los propósitos, y también en las resoluciones del ánimo.

El término perseverancia puede ser empleado en cualquier circunstancia de la vida, se debe tener un objetivo claro o una meta que justifique el esfuerzo y perseverancia o dedicación en un período de tiempo generalmente extenso. 

Por eso, se dice que la perseverancia es la clave del éxito en muchas situaciones, aunque se debería decir que la clave del éxito es saber cuándo perseverar y cuándo no.

Por otro lado, perseverar puede ser negativo, ya que se puede gastar mucho esfuerzo y tiempo en algo que no produce ni va a producir ningún resultado. Por tanto, una persona debe saber no sólo cuándo perseverar, sino también hasta qué punto abandonar y centrar sus esfuerzos en algo diferente con otras estrategias que le permita no volver a caer en los mismos errores que lo llevo al fracaso pero que de igual manera dejo un aprendizaje.

La perseverancia también es importante y forma parte del desarrollo de la persona y de las relaciones interpersonales, ya que en toda relación entre dos personas alguna vez hay conflicto y es necesario un gran esfuerzo para resolver esos conflictos, no tener miedo al fracaso o a los errores, y tener un control de los problemas y superarlos para mejorar, crecer personalmente y continuar viviendo.

La perseverancia es el valor humano fundamental que permite al individuo no rendirse y continuar hacia adelante a pesar de las dificultades, los obstáculos, la frustración, el desánimo, el aburrimiento, o la tendencia o los deseos de rendirse o abandonar una situación.

La perseverancia es un valor positivo que ayuda, o aumenta la probabilidad de alcanzar metas difíciles, que conlleva a apreciar más los logros obtenidos. 

También la perseverancia aumenta la sensación de auto-eficacia cuando tienes éxito, y ayuda a mejorar las capacidades y las habilidades, a desarrollar nuevas técnicas para superar los obstáculos y a aprender de los errores.

La perseverancia le permite al individuo conseguir grandes logros individuales, en cualquier ámbito de su vida, bien sea amorosa, profesional, económica, cultural, social, entre otras.

Hugo W Arostegui


lunes, 26 de diciembre de 2016

El Día Después


Las clásicas fiestas navideñas ya han pasado y ahora recomenzamos con nuevos bríos nuestra actividad diaria, claro, ahora no es lo mismo que el resto de los días, todavía nos queda ese saborcito propio de los encuentros, el saludo filial con la familia extendida y aquel un tanto más protocolar, pero no menos cordial con amigos, vecinos, compañeros de trabajo y, por qué no, con cuántos conocidos, y algunos no tan conocidos, con quienes nos hemos cruzado por el camino.

En este intercambio de saludos he tenido algunas singulares oportunidades de mantener un contacto, como se dice ahora “en vivo y en directo” con algunos que son familiares y con otros que el vínculo ha nacido y crecido a través de nuestros contactos por los diversos medios que felizmente se han multiplicado como consecuencia de las llamadas “redes sociales”

De todas estas situaciones generadas lo que me queda como corolario que amerita que nos hagamos una reflexión que podamos compartir con todas las salvedades del caso es la relacionada con la familia, la que hayamos constituido dentro de las formalidades del caso y aquella familia, la que brota como un yuyo silvestre, de hecho, carente de formalismos de orden institucional, pero adherida con muy fuertes vínculos a nuestros afectos de cada día.

Es obvio que tenemos que actualizar nuestro concepto de familia y ampliar nuestra visión de lo que se nos ha inculcado por la tradición y aquella, la que se hilvana por medio de los lazos que se van formando a través del tránsito de nuestras vidas.

La cultura del mundo occidental y cristiano del cual provenimos la mayoría de nosotros parte de la base de “una sagrada familia” en torno de la cual armamos nuestros pesebres y festejamos el nacimiento “del niño Jesús” no hablemos de fechas ni de escenarios, simplemente recordemos las imágenes que aprendimos a venerar de José, María y el pequeño niño en el pesebre, pues bien me pregunto: ¿Qué es lo que vemos? Vemos a José que no es el padre biológico de Jesús, a María, y al pequeño niño Dios, esta es la sagrada familia que en cierto modo se constituye en  el modelo de nuestras propias familias, lamentablemente no aparecen en el relato ni los otros hermanos y hermanas, hijos de José y de María que crecieron junto a Jesús y han sido excluidos, vaya uno a saber  los por qué, de la historia que nos han contado.

La cruda realidad, la que sí nos muestra a “nuestras familias” tal como se han ido constituyendo por los lazos afectivos del amor y la convivencia es la que de alguna forma se junta alrededor de nuestras mesas o por los medios modernos de comunicación y ahí están son “nuestra familia” tan sagrada y tan digna de veneración como toda familia que se sienta ligada por los sentimientos conjuntos que anidan en nuestros pechos muy junto a los latidos de nuestro agradecido corazón

Hugo W Arostegui


domingo, 25 de diciembre de 2016

El Sentimiento Solidario


Una vez que hemos pasado los tradicionales festejos y luego de haber compartido los mejores augurios de felicidad es probable que los primeros efectos que sintamos luego de cenar en abundancia, compartir regalos, elevar nuestras copas en un brindis y retirarnos a descansar ya transcurridas las primeras horas de la madrugada navideña, es muy probable que estemos un tanto aturdidos, cuando no aún mareados, tomando analgésicos por probables malestares estomacales e intenso dolor de cabeza, quizás nos comencemos a preguntar:  “ y ahora qué”
Bueno ahora amigo/a, compañero/a , ahora comienza la etapa que tiene su sentencia en un dicho popular, la cual nos dice: “del dicho al hecho hay un trecho”
La singularidad de esta ocasión, quizás nuestra mayor oportunidad, es que los dichos ya están dichos y que ahora solo nos resta comenzar a transitar por esta senda de compartir nuestra solidaridad, seguramente tendremos muchas ocasiones de obtener satisfacción en los futuros y previsibles encuentros con nuestras amistades, pero de todas las cosas que hagamos ninguna podrá compararse por el sentimiento de gozo que proviene del ejercicio directo de nuestra solidaridad, nada puede compararse con un apretón de manos o un fuerte abrazo, ese sentimiento tan particular y genuino que nos torna tan humanos.
LA SOLIDARIDAD  ¿QUE ES LA SOLIDARIDAD?
“La solidaridad es una de los valores humanos por excelencia, del que se espera cuando un otro significativo requiere de nuestros buenos sentimientos para salir adelante.
En estos términos, la solidaridad se define como la colaboración mutua en la personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se vivencias experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir.

Debido al verdadero significado de la solidaridad no es de extrañarse que escuchemos este término con mayor frecuencia cuando nos encontramos en épocas de guerra o de grandes      desastres naturales.

De este modo, gracias a la solidaridad es posible brindarle una mano a aquellos que resultan menos favorecidos con este tipo de situaciones”.

Hugo W Arostegui


sábado, 24 de diciembre de 2016

Esta Vez Es Para Ti: Muy Feliz Navidad



El ser humano es codicioso y cuanto más tiene, más desea; a causa de esto se han producido miles de guerras durante toda la historia que han provocado: incontables muertes, familias destrozadas, infancias perdidas, esperanzas rotas… Sin embargo, muchas veces se nos olvida destacar que el ser humano también es bondadoso.

A veces es imposible creer que eso sea verdad. ¿Quién puede pensar en el prójimo con todo lo que le ocurre a uno mismo? Es sencillo, porque ayudar, reconforta.

Homero dijo: “Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga”. Una persona que vivió en el siglo VIII a.C. se dio cuenta de la miseria que había y de la necesidad de ayudar a los demás. Pero no solo fue Homero, también Alejandro Dumas con su famosa frase: “Todos para uno y uno para todos” demuestra que se debe socorrer al que lo precisa.

Está muy bien irse a colaborar a distintos sitios, pero de nada sirve si no somos capaces de ayudar a las personas que conocemos y queremos. Estar pendiente del de al lado, es algo que se está perdiendo. Cada uno vive en su burbuja, en la que está muy cómodo, pero no debería ser así.

El ser humano, aparte de ser codicioso y ambicioso, es social, convive y es capaz de darse cuenta de lo que les ocurre a las personas que tiene cerca, por eso es su deber auxiliar al que lo necesite.

Un adolescente muchas veces piensa que puede con todo, que no necesita a nadie, que es mejor estar solo. Se equivoca, como en muchas otras cosas. La persona necesita de los demás para sostenerse en ellos, para ser escuchado, para ser amado y para amar. Sin los otros, la desesperación, la desmotivación, la depresión… ganan poder en nosotros y nuestra forma de ser se envilece.

Como dijo Alfonso Reyes: “Cuando una mano se alarga para pedirme algo, pienso que esa mano puede ser, mañana, la que me ofrezca un vaso en mitad del desierto”.

Si personas de distintas épocas han sido capaces de darse cuenta de que debemos ayudar a los demás, ¿cómo es posible que a nosotros nos cueste tanto? Salgamos de nuestro propio mundo y creemos uno en el que los demás sean la prioridad
.
Hoy tu mano es mi mano, tu necesidad debe ser mi mejor manera de dar, ambos somos los prójimos que debemos amarnos, todos, tú, yo y los demás, encarnamos la imagen de la gratitud por este presente que se nos ofrece en la mayor gratuidad, el que compartimos desde que venimos a este mundo, el cual es este maravilloso don de la vida en plenitud.  

Hugo W Arostegui