Aprender es un proceso difícil que involucra a la persona en
todas sus facetas: intelectual, emocional, social y cultural. El aprendizaje
requiere que la persona se sienta bien en la situación de aprendizaje. Para poder aprender, necesitamos estar
relajados, sentirnos “en casa”, acompañados, comprendidos.
Cuando una preocupación nos inunda nuestra cabeza está ocupada en otra cosa. De manera que, desde el punto de vista emocional, el aprendizaje necesita que estemos en disposición para aprender
.
La disposición para aprender.
Esta disposición es el estado emocional vivida por una
persona ante una situación de aprendizaje. Esta disposición puede ser favorable
o desfavorable, puede favorecerse u obstaculizarse, no es consciente ni la
controlamos por nuestra voluntad y, además, es variable según los contextos y
el momento.
Depende de tres factores:
Del momento vivencial de la persona. La disposición de una
persona en una situación de aprendizaje determinada depende, en gran medida, de
las situaciones emocionales, sean de sufrimiento, de preocupación o incluso de
felicidad, predisponen de cierta manera frente al aprendizaje.
De su historia personal de aprendizajes. La disposición
al aprendizaje se va constituyendo en el ser humano a lo largo de la vida en
relación con la historia de todos sus aprendizajes. La historia de nuestros
aprendizajes, sobre todo de nuestros primeros aprendizajes, va dejando huellas
profundas que influyen en nuestra forma de enfrentar cada nuevo acto de
aprendizaje. Las maneras de actuar, sentir y pensar en relación al aprendizaje,
configuradas desde la infancia, van conformando esta disposición.
De la percepción del contexto de aprendizaje. Todo
aprendizaje se realiza en un contexto. El contexto siempre es social y
cultural. El contexto influye en la disposición porque cada persona puede
sentirse más “en casa” o menos “en casa” en ese contexto. En este sentido, la
disposición que la persona tenga en cada situación de aprendizaje será el
resultado de su propia percepción del contexto y de las posibilidades que le
brinda. La disposición será el resultado de la interrelación de variables
culturales, geográficas, temporales e históricas propias de cada sujeto, del
grupo en el que vive y de lo que el contexto educativo le ofrece.
La historia personal del
estudiante: Cuando
el aprendiz realiza sus primeros aprendizajes en un contexto en el que quienes
lo educan están sufriendo, ya sea por problemas emocionales,sociales,
económicos, el clima en el que realiza sus aprendizajes es un clima de
hostilidad, no es un clima favorable.
Y esta sensación de sufrimiento y hostilidad queda asociada de manera
inconsciente al acto de aprender, aunque sus padres o educadores hayan tenido
muy buena voluntad.
Otras veces el acto de aprender puede quedar asociado a sentimientos de miedo. Los padres pueden haber hecho que los primeros aprendizajes se realicen en un contexto de temor. El acto de aprender también puede estar asociado al miedo al fracaso: el temor a fracasar en el aprendizaje puede ser tan grande que termina paralizando a la persona y conduciéndola efectivamente al fracaso.
El miedo a aprender puede estar asociado también al miedo al cambio. Aprender significa cambiar y para algunas personas esto implica abandonar las certezas sobre las que se apoya para comprender el mundo
.
¿Qué pueden hacer los educadores ante este tipo de obstáculos en la disposición para aprender? Si el acto de aprender está asociado al miedo y a lo desagradable, el ambiente de aprendizaje deberá ser muy cercano y amigable.
¿Qué pueden hacer los educadores ante este tipo de obstáculos en la disposición para aprender? Si el acto de aprender está asociado al miedo y a lo desagradable, el ambiente de aprendizaje deberá ser muy cercano y amigable.
Concluyendo, se debe partir de la aceptación, del respeto y
establecer un diálogo cultural con el otro. Solo así lograremos
que su disposición no se vea obstaculizada a causa de la violencia ejercida por
el contexto de aprendizaje. Por eso, hay que establecer este diálogo cultural y no ser
impositivos. Es fundamental que el educador pueda respetar la
diversidad. Esto implica contemplar los diferentes contextos de
origen, respetar los diferentes modos de expresión y los diferentes tiempos de
aprendizaje de cada persona.