lunes, 2 de septiembre de 2019

Elaborando

Como suelo hacerlo la mayoría de los días me encuentro metiendo mis manos en la masa compuesta por los acontecimientos que de una manera u otra se me hacen presente sobre mi mesa de trabajo, estos, los acontecimientos, constituyen la “materia prima”, “los ingredientes” que una vez que son analizados los intentamos exponer en los artículos que publicamos.

Cuando empleamos el término analizar no significa de que pasamos la información recibida por el tamiz de algún tipo de evaluación previa o censura, simplemente nos referimos al grado de trascendencia que tal acontecimiento nos pueda causar en nuestra captación de lo que pensamos que pueda haber acontecido y la posterior reacción de nuestra sensibilidad al respecto.

Así que en eso estamos, en la evocación de todo lo acontecido en nuestro entorno y aportando nuestra solidaridad a través del compartimiento de nuestras impresiones en el bien entendido de que toda opinión, cuando es emitida con la intención de contribuir en una evaluación justa y desinteresada, siempre será recibida con la calidez y el afecto que toda buena acción es considerada.

Es por eso que metemos nuestras manos en la masa y nos identificamos con cada una de nuestras opiniones, el contenido de “nuestra masa informativa” tendrá consigo todo el proceso que le es propio y su tiempo de elaboración le permitirá alcanzar la consistencia y el sabor que la conviertan en una “sana y digerible” degustación.

Eso esperamos

Centrar La Atención


“La concentración de carácter mental, por otra parte, es el proceso de la mente que consiste en centrar voluntariamente la atención sobre un objetivo. A través de la concentración, la persona deja momentáneamente de lado todo aquello que puede interferir en su capacidad de atención.

En este caso, por ejemplo, hay que decir que muchos son los profesionales que requieren desarrollar la concentración para poder llevar a cabo su trabajo. Así, en el caso del mundo de espectáculo hay artistas como magos, mentalistas o trapecistas que necesitan de la citada concentración para realizar sus números y de esta manera conseguir que ellos salgan tal y como desean, lo que hará que el público asistente quede gratamente sorprendido.

Cabe resaltar que la concentración resulta vital para el aprendizaje (la adquisición de nuevos conocimientos), la precisión en la ejecución de movimiento y la puesta en marcha de una estrategia. Los deportistas, por ejemplo, deben estar concentrados para enfocarse en sus acciones”

El ser humano ha perdido su capacidad de concentrarse por el uso excesivo de nuevas tecnologías.
¿Tiene uno de esos días en los que no se puede concentrar? En cierto momento está inmerso en una actividad y al siguiente está escribiendo a sus amigos en un grupo de chat o poniéndose al día en los últimos chismes de la farándula, incluso, viendo videos virales de animales.

Expertos piensan que nuestro cerebro no está preparado para el rápido y creciente bombardeo de distracciones digitales, lo que nos deja con una sensación de lentitud y, en última instancia, nos hace menos productivos.

A lo que nos estamos enfrentando es a un problema del siglo XXI. Hoy en día, la tecnología domina toda nuestra vida mientras estamos despiertos, y esto viene con un costo cognitivo.

Un estudio realizado en Canadá por Microsoft, en 2015, reveló que en promedio el intervalo de atención de los humanos bajó de 12 segundos a finales del siglo pasado a 8 segundos con el nuevo milenio. Esto es menos de lo que puede aguantar un pez dorado.

Expertos consideran que esto no se debe a que nos estemos haciendo menos inteligentes, sino que ahora desempeñamos múltiples tareas. De hecho, hay quienes aseguran que la multifuncionalidad no existe.

Sencillamente cambiamos nuestra atención de una tarea a otra extremadamente rápido, algo que podría tener consecuencias serias en el funcionamiento de nuestro cerebro.


Cuando variamos de una actividad a otra, nuestro cerebro utiliza glucosa oxigenada, y en la medida en que esa fuente se agota, nos quedamos con una sensación de somnolencia y desorientación. 

Como resultado, se libera la hormona cortisol del estrés. “Esta no es la mejor condición en la que puede estar uno a la hora de tomar decisiones”, dice Greg Foot, presentador de programas de ciencia de BBC.


domingo, 1 de septiembre de 2019

Voluntariosos



El adjetivo de voluntarioso define una cualidad de carácter de aquella persona que se caracteriza por tener una buena voluntad y una disposición de ayuda para realizar el bien en cualquier ámbito de la vida. En el contexto profesional, una persona voluntariosa es aquella que trabaja con tesón por alcanzar sus objetivos, se supera a sí misma, es constante en la realización de un plan de acción y cuida todos los medios a su alcance para intentar que las cosas salgan según lo esperado.

Ser voluntarioso es una cualidad importante, una de las más valoradas por cualquier empresa cuando contrata a profesionales que más allá del currículum, se diferencian por sus habilidades personales. Las personas voluntariosas simplifican las dificultades a través de su actitud.

Una persona voluntariosa es diligente y firme en su tarea, tiene una rectitud moral que le hace perseverar en sus propósitos gracias a un alto grado de motivación intrínseca. Es decir, una persona diligente es aquella que valora el cumplimiento del deber. La cualidad de ser voluntarioso también es importante en los estudios donde esta disposición de trabajo puede ser incluso más importante que la inteligencia.

Algunas personas muy inteligentes se confían en sus posibilidades y suspenden un examen por no haberlo preparado a conciencia. En cambio, las personas voluntariosas y trabajadoras tienen paciencia para preparar con esmero una tarea. En este caso, la persona se esfuerza con gusto porque se motiva ante los frutos que espera lograr a partir de su esfuerzo.

Debemos revisar el valor que nos enseña la importancia de terminar lo que emprendemos. 
Comenzar algo siempre nos llena de entusiasmo. Un nuevo trabajo, un nuevo proyecto, una nueva relación trae consigo esperanzas y expectativas. En realidad poner “la primera piedra” de un edificio es relativamente sencillo. Pero poner “la última piedra” no es tan fácil.

El poner la última piedra es un valor que nos enseña la importancia de terminar lo que emprendemos y no dejarlo a medias.

Cuando termina un año, se da un doble fenómeno: el de la alegría de comenzar un nuevo ciclo, pero en cierta forma también un poco la tristeza de ver que no terminamos todo lo que nos propusimos.

No podemos permitir que el desánimo o la tristeza nos impidan actuar. Los grandes proyectos requieren de un trabajo constante. Las grandes obras se componen de pequeños esfuerzos que se realizan todos los días. Pero también es importante sentarse a meditar en qué queremos lograr y hacia donde esperamos ir. Si no tenemos la constancia y la lucha diaria de construir las cosas grandes con pequeños detalles, nos quedaremos colocando primeras piedras, pero no acabaremos nuestras obras.

Poner la última piedra es la culminación que nos brinda paz y una conciencia serena. Quienes siempre emprenden pero nunca terminan acaban desanimándose y llegando a un conformismo mediocre que no es sano.

Para poner últimas piedras, debemos conocer nuestras capacidades y nuestros defectos.

Pero nuestros proyectos siempre deben exigirnos un poco más de lo que podemos hacer.

Todos los seres humanos tenemos limitaciones que vamos conociendo con el paso del tiempo. Un joven es mucho más soñador que un adulto.

Los jóvenes con frecuencia se establecen metas demasiado altas, poco acordes a sus posibilidades reales.

Por el contrario, a veces las personas mayores tienden a ser más pesimistas, pues se han dado cuenta de que la vida no es tan sencilla y que los sueños son difíciles de materializar.

Pero ninguna de las dos actitudes es sana: ni la del joven que no mide sus posibilidades, ni la del adulto que deja de soñar. 

Tener una actitud equilibrada significa plantearnos metas un poco mayores de lo que sabemos que podemos hacer, y asegurarnos de poner la última piedra. 

Y una vez que lo logremos, volver a empezar haciendo planes, proyectos y fijándonos nuevas metas, cada vez más altas.


Hacernos Cargo


Hacernos cargo de las consecuencias que pudiesen ocasionar tanto nuestro accionar en sociedad como nuestra ausencia en la participación de todo aquello ante lo cual se pudiera requerir nuestra presencia, nos sitúa en la eventualidad de ser potencialmente responsables sea por la realización de actos negativos o en la omisión de corregir aquellas acciones donde nos consta que deberíamos asumir sus consecuencias.

“La responsabilidad es la habilidad del ser humano para medir y reconocer las consecuencias de un episodio que se llevó a cabo con plena conciencia y libertad.

Por lo tanto, una persona responsable es aquella que desarrolla una acción en forma consciente y que puede ser imputada por las derivaciones que dicho comportamiento posea. De este modo, la responsabilidad es una virtud presente en todo hombre que goce de su libertad.

Más exactamente podemos determinar que una persona que se caracteriza por su responsabilidad es aquella que tiene la virtud no sólo de tomar una serie de decisiones de manera consciente sino también de asumir las consecuencias que tengan las citadas decisiones y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento.

Por ello, es necesario añadir que un elemento que tiene que estar presente y que sin él es imposible hablar de responsabilidad es el de libertad, pues esta es la que determina el que alguien pueda realizar cualquier acción porque así lo estima oportuno o lo desea. Pero también es vital que dicho individuo tenga también razón. Así, quien carece de raciocinio, como por ejemplo un niño o un desequilibrado, no puede ser responsable de sus actos.

Muchas son las personas que carecen de esta virtud que, según señalan los expertos, se hace más patente en personas que cuentan con otras dos cualidades muy positivas. Por un lado, estaría la valentía y por otro la humildad. 

Y es que esta última es vital para que alguien que ha cometido un error con sus actos carezca de orgullo para pedir perdón”.



Diversidad Cultural


La diversidad cultural refiere a la convivencia e interacción entre distintas culturas. La existencia de múltiples culturas está considerada como un activo importante de la humanidad ya que contribuye al conocimiento. Cada persona, por otra parte, tiene derecho a que su cultura sea respetada tanto por otras personas como por las autoridades.

En muchas ocasiones, la supervivencia de una cultura se ve amenazada por el avance de otra con vocación hegemónica. En estos casos, el gobierno y las instituciones deben proteger a la cultura que tiene menos poder para garantizar su subsistencia y, de esta manera, asegurar la diversidad cultural.

En ese mismo sentido, la diversidad sexual es la existencia de distintas orientaciones e identidades sexuales. Los grupos minoritarios, entre los que se encuentran homosexuales y bisexuales, se encargan de defender este concepto para que sus derechos no sean vulnerados y puedan acceder a las mismas posibilidades que la mayoría (heterosexuales).

La diversidad biológica o biodiversidad señala la inmensa variedad de seres vivos que habitan el planeta tras millones de años de evolución. El equilibrio ambiental depende del mantenimiento y la protección de la biodiversidad. 

Dentro de esta clasificación se encuentran las especies pertenecientes tanto a los ecosistemas terrestres como acuáticos.

Para conseguir establecer y cuantificar la diversidad de las especies de una región fue necesario conocer de forma taxonómica a las mismas, para conseguir además establecer la importancia que dicha especie ocupa dentro del ecosistema. La taxonomía es la ciencia que estudia los diferentes organismos vivos y las relaciones que se establecen entre ellos y su entorno. Consiste en uno de los pilares para la existencia de la biodiversidad porque permite acercarse a un ecosistema y comprender los diversos roles que tiene cada especie en el espacio natural.

La diversidad ecológica es otra de las grandes ramas dentro de la biodiversdad. Se dedica al estudio de la variedad de especies existentes dentro de un mismo ecosistema. 

Podríamos decir que se trata del estudio sintético de la biodiversidad, que se detiene únicamente en los ejemplares que existen en un mismo hábitat y se dedica a estudiar la forma en la que las acciones de estos pueden modificar el medio natural. 

La diversidad ecológica analiza la composición del paisaje, la variedad de especies que residen allí y las influencias que unas proyectan sobre las otras.
Uno de los grandes nombres que surge al pensar en biodiversidad es el de Jacques Cousteau, un investigador francés apasionado por la vida y sobre todo, por nuestro accionar sobre el planeta, quien demostró una gran preocupación por el futuro de la tierra.

En sus extensos estudios acerca de la vida en la Tierra, Cousteau expresó la relevancia que las pequeñas acciones podían tener sobre el futuro de lo que nos rodea; y, sobre todo, manifestó su deseo de que nuestra especie se volviera más atenta a las necesidades del medio natural al que se enfrentaba cuando se acercaba a la naturaleza y fuera respetuoso con lo que allí se encontraba pues, la modificación de la vida de una mínima especie podía significar una ruptura natural que había llevado decenas de años o incluso siglos en conseguirse y condenaba a la muerte a quién sabía cuántas especies.


La Inteligencia Humana


En términos de inteligencia humana seguramente no agotaremos el tema en todo lo que podamos agregar al respecto, es por eso que nos limitaremos a mencionar algunos aspectos que hacen a nuestra tan particular forma de exponer con nuestras actitudes el grado de desarrollo de esta invalorable facultad.

Así como existen las piedras que habitualmente tropezamos con ellas en más de una oportunidad, “se dice que el ser humano es el único capaz de tropezar con la misma piedra más de una vez” de la misma manera, el sostener de que la inteligencia que cada ser humano pudiera poseer, oficiaría como garantía de que sus decisiones sobre un asunto dado contarán con el aporte de esta facultad, sería cometer el mismo error, como el volver a tropezar, esta, como tantas otras veces, con tantas piedras como las que se pudieran encontrar en el camino.

“Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad”

El término inteligencia proviene del latín intelligentia, que a su vez deriva de inteligere. Esta es una palabra compuesta por otros dos términos: intus (“entre”) y legere (“escoger”).

“Por lo tanto, el origen etimológico del concepto de inteligencia hace referencia a quien sabe elegir: la inteligencia posibilita la selección de las alternativas más convenientes para la resolución de un problema.

De acuerdo a lo descrito en la etimología, un individuo es inteligente cuando es capaz de escoger la mejor opción entre las posibilidades que se presentan a su alcance para resolver un problema”.

“La inteligencia pueden clasificarse en distintos grupos según sus características:
la inteligencia psicológica (vinculada a la capacidad cognitiva, de aprendizaje y relación), la inteligencia biológica (la capacidad de adaptación a nuevas situaciones), la inteligencia operativa y otras.
En todos los casos, la inteligencia está relacionada a la habilidad de un individuo de captar datos, comprenderlos, procesarlos y emplearlos de manera acertada. Quiere decir que es la capacidad de relacionar conocimientos y conceptos que permiten la resolución de un determinado conflicto, es una cualidad que poseemos los humanos y también los animales, sólo que en el caso de ellos se la llama erróneamente instinto.

Existen muchos conceptos erróneos acerca de la inteligencia, incluso se han elaborado diversos conceptos y mecanismos para medir la inteligencia, como el del cociente intelectual de los individuos. Sin embargo con ellos sólo se analizan las capacidades de lógica, matemática y lingüísticas de una persona, obteniéndose resultados poco precisos de la capacidad verdadera de una persona.

Si se tiene en cuenta el carácter complejo de la inteligencia, el concepto sólo puede ser definido en forma parcial y para esto se apela a diversos procedimientos y atributos. Hablaremos de lo planteado por el psicólogo estadounidense Howard Gardner, de la Universidad de Harvard, quien asegura que la inteligencia puede entenderse como el potencial de cada individuo que puede advertirse e incrementarse a través de diversos procedimientos, pero que resulta imposible de cuantificar”.


Ser Gratos



“El sentimiento de gratitud no corresponde a una de las emociones básicas. Todo lo contrario.
Para experimentarla se requieren una serie de procesos complejos en la mente. No todo el mundo puede experimentar gratitud. 

Es una virtud reservada para los espíritus más elevados y para las inteligencias mejor desarrolladas.
A diferencia de otros sentimientos, el de la gratitud no aparece como un impulso simplemente. 

La gratitud exige que haya un sistema de valores éticos, en donde estén resueltos los conceptos de dar y recibir, además de una renuncia a la visión egocéntrica de la vida”

“Cuando la gratitud es tan absoluta las palabras sobran.”     Álvaro Mutis

“Las personas que no son capaces de experimentar gratitud tienen un elevado narcisismo. 
No solamente tienen problemas de memoria, sino que también dan por sentado que merecen toda la ayuda que reciben. 

De hecho, muchos de ellos se atribuyen por completo los beneficios que obtienen y omiten por completo lo que los demás aportaron para poder lograrlos.

La ingratitud es propia de personas que han sido criadas con exceso de gratificaciones. No se les enseña a valorar lo que otros les dan. Sus padres le inculcan la idea de que lo merece todo, por ser quien es.

Quien ha pasado por dificultades y las ha resuelto, sabe el inmenso valor que tiene la ayuda de otros.
Nada como sentirse impedido para algo, o atrapado, o vencido, para entender que la mano que otro tiende es un verdadero regalo del cielo.” “La gratitud no solo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás”-Cicerón-


Valor Del Tiempo


Me atrevo a afirmar, sin ninguna duda, que usted siente que tiene menos tiempo libre a su disposición que el que considera que se ha ganado.

No sólo eso, sino que probablemente piensa que en el pasado más o menos inmediato, sus padres o usted mismo podían disfrutar de un mayor tiempo de ocio cuando llegaban al hogar, a pesar de que en muchos casos sus cargas familiares y laborales eran mayores.

No, no son imaginaciones suyas: efectivamente, este es un sentimiento compartido por muchas personas en los países occidentales.

No hay que ser un lince para darse cuenta de que no ha sido así, y no sólo los avances tecnológicos no han reducido la jornada, sino que esta ha desbordado las ocho horas que pasamos en nuestro puesto de trabajo y nos ha obligado a estar continuamente pendientes del teléfono móvil y del correo electrónico.

Son muchas las teorías que ha intentado abordar el problema de esa sensación acuciante de que las 24 horas del día son pocas en las sociedades occidentales.

Paradójica porque tenemos a nuestra disposición muchos más artilugios que nos permiten ahorrar tiempo –de electrodomésticos a aplicaciones informáticas, ¿recuerdan cuánto se tardaba en escribir, enviar y esperar respuesta de una carta?– y porque no es totalmente cierto que el tiempo de ocio del que disponemos se haya reducido.

Un recomendable artículo publicado en The Economist recoge algunas de las teorías más célebres a tal respecto, y señala dos elementos esenciales en la ecuación: la percepción y la distribución.

Si la jornada laboral no ha aumentado y si tenemos muchos más medios tecnológicos a nuestro alcance, ¿por qué nos sentimos como si nunca tuviésemos tiempo? El artículo propone una interesante visión de nuestra percepción del tiempo: lo que ha cambiado no es la cantidad de tiempo de que disponemos, sino cómo lo entendemos.

En el pasado, la relación entre tiempo y dinero no era tan acentuada. Sin embargo, desde el siglo XVIII, cuando empezó a medirse el tiempo con relojes, todo empezó a cambiar, y la hora trabajada empezó a cuantificarse de forma monetaria.

Ello implica que una hora de nuestras vidas tenga un valor económico asociado, y cuando algo de repente resulta tan valioso que podemos cuantificarlo en dinero, nos parece mucho más escaso.

“Paradójico, el tiempo, todo lo da y todo lo quita. Porque el reloj gobierna la rutina de los hombres, nada hay más objetivo que el tiempo, pero también nada hay más subjetivo que él cuando la espera lo paraliza y la emoción lo acelera. Nada más personal, nada más compartido. 

Nada más abundante, nada más escaso. El tiempo está en todas partes y en ninguna. Es la forma de ser y de no ser. El tiempo es puente, pero también abismo. Desechable, inmortal. La vida está hecha de tiempo, pero así mismo es una carrera contra el tiempo.

Alrededor del tiempo surgen los conflictos que tejen la existencia, el conflicto entre el presente y el futuro, origen y fundamento del conflicto entre el orden y la transgresión, la seguridad y el sentido; el conflicto entre un futuro que promete y un pasado que obliga, entre la plenitud del instante y la ubicuidad de lo sido. ¿Cómo pudiera ser de otra manera? Si a medida que somos no somos, si somos responsables de lo que ya no somos y es menester contar con lo que todavía no somos. 

El tiempo es el enigma de la existencia, pero también la clave, la sustancia, el reto”


El Derroche


Verbo activo transitivo. Este término se refiere en derrochar, malgastar o desperdiciar los bienes o del patrimonio propio o también que no le pertenece o ajeno y los que tiene en su encargo, custodia o de cuidado, ya sea una hacienda o del capital.

El dinero forma parte de nuestro estilo de vida, de hecho, el trabajo es un medio de estabilidad económica al ganar un sueldo mensual con el que hacer frente a los gastos necesarios y también, a los derivados de los planes de ocio.

El ahorro también es un valor que muestra la importancia de planificar para el futuro.

El ahorro permite poder dar respuesta a posibles gastos imprevistos de mañana que pueden ser urgentes. Existen acciones vinculadas con lo económico que son contrarias al ahorro: el despilfarro.

Aquella persona que despilfarra el dinero lo dilapida al no darle el valor que de verdad tiene. Es decir, la persona cae en la tendencia de gastar por gastar, sin valorar de verdad la utilidad de una compra y si de verdad necesita realizar ese gasto.

El despilfarro nunca remite a gastos importantes y necesarios, por ejemplo, no se considera de este modo el gasto que un paciente invierte en su tratamiento psicológico sino que es un despilfarro un gasto excesivo en una compra que es totalmente secundaria e innecesaria. El despilfarro puede tener consecuencias negativas a largo plazo como la ruina económica o la acumulación de deudas.

El despilfarro está acompañado de un estilo de vida caro, incluso, superficial, marcado por los derroches y el exceso.

El despilfarro resulta inútil, es decir, no aporta algo valioso a largo plazo (cuando este comportamiento es frecuente). No existe un criterio razonable en el gasto, ni una gestión moderada.

Conviene puntualizar que el concepto de despilfarro también puede utilizarse en otro contexto en relación con otro factor que también tiene una economía distinta: el tiempo. La economía del tiempo es una realidad en nuestra vida marcada por el principio y el final.

Una persona puede considerar un despilfarro de tiempo, las horas que dedica a un fin que no le llena lo suficiente o que le aleja de otro objetivo que es más importante.

En relación con el plano económico, lo mismo ocurre en este contexto que cuando la sensación de pérdida de tiempo se prolonga, queda un peso de vacío en el interior.

La prolongación de esta “sensación de vacío” es consecuencia de que sintamos que hemos comprometido un tiempo que no nos pertenece en el presente y sentirnos con la carga de una pesada hipoteca que nos insume un coste a futuro “en términos de tiempo” una deuda contraída que nunca sabremos con certeza si seremos capaces de pagar.

Con Prudencia


 “Capacidad de pensar, ante ciertos acontecimientos o actividades, sobre los riesgos posibles que estos conllevan, y adecuar o modificar la conducta para no recibir o producir perjuicios innecesarios”

“El concepto de prudencia está vinculado a múltiples valores. Expresarse con un lenguaje claro y adecuado forma parte de la prudencia, sobre todo en la comunicación de hechos trascendentes o malas noticias. Por otra parte, la prudencia implica el respeto por los sentimientos y la vida del prójimo.

Resulta interesante mencionar que el pueblo egipcio solía representar a la prudencia a través de una serpiente con tres cabezas (una con apariencia de león, otra de lobo y la restante, de perro). Es que, para ellos, un individuo es prudente cuando tiene la astucia de las víboras, el vigor de los leones, la agilidad de los lobos y la paciencia propia de los canes.

Como hemos visto, la prudencia es un concepto que puede tocar todos los aspectos de la vida, desde nuestra propia seguridad y la de las personas que nos rodean, hasta nuestras relaciones con los otros, e incluso la economía”

Por eso es fundamental tenerla presente como medio de alcanzar la estabilidad.

“Esta manera reflexiva y cauta que mencionamos puede observarse tanto en el obrar de alguien como en el hablar, por caso, cuando alguien se demuestre de este modo se dirá que habla y actúa con prudencia y se lo denominará como prudente”
... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/social/prudencia.php

La prudencia supone siempre la detención para analizar lo que sucede, las alternativas disponibles frente a una elección crucial, y por tanto permitirse tranquilamente evaluar los efectos antes de tomar una decisión.
O sea, la prudencia supone echar una mirada consciente sobre todas las opciones, tomarse el tiempo para elegir la mejor y ahí recién actuar.

Leer las características de la prudencia es por supuesto más sencillas y simples que llevarlas a la práctica, por eso es que se trata de una cualidad difícil de disponer, porque supone un trabajo consciente y previo, tomarse y darse el tiempo siempre de pensar antes de hablar o de actuar.

Y como sabemos, la vida actual, tan envuelta en un frenesí, muchas veces, nos impide actuar pensativamente.

Dominar los impulsos es sin dudas un trabajo difícil de realizar pero es el camino que desemboca en la prudencia.

Mientras tanto, el concepto de prudencia se encuentra relacionado con diferentes valores y cualidades tales como la moderación, la templanza, la cautela, la moderación, especialmente a instancias de la comunicación interpersonal de hechos trascendentales o de malas noticias.

Quien es prudente actuará de una manera justa y adecuada y jamás atentará contra el respeto de los sentimientos del otro y la vida del prójimo.

Porque pensará antes de decir algo o de hacer algo que perjudique a alguien.


Transparente Y Correcto

Meditación-contemplación

“Mándame ir hacia ti… Ven.
El ansia de lo divino es una constante en el ser humano.
Es un anhelo positivo que está puesto ahí por Él.
La trampa es querer conseguirlo por un camino equivocado.
Lo divino forma parte de mí.
Es la parte sustancial y primigenia de mi ser.
Cuando descubro y vivo esa presencia,
despliego todas las posibilidades de ser que ya hay en mí.
El secreto está en la absoluta confianza en Él.
Si pretendo buscarle como un bien más de consumo,
solo me encontraré con seguridades ficticias.
Solo lanzándome sin “paracaídas” conseguiré aterrizar en Él”.
Fray Marcos

Se conoce como pretensión a la acción de pretender. Como tal, la pretensión es la ambición, propósito, o aspiración que posee un sujeto por conseguir algo.
En relación a lo anterior, se puede ver la pretensión de un individuo cuando este se postula para un puesto de trabajo con la intención de lograrlo, para así desarrollar una carrera y progresar junto a la empresa.
Deseos exagerados. Por ejemplo: tiene la pretensión de que le pague el viaje, y la lleve a todos lados. Por otro lado, el término en estudio es visto como vanidad, presunción de ser considerada como Ahora bien, el término pretensión puede ser visto de forma despectiva, como ambiciones o tal, como por ejemplo: enseña pero sin pretensiones de profesora.
Los sinónimos de pretensión son petición, solicitación, reclamación, exigencia, derecho, entre otros.

Uno de los puntos más importantes que trata un individuo a la hora de buscar trabajo es el salario en relación a sus funciones, es por ello la importancia de indicar por parte del aspirante su pretensión salarial o de renta con el fin de que el empleador tenga conocimiento y pueda negociar sobre el asunto.
Debido a la dificultad de responder a esta pregunta, el aspirante debe de ir a la entrevista de trabajo con análisis previo de cuanto se gana en el mercado aproximadamente, así como los beneficios que ofrecen. Con respecto a este punto, es fundamental tomar en cuenta ciertas cuestiones, como el currículo, es decir, si existe experiencia laboral, estudios, entre otros.
Asimismo, es de gran ayuda realizar una lista de gastos fijos para así determinar el mínimo por el cual está dispuesto emplearse.
Por caso es que este sentido de la palabra se asocia con el de ambición.


Cuando una persona presenta un deseo importante y un afán de lograr una mejor posición económica, un mejor empleo, o cualquier otra condición que mejore en algún aspecto su situación, implicará una pretensión. Es una cuestión inherente a los seres humanos la pretensión así que es bastante habitual encontrarnos con ella.

Ahora bien, hay maneras y maneras de manifestarla y buscarla. Hay personas que son capaces de cualquier cosa con tal de conseguir aquello que pretenden, sin importarles si con sus métodos afectan a alguien o cruzan la línea de lo legal. Y por otra parte hay personas que se encaminan a lograr sus pretensiones pero lo hacen de un modo transparente y correcto.


La Capacidad De Saber



 Se conoce que la etimología del vocablo Saber proviene del latín “sapere” que significa “tener inteligencia o conocimiento sobre algo”.

La acción, hecho o efecto de saber algo no se puede encerrar con un concepto definido, ya que depende la perspectiva de cada quien.

Sin embargo esta palabra es usada cotidianamente para indicar que una persona es notificada o adquirió un conocimiento acerca de un tema en específico, o también para referirse a la sabiduría que posee un individuo sobre algo, por lo tanto el saber algo alude al conocimiento que cada quien tiene con respecto a una materia definida y particular, entonces podemos concluir que saber, sabiduría y conocimientos son sinónimos.

Se puede llegar a saber o conocer sobre un tema o materia bien sea por medios propios y experiencias vividas, o porque alguien más te hace partícipe de sus conocimientos, es decir, por medio de la educación bien sea de manera práctica o teórica que alguien más puede implementar sobre ti. El saber puede tomarse como una representación objetiva de una realidad vivida o que otra persona te cuente.

El saber no puede reducirse únicamente a un tipo de aprendizaje como tal, bien sea que este sea implementado en una escuela o venga desde la educación adquirida en casa, el saber es un conjunto de todo lo que vemos, oímos, sentimos, olemos, estudiamos, practicamos, etc. 

Es decir, es todo lo que permanece en nuestra memoria y tenemos el conocimiento que está en ella.

Depende también del mundo en que nos rodea, la civilización, tradición, autoridad y cultura de la comunidad en la que vivimos, pues el saber evoluciona de persona en persona dependiendo de las experiencias y situaciones que se presentan en su día a día, es decir el saber no se hereda, se adquiere con el tiempo.

El saber engloba entonces toda esa información sobre conocimientos desarrollados y acumulados sobre distintos temas y que dependen del interés de cada individuopero que conjuntamente se complementan para explicar el proceso del desarrollo intelectual de cada quien, percibiéndolo además como un instrumento personal de evolución pero particular y único.

Se aduce utilizando una muy trillada frase “que el saber no ocupa lugar” pero cuando nos referimos al grado de conocimiento que una determinada persona ha logrado desarrollar, debemos citar que todo aquello que pudiera haber aprendido le ha demandado un esfuerzo constante donde ha dejado de lado muchas cosas que seguramente ha sabido sacrificar con la finalidad de alcanzar sus objetivos, ese saber, el adquirido, sin duda ocupará siempre un lugar preponderante en su vida, no habiendo nada igual o comparable que pudiese llegar a compensar ni mucho menos sustituir .


Adelante Siempre




“Nunca te rindas tratando de hacer lo que realmente deseas hacer. Donde hay amor e inspiración, nada te puede salir mal”- Ella Fitzgerald

“En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida:  Sigue adelante“- Robert Frost

 “Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo”- Thomas Jefferson

“Si te caes siete veces, levántate ocho“- Proverbio japonés

“La diferencia entre ganar y perder, frecuentemente, es no rendirse“- Walt Disney