domingo, 9 de agosto de 2020

Comprender


Cuando vivimos una experiencia aparentemente desagradable, nos cuesta entender por qué pasó. Sin $embargo, siempre es posible comprender que todo sucede para algo mejor, para contribuir a tu bienestar. Sí, parece raro lo que planteo aquí, pero es que debemos empezar por identificar las diferencias entre entender y comprender.
No son sinónimos como muchos creen. La RAE define entender como “tener idea clara de las cosas”, mientras que de comprender dice “abrazar, ceñir o rodear por todas partes algo” y “encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro”. En palabras mucho más concretas, entender es un proceso mental y racional, en tanto que en la comprensión interviene el corazón, la emoción y el sentimiento.

Por ejemplo, supongamos que te acabas de divorciar cuando creías que todo estaba bien en tu relación. Puede que por ahora no entiendas el por qué, pero sí puedes comprender el para qué necesitabas vivir esta experiencia. Allí es cuando te das cuenta que fue para abrir la puerta hacia algo mejor para ti.

Veamos mejor la diferencia. Entender pertenece al campo racional, por lo que resulta siendo un plano superficial. Responde a la pregunta ¿por qué? y desde aquí, solo puedes ver las cosas de dos maneras: negro o blanco, malo o bueno. Por eso cuando nos quedamos en el entendimiento, es fácil que entres en el juego de criticar, juzgar y etiquetar situaciones y personas.

Comprender es ir mucho más profundo y conectarte con una creencia superior (el amor, la paz o incluso Dios, si crees en él) para tener un pensamiento más amplio. Responde a la pregunta ¿para qué? Así, al comprender se percibe el mundo de manera diferente para vivir las experiencias desde el amor infinito y aumentar tu perspectiva. La comprensión no admite juicios porque te da la certeza de que todo es perfecto y que no podría haber salido de otra manera.

A propósito de este tema del plebiscito que ha causado tanta polémica, ¿cómo podrías ver esta experiencia que vive Colombia? Independientemente de si eres partidario del sí o del no, puede que te cueste entender por qué los otros votaron de cierta manera. Lo cierto es que es mejor vivir esta experiencia desde la comprensión y el amor, comprendiendo el para qué de esta experiencia, con la convicción de que nos traerá un mayor beneficio.


Ahora bien, ¿por qué es tan importante no solo entender sino comprender? La respuesta es sencilla: la comprensión es la base de la aceptación. Si te quedas en el entendimiento, dejas que sea el ego quien hable y diga que tú eres el único que tiene la razón. Si vas más allá, hacia la comprensión, verás que los demás también tienen razón, aceptarás sus puntos de vista y sabrás que todo es perfecto, porque por algo sucede. 

¡Qué viva la diversidad de estructuras mentales que enriquecen tu vida!


Coherencia


Las personas pueden mostrar que son coherentes en sus actitudes o todo lo contrario. Una persona es coherente cuando actúa de acuerdo a sus principios y a sus valores. Cuando una persona dice una cosa pero hace la contraria, entonces, muestra una contradicción entre hechos y palabras que genera sensación de poca coherencia ética frente al interlocutor. 

Lo que ocurre cuando una persona tiene poca coherencia entre hechos y palabras es que decepciona al otro porque le ha generado unas falsas expectativas. 

Existen actitudes que muestran que una persona puede ser poco coherente, por ejemplo, prometer una cosa y no cumplirla. O también, decir algo que no se siente en realidad por el simple hecho de quedar bien frente al interlocutor.

Las personas coherentes son firmes en sus principios y valores. Principios que actúan como normas del obrar recto porque la ética personal ayuda a diferenciar entre el bien y el mal. Una persona coherente transmite sinceridad, lo que le ayuda a establecer relaciones personales sólidas porque la amistad verdadera requiere de un compromiso y de una seriedad en la palabra.

Las personas que son coherentes consigo mismas tienen tranquilidad interior porque son honestas consigo mismas, es decir, son fieles a su pensamiento. Las personas coherentes tienen que hacer frente a contradicciones internas, ideas irracionales y pereza en su día a día, es decir, son tan humanas como el común de los mortales. Sin embargo, han desarrollado un sentido interior de honestidad muy profundo, un sentimiento que brilla con fuerza.

Existe otra actitud que produce poca coherencia en la comunicación interpersonal: la mentira. La mentira es una actitud que refleja falta de respeto hacia el otro y también, hacia uno mismo.

Nadie puede transmitir una coherencia ante el otro si no tiene coherencia ante sí mismo. Es decir, en la medida en que te conoces a ti mismo, sabes quién eres y qué quieres, también transmites mayor autenticidad ante los demás porque te sientes libre de mostrarte tal y como eres: esta es la mayor coherencia la que surge de la verdad interior y de la autoestima.

La coherencia entre pensamiento, sentimiento y acción muestra un grado de madurez profundo en una persona. Una madurez que es fruto del autoconocimiento, del valor de la experiencia y del crecimiento interior que surge de los años.

Desde el punto de vista de la comunicación, la coherencia también es necesaria en un discurso o en una explicación de forma que exista una lógica en el discurso que debe estar bien razonado y elaborado.

Sin zona de confort no hay seguridad. Sin riesgo no hay progreso. Sin error no hay aprendizaje. Sin satisfacción no hay recompensa que nos motive e inspire a empezar de nuevo el proceso. Así, los cuatro círculos son necesarios y debemos cultivar todos ellos.


La mayoría de nosotros nos enfrentamos a desafíos de vez en cuando y hay largos periodos de, digamos, relativa tranquilidad. ¿Qué hacer para estar preparados para cuando llegue el momento de salir de la zona de bienestar? La respuesta está, paradójicamente, en la rutina. Es decir, en introducir pequeños cambios en todas aquellas cosas que hacemos casi automáticamente. Lo importante es hacerlo con una actitud también diferente, mostrándonos interesados, ignorantes, interrogativos e implicados. 

Es decir, abrir la mente, hacernos preguntas, abandonarnos a la curiosidad y, finalmente, implicarnos en aquello que hemos decidido hacer de forma distinta, sea lo que sea.


sábado, 8 de agosto de 2020

Fuera Del Confort


Más allá de la rutina hay incertidumbre, riesgo y la posibilidad de equivocarse
Hacer las cosas de forma diferente es el primer paso para superar nuestros límites
Sorprendernos y maravillarnos significa abrir la puerta a resultados reveladores.

A lo largo del tiempo y de las rutinas, todos nos hemos creado una zona de comodidad en la que nos sentimos seguros y protegidos. Es el espacio de los hábitos, de las costumbres y de las repeticiones; de la certeza. Pero dentro de estos límites también se encuentran cosas menos cotidianas, como nuestras aptitudes y habilidades, es decir, todo aquello que sabemos que hacemos bien y donde la posibilidad de error es reducida. Es más, puesto que las costumbres, los hábitos y las rutinas tienen doble dirección, es posible que con el tiempo y la inercia nos convirtamos en los encargados de preparar aquello en lo que somos más hábiles. Y eso es bueno.

Sin embargo, existe un riesgo: que la franja de comodidad se convierta en todo nuestro universo, olvidando que, para que siga siendo precisamente así, necesita ir siendo ampliada. Y de esta manera también se verán acrecentadas nuestras aptitudes y habilidades, a la vez que nos vacunaremos contra la falta de retos y motivaciones. ¿Cómo conseguirlo? Hacerlo diferente. Decía Einstein que no se pueden conseguir resultados distintos haciendo las cosas del mismo modo de siempre.

Cuando decidimos abordar algo que nos supone un reto o un desafío, estamos a punto de establecernos un nuevo límite. Así, nuestros sentidos se ponen en guardia y nuestra atención activa el modo de alerta. Estamos a punto de adentrarnos en:

La zona de riesgo. Imaginemos que no dominamos el inglés y, aun así, nos encargan preparar un documento en esta lengua. Entramos de lleno en la zona de riesgo. Inseguridad, sí, pero también concentración y alerta. Lo que significa que invertiremos más tiempo y repasaremos varias veces cada una de las frases. 

Todos cometemos errores, pero solo algunos son capaces de hacer lo que hacíamos de pequeños: caer, levantarnos, ponernos en pie y vuelta a empezar.

La zona de error. La zona de riesgo es temporal, dura hasta que vienen los resultados. Puede que nuestro documento en inglés no nos haya salido todo lo bien que deseábamos. Entramos entonces en la zona de error, que dura lo que lo hace nuestra capacidad de aprender de él, reponernos y volver a intentarlo, entrando de nuevo en la zona de riesgo. Tenemos dos opciones. Una, abandonar para siempre la tarea. Otra, aprender de todo aquello que no hemos hecho bien, seguir poniendo a prueba nuestras capacidades y avanzar.

La zona de satisfacción. Cuando hemos superado el muro del nuevo reto, entramos en la zona de satisfacción. Orgullo y fuerzas renovadas. De la zona de satisfacción volvemos a la zona de bienestar, ahora más amplia. Y desde ahí hemos de ser capaces de reflexionar acerca de nuestro poder de ensanchar nuestros límites. Es una franja de motivación, no de autocomplacencia.

Sin zona de confort no hay seguridad. Sin riesgo no hay progreso. Sin error no hay aprendizaje. Sin satisfacción no hay recompensa que nos motive e inspire a empezar de nuevo el proceso. Así, los cuatro círculos son necesarios y debemos cultivar todos ellos.


La mayoría de nosotros nos enfrentamos a desafíos de vez en cuando y hay largos periodos de, digamos, relativa tranquilidad. ¿Qué hacer para estar preparados para cuando llegue el momento de salir de la zona de bienestar? La respuesta está, paradójicamente, en la rutina. Es decir, en introducir pequeños cambios en todas aquellas cosas que hacemos casi automáticamente. Lo importante es hacerlo con una actitud también diferente, mostrándonos interesados, ignorantes, interrogativos e implicados. 

Es decir, abrir la mente, hacernos preguntas, abandonarnos a la curiosidad y, finalmente, implicarnos en aquello que hemos decidido hacer de forma distinta, sea lo que sea.

Los Contrastes


A veces creemos que el contraste de la vida es insoportable. No la vida misma, sino el contraste. En el mismo día puedes sentirte muy bien y puedes sentirte triste. A veces te sientes en la gloria y a veces sientes como si te hubieran exprimido al máximo. 

No minimizo cómo te golpea la vida, pero debo insistir en decirme que soy la misma en las buenas y en las malas. Suponiendo que así sea, no te sientes de la misma manera, pero sigues igual. Capeo el temporal. Mojado, sigo siendo yo. Caminando por el barro, sigo siendo yo. Sin importar por dónde camine, sigo siendo yo. 

Podría verme como un símbolo de la victoria o de la desesperación, pero no soy ni la una ni la otra. Por algún tiempo, soy un actor que interpreta la parte del vencedor o la víctima o incluso un transeúnte, y aun así, pasando por todo eso, soy yo. 

Puedo sentir que estoy sobre una pista de hielo resbalando continuamente, o que estoy caminando sobre el firmamento del Cielo. Puedo sentirme perdido, a la deriva en el océano de la vida, no comprender del todo la brújula que estoy siguiendo, si es que en ese momento la veo... Pero finalmente de una forma u otra... “YO” LA VEO... 

A veces tengo tantas dudas... Y algo en mi interior me dice: - Quítate las vacilaciones, ten confianza en la vida, en el universo. Ya has tenido suficiente de ellas, deja que se las lleve el viento, la lluvia. Deshazte de ellas, no te hacen bien. Y afortunadamente ¡reacciono! 

Y pienso en el sol, a él nunca se le intimida. Cuarenta días de lluvia y el sol aún sabe que brilla y también sabe que estará a la vista de todos. No es que el sol espere a que la lluvia termine y que lo haga pacientemente. El sol está brillando todo el tiempo. El sol sabe lo que sabe. El sol no sabe la teoría. El sol vive lo que sabe. Para el sol, no hay distancia entre él y su luz. El mayor diluvio no detiene al sol. El mayor diluvio no apaga a la luz del sol. Y el sol lo sabe. Y yo lo sé... soy como el sol, somos como el sol.

La diferencia que hay entre el sol y yo, es que en mi caso a veces he creído más en la lluvia que en la luz solar. Lo que es y lo que he creído que es, no siempre es lo mismo. Y entonces hay una discrepancia. ¿Cuánto vale esta discrepancia para mí? No vale nada...


Las Críticas


 “Hay que tener en cuenta, en primer lugar, qué es realmente una crítica, porque ello determinará cuándo tenemos un problema y cuándo el problema lo tiene quien critica”

Llegas a la oficina y te dicen que el trabajo que entregaste el día anterior está muy mal. Se te acerca un compañero que te comenta, de forma burlona, que la ropa que te has puesto no te favorece. Un pariente te dice que una vez más, has llegado tarde a la reunión familiar.

No, no es un mal día. Piensa que esto se repite con habitualidad. Pero, ¿cómo reaccionas? ¿Eres capaz de tolerar las críticas de los demás, ya sea de jefes, compañeros de trabajo, amigos o familiares? ¿O, por el contrario, te angustia comprobar que alguien te reprueba o no le caes bien?

Hay que tener en cuenta, en primer lugar, qué es realmente una crítica, porque ello determinará cuándo tenemos un problema o cuándo, en realidad, el problema es del otro, del que nos critica.

«La crítica constructiva no existe. Una cosa es corregir, proponer, ser un mentor, y otra es criticar por criticar. En este último caso, hay un fin negativo ya que no hay propuesta, solo se incide en el problema», explica el psicólogo Bernardo Stamateas y autor del libro «Trátame bien».

Al «categorizar» el tipo de crítica, podemos también identificar los distintos tipos de personas que las efectúan:

-El que lo hace siempre es porque está frustrado: «La persona desplaza el enojo hacia los demás. Por ejemplo, una persona frustrada en el trabajo suele criticar siempre a sus compañeros», señala Stamateas.

-El que critica y juzga para no pensar en sí mismo: «Es un factor distractor, el que lo hace pretende no pensar en sus errores, es una forma de decirse: "tú eres peor que yo"».

-El envidioso: «Necesita remarcar y poner la lupa porque eso le alivia la angustia que le genera lo bien que le va al otro».

En este sentido, hay un punto en común, como señalaba Stamateas, en todos los tipos de críticos: No hay consejo en ningún caso, pero además, «se marca el error desde el odio y no desde el amor y nosotros no podemos cambiar desde el odio». El que propone algo, el maestro, el amigo «marca el error desde el amor, porque es necesario marcarlo, no hay que taparlo, pero el objetivo en ese caso es la mejora».

Por lo tanto, «hay que ignorar la crítica negativa, agresiva, sin consejo y cargada de odio porque no hay un proceso reflexivo». En cambio, «si hay contenido de reflexión, sí hay que escuchar».


Hacer El Bien


Muchas veces me pregunto si estamos haciendo las cosas bien, si vamos por el buen camino, pero ¿Qué es hacer las cosas bien?. Trato de pensar en sentido global, en la sociedad de la que formamos parte y en la que nos desenvolvemos.

Necesito pensar si estamos haciendo las cosas bien porque creo que es el único camino para poder vivir de la mejor forma posible, pero aquí vuelve a surgir otra pregunta, ¿Cuál es la mejor forma posible de vivir?. Lo fácil es pensar que cada uno tiene su forma de vivir, y no lo critico, pero necesito pensar que hay unos mínimos que debemos de entender por ‘BIEN’, y por ‘MEJOR’ que debemos compartir y en base a ellos poder construir una sociedad en la que todos tengamos la seguridad que el camino por el que avanzamos es el correcto.

Afortunadamente por el mundo han pasado, pasan y pasarán personas que nos ayudan a percibir el sentido de lo correcto. Gente que lucha por reivindicar la dignidad de la persona, la dignidad de la humanidad. Gente que no piensa en el beneficio propio sino que percibe el mundo global como un corazón inmenso que palpita la misma sangre que corre por sus venas.

Algunas veces las personas actúan a sabiendas de que no están haciendo las cosas como debería de ser. Tratan de ganar terreno en alguna negociación para conseguir un beneficio con la excusa de que el ‘EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS’, pero nada más lejos de la realidad, al final, las acciones que se han tomado para conseguir lo que se pretendía y se sabía que no eran las correctas, tienen sus consecuencias. Más tarde o más temprano, pero todo se paga.

Debemos de buscar el bien social. Debemos de buscar el bien personal. Debemos de buscar el bien que nos permita tener la sensación que todo va como debe de ir. Es posible que esas personas que han sido ejemplo para todos nos digan qué es lo correcto.

Pero la gran esperanza no está sólo en percibir que hay personas que lo han hecho, sino que TODOS NOSOTROS podemos hacerlo también. Tenemos mucho más poder del que pensamos. Todos somos capaces, pero no todos somos valientes. Ese tipo de valentía se alimenta de servicio, de entrega, de visión global, de abnegación.

Podemos hacerlo. Busquemos el BIEN, hagamos el BIEN, podemos hacerlo, tenemos poder.


Nuestros Errores

Sabemos que errar es humano, sin embargo a la hora de hablar del tema es más fácil poner la vista afuera que mirarnos a nosotros mismos. ¿Cuál es la importancia de registrar nuestras equivocaciones? ¿Por qué es tan difícil aceptarlas? Preguntas y respuestas de un dilema que nos cuesta a todos.


Cuántas veces repasamos situaciones una y otra vez, sin poder ver en qué nos equivocamos, más allá de la herida narcisista que implica darnos cuenta que hicimos algo mal, miles de pensamientos entran en juego al momento de enfrentarnos a nuestros errores. Esa lupa que usamos para marcar las equivocaciones ajenas se vuelve bastante borrosa cuando se trata de las nuestras, y más de una vez terminamos haciendo la famosa vista gorda en lugar de detenernos a reflexionar sobre una situación que nos resultó conflictiva.

No podemos decir que ver nuestros errores duele, pero de lo que sí estamos seguros, es que nos genera un malestar, nos pega en el medio del ego. Esa resistencia a aceptarlos, muchas veces, es la que funciona como venda para poder revertir situaciones. Hablamos de ese instante en el cual sentimos que algo no está bien, pero nos quedamos inmóviles sin poder descifrar qué es exactamente lo que nos está molestando.

Está claro que llegar a decir esta expresión implica un largo camino, a nadie le gusta enfrentarse con su lado vulnerable, y tal vez esa sea la razón, por la cual nos resulta tan difícil aceptar los errores. En el fondo, hay una especie de lectura latente de que equivocarse nos vuelve débiles, chiquitos, ante un mundo perfecto que no está hecho para perder el tiempo en reparar errores. Esta visión errónea del error, valga la redundancia, muchas veces nos lleva a querer ocultarlos, como si ignorándolos pudiéramos corregir aquello que hicimos mal.

Es necesario comprender que empezar a trabajar nuestros errores, no sólo tiene que ver con poder aceptarlos ante un otro, sino que el objetivo principal es poder reconocerlos ante nosotros mismos. Lo que en psicología se suele llamar #INSIGHT, ese "darse cuenta" de nuestro propio accionar es la pieza fundamental de este tema. Desarrollando nuestro grado insight podemos encontrar la manera de llegar a percibir los errores cometidos. Lo cual implica sincerarnos frente a nuestro ego, y empezar a construir autocríticas.

La única manera de no volver a caer en ellos es entender en qué nos equivocamos. Solo se aprende aquello que se entiende, si pasamos por alto una equivocación, es muy probable que sea la antesala a repetirla una y otra vez, poder registrar aquello que hicimos mal nos abre un abanico de lecturas diferentes de las cosas, nos ayuda a reflexionar sobre cómo mejorarlas y que podemos cambiar desde nuestra conducta.

Muchas veces el no poder aceptar un error repercute en nuestros vínculos. No hay nada más perjudicial en las relaciones humanas que el querer defender una equivocación bajo capa y espada, por el solo hecho de no querer sentirnos débiles frente al otro. Debemos entender que reconocerlos, poco tiene que ver con la debilidad, no hay imagen de persona más fuerte, que aquella que aceptó el error, lo enfrentó y lo superó no solo las virtudes hablan de nosotros, también nuestras equivocaciones nos describen. 

Podemos crecer si nos aceptamos con todo el combo. Se trata de conocernos a nosotros mismo porque únicamente de esta manera podemos lograr llevar adelante cambios importantes.


Por lo tanto hay una realidad: ¡¡a nadie le gusta equivocarse!! ¡¡¡No nos gusta para nada!!! Pero la vida es intentar, y el intentar muchas veces trae implícito equivocaciones. Si las reconocemos, el aprendizaje obtenido es un pasaporte a la superación de las mismas, si en cambio, las ignoramos, no hacemos más que dilatar el tiempo de tener que enfrentarnos, tarde o temprano, nuevamente con la misma situación. 

Por eso, retomando nuestra frase inicial, todos sabemos que errar es humano, lo que debemos aprender es que persistir o no en el error, ya depende de cada uno de nosotros.


Insistentes


La palabra insistencia hace referencia a repetir, esto quiere decir que una actividad culminada se intente nuevamente, una y otra vez. Es decir, continuar en la misma y no parar hasta


obtener el resultado deseado. Se trata de una actividad continuada, pero sin pausas. Hoy, en este artículo, quiero que hagas tuya la palabra “insistir”. Quiero que la insistencia se vea reflejada en ti.

Te puedo asegurar que esta palabra es sinónimo de resultados. Los resultados en tu timidez de los que podrías disfrutar, si te tomases en serio tu principal meta, tu meta más importante, que es la de aprender a cómo vencer la timidez.

La insistencia es ya de por si, una palabra importante. Ésta, nos ayuda a esforzarnos por lo que queremos sin desistir en el intento. Insistir es querer seguir intentándolo, dándolo todo. Así es cómo tienes que actuar en tu timidez, dándolo todo para obtener resultados. Tu resultado primordial de aprender a cómo vencer la timidez.

La persona tímida, en muchas ocasiones, se rinde. Se rinde sin ni siquiera intentarlo, porque el solo hecho de ver todo lo que tiene que intentar y en consecuencia, todo lo que tiene que conseguir, hace que se paralice, decidiendo de este modo no actuar, convirtiéndose así en una persona pasiva, sin capacidad de decisión ni de intentos.

Al no saber cómo vencer la timidez, prefiere mantenerse tal cual, es decir, viviendo frente a sus limitaciones, las cuales no le permiten actuar cómo le gustaría.

Por ello, hay que insistir. Insistir en algo y luego conseguirlo, te dará la fuerza necesaria para seguir luchando por cosas importantes. La satisfacción que produce ver los resultados obtenidos, después de aportar esfuerzo, dedicación, insistencia, no tiene precio.

Si eres insistente en tu vida, te puedo asegurar que nada se te resistirá. 

Tampoco te digo, que utilices la insistencia de manera, que pueda resultar agobiante para ti o para otros. Todo en exceso, no es bueno. 

Pero si actúas de manera consciente y convencido de que con los resultados obtenidos saldrás beneficiado, adelante!, insiste en lo que desees con fuerza. 

Insiste en tu lucha de cómo vencer la timidez.


La Carga De Tu Mochila


Imaginemos que nuestra vida es una mochila, en ella están aquellas cosas importantes y muchas veces no importantes que de una manera u otra nos hacen tener algún tipo de peso en nuestro hombro. ¿Todo lo que llevas en tu mochila te suma cosas positivas? ¿Eres consciente de las cargas de más que llevas en tu mochila? ¿Desde cuándo no analizas tu mochila para sacar cosas o personas que no debes seguir cargando?

Detente un poco y evalúa como ha cambiado tu vida de manera positiva y negativa en estos últimos años. Analiza por un segundo todo lo que se ha sumado a tu vida y de igual manera analiza aquellas personas o cosas que por una razón u otra no siguen a tu lado.

Mayormente conocida como el síndrome de burnout, es una mezcla de estrés, cansancio, agotamiento, sensación de no tener deseos de nada y también aquella sensación que nos hace querer huir del mundo.

Todo en la vida necesita un equilibrio y siempre lo digo, aquello que no expresamos o liberamos en el momento adecuado sabe salir cuando menos lo estamos esperando. Habla y si no tienes con quien hacerlo hazlo con una piedra, pero que nada y nadie te robe tu paz interior.

Detallemos un poco estos conceptos.

El estrés es una respuesta emocional, necesitamos sí o sí el tener estrés en nuestras vidas, ya que gracias al estrés nos movemos en la vida. Eso es el estrés positivo, luego está el estrés negativo que en muchas ocasiones tiene que ver con aquellas cosas negativas que vamos acumulando en nuestras vidas. Y sin duda alguna tiene que ver con aquellas emociones que no expresamos cuando debemos hacerlo.

Todos hemos sentido esta sensación de cansancio en nuestras vidas. El agotamiento es una emoción de alerta y cuando no le hacemos el caso debido ella sabe traer alguna enfermedad en nuestras vidas. ¿Cuándo fue la última vez que te dedicaste tiempo solo para ti?

Algunas veces, no siempre, es bueno tener esta sensación de no querer hacer nada en la vida. Existen personas que necesitan estar siempre en movimiento, pero amigo no eres una máquina, a veces hacer stop es salud para nuestra vida. Esta sensación de no querer hacer nada siempre viene ligado cuando no tenemos algo o alguien que nos mueve en la vida, es cierto que debemos ser siempre nuestro mayor estimulo en la vida, pero nunca está de más estar cerca de aquellas cosas o personas que saben llenarnos de energías.

Siempre he escuchado el término, me quiero escapar de este mundo, mi pregunta es: ¿si no puedes lidiar en esta tierra que naciste que te hace creer que lo podrías hacer fuera? Vamos, yo también tengo a veces deseos de subir a un cohete y desaparecer, pero solo lo quiero por un segundo.

Esta sensación de escapar nunca trae cosas positivas, porque amigo mío, aquellas cosas que no enfrentas en tu vida tarde o temprano saben pasar factura. Y esas facturas nunca vienen económicas.

A la hora de querer huir de tu mundo, recuerda que el pasaje a la luna no es nada económico.

Desde la mirada de la psicología este punto no es nada fácil, ya que nos encanta retener, retener cosas y a veces personas que muchas veces no saben aportar nada positivo en nuestras vidas.

Y de igual modo realizar este análisis de qué cosas sí y no deben quedarse en nuestras vidas, nos cuesta tiempo y muchos sacrificios, porque todo en la vida cuesta y cuidar nuestra salud emocional es gratis pero no siempre es algo que sabemos controlar.

De manera personal estoy en un proceso de mi vida en el cual estoy dejando cerca de mí aquellas cosas y personas que valen la pena tener cerca, las personas cambian y esos cambios a veces no van relacionado con lo que hacemos y buscamos en la vida. 

Tu salud emocional te pertenece, no permitas que nada ni nadie traigan cargas de más en tu vida.


Valorar Oportunidades


Las emociones negativas son un problema cuando se convierten en una manera de vivir. Por
supuesto es natural sentirse desilusionado cuando te rechazan en una entrevista de trabajo, cuando tu proyecto no se aprueba o cuando las cosas no salen como esperabas. Del mismo modo es normal arrepentirse cuando defraudas a alguien, apenarse por la pérdida de alguien querido…

Todos estos sentimientos que nos remueven puntualmente son sanosaunque resulten dolorosos en el momento,  pueden representar nuestras mayores oportunidades de crecimiento, pues  nos permiten experimentar nuestra humanidad, sobre todo si no tenemos miedo a sentir algo de dolor y oscuridad.

En cualquier caso, debemos ser capaces de convivir con ellos para poder trascenderlos en el siguiente paso;  es así como podemos convertirnos en seres más plenos y profundos. En realidad sólo podemos sanar y sentirnos más completos si nos permitimos sentirnos rotos primero.

Los sentimientos negativos son señales que nos dan información sobre nuestras circunstancias particulares. Si desarrollamos la capacidad de abrirnos a ellos sin dejarnos invadir, sin pretender, disimular o convencernos racionalmente de que no los sentimos, nos ayudarán a enfrentarnos a los problemas de frente y con honestidad
.
De esta manera podremos pasar a la acción tal y como la situación requiera, desde la reflexión y la conexión con nuestro interior e intuición, y no desde la reacción irracional y automática. 

Desde ahí podremos avanzar y tomar decisiones apropiadas y equilibradas que tengan en cuenta a la mente y al corazón, es decir, al lado derecho e izquierdo del cerebro.
Las emociones negativas son un problema cuando se convierten en una manera de vivir. Por supuesto es natural sentirse desilusionado cuando te rechazan en una entrevista de trabajo, cuando tu proyecto no se aprueba o cuando las cosas no salen como esperabas. Del mismo modo es normal arrepentirse cuando defraudas a alguien, apenarse por la pérdida de alguien querido…

Todos estos sentimientos que nos remueven puntualmente son sanosaunque resulten dolorosos en el momento,  pueden representar nuestras mayores oportunidades de crecimiento, pues  nos permiten experimentar nuestra humanidad, sobre todo si no tenemos miedo a sentir algo de dolor y oscuridad.

En cualquier caso, debemos ser capaces de convivir con ellos para poder trascenderlos en el siguiente paso;  es así como podemos convertirnos en seres más plenos y profundos. En realidad sólo podemos sanar y sentirnos más completos si nos permitimos sentirnos rotos primero.

Los sentimientos negativos son señales que nos dan información sobre nuestras circunstancias particulares. Si desarrollamos la capacidad de abrirnos a ellos sin dejarnos invadir, sin pretender, disimular o convencernos racionalmente de que no los sentimos, nos ayudarán a enfrentarnos a los problemas de frente y con honestidad
.
De esta manera podremos pasar a la acción tal y como la situación requiera, desde la reflexión y la conexión con nuestro interior e intuición, y no desde la reacción irracional y automática. 

Desde ahí podremos avanzar y tomar decisiones apropiadas y equilibradas que tengan en cuenta a la mente y al corazón, es decir, al lado derecho e izquierdo del cerebro.


Intimidades


 Del Derecho a la Dignidad se derivan los demás derechos personales: honor,
 privacidad, intimidad y propia imagen.

El honor es la consecuencia de los actos y el reconocimiento que otorga la sociedad hacia una persona. Es la imagen generada de uno mismo en los demás.

La propia imagen es el derecho que tienen las personas a proteger o usar su propia imagen corporal o facial, sea ésta fotográfica, pictórico en cualquier otro registro. Incluye también la voz.

La vida privada se organiza en torno a la familia y sus actividades:conformación,origen, matrimonio, recursos económicos y amistades.

La vida íntima es lo relacionado con lo más personal e interno que guarda una persona para sí. Por ejemplo el ejercicio de la religiosidad, la salud, la enfermedad, el dolor y la muerte, son temas estrictamente íntimos. Los sentimientos, la sexualidad y las convicciones políticas pertenecen a dimensiones muy personales cuya difusión depende de la voluntad o necesidad de exponerlas. 

Si alguien decide publicar su intimidad por cualquier medio, está en su derecho. Lo que no se puede es invadir esa dimensión.

Estos son los derechos personales que son considerados por la teoría del derecho como innatos a las personas, inherentes, extra patrimoniales, irrenunciables e imprescriptibles.

Sin embargo, la curiosidad y los intereses económicos o políticos de personas y grupos han convertido la privacidad en objeto de intromisión a través de los medios de comunicación tanto masivos como redes digitales. La cultura mediática tiene recursos tecnológicos para invadir la privacidad, inclusive sin que los ciudadanos lo perciban.

Los nuevos sistemas de comunicación e interacción facilitan la exposición de datos personales que pueden perjudicar a las propias personas. Las interacciones  TIC. Las disputas por el poder hacen que grupos hegemónicos no duden en invadir las comunicaciones ajenas. Finalmente, la necesidad de fama y poder hace que muchas personas renuncien a su intimidad a través de reality y talk shows.

Aunque en la mayoría de los países democráticos rige el Derecho a la Libertad de Expresión, las comunicaciones sociales suelen incumplir con la responsabilidad que conlleva este derecho. No puede haber libertad sin responsabilidad. Es decir que no se puede emitir cualquier mensaje que vulnere los derechos personales de los demás. 

La Libertad de Expresión protege la facultad de las personas a expresar libre, pero responsablemente, sus ideas. El Derecho a la Información, protege el derecho de los ciudadanos a recibir, investigar y emitir información técnica y éticamente producida. 

La opinión no es lo mismo que información. El Estado garantiza la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información y solamente restringe el acceso cuando la seguridad del Estado depende de esa información.


Nuestra Actitud



Una aptitud es la capacidad o destreza personal para realizar una tarea en concreto. Una
 aptitud refleja el talento de una persona, sin embargo, la aptitud necesita ser entrenada para poder ser desarrollada de una forma potencial. 

Ningún deportista de élite habría llegado a la cima del éxito si no fuese porque a sus condiciones individuales se suma el trabajo constante, el esfuerzo y el sacrificio. En este sentido, la pedagogía tiene un alto valor a nivel humano porque es gracias a la ayuda de los profesores y de los padres que los niños van descubriendo cuáles son sus habilidades y así se conocen mejor a sí mismos.

Para cultivar una aptitud es importante practicar en el tiempo de ocio una afición concreta. Existen distintas áreas, por ejemplo, una persona puede tener buenas aptitudes para el deporte, para las matemáticas, para la literatura, para la música, el razonamiento abstracto… Como bien muestra la inteligencia emocional no existe una única noción de persona inteligente en tanto que cada ser humano tiene un valor interno.

La clave reside en descubrir cuál es ese valor y potenciarlo a nivel vocacional. La reflexión sobre este tema es fundamental en decisiones tan importantes de la vida como la elección de los estudios universitarios o la elección de un trabajo. Cuando una persona trabaja en aquello que le gusta porque tiene aptitudes para esa profesión, entonces, el trabajo se convierte en un placer. De hecho, una de las funciones del departamento de recursos humanos en la empresa es encontrar un puesto adecuado para cada profesional para que de acuerdo a sus características rinda al máximo.

Conocer cuáles son tus aptitudes también te permite tomar conciencia de tus fortalezas y de tus límites para marcarte objetivos realistas de acuerdo a tus condiciones. Por otra parte, conviene diferenciar entre las habilidades innatas que el sujeto tiene desde que nace, y aquellas aptitudes o destrezas que adquirimos a través de la experiencia propia de la vida. El paso de los años suma vivencias, aprendizajes y conocimiento. Una persona de cuarenta años es más sabia que una de veinte años porque ha vivido más, por tanto, también ha tenido tiempo de entrenar habilidades que una persona joven todavía no ha desarrollado.

Una aptitud puede ir en aumento o también, atrofiarse. Así sucede cuando no la practicas. De ahí la importancia del trabajo y de la perseverancia que te conduce hacia el éxito.


Las Inteligencias


 Cada persona combina dentro de sí todas estas inteligencias, desarrollándolas y usándolas en diferentes grados. El desarrollo de estas inteligencias, amén de la dotación genética de cada uno, depende de la interacción del sujeto con el entorno cultural y social.

Las repercusiones de esta teoría en el estilo docente son notables. Cada sujeto, en función del desarrollo de sus distintas capacidades, aprende, procesa y ejecuta de diferente manera, por lo que es función de los docentes descubrir, potenciar y estimular en la medida de lo posible las diferentes inteligencias que se combinan en cada alumno.

En contraposición a los programas educativos tradicionales, más centrados en la inteligencia lingüística y en la lógico-matemática, la propuesta metodológica cooperativa intenta llegar a todos aquellos alumnos que pueden no destacar en estas dos inteligencias más académicas pero que disponen de la predisposición y destreza natural de tener éxito en el desarrollo de otras inteligencias.

Con la presentación de tareas múltiples en múltiples modalidades de trabajo, el aprendizaje cooperativo aumenta la probabilidad de éxito de todos los estudiantes. Esta metodología contribuye a un desarrollo específico de las «otras inteligencias», ya que se aumentan en el aula la variedad y riqueza de las experiencias educativas, estimulándose así en mayor medida el desarrollo de las distintas inteligencias.

El aprendizaje cooperativo permite, además, la diferenciación curricular, favoreciendo la adaptación de objetivos y contenidos a las peculiaridades de cada alumno. Los contenidos de la acción educativa llegan a un mayor número de alumnos, ya que la información puede ser procesada y comprendida de forma distinta por alumnos con inteligencias distintas.

Se desarrolla de forma específica en todos los alumnos la inteligencia interpersonal, ya que se les entrena en habilidades de relación, interacción y comunicación con sus iguales (desarrollo de la escucha activa y la empatía, resolución de conflictos, habilidades sociales...). Se produce además un mayor desarrollo de las capacidades lingüísticas.

Por todas estas razones creemos que, desde el planteamiento de las inteligencias múltiples, el docente puede optar por una metodología cooperativa que satisfará las necesidades de muchos más alumnos y que le permitirá realizar más fácilmente una diferenciación a nivel curricular con aquellos con necesidades específicas, entre los que se encuentran los alumnos con altas capacidades.


Conceptos Humanistas


Cuando nos referimos a una actitud humanista, nos referimos a los siguientes puntos:

La ubicación del ser humano como valor y preocupación central.
La afirmación de la igualdad de todos los seres humanos.
El reconocimiento de la diversidad personal y cultural.
La tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de lo aceptado o impuesto como verdad absoluta.
La afirmación de la libertad de ideas y creencias.
El repudio a la violencia.

Es posible rescatar en la historia, en el pensamiento y en la espiritualidad de cada cultura estos elementos. Ellos, más que anhelar un nostálgico retorno a un pasado dorado, están inspirando las mejores aspiraciones futuras y representan el punto de convergencia posible entre las culturas más diversas.

Hay que reconocer que existen valores universales propios de todos los seres humanos y esos valores poseen las características propias de una generación y de un lugar específico del mundo. Por eso el estado de los valores humanos se determinan por la relación que existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos específicos propios de una época y de una situación social dada.

La actitud humanista, fuera de todo planteamiento teórico, puede ser comprendida como una “sensibilidad”, como un emplazamiento frente al mundo humano en el que se reconoce la intención y la libertad en otros, y en el que se asumen compromisos de lucha no violenta contra la discriminación y la violencia.

La actitud humanista ya estaba presente antes del acuñamiento de palabras como “humanismo”, “humanista” y otras del género. En lo referente a la actitud mencionada, es posición común de los humanistas de las distintas culturas:
El humanismo es una corriente filosófica que ha tenido una gran influencia tanto en la psicología como en la política y las ciencias sociales en general. Sin embargo, no existe como algo homogéneo, sino que existen diferentes tipos de humanismo.

Cada una de estas clases de humanismo expresa, a su manera, la idea fundamental de esta forma de pensar: que importan la vida de todos los seres humanos y que, por defecto, hay que respetar las vidas de los demás sin pretender alterarlas injustificadamente o sin tener en cuenta su opinión.


Se trata de una forma de pensamiento muy influida por la filosofía posmoderna. Señala la necesidad de crear sociedades inclusivas para todas las personas, respetar las diferentes culturas que están presentes en la sociedad y no guiarse únicamente por códigos de conducta rígidos, sino todo lo contrario: apreciar la espontaneidad y la creatividad en todos los aspectos de la vida.

viernes, 7 de agosto de 2020

Humanidad


Según el Informe Delors de la UNESCO “La Educación encierra un Tesoro” (1996), el aprendizaje más difícil en el S. XXI, es aprender a vivir juntos precisamente cuando vivimos de los medios de información y comunicación en el mundo globalizado los cuales, sin duda, nos acerca, pero desgraciadamente no nos unen en lo esencial como seres humanos.

Los medios nos juntan pero su acción queda en la superficie o periferia de lo que en el ser humano es su núcleo esencial el espíritu. Su acción queda casi siempre en la noticia, en el evento, en el hecho, en lo agradable o desagradable, en lo admirable o detestable pero no atraviesa las distintas capas de la estructura humana, hasta alcanzar el núcleo sublime del espíritu.

Corresponde a la educación en tanto proceso humanizador y constructor del ser humano como persona, generar en nosotros el sentido de humanidad y más allá de él aceptar el sentido de humanidad entre nosotros. La solidaridad es quizás la expresión más cercana a la expresión de humanidad porque nos desprendemos de algo nuestro para compartirlo y entregarlo a los otros, o todo lo que somos o tenemos lo sentimos como también de los otros. Esto se concreta cuando hacemos un favor y en grado supremo cuando donamos un órgano que da vida a otra persona. Es cuando el espíritu se abre hasta llegar al otro y éste entra en nuestro espíritu formando una unidad que enriquece a los dos, es la unidad que entraña el sentido de humanidad. Cuando ese uno y otro se hace grupo, comunidad, pueblo, sociedad se construyen los fundamentos de humanidad de la que todos somos sus miembros inseparables.

La separación entre las personas, entre los grupos, entre las naciones, atentan contra la esencia misma de cada uno de nosotros, dado en el fondo somos esencialmente humanidad, somos humanos sin posibilidad de no serlo, pero nos especializamos en demostrar que no lo somos. De esta manera estamos despreciando las leyes de nuestra naturaleza. De ahí las divisiones de todo tipo, sociales, económicas, políticas y tantas otras en distintas direcciones que nos separan hasta llegar al desprecio, a la enemistad, a la xenofobia, al rechazo, al odio, a la guerra, a la destrucción del otro que es algo nuestro como parte de la humanidad ¡que contradicción¡.

En realidad con frecuencia hacemos del ser humano una contradicción consigo mismo. Somos seres en conflicto con nosotros mismos, cargando nuestra propia contradicción como seres humanos.

Por eso las grandes religiones, los grandes pensadores y filósofos que han acompañado siempre al ser humano se fundamentan en la razón y ser de la humanidad que somos.

“No hagas al otro lo que no quieras que te hagan a ti”, “Ama al prójimo como a ti mismo”, “Trata al otro como quieres que te traten a ti”, etc. ¿Por qué?
Lo proclaman y definen ¿sólo para convivir, sólo para garantizar el bienestar colectivo, sólo como un medio para que funcione la sociedad?. Estos imperativos tienen raíces previas, más profundas, más radicadas en el ser humano. Es que todos somos humanidad, como seres humanos perfectamente iguales, aunque diferentes como individuos. No es lo mismo igualdad que identidad. Todos somos iguales como seres humanos pero cada uno posee su irrepetible individualidad e identidad. Sin duda por esta asombrosa contradicción se rompe con frecuencia la armonía y la convivencia humana. 

Esta es precisamente una de las funciones y fines de la educación como proceso de formación de la persona y de la formación de la ciudadanía responsable: armonizar, entrelazar la igualdad y la identidad que caracteriza al ser humano, aceptando que nuestra identidad adquiere su sentido definitivo en la humanidad. 

Aprender a vivir juntos es un paso importante para ir construyendo humanidad.