sábado, 18 de julio de 2020

Nuestros Valores


Los diferentes puntos de vista acerca de la Educación en valores están relacionados a interrogantes como: ¿qué son los valores?, ¿qué es la valoración?, ¿qué relación existe entre la educación en valores y el proyecto educativo?, ¿es tarea de la Universidad formar valores?, ¿cómo podrá la Universidad medir la formación y el desarrollo de valores profesionales? Estas preguntas si bien no agotan las inquietudes y preocupaciones existentes, al menos introducen el análisis de los valores en la formación profesional.

Muchas de estas preocupaciones acompañan al mundo actual de modo más general, se habla de crisis de identidad, de fe y de epistemología. De identidad por la ausencia de un sentido claro de pertenencia y por la carencia de proyectos comunes unificadores; de fe, por la incapacidad de creer en algo, por la imposibilidad de cambio y la falta de confianza en el futuro y; epistemológica, por la supremacía del conocimiento y la razón, que se expresa en una racionalidad instrumental-administrativa-gerencial, capaz de aplastar lo afectivo y sentimental.

Algunos afirman que vivimos en una sociedad sin valores; otros que han aparecido nuevos valores asociados al nuevo paradigma socioeconómico y cultural; también hay quien dice que el problema está en la existencia de multivariedad de valores, lo que produce confusión y desorientación en la actuación y valoración de los seres humanos. 

Quizás esté ocurriendo todo ello, valdría la pena abordar el asunto teniendo en cuenta que en todas las sociedades y en las diferentes épocas el hombre como guía ha tenido que enfrentar sus propios retos de desarrollo, ¿por qué no podría hacerse ante el acelerado desarrollo científico-tecnológico y la globalización del mundo actual?

No obstante a esta realidad, no es ajeno el hecho de que existen cuestiones no resueltas en la comunicación y en la vida de los hombres, en su educación, en su calidad de existencia, que impiden el desarrollo de una personalidad integral y adecuada a la sociedad en que ésta se despliega.


El estudio sobre el comportamiento humano ha sido y es interés de diferentes ciencias: la filosofía, la psicología, la sociología y la pedagogía, las que desde sus diferentes objetos de estudios enfocan su campo de acción. 

Así los debates pueden ser desde los distintos puntos de vista. No obstante, el objetivo común está en la comprensión e interpretación de los porqué de las actuaciones de los seres humanos, para lograr orientar el comportamiento humano hacia las tendencias más progresistas y desenajenantes de la humanidad, su crecimiento espiritual y material, todo ello dentro de los requerimientos que impone la sociedad, de ahí que, en el centro de su análisis se hallen los conflictos entre el ser y el deber ser, y derivado de ello entre el hacer y el saber hacer.


viernes, 17 de julio de 2020

El Acoso De La Expansión


 Las empresas transnacionales son actualmente nuevos agentes de cambio global, llegando incluso a controlar aspectos de nuestra vida que antes no pertenecían a la esfera de los mercados. En el proceso de acumulación creciente del capital, las grandes corporaciones empresariales de hoy en día siguen potenciando el viejo problema de la dominación sobre la clase trabajadora, pero ahora con la novedad de manejarse en Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación.

El ser humano parece haber quedado desprovisto de una cultura que no sea la propiamente mercantil, reducido a ser un consumidor inconsciente que no tiene poder para cambiar el estado de cosas. Sin embargo, frente a esta situación se están avivando múltiples iniciativas para recuperar los espacios de la ciudadanía…

Quienes asistieron al nacimiento de las primeras compañías comerciales en Holanda en el siglo XVII, quienes vivieron la aparición de las fábricas textiles en Manchester en el siglo XIX, e incluso quienes contemplaron la configuración de las grandes empresas fordistas y de los incipientes conglomerados corporativos estadounidenses a lo largo de los primeros dos tercios del siglo XX, no dejarían de mostrar su asombro ante el poder acumulado hoy en día por las empresas transnacionales. Es más, podríamos llegar a afirmar que el mismísimo Karl Marx (que no fue ni mucho menos ajeno a las dinámicas de centralización y concentración del capital) se quedaría perplejo si pudiera visualizar la dimensión global y el peso que las grandes corporaciones han alcanzado en múltiples aspectos de nuestras vidas, de todas y cada una de las personas y pueblos que vivimos en este mundo globalizado.

Es precisamente a partir de la actual fase de globalización neoliberal, iniciada hace cuatro décadas en el contexto de la crisis de los 70, cuando las tendencias expansivas de las empresas transnacionales se agudizan. Éstas se convierten en los agentes que con mayor fuerza impulsan una salida a dicha crisis desde el ahondamiento de los valores civilizatorios vigentes (ánimo de lucro, maximización de la ganancia, acumulación, crecimiento incesante), a través de una propuesta política conocida como Consenso de Washington (desregulación, apertura, flexibilización, limitación de las capacidades de los Estados). 

La implementación de dicha propuesta se ve favorecida por el disciplinamiento de la clase trabajadora, por un lado, así como por las mejoras tecnológicas en el transporte, la comunicación y la información, por el otro.
De esta manera, éstas asumen el papel de agente hegemónico de la globalización neoliberal y amplían no sólo su frontera espacial a lo largo y ancho del mundo, sino también su frontera sectorial (incorporando progresivamente al mercado capitalista y controlando ámbitos como la agricultura, los servicios, los bienes naturales, las patentes sobre la propia vida, etc.), e incluso su frontera política (alcanzando una capacidad de incidencia superior a la de los Estados y los pueblos).

Acumulan así un poder extraordinario que se expande más allá de lo económico y que se evidencia también en los ámbitos político, cultural y jurídico. En este sentido, y en lo que respecta al poder económico, las empresas transnacionales se sitúan en el centro de las grandes cadenas globales de producción, distribución, comercialización, finanzas y comunicación, lo que les permite acumular beneficios que superan en ocasiones las capacidades de los propios Estados. 

Algunos ejemplos: Wal-Mart, la mayor empresa del mundo, maneja un volumen anual de ventas que supera la suma del PIB de Colombia y Ecuador, mientras la petrolera Shell tiene unos ingresos superiores al PIB de Emiratos Árabes Unidos, al igual que el BBVA comparado con Guatemala.

Por supuesto, esta situación de privilegio económico se traslada de manera natural a un poder político creciente. Las multinacionales son las principales beneficiarias (y defensoras a ultranza) de la democracia de baja intensidad en la que vivimos, donde las decisiones se alejan de la ciudadanía y se toman cada vez más en ámbitos supraestatales (como estamos viendo en las negociaciones del TTIP[1] o del TISA[2]), sin las mínimas garantías democráticas de participación e información, y contando con la connivencia de Estados matrices y receptores, así como de las principales instituciones multilaterales, formales (FMI, OMC) o informales (G7). Es en este contexto y en estos espacios donde su capacidad de incidencia a través de lobbies se acrecienta, a la vez que, en sentido contrario, los Estados (y no digamos ya los pueblos) pierden peso específico. 

De esta manera, los gobiernos ven limitada su capacidad para actuar en defensa de la ciudadanía en espacios donde no tienen protagonismo. A su vez, la infiltración de las transnacionales en sus competencias y responsabilidades es tal que en muchas ocasiones los Estados priman la alianza con éstas frente a su compromiso con las mayorías sociales, bien sea por derrotismo (no hay alternativa), persuasión (empleo, negocios, inversión extranjera directa, etc.) y/o corrupción (sobornos, puertas giratorias, etc.), situando a las grandes corporaciones como agentes políticos de primer orden.

Pero, además, las empresas transnacionales acumulan también poder cultural, jugando un papel fundamental en la reproducción simbólica del sistema, convirtiéndose en sujetos activos en defensa de una civilización individualista, consumista, fragmentada y despolitizada. De esta manera, han entendido con claridad que su legitimación depende de los imaginarios colectivos, de los valores imperantes, para lo cual han llevado la cultura a su terreno (mercantilizándola en la medida de lo posible), a la vez que han diseñado, impulsado y generalizado un formato universal de sociedad, de ciudadanía global, y de saber y conocimiento, adaptado a la primacía del crecimiento capitalista y a la democracia de baja intensidad.

Finalmente, y como garantía para mantener todo este entramado de poder económico, político y simbólico, las corporaciones transnacionales acumulan un aplastante poder jurídico. Éste se muestra en una lex mercatoria (derecho fuerte, basado en una maraña de complejos tratados, acuerdos comerciales, de inversión, etc.) que se impone sobre la soberanía de los pueblos y sobre el marco internacional de derechos humanos (derecho débil), generando así una arquitectura de la impunidad que les protege y blinda jurídicamente de las posibles iniciativas populares y/o de los Estados.

El círculo se cierra. Pasamos del poder económico al político, y de éste al cultural, todo ello bajo un marco jurídico actualmente inexpugnable y que les favorece. Han conseguido, por tanto, ser el agente protagonista y hegemónico en nuestra realidad global, con una gran incidencia en múltiples ámbitos de nuestras vidas.


Dimensiones Sociales


La crisis moral y la falta de ética ya es problema de todos, nos atañe a la familia, comunidad y
escuela es común ver y oír a mujeres, hombres, jóvenes y niños en las calles, tiendas, medios de transportes y nuestros alumnos en el aula, con vocabularios obscenos, conversaciones, canciones y gestos que van en contra de los principios morales y las buenas costumbres.

Para la mayoría, este es un tema de poca importancia, sin ningún conocimiento sobre lo que es ética, valores y dignidad humana, mucho menos la relación que existe entre los valores, familia, comunidad, escuela y las dificultades o problemas que alteran la sociedad a nivel mundial.

Estamos olvidando los valores y la ética, que están relacionados con la familia, escuela y grupo de personas que nos rodean durante el periodo de desarrollo varían de grupo a grupo, incluso de persona a persona, son reglas no escritas pero que sabemos que existen, nos encontramos con grupos de personas que juzgan informalmente al prójimo en base a sus principios éticos y realizan acciones que usualmente van en contra de la ley y en una sociedad verdaderamente democrática, el valor más importante, debe ser el respeto a la ley. 

Las sociedades han mostrado que las civilizaciones requieren de un marco legal para poder funcionar civilizadamente, el cuerpo legal va a dar marco para regir la conducta de los individuos de la sociedad y el estímulo necesario para que la sociedad avance en una determinada dirección y su violación es un atentado, no sólo contra el presente, sino contra el futuro de la sociedad.

La ética es el ideal de la conducta humana que orienta a cada persona sobre lo que es bueno y correcto y lo que debería asumir, encaminando su vida hacia la buena relación con sus semejantes buscando el bien común. 

La ética descubre valores en todos los actos humanos. Los valores están en los seres humanos y se fomentan o modifican en las instituciones pues la primera institución es la familia y quien no la tiene o no reconoce el valor familiar difícilmente tendrá valores sólidos.
   
Los problemas de la sociedad siempre están relacionado con la ética ya sea violencia, corrupción, robos, maltratos y diferentes actitudes o actos que van degenerando una sociedad, esto es debido a que las familias o entorno mismo no inculca valores o principios desde el momento que nacen como ya sabemos nuestra niñez siempre está regida por el entorno familiar porque son ellos los que nos guían desde pequeños y con lo dicho entonces son ellos los que a veces tienen la culpa de que seamos o nos convirtamos en personas con antivalores, claro que no siempre se dan en casos así a veces también nos influencian nuestra malas amistades o el entorno “social” las cuales nos llevan hacer o actuar de mala manera y esto conlleva a hacer daño a la sociedad y por tanto también a nosotros mismos.

La solución para estos grandes problemas que se suscitan hoy en día debería empezar (como lo dicho anteriormente) por el entorno familiar, formándonos con principios éticos para así poder nosotros también inculcarlo en nuestras siguientes generaciones para así conseguir o ir construyendo un sociedad basada en principios éticos.


Imaginación Sin Límites


 Los orígenes del estudio de la imaginación datan desde las reflexiones filosóficas. No obstante, su posicionamiento como materia de estudio científico, alejado de especulaciones metafísicas, se da con el nacimiento de la psicología experimental, pese a esto, se conserva como un componente psíquico lejos de ser descifrado. 

Es solo hasta finales del siglo XX y principios del presente siglo que la imaginación se toma como desafío para la investigación psicológica y neurocientíficas, y los métodos conjuntos de neuroimagen y conductuales permiten vislumbrar hipótesis de cómo el cerebro imagina.

Los psicólogos han estudiado la imaginación, no sólo en su forma de creatividad y expresión artística, sino también en su forma mundana de la imaginación de todos los días y han propuesto que está basada en los mismos procesos cognitivos que el pensamiento racional.

Existe la imaginación reproductiva y la imaginación creativa. La reproductiva es cuando recreamos imágenes de hechos pasados y que están en nuestra memoria.

Y la imaginación creativa es cuando de motu propio creamos imágenes por nosotros mismos. Esta imaginación puede ser positiva o negativa. Es positiva cuando imaginamos la solución algún problema y entramos en un estado emocional positivo. La negativa es cuando nos representamos cosas en nuestra mente de problemas sin solución entrando en estado de impotencia.

A este tipo de imaginación creativa también se le suele denominar visualización creativa.


Espacios Donde Compartir


Las redes sociales sirven para darnos a conocer, compartir cosas con nuestros amigos y, algunas más que otras, dar nuestra opinión a los demás. 

Aunque Twitter posiblemente sea la red social más utilizada para esta noble empresa, y discutir o dialogar con otras personas, hay más opciones para este propósito, redes sociales pensadas para servir de espacio o muro virtual donde opinar, puntuar, compartir ideas afines y encontrar personas con nuestros gustos y preferencias. Veamos algunos ejemplos de espacios para dar tu opinión.


Las cinco redes sociales para dar tu opinión en las que me he centrado tienen cosas en común, como la publicación de comentarios relativamente cortos, algo heredado de Twitter y que ha sido, creo yo, motivo de su éxito. 
Otro detalle en común es la posibilidad de comentar, o responder, a los comentarios, seguir a personas con gustos afines. Además, la mayoría tienen aplicaciones móviles, imprescindible hoy en día, ya que la mayoría estamos más cerca del teléfono que del ordenador y siempre es buen momento para opinar sobre algo.


jueves, 16 de julio de 2020

Congruentes


Tómate un momento para pensar en aquellas personas que conoces que son congruentes. ¿Qué características les son propias? ¿Cómo sabes que son congruentes? ¿Qué significa ser congruente para ti?

Piensa en aquellas personas que conoces que son incongruentes. ¿Qué las caracteriza? ¿Cómo identificas la incongruencia? ¿Qué significa ser incongruente para ti?

Entiendo a la persona congruente como aquella que vive según sus valores. Lo contrario para mi es aquella persona que contradice con su acción su pensamiento.

Un ejemplo de congruencia me lo dan aquellas personas que entienden que la salud es su bien más preciado, que de nada les sirven el dinero y las propiedades si no se encuentran lo suficientemente sanos como para disfrutarlos, y luego hacen lo necesario para permanecer sanas. Esto puede pasar por identificar las claves de una vida sana y luego ajustar los propios hábitos para que encajen con el ideal: cuidar lo que comen, hacer ejercicio con regularidad, mejorar sus relaciones, buscar un trabajo que les satisfaga emocionalmente.

Otro ejemplo me lo dan las personas que entienden que van a pasar como mínimo ocho horas diarias dedicadas a su trabajo y consideran que merece la pena que esa dedicación les compense más allá del dinero. Tal vez piensen en buen ambiente, lazos de amistad, sentido de contribución, posibilidad de expresarse creativamente. Si a las 24h del día les quitamos ocho horas de sueño, las ocho horas de trabajo ascienden a la mitad de la jornada (esto sin atender a los desplazamientos ni al tiempo que estamos fuera del trabajo pero pensando en él). Entonces algunas de las personas que son conscientes del tiempo que van a dedicar al trabajo son congruentes con esto y hacen lo posible para establecer un estilo de vida que les lleve a satisfacer sus principios.

En el otro extremo están las personas incongruentes: piensan que la salud es importante pero fuman y comen alimentos tóxicos; piensan que les deben la vida a sus padres pero no les cuidan lo más mínimo; consideran que lo importante en la educación de sus hijos no son solamente las palabras sino el ejemplo que les pueden dar y sin embargo discuten de forma airada, se enfadan y les hieren.

Cuando una persona es congruente de pensamiento y acción, esto es, cuando lo que hace va en la dirección de lo que piensa, comienza a andar el camino que le lleva a conseguir aquello que quiere.

Cuando una persona contradice de hecho aquello que piensa se aleja de lo que desea y compra todos los números para sentirse frustrado.

Ser congruente no es una alternativa de fin de semana, no se trata de ser congruente de vez en cuando, ser congruente es un estilo de vida. Ser congruente significa estar 24h del día, 7 días a la semana, haciendo aquello que es más susceptible de llevarte donde quieres ir.

La congruencia no es una actitud de cara a la galería, se trata más bien de un compromiso con uno mismo.

Para conseguir pasar de la situación en la que uno se encuentra, a la situación en la que a uno le gustaría encontrarse, es necesario emprender la acción.

Es la acción y no el conocimiento lo que te permitirá conseguir aquello que deseas y que es importante para ti. No basta con almacenar libros y coleccionar seminarios, para conseguir algo distinto de lo que estás consiguiendo tienes que hacer algo diferente.

Pero no se trata de hacer cualquier cosa… sino más bien de emprender aquel conjunto de acciones que más probablemente van a llevarte hacia delante. Tampoco se trata de hacerlas una vez y olvidarse para siempre… sino más bien de hacerlas de forma regular y sistemática. 

Se trata de emprender la acción de forma masiva y sostenida y de no cesar hasta haber alcanzado el objetivo.


La Energía Que Generas


 Crear tu vida supone entender y ser consciente de la influencia que tienes en la dirección que quieres que tome tu existencia.
La clave eres tú, y no  las circunstancias incontrolables.

Muchas personas consideran que el factor económico es un obstáculo insalvable, no es cierto.

Crear tu vida supone darte cuenta de que no tienes que ser víctima de tu pasado.

Crear tu vida supone ser consciente de que tu vida es única. Nadie la ha vivido antes, ni va a hacerlo después.


Crear tu vida también es tomar conciencia de que la mayoría de las oportunidades que aparecen en tu vida, son generadas por la energía que creas a tu alrededor.


Evitar Los Excesos


En esta época la superación personal tiene mucha fuerza, debido a que se está dependiendo menos de las creencias y se espera mucho del propio esfuerzo para solucionar nuestra vida. Muchos devoran libros a diario sobre estos temas; pero este cumulo de información que se recibe a diario, poco a poco se vuelve en un hábito en que se quiere aprender más; pero se aplica menos.

La repetición es una solución a esto. La repetición es la forma en que la mente puede llegar a asumir algo de manera automática. Por ejemplo, si miramos la publicidad grandes compañías a pesar de su fama siguen inundándonos sus mensajes. Esto lo hacen para que no nos olvidemos de la marca. Uno solo puede tomar decisiones a partir de algo que se recuerda, y ello solo puede suceder cuando estamos acostumbrados a repetir algo.


Los siguientes principios de superación personal, son cosas que pudiéramos caer a veces en cuenta; pero que por estar leyendo una y otra cosa, solemos olvidarles y por tanto no las aplicamos. 

La idea no es dejar de leer muchos temas, si no que al menos tengamos fijo en la mente algunos principios que nos puede servir mucho en nuestra vida, y para ello necesitamos recordarlos a base de la repetición.


miércoles, 15 de julio de 2020

La Preservación De Nuestro Medio Ambiente


Los últimos desastres ambientales ocurridos en todo el planeta, nos ha puesto nuevamente frente a una realidad insoslayable, que nos obliga a sincerarnos y tomar una posición bien definida, posición que no admite ambigüedades, en cuánto al grado de responsabilidad que nos compete a todos y cada uno, con relación a este tema tan relevante, donde lo que está en juego, es nada más y nada menos, que la sobrevivencia de todas las especies vivas, que conforman nuestro habitat natural.

Si en algo estamos todos de acuerdo, es en asignar responsabilidades y condenar al hombre, en términos genéricos, como el principal, por no decir el único, responsable de todos los desequilibrios ocasionados en nuestro eco sistema.

El juicio es unánime y la sentencia lacónica: El hombre es quien ha provocado la crisis ambiental y sus catastróficas consecuencias.   

Desde los antiguos escritos de La Kabbalah, sus maestros enseñaban este principio:
“El hombre, el mundo donde vive y el universo todo, son análogos  si bien sus dimensiones y apariencia sean distintas, su conformación y su esencia, son análogas.”

Es entonces, recurriendo a esta analogía, que abordaremos en este artículo el tema ambiental, lo haremos partiendo de la premisa, de que lo que expresemos  en él, será recogido por lectores que poseen  la madurez e ilustración suficiente como para que sea innecesario recurrir a una exposición exhaustiva sobre situaciones hartamente conocidas por todos.

Recurriremos a un viejo refrán que nos sentencia: “A buen entendedor pocas palabras bastan”

También escuchamos esta aseveración que nadie discute ni pone en tela de juicio: “El ser humano es ante todo, un individuo, y por tal motivo decimos por extensión,  que cada persona es en sí misma, un mundo.”
De manera que no nos parece tan descabellado el considerar, que existe un hilo conductor
-quizás para muchos imperceptible-  que permite vincular los acontecimientos que pensamos que son exclusivamente  de nuestra competencia y que podemos hacer lo que queramos con ellos, sin embargo, conllevan consecuencias que no solo nos afectan en lo personal, sino que además, influyen en todo nuestro entorno, es decir, alteran el equilibrio con otros seres que componen las varias constelaciones en las cuales orbitamos:  como lo pueden  ser la familiar o la laboral, entre otras.

En cuanto a las alteraciones físicas del planeta: En este punto podríamos recurrir a miles de ejemplos, pero bastará que mencionemos algunos indicadores, tales como: la contaminación ambiental, la desertización, la disminución de la capa de ozono, la falta de recursos hídricos renovables, el uso indiscriminado de la energía nuclear, etc. etc.

Ahora, veamos: decimos que nos preocupa el  medio ambiente en el cual vivimos, pero no relacionamos la interacción existente entre el medio ambiente exterior a nosotros  y nuestro propio mundo, el interior, es decir nuestra propia identidad, nos hemos preguntado alguna vez,  en qué condiciones está el cuerpo físico que ocupamos, ¿ se encuentra libre de contaminación? Nuestros pulmones reciben el oxígeno suficiente?  ¿Nuestra alimentación es la adecuada? ¿Nuestros huesos y músculos tienen la energía necesaria? ¿Nuestro índice de masa corporal es el adecuado?  Y así podríamos seguir agregando preguntas sobre lo que estamos haciendo por nuestro propio espacio, el que ocupamos, cual si fuésemos una hormiga más en este enorme  hormiguero humano que todos conformamos.

Y si las respuestas que nos vamos dando a cada una de estas interrogantes no nos satisfacen,  deberemos admitir que también formamos parte de la contaminación que tanto nos preocupa.

Y la analogía nos lleva a las profundidades de nuestro yo interior, la preocupación que mencionamos, también nos lleva a considerar las alteraciones constatadas en lo referente al clima, hablamos y hablamos, organizamos cabildos, creamos organizaciones ambientalistas que alzan su voz en todos los fórums abiertos para denunciar los abusos y exigir por soluciones a los gobiernos del mundo.

Y nosotros, en lo personal, en que clima vivimos, somos serenos como una mañana veraniega, o por el contrario, estamos sujetos a cambios bruscos de conducta , que transforman, la serena mañana que mencionamos, en estallidos de violencia, en la aridez de los desiertos causados por la intolerancia, el egoísmo o la ambición.

Nuevamente nos preguntamos:
¿Podremos mejorar la contaminación que nos rodea si no somos capaces de vivir en armonía con nosotros mismos?

Estuve observando el comportamiento de un grupo de personas que se divertían en una fiesta, en su jolgorio, elevaban vasos desbordantes de alcohol, los cuales volvían a llenarse una y otra vez, al finalizar la diversión, algunos ni siquiera podían estar de pie, a su alrededor pululaban cientos de vasos vacíos, aplastados bajo sus zapatos, cual si fuesen hojarascas después de un torbellino.

El medio ambiente esperaba, una vez más, que alguien pusiese las cosas en su lugar.

Hugo W. Arostegui


Neurociencia


La mente humana detecta rápidamente cuándo algo es quimérico en el mundo real y, por alguna razón que aún se desconoce, el cerebro asimila mejor y encuentra menos sorprendente aquellas ideas imposibles que son religiosas, han constatado científicos españoles del Instituto de Salud Carlos III de Madrid. 

Las conclusiones de este estudio se han publicado en la versión digital de la revista científica Social Neuroscience y está dirigido por Manuel Martín-Loeches, investigador del Instituto de Salud Carlos III y profesor de la Universidad Complutense de Madrid.

Martín-Loeches ha explicado que el cerebro detecta con mucha rapidez cuándo algo es imposible en el mundo real: "existen unas leyes físicas, biológicas y psíquicas que son sistemáticas, se descubren con apenas meses de edad y conocerlas es, precisamente, una de las razones clave para nuestra supervivencia". 

En este sentido, está comprobado, ha asegurado, que para que un mito o un relato religioso tenga éxito se deben mezclar hechos posibles e imposibles, pues estos últimos llaman la atención, elevan el interés, sorprenden, y la historia se recuerda más fácilmente. "Unas gotas de irrealidad, la dosis justa, garantizan el éxito de un relato", según este investigador.

Partiendo de esto, el equipo que dirige Martín-Loeches, quiso constatar si las ideas imposibles de los relatos religiosos tenían una naturaleza especial, algo que las hacía en el cerebro distintas. Para explorar esta idea, los investigadores analizaron la actividad cerebral de un grupo de 30 personas mientras leían milagros e ideas imposibles extraídos de textos religiosos reales y compararon dicha actividad del cerebro con la obtenida mientras leían ideas imposibles pero no incluidas en textos religiosos.

Experimento con relatos poco conocidos Para estar seguros de que las ideas o hechos imposibles religiosos no eran conocidos ni resultaban familiares a los voluntarios del estudio, se extrajeron de diversos relatos ajenos a la religión cristiana, imperante en la sociedad occidental.

Así, de un total de 180 oraciones, los participantes tenían que decir si éstas eran o no posibles. De cada oración, tres versiones: la religiosa ("de su mente surgió la luna" (en este caso extraída de textos védicos)); una similar pero ajena a los textos religiosos ("de su mente surgió la casa"); y una equivalente y posible ("de su mente surgió la idea"). 

El equipo de Martín-Loeches, para llegar a las conclusiones del estudio, lo que hizo fue analizar y medir la actividad cerebral de cada individuo ante la exposición y lectura de estas tres frases. Para ello utilizó una medida de actividad cerebral que expresa la cantidad de incongruencia que el cerebro humano encuentra cuando lee o escucha una oración y que se conoce como "onda cerebral N400". Se llama así porque se activa a las 400 milésimas de segundo tras escuchar una palabra que no encaja y su origen está en las redes cerebrales que conforman el conocimiento semántico, donde está almacenado el conocimiento del mundo y cómo funcionan las cosas.


Según Martín-Loeches, por alguna razón que aún permanece en la incógnita, los cerebros de los voluntarios encontraron menos sorprendentes las ideas imposibles religiosas que las imposibles no religiosas. "El cerebro humano ve más aceptable, asimila mejor, que se muevan montañas a que se muevan edificios", según este psicólogo. La religión, "consciente o no, habría utilizado preferentemente las ideas que el cerebro humano considera menos sorprendentes y, al no ser extravagantes, el éxito del relato religioso estaría garantizado". 

Según este experto, ahora queda por determinar qué es lo que hace que unas ideas sean apropiadas para unos mitos religiosos y cuáles no.


Vivir Es Filosofar

A lo largo de la historia grandes pensadores ha influido en la manera de ser, de pensar y actuar desde las diferentes civilizaciones antiguas hasta la actualidad. La evolución psicológica del ser humano ha tenido grandes aportes de la filosofía, esta hermosísima ciencia que estudia la belleza del ser humano bajo algunos conceptos estéticos que la componen.

A su vez, le ha dado al conocimiento las herramientas claves para el buen entendimiento del mismo y sus terminologías. En virtud de esto, quisimos dedicar un artículo especialmente al conocimiento filosófico, qué aportes le ha dado a la sociedad y la mejor manera de comprenderlo sin desprestigiarlo.

Comencemos por definir el concepto de filosofía principalmente como el amor a la sabiduría. Es una ciencia que estudia problemas relacionados al ser humano y sus condiciones, que plantea cuestiones como la moral, la belleza, la existencia, el conocimiento, la mente y el lenguaje.

Al indagar sobre estos temas, la filosofía se diferencia de la misticidad de los componentes espirituales, ya que tiene un énfasis en los componentes racionales que estructuran y definen a la existencia.

Los estudios que realiza la filosofía no están involucrados en la experiencia, siempre se llega al conocimiento a través de distintos métodos como la especulación, que estudia los elementos involucrados a priori para poder dar una conclusión final sobre los aspectos que definen a dicho elemento, sin embargo, no existe una conclusión determinada que condicione las características del objeto estudiado ya que la infinita belleza y capacidad del ser filosófico de indagar sobre su existencia, le permite siempre ir más allá del conocimiento adquirido con anterioridad.

El filósofo puede ser científico, teólogo o político, esto se debe a las virtudes del mismo para entender y plantear problemáticas de la vida.

Antes de hablar de conocimiento filosófico debemos abordar el concepto de conocimiento, este término tiene múltiples conceptos que son relacionados con el mismo; por ejemplo: la conciencia humana, la intelectualidad y la acción de adquirir información.

Todo dependerá de la posición que se tiene ante este término y a la utilización que se le dará dentro de los campos investigativos.

En síntesis, se puede tener la concepción del término con múltiples definiciones del mismo para no limitar directamente al aprendizaje del ser, es decir, si se tiene la noción del conocimiento relacionado con la conciencia, puede ser el que el concepto de los mismos sea la experiencia y familiarización del ser respecto al universo.

Por otra parte, si la persona posee el concepto de conocimiento relacionado al raciocinio, puede tener la definición del intelecto contenido relativo a un área en específica como la ciencia.

Así que es válido poseer los diferentes conceptos anteriormente explicados relacionados al concepto propio del conocimiento .

Se entiende por este tipo de clasificación, a todo lo inherente al ser humano basándose en su conducta y pensamiento.

El análisis y la crítica son las herramientas que posee un filósofo para poder llegar a dicho conocimiento.

Para ver las fallas dentro de alguna conducta que se convierte en la problemática del ser, el análisis es fundamental para mejorar el discurso filosófico.

La crítica abre paso al planteamiento de nuevas soluciones que involucran al colectivo y sus demás problemáticas

Nutrir La Mente


"Leer es una gran manera de expandir nuestro horizonte de experiencias".

Así opina Raymond Mar, doctor en Psicología de la Universidad de York, en Canadá, que estudió el comportamiento del cerebro cuando una persona lee

Y es que leer la historia de un personaje en una novela es casi igual a vivirla, según estudios sobre la actividad cerebral.

Pero este es solo uno de los descubrimientos de los científicos sobre el enigmático funcionamiento del órgano más complejo del humano y su relación con la lectura

BBC Mundo entrevistó a tres investigadores que estudiaron qué pasa en nuestro cerebro cuando leemos.

Si hay algo que los científicos destacan desde un principio es la diferencia entre cerebro y mente.

"Con el fin de entender lo que hace el cerebro, tenemos que entender lo que hace la mente. No podemos hablar del cerebro por sí solo", señala Keith Oatley, profesor emérito de Psicología Cognitiva de la Universidad de Toronto, Canadá.

"No es el hecho de saber simplemente si un área particular del cerebro se activa cuando leemos, sino en conocer cómo funciona la mente en ese proceso", coincide Raymond Mar, doctor en psicología de la Universidad de York, también en Canadá.

Una de las primeras reacciones al leer es crear fotos en la mente.

"Hay evidencia de que cuando se lee, la mente crea o recuerda objetos que se asemejan a la descripción", afirmó Mar a BBC Mundo.

"Básicamente, si lees una rica descripción de una escena, podrás ver la activación cerebral en la corteza visual. Hay similitudes entre percibir y leer acerca de la percepción", añadió.

Oatley y Mar concluyeron que el cerebro, al parecer, no distingue claramente entre leer sobre la experiencia de un personaje de ficción y vivir esa actividad en la vida real.

"Aparentemente hay similitudes en la forma en que el cerebro reacciona a leer sobre algo y experimentarlo", explicó Mar.
Según el especialista, cuando una persona lee que un personaje ficticio está realizando determinada actividad, las áreas del cerebro que se activan son las mismas a las que esa persona utiliza para llevar a cabo esa acción.

"Como sabemos, cuando leemos una historia cuyo protagonista enfrenta una situación peligrosa o temerosa, nosotros sentimos miedo", ejemplificó Mar.
Y esto está claramente relacionado con la empatía, el sentimiento de identificación con algo o alguien.


"Se descubrió que hay áreas del cerebro que se pueden supervisar para saber si la gente es empática en la vida ordinaria, y esas regiones son las mismas que se activan cuando se está leyendo acerca de los personajes, porque el proceso psicológico es similar", advirtió Oatley a BBC Mundo.


La Mediocridad

Los mediocres son solo seres que insultan a la inteligencia, no valoran ni su misma existencia, peor aún el perfume de una rosa,

Creen que su ignorancia es digna de exhibirla, pobres tontos no saben que es una afrenta para quienes no son igual a ellos;
Todo el encanto que hacen durante horas, lo rompen en un solo segundo, y a pesar d ofender a quienes los rodean, se sienten grandes,
La vergüenza no se hizo para ellos, Son personas sin ideales, el arte lo convierten en su oficio, la ciencia en su comercio, de la virtud una empresa.
No saben ni valoran lo grandes y ricos que son, se conforman con el mero hecho de tenerlo, más no de aprovecharlo, claro, su herencia es eso,
Ser conformistas, más no progresistas e idealistas, pobres mediocres.


Vanidosos

A continuación, te mencionamos cuáles son los principales rasgos de las personas vanidosas soberbias:


Las personas vanidosas, puesto que vienen marcadas por cierto narcisismo (y el narcisismo no es más que la creencia de estar en lo cierto por el simple hecho de ser quien se es), suelen creer que tienen razón en todas las discusiones que tienen.

Es por ello que, con frecuencia, las personas soberbias y vanidosas tratan de argumentar y defender sus puntos de vista mediante falacias de autoridad… 

¡Poniéndose a sí mismos como autoridad!

La vanidad y la soberbia están directamente relacionadas con la opinión que los demás tienen, por lo que el feedback que un vanidoso recibe de las demás personas es algo fundamental para su autoestima.

Sin embargo, al mismo tiempo, tratan de aparentar indiferencia ante lo que opinan los demás, y esto lo hacen por dos razones: La primera, que sabe que la naturalidad se valora positivamente; la segunda, que interés por lo que opinan los demás implicaría debilidad.

Puesto que tratan de fingir una versión idealizada de ellos mismos, es difícil comunicarse con ellos sin que surjan fricciones. Cualquier pequeño detalle puede provocar un enfado monumental, por discutir algo que, para ellos, es fundamental en su disfraz.

Por ejemplo, si no se les presta la suficiente atención en un grupo, inconscientemente, el vanidoso buscará alguna razón para enfrentarse con alguna persona del grupo y, de esta forma, conseguir atención.

La mayoría de personas soberbias y vanidosas se expresan de una forma completamente teatral. Es decir, cuando hablan, gesticulan de una forma que casi parece sacada del mundo de las artes escénicas.

Esto lo hacen para captar la atención del otro, porque una persona vanidosa y soberbia, como ya has podido ver hasta ahora, es una persona que necesita constantemente de la atención y de la validación de los demás.

La vanidad tiene cierta relación con el narcisismo, y el narcisismo tiene cierta relación con la psicopatía (puesto que se considera que el único importante es uno mismo y los demás están cosificados, como si fueran objetos para satisfacción propia).

Esto, evidentemente, no tiene por qué significar que tu amigo el vanidoso sea un asesino en serie. Tranquilo. Sin embargo, sí es posible que tenga algún rasgo psicopático y tienda a tratar a los demás para su propio beneficio, sin interesarse por ellos como personas.


Las Decisiones

Todos nos sentimos atormentados en algún momento por alguna decisión a tomar: seguir en una relación o no, renunciar al trabajo, casarse, tener un hijo, etc.

En otras ocasiones, sabemos lo que tenemos que hacer (dejar de tomar, salir más a menudo y conocer gente, comer más saludable, establecer relaciones más íntimas) pero no nos decidimos, es decir, no nos comprometemos a nosotros mismos a hacerlo. 

A veces nos damos cuenta que nuestra forma de ser nos está perjudicando (dejamos las cosas para después o trabajamos demasiado, somos poco cariñosos o demasiado exigentes) pero no sabemos cómo hacer el cambio.

Esta lucha interna e indecisión es dolorosa y extenuante. Lo peor es que retrasa nuestro crecimiento y nos paraliza. La decisión que dejamos para después, siempre regresa a mordernos, de una forma u otra.

Tomar decisiones puede ser doloroso porque estamos renunciando a todo lo demás, y a veces esto ya no regresa. Aunque parezca precipitado decirlo, mientras más limitadas tenemos las opciones, más nos acercamos al final de nuestra vida. 

Nadie quiere acercarse al final de la existencia, por eso, a veces inconscientemente evitamos decidirnos. Cuando tenemos 18 años tenemos un mundo de posibilidades y opciones, al llegar a los 60 años tenemos menos decisiones cruciales que tomar. Hay quienes evitan tomar decisiones para aferrarse a la ilusión que las posibilidades siguen siendo ilimitadas. No queremos renunciar a ese mundo de opciones. Tomar una decisión siempre implica un coste de oportunidad.

Aristóteles daba el ejemplo de un perro hambriento al que se le presentaban dos platos de comida igualmente exquisitos, sin poder decidirse, sigue hambriento y “muriéndose de hambre”.


Se nos hace tan difícil decidir porque a nivel inconsciente nos negamos a aceptar las implicaciones de renunciar. Si lo vemos de esa forma, en nuestra vida vamos de una renuncia a otra, renunciamos a todas las demás parejas, renunciamos a todos los otros trabajos, renunciamos a todos los otros lugares de vacaciones cada vez que decidimos.