Voy a presentarles a esta pareja de jóvenes, que como todos ustedes saben, han venido a acompañarme, conjuntamente con Cozbi y Zimri, nos dice Zoar, ellos me han pedido que sea yo quien les cuente la historia de sus vidas, ellos han sido protagonistas de una aventura de amor, que por los motivos que les expondremos, lamentablemente, se convirtió, en una terrible tragedia.
Conozcamos a Dina:
Dina, es la hija menor de la pareja
formada por Jacob y Lea, sus hermanos son los siguientes: Rubén, el primogénito
de Jacob, Simeón, Leví, Judá, Isacar, el cual fue concebido por causa de las
mandrágoras que Rubén le trajo a su madre, y que ésta a su vez, las usó para alquilar al prostituto
Jacob.
Ya sé, no me digan nada, nos dice
sonriente Zoar, veo que me están mirando un tanto escandalizados por lo que he
dicho sobre Jacob, pero por fuerte que pueda parecerles la expresión, yo
pregunto: Si alguien consiente, en vender o alquilar su cuerpo para tener una
larga noche de amor,¿no está de alguna manera ejerciendo la prostitución?
Bueno, continuemos presentando a los
hermanos de Dina, hablamos de Rubén, de Simeón, Leví, Judá, Isacar, y por
último nos faltaba mencionar a Zabulón.
Como pueden apreciar, Dina, proviene
de una ilustrísima familia, cuyos hermanos son, nada más, ni nada menos, que
los titulares, de ese club exclusivo, que representa a las doce tribus de
Israel.
Conozcamos ahora a Siquem:
Siquem es el hijo primogénito de
Hamor, el heveo, que era el príncipe de aquella tierra.
Les recuerdo que ha sido a este
príncipe, Hamor, el padre de Siquem, a quién Jacob le compró una parte de un
campo, en cien monedas, donde plantó su tienda y se fue a vivir con su numerosa
familia.
Vale decir entonces, que Dina y
Siquem, fueron primeramente vecinos, luego, con la impetuosidad propia de su
juventud, se fueron gustando el uno al otro, y surgió entre ellos, lo que
primero fueron tiernas miraditas a lo lejos, hasta que la temeraria Dina, se
fue animando a dar algunos pasitos, cada vez mas lejos de la mirada de su madre
y hermanos para tener un contacto en vivo y en directo con el apuesto Siquem.
Como no podía ser de otra manera,
estos encuentros fueron incrementando su intensidad hasta que sucedió lo que
tenía que suceder y de lo cual ninguna familia esta libre de experimentar, si
nó, preguntémosle, a los castos hermanos de Dina.
los acontecimientos que voy a
narrarles, nos dice Zoar, nos van seguramente a impactar por su gravedad y
crudeza, por esta razón, voy a preferir que primero leamos el relato bíblico de
los hechos, para luego, entonces sí, realizar algunos comentarios al respecto.
“ Salió Dina la hija de Lea, la cual
ésta había dado a luz a Jacob, a ver a las hijas del país.
Y la vió Siquem hijo de Hamor heveo,
príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó con ella, y la deshonró.
Pero su alma se apegó a Dina la hija
de Lea, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de ella.
Y habló Siquem a Hamor su padre,
diciendo: Tómame por mujer a esta joven.
Pero oyó Jacob que Siquem había
amancillado a Dina su hija; y estando sus hijos con su ganado en el campo,
calló Jacob hasta que ellos viniesen.
Y se dirigió Hamor padre de Siquem a
Jacob, para hablar con él.
Y los hijos de Jacob vinieron del
campo cuando lo supieron; y se entristecieron los varones, y se enojaron mucho,
porque hizo vileza en Israel acostándose con la hija de Jacob, lo que no se
debía haber hecho.
Y Hamor habló con ellos, diciendo: El
alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija; os ruego que se la deis
por mujer.
Y emparentad con nosotros; dadnos
vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras.
Y habitad con nosotros, porque la
tierra estará delante de vosotros; morad y negociad en ella, y tomad en ella
posesión.
Siquem también dijo al padre de Dina
y a los hermanos de ella: Halle yo gracia en vuestros ojos, y daré lo que me
dijeres.
Aumentad a cargo mío mucha dote y
dones, y yo daré cuánto me dijereis; y dadme la joven por mujer.
Pero respondieron los hijos de Jacob
a Siquem y a Hamor su padre con palabras engañosas, por cuánto había mancillado
a Dina su hermana.
Y les dijeron: No podemos esto de dar
nuestra hermana a hombre incircunciso, porque entre nosotros es abominación.
Entonces os daremos nuestras hijas, y
tomaremos nosotros las vuestras; y habitaremos con vosotros, y seremos un
pueblo.
Mas si no prestareis oído para
circuncindaros, tomaremos nuestra hija y nos iremos.
Y parecieron bien sus palabras a
Hamor, y a Siquem hijo de Hamor.
Y no tardó el joven en hacer aquello,
porque la hija de Jacob le había agradado; y él era el más distinguido en toda
la casa de su padre.
Entonces Hamor y Siquem su hijo
vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los varones de su ciudad,
diciendo:
Estos varones son pacíficos con
nosotros, y habitarán en el país, y traficarán en él; pues he aquí la tierra es
bastante ancha para ellos; nosotros tomaremos sus hijas por mujeres y les
daremos las nuestras.
Mas con esta condición consentirán
estos hombres en habitar con nosotros, para que seamos un pueblo: que se
circuncide todo varón entre nosotros, así como ellos son circuncindados.
Su ganado, sus bienes y todas sus
bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con
nosotros.
Y obedecieron a Hamor y a Siquem su
hijo todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncindaron todo
varón, a cuántos salían por la puerta de su ciudad.
Pero sucedió que al tercer día,
cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví,
hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad, que
estaba desprevenida, y mataron a todo varón.
Y a Hamor y a Siquem su hijo los
mataron a filo de espada: y tomaron a Dina de casa de Siquem, y se fueron.
Y los hijos de Jacob vinieron a los
muertos, y saquearon la ciudad, por cuánto habían amancillado a su hermana.
Tomaron sus ovejas y vacas y sus
asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo, y todos sus bienes; llevaron
cautivos a todos sus niños y sus mujeres, y robaron todo lo que había en casa.”
Génesis
34: 1 –29
Confieso nos dice Zoar, que este
relato me asquea, me resulta increíble que esté inserto en un libro considerado
sagrado, y que se intente de alguna manera hacernos creer que este crimen
brutal y despiadado pueda ser presentado como un hecho más entre las travesuras
de los hijos escogidos de Jehová : “ Los Israelitas Boys”.
El amigo Moisés, al incluir este
macabro episodio entre los tantos que incluye en su Torah, menciona solamente a
dos de los hijos de Jacob, a Simeón y a Leví, pero Dina, la cual está aquí
entre nosotros, nos declara que fueron todos los hijos varones de su padre
Jacob, los que intervinieron en estos actos de barbarie, genocidio, pillaje,
robo, secuestro de niños y mujeres, verdaderos terroristas, viles salvajes,
escoria de la humanidad.
Dina, nos comenta con lágrimas en sus
ojos, que cuando la fueron la buscar sus hermanos, ella ya estaba unida a su
esposo Siquem, que sus hermanos mataron delante de ella a su cuñado y a su
suegro, quienes le amaron desde el primer día en que la recibieron en su nueva
casa.
Ustedes pueden extraer sus propias
conclusiones, pero me permito hacerles saber las mías, yo les pregunto y no
tienen que contestarme:
Se puede admitir, el engaño, la
burla, el desprecio, el permitir que Hamor, Siquem, y todos los hombres y
jóvenes hayan circuncindado sus prepucios , en una clara y contundente
demostración de solidaridad, de respeto por creencias que no eran las suyas, de
capacidad de ofrecer todo lo que poseían en un gesto que los enaltece como
ejemplo de convivencia e integración, con un pueblo extranjero al cual no
conocían pero que recibían con la mayor buena voluntad.
Repito, me pregunto, es aceptable que
los hijos de Jacob, la casa de Israel, actúen mediante el engaño y como las
hienas esperen a que la presa este débil y confiada para después proceder a
masacrarla en un acto que avergüenza y denigra, que nos hace dudar de que
realmente interesen valores tales como la verdad y la justicia.
Debo dedicar un breve espacio de
tiempo para hacer una ligera mención a la actitud del padre de Dina, ya lo he
llamado de cobarde y permítanme ahondar en el epíteto.
Cuando Jacob se enteró de que Hamor,
el padre de Siquem le andaba buscando para hablarle sobre la situación,
simplemente se borró, como se suele decir ahora, claro estaba solo, sus hijos
estaban en el campo y él no tenia las agallas suficientes como para enfrentar
en solitario un tema en el cual estaba en juego el futuro de su propia hija.
Y cuando sus hijos volvieron esa
tarde del campo, en lugar de asumir la conducción de tan delicada situación,
les dejó a ellos actuar a su antojo, dejando que se divirtieran a expensas de
la credulidad de sus confiados vecinos.
No en balde, los Israelitas Boys,
fueron capaces de vender a uno de sus hermanos a los mercaderes que pasaron por
el desierto, claro no van a faltar los
argumentos de los doctores de la ley, de que lo estaban haciendo para cumplir
con el mandato divino.
Cuando Jacob se entera de las
travesuras de sus hijos en la masacre
del principado de Hamor, su reacción, es digna del mayor destaque, su
actuación, lo pondría encabezando la lista de candidatos al Nóbel a la
cobardía, si hipotéticamente hablando, ese premio se pudiese otorgar.
Por suerte todavía hay personas de
todas las razas y religiones que han sido galardonados por dignificar los
mejores atributos que enaltecen a toda la humanidad.
Pero leamos lo que les dijo Jacob a
sus muchachos:
“ Me habéis turbado con hacerme
abominable a los moradores de esta tierra, el cananeo y el ferezeo; y teniendo
yo pocos hombres, se juntarán contra mí y me atacarán, y seré destruido yo y mi
casa. ”
Génesis
34: 30
Les prometo de que no voy a decir mas
nada, no hace falta, este pasaje que les
he citado lo pinta a Jacob de cuerpo entero, ¿ verdad ?, disculpen por
insistir, hay veces que no puedo con mi genio.
Esta historia que habéis escuchado,
repito es una historia real, son hechos consumados , la evaluación y
calificación de los mismos es responsabilidad de cada uno, ustedes ya saben
cual es mi opinión, y no voy a repetirla, no se preocupen.
He dejado para el final, contarles
que ha sucedido después, veamos:
Siquem, como han podido saber, pasó
tres días como recién casado pero no quiere no acordarse de lo mal que lo
estaba pasando por el tema de circuncisión, es perfectamente entendible, una
pavada de luna de miel la que tuvieron con Dina.
Después de que sus noveles cuñados,
irrumpieran abruptamente en su habitación y a filo de espada le quitaran la
vida, todo lo demás careció absolutamente de interés, se sintió aliviado de sus
dolores físicos y se propuso esperar por el reencuentro con su amada esposa,
cosa que ocurrió unos veinte años después.
En el caso de Dina, salió con sus
hermanos prácticamente de arrastro, en cuánto pudo habló con su madre, la cual
la consoló con gran amor, se vistió de luto, ella había sido desposada por
Siquem, por lo que nadie podía negarle su condición de viuda.
Así vivió, estuvo con su madre hasta
la muerte de ésta, el resto de sus días prefirió estar en soledad, la relación
con sus hermanos era nula, todavía, a pesar de los años transcurridos, ella era
para ellos , la deshonrada por Siquem.
Una noche, en medio de sus recuerdos,
exhaló su último suspiro y sus labios dijeron suavemente, Siquem, Siquem.
Como era costumbre entre el pueblo de
Israel, sus hermanos rasgaron sus vestidos en señal de luto, y contrataron a
unas viejas lloronas para que la llorasen durante todo el día.
Poco después, depositaron sus restos
en la tierra de Egipto.
Como lo pueden apreciar, aquí están,
viviendo su amor a pesar de la adversidad.
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