sábado, 12 de agosto de 2017

No Te Detengas


Nunca dejes de Caminar, Nunca te detengas
Las piedras quebrarán tus huesos,
Las heridas sangrarán de nuevo,
El sol se perderá en el olvido,
Mutilando los viejos recuerdos.
Ya no habrá estrellas que den brillo,
Solo memoria de un gris macilento;
La noche cercenará la esperanza
y la oscuridad se llenará de lamentos.
Y cerrarás los ojos por la locura,
Entre desvaríos y sufrimiento,
Para sembrar en el mar de la duda,
Tu rendición y tu desconsuelo.
Pero por fin te detienes y suspiras,
Mirando la vida por un momento,
Pisas fuerte en la tierra,
Lanzas los brazos al viento,
Observas la luz del horizonte,
la oportunidad de otro sendero.
Porque, por muy negro que pinten el cielo,
Por muy triste que cante la luna,
Sólo en la hora más oscura,
La claridad levanta el vuelo.
La luz ilumina tu rostro,
Se espabilan tus deseos,
El entusiasmo está en tu mirada,
¡Sé valiente y no tengas miedo!.
Jamás detengas tus pasos,
Jamás te rindas, te lo ruego,
Que peldaño, tras peldaño,
Con perseverancia y esfuerzo,
Verás otro sol en el horizonte,
Sentirás tu corazón más despierto;
El ansia de hacer camino,
De disfrutar de cada momento,
De beber sorbo a sorbo la vida,
De pintar de azul tus anhelos,
De seguir siempre adelante,
Empeñando todo tu aliento.
¡Jamás detengas tus pasos!
¡Tú puedes hacerlo!
Aunque la puertas se cierren,
Aunque caigas mil veces al suelo.
Aunque el viento gélido arrecie,
Aunque sea claro el destierro,
Sólo serán tus pasos alegres,
y una mochila llena de sueños,
Los que te lleven a la cima,
Conquistando el universo.
No desfallezca ahora, no te rindas,
No vaciles en tu vuelo,
Que por muy oscura la piedra,
y el temporal traicionero,
Tu voluntad te da la fuerza,
de levantarte y seguir insistiendo.
¡Jamás detengas tus pasos!
¡Sabes que puedes hacerlo!
Que la vida es camino,
Que la vida es eso,
Punzadas de dolor y aire,
Caída, fervor y sufrimiento,
Lágrima, sonrisa y abrazos
Para seguir resistiendo.
¡No te detengas ahora!
Lucha y sigue persistiendo.
Nunca dejes de caminar,
¡Por qué tú puedes hacerlo!



La Humanidad Discriminada


Como si el deprimente panorama migratorio a nivel federal no fuera suficiente, con una Fuerza de Deportación que no discrimina entre delincuentes y trabajadores y madres y padres de familia honrados, a nivel estatal funcionarios republicanos también siguen dando de qué hablar. Por ejemplo está el caso del representante estatal de Texas, Matt Rinaldi, quien, según reportes, dijo haber llamado a ICE contra  manifestantes que protestaban en el Capitolio estatal la ley antiinmigrante SB4 y tras una confusa escaramuza con dos colegas latinos, le habría dicho a uno de ellos que le dispararía en defensa propia.

No sé si los detalles de la historia varíen, pero lo que no parece cambiar es esta atmósfera tóxica que vivimos desde la elección general de 2016 y el posterior triunfo de Donald J. Trump.


La semana pasada el congresista republicano de Carolina del Sur, Mark Sanford, dijo que Trump había “desenterrado algunos demonios”
.
No solo ha desenterrado demonios, sino que quienes lo siguen como borregos al matadero, desde los líderes republicanos del Congreso hasta su más fiel base, han normalizado su prejuicio y sus desplantes, al grado de justificar y pasar por alto sus escándalos conocidos y los que se cocinan, como el caso del Rusiagate. Esto, motivados por la ceguera del triunfo y el control de las ramas ejecutiva y legislativa,  sin reconocer que la agenda que pretendían avanzar se ha empantanado por el drama diario de los escándalos de Trump.

Y aunque el bombardeo diario de noticias, enredos y ataques puede tener el efecto de desensibilizarnos, no puedo normalizar nada de lo que está ocurriendo.

Ni la madeja de Rusia y su posible coordinación con la campaña de Trump para influir en la elección presidencial a su favor; ni la indiferencia con que los republicanos le restan importancia  a los alegatos como si se tratara de algo usual o anticipado.

Tampoco puedo normalizar la crueldad de nuestra política migratoria ni cómo los agentes que dicen ir en busca de criminales se llevan por delante a quien se encuentren, aunque los detenidos no tengan historial delictivo, sin considerar vidas ni familias. En Ann Arbor, Michigan, agentes de ICE vestidos de civil entraron a un restaurante, desayunaron, elogiaron al chef y luego procedieron a detener a los empleados de la cocina, incluyendo, brevemente, a un cocinero con residencia permanente.

Ni puedo normalizar los ataques racistas que cada vez son más descarados, como el individuo que despotricó contra un joven puertorriqueño por hablar en español por teléfono con su madre en un aeropuerto de Reno, Nevada; o violentos, como el supremacista en un tren de Oregon que mató a dos hombres que salieron en defensa de dos jóvenes musulmanas contra quienes el individuo lanzaba ataques xenófobos.

Tampoco puedo normalizar los crecientes ataques a la prensa ni que la violencia física se minimice, como el ahora congresista republicano de Montana, Greg Gianforte, que golpeó a un periodista por hacerle una pregunta.

Normalizar todo este despelote sería claudicar.

 MARIBEL HASTINGS 30 MAYO 2017
(Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice)

La Coherencia


Coherencia, del latín cohaerentia, es la cohesión o relación entre una cosa y otra. El concepto se utiliza para nombrar a algo que resulta lógico y consecuente respecto a un antecedente.

Lo coherente, por lo tanto, mantiene una misma línea con una posición previa. Si un hombre afirma que nunca se iría de su país y, a las pocas semanas, viaja para instalarse en el extranjero, habrá tenido una conducta incoherente (no coherente). En cambio, si un futbolista asegura que no jugaría en un club diferente al que lo vio debutar y luego rechaza una oferta millonaria de otro equipo, puede decirse que se trata de una persona coherente.

La coherencia también se asocia a aquello que resulta entendible a partir de la lógica. Un político hablará con coherencia si no realiza promesas imposibles de cumplir ni distorsiona la realidad. Lo contrario sería que prometiese cosas que no podrá cumplir.

Este concepto resulta especialmente subjetividad, dado que la falta de coherencia puede ser muy grave en ciertos contextos, pero algo sin importancia en otros. En los ejemplos antes dados, especialmente en lo que respecta a las decisiones y promesas de un gobierno, ser coherente con las propias declaraciones y con los planes es sinónimo de responsabilidad, y es un rasgo que los ciudadanos buscan en sus dirigentes para poder confiar en ellos.

Sin embargo, la vida se compone de miles de situaciones triviales, tales como escoger un sabor de helado o un color de zapatos, y de ninguna manera un cambio repentino o una contradicción en tales decisiones puede representar un rasgo negativo de una persona, ni una amenaza para la seguridad de quienes lo rodean, a pesar de ser ejemplos válidos de falta de coherencia.

En otro plano, más profundo, las sociedades actuales se caracterizan por una falta de coherencia entre las necesidades de los ciudadanos y su accionar. Muy comúnmente, los seres humanos nos sentimos perdidos, especialmente al llegar a ciertos puntos clave de nuestra vida, como si no supiéramos quiénes somos, cuáles son nuestros objetivos, por qué actuamos de una u otra forma. 

Esa sensación de no tener control sobre nosotros mismos está relacionada con la falta de conexión que existe entre nuestros deseos profundos y lo que realmente hacemos.

¿Por qué escogemos estudiar una carrera universitaria que no representa nuestra verdadera vocación? ¿Por qué nos casamos si preferimos la soltería? ¿Por qué tenemos hijos antes de conseguir la estabilidad económica y emocional necesaria para llevar adelante una familia?

No actuar con coherencia a la hora de tomar tales decisiones puede afectarnos gravemente para el resto de nuestras vidas, así como al resto de las personas involucradas, como ser pareja e hijos. 

Pero no se trata de una mera equivocación, sino de la consecuencia de una fuerte influencia que nos condiciona desde que nacemos, y que nos la transmiten nuestros mayores y los medios de comunicación: el mundo nos dice cómo debemos ser, qué debemos hacer, qué debe gustarnos y, en muchos casos, acabamos por creerlo; aunque, tarde o temprano, la verdad aflora.


La Esencia Del Ser


En lo más profundo de nuestro ser reside nuestra Esencia, una fuerza innata que trasciende los límites de lo físico.

Se trata de una inteligencia más profunda y antigua que aquella que rige nuestro desarrollo morfológico, nuestros gustos, nuestro carácter o nuestras aptitudes. Es algo que va más allá de nuestro ADN, nuestra educación o nuestro carácter. Algunas culturas lo llaman conciencia, otras culturas lo llaman alma y a mi me gusta llamarlo Esencia. Es la parte del Todo que vive en cada uno de nosotros y nos conecta al universo y sus principios. Nuestra Esencia, además, es la fuente que nutre nuestra brújula interna y constituye la guía principal que debe orientar nuestros pasos en la vida.

Aquello que nos hace hermanos y dicta nuestro destino

Cada persona es cuerpo, es mente y tiene un carácter único e irrepetible. Pero cada persona es también Esencia. Ésta última parte no es más que un testigo silencioso. Es la parte de la Gran Consciencia que yace en nuestro interior y cuyo mayor anhelo es poder manifestarse en todo su esplendor durante su existencia física. 

Nuestra Esencia es la parte de nosotros mismos que nos convierte a todos en hermanos, pues ésta forma parte de un mismo todo cuya sabiduría infinita yace en el fondo de nuestro ser. Pero, a la vez, nuestra Esencia es también aquello que nos hace diferentes, únicos e irrepetibles, pues es allí donde yace la misión que cada uno de nosotros viene a cumplir en este mundo. Una misión propia que cada cual debe encontrar y experimentar en el juego de la vida a través de sus propias circunstancias, entorno y posibilidades físicas.

De hecho, la vida no es más que un gran juego, un gran teatro confeccionado para jugar y aportarnos las más variadas experiencias. Nuestro cuerpo no es más que un medio para que nuestra Esencia pueda experimentar dicho juego. Y la realidad física no es más que un grande e inmenso decorado en el que jugar. Por tanto, juguemos, pero no nos preocupemos tanto por lo externo, es decir, por el medio o por el decorado. Nuestro camino y nuestros intereses deberían partir de nuestra Esencia y dirigirse hacia ella a la hora de manifestarse en el mundo físico. Nunca al revés.

Puede que nuestro cuerpo cambie con el paso de los años, al igual que también cambian nuestras circunstancias personales o la forma cómo reaccionamos o nos comportamos ante los sucesos de la vida. Lo que no cambia es nuestra Esencia, la parte inmutable y eterna del ser. Cuando discuto con alguien sobre este tema, siempre doy el mismo argumento:


Lo que la persona es, es. No cambia ni cambiará nunca. Sin embargo, si definimos cambiar al hecho de manifestar algo latente que no se manifestaba antes, entonces la persona sí cambia. Pero aquello nuevo que ahora se manifiesta siempre estuvo, siempre estará. Y proviene del potencial infinito que yace en lo más profundo de cada ser.

Conciencia: El Ser Y El Hacer


Según el diccionario la conciencia se refiere a la capacidad que nos indica qué está bien o mal y apunta o a un concepto moral, a la ética, o cierto campo de la filosofía. Por nuestra parte sostenemos que la conciencia contiene revelaciones adicionales al concepto señalado
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“La conciencia y lo que eres en verdad, son lo mismo”. La conciencia es “el despertar al sueño del pensamiento” nos apunta E. Tolle en su libro La Nueva Tierra.

Es posible establecer una distinción valiosa entre quién piensa, es decir el “pensador” y quién observa, el “observador”. En este caso si “logro observar lo que pienso” ¿Quién observa?

En este contexto despertar al sueño del pensamiento significa, abrir el camino a la observación de los pensamientos que la mente sostiene. Ser consciente de nuestro pensamiento y comenzar la desidentificación de la mente abre grandes perspectivas para el desarrollo personal.

Desde mucho tiempo atrás y en particular en el mundo post moderno, la conciencia humana se encuentra condicionada por las formas. Pensamientos, emociones y el mundo material –denominamos formas- asumen el papel principal y son el foco primordial de las personas. De este modo la identidad verdadera queda trastocada y comienza a aparecer la identidad adaptada que facilita la proliferación de las formas. Pero estas son siempre transitorias o efímeras.

Por esta dinámica el hombre post moderno –más que nunca- se encuentra perdido buscando felicidad y certezas entre las formas, que naturalmente son efímeras, no duraderas. De esta manera la felicidad se transforma en un bien escurridizo de escasa duración. Como consecuencia, la raza humana confundida respecto de su verdadera identidad, abandona la conexión con su esencia y queda  sujeta a la identificación con dichas formas. La resultante es acumulación de conocimiento y ausencia de sabiduría. Luchamos por el progreso y la acumulación dejando de lado la evolución.

Nuestra mente a través del proceso de pensamiento desarrolla un estado de conciencia, alcanzando de esta forma el conocimiento. Los humanos descubrimos así el yo. Sin embargo la mente tiende a independizarse de su Fuente interior (conciencia pura, no condicionada) procurando encontrar su identidad en la identificación con el mundo exterior –por su errónea percepción-, con sus propios procesos de pensamiento y las emociones resultantes. Es como si la mente se dijese a si misma: “Pienso, luego existo”

Como resultado de este devenir iniciado en la temprana infancia, las personas concluimos presos de nuestros deseos y la propiedad de las cosas materiales, intelectuales y emocionales. Son estas tres cosas o formas (lo material, el pensamiento y la emoción) y el proceso de identificación con ellas las que condicionan la conciencia. Este desarrollo produce deformación acerca de nuestra verdadera identidad y facilita la construcción un “yo falso” al que denominamos ego. 
Este yo se percibe realizado al conseguir presumiblemente el dominio o la propiedad de las formas, insistimos, sean estas materiales, intelectuales o emocionales.

La cultura moderna confirma e incentiva este proceder y de esta manera nuestro sentido existencial adquiere valor. ¿Qué es lo que se valora? Se valora en qué medida somos capaces de satisfacer nuestros deseos, alcanzar logros o cuanta habilidad para preservar la propiedad poseemos. 

A medida que crecemos físicamente y la sociedad continúa convalidando este comportamiento, cada vez más, el sentido de nosotros mismos, de quienes somos, se “fija” o identifica con las formas u objetos que el mundo exterior propone.

En resumen quedamos mentalmente presos de nuestro pasado buscando realizarnos en el futuro y tratando, mientras tanto de reducir la incertidumbre que nos genera el no saber si podremos o no, obtener y mantener lo que deseamos o adquirimos. Vivimos sumergidos en una constante sensación de temor asociado a la posibilidad de “perder nuestra identidad”. Este proceder arroja enormes dosis de infelicidad y es el resultado de la mente condicionada que denominamos egotista (apegada a la forma). También la podemos llamar inconciencia o identificación con el falso yo que ha confundido su verdadera identidad.

En cambio la conciencia no condicionada es pura conciencia, es lo que soy.
Es “Yo Soy”, es el Ser.
 
Es la Fuente que anida en nosotros. Es el origen y el fin. No tiene forma. Es informe. Es atemporal.
Lo maravilloso de esta revelación es que la conciencia no condicionada subyace todas las formas y puede ingresar al mundo a través nuestro. Es lo manifestado que impregna lo manifiesto.

Desidentificarnos significa recuperar nuestra verdadera identidad. Es el reencuentro definitivo para manifestar el Ser en el Hacer.


viernes, 11 de agosto de 2017

La Disposición De Aprender


Aprender es un proceso difícil que involucra a la persona en todas sus facetas: intelectual, emocional, social y cultural. El aprendizaje requiere que la persona se sienta bien en la situación de aprendizaje. Para poder aprender, necesitamos estar relajados, sentirnos “en casa”, acompañados, comprendidos.

Cuando una preocupación nos inunda nuestra cabeza está ocupada en otra cosa. De manera que, desde el punto de vista emocional, el aprendizaje necesita que estemos en disposición para aprender
La disposición para aprender.
Esta disposición es el estado emocional vivida por una persona ante una situación de aprendizaje. Esta disposición puede ser favorable o desfavorable, puede favorecerse u obstaculizarse, no es consciente ni la controlamos por nuestra voluntad y, además, es variable según los contextos y el momento.

Depende de tres factores:
Del momento vivencial de la persona. La disposición de una persona en una situación de aprendizaje determinada depende, en gran medida, de las situaciones emocionales, sean de sufrimiento, de preocupación o incluso de felicidad, predisponen de cierta manera frente al aprendizaje.

De su historia personal de aprendizajes. La disposición al aprendizaje se va constituyendo en el ser humano a lo largo de la vida en relación con la historia de todos sus aprendizajes. La historia de nuestros aprendizajes, sobre todo de nuestros primeros aprendizajes, va dejando huellas profundas que influyen en nuestra forma de enfrentar cada nuevo acto de aprendizaje. Las maneras de actuar, sentir y pensar en relación al aprendizaje, configuradas desde la infancia, van conformando esta disposición.

De la percepción del contexto de aprendizaje. Todo aprendizaje se realiza en un contexto. El contexto siempre es social y cultural. El contexto influye en la disposición porque cada persona puede sentirse más “en casa” o menos “en casa” en ese contexto. En este sentido, la disposición que la persona tenga en cada situación de aprendizaje será el resultado de su propia percepción del contexto y de las posibilidades que le brinda. La disposición será el resultado de la interrelación de variables culturales, geográficas, temporales e históricas propias de cada sujeto, del grupo en el que vive y de lo que el contexto educativo le ofrece.

La historia personal del estudiante: Cuando el aprendiz realiza sus primeros aprendizajes en un contexto en el que quienes lo educan están sufriendo, ya sea por problemas emocionales,sociales, económicos, el clima en el que realiza sus aprendizajes es un clima de hostilidad, no es un clima favorable.

Y esta sensación de sufrimiento y hostilidad queda asociada de manera inconsciente al acto de aprender, aunque sus padres o educadores hayan tenido muy buena voluntad.

Otras veces el acto de aprender puede quedar asociado a sentimientos de miedo. Los padres pueden haber hecho que los primeros aprendizajes se realicen en un contexto de temor. El acto de aprender también puede estar asociado al miedo al fracaso: el temor a fracasar en el aprendizaje puede ser tan grande que termina paralizando a la persona y conduciéndola efectivamente al fracaso.

El miedo a aprender puede estar asociado también al miedo al cambio. Aprender significa cambiar y para algunas personas esto implica abandonar las certezas sobre las que se apoya para comprender el mundo
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¿Qué pueden hacer los educadores ante este tipo de obstáculos en la disposición para aprender? Si el acto de aprender está asociado al miedo y a lo desagradable, el ambiente de aprendizaje deberá ser muy cercano y amigable.

Concluyendo, se debe partir de la aceptación, del respeto y establecer un diálogo cultural con el otro. Solo así lograremos que su disposición no se vea obstaculizada a causa de la violencia ejercida por el contexto de aprendizaje. Por eso, hay que establecer este diálogo cultural y no ser impositivos. Es fundamental que el educador pueda respetar la diversidad. Esto implica contemplar los diferentes contextos de origen, respetar los diferentes modos de expresión y los diferentes tiempos de aprendizaje de cada persona.


Cada Nuevo Día Una Oportunidad


Los días son un nuevo comienzo, un nuevo reto, una nueva oportunidad que nos da la vida para hacer realidad nuestras metas y sueños, por eso estas frases están dedicadas a ese milagro que ocurre cada día al abrir los ojos. Frases de un nuevo día.
Frases de un nuevo día:
Viejos amigos se irán, nuevos amigos aparecerán. Es como los días, un día de vida pasa, otro nuevo día llega. Lo importante es que sea significativo: un amigo importante y un día importante. (Dalai Lama)

Este es el comienzo de un nuevo día. Se te ha concedido para que lo utilices como quieras, puedes desperdiciarlo o utilizarlo para hacer el bien. Lo que hagas en el día es importante porque tú estás intercambiando un día de tu vida por eso. Cuando llegue mañana este día se habrá ido para siempre, será algo que habrás dejado atrás...haz que sea algo bueno. (Autor desconocido)

Con el nuevo día llegan nuevas esperanzas y nuevas ideas. (Eleanor Roosevelt)

Hoy es el primer día del resto de tu vida. (Autor desconocido)

Un nuevo amanecer...un nuevo comienzo. (Jonathan Lockwood Huie

La noche más oscura es a menudo el puente a la más brillante mañana. (Jonathan Lookwood Huie)

Usted puede estar ciego y ver cada día como los demás. Cada día es diferente, cada día trae un milagro en sí mismo. Es sólo cuestión de prestar atención a este milagro. (Paulo Coelho)

Levántate cada día más fuerte que el anterior, enfrenta tus temores y limpia esas lágrimas. (Autor desconocido)

Una nueva mañana significa un nuevo comienzo, una nueva lucha, un nuevo esfuerzo, pero con el Señor a nuestro lado podemos superar cualquier reto y convertir los obstáculos en peldaños. (Autor desconocido)