En términos de inteligencia humana seguramente no agotaremos el tema en
todo lo que podamos agregar al respecto, es por eso que nos limitaremos a
mencionar algunos aspectos que hacen a nuestra tan particular forma de exponer
con nuestras actitudes el grado de desarrollo de esta invalorable facultad.
Así como existen las piedras que habitualmente tropezamos con ellas en
más de una oportunidad, “se dice que el ser humano es el único capaz de
tropezar con la misma piedra más de una vez” de la misma manera, el sostener de
que la inteligencia que cada ser humano pudiera poseer, oficiaría como garantía
de que sus decisiones sobre un asunto dado contarán con el aporte de esta
facultad, sería cometer el mismo error, como el volver a tropezar, esta, como
tantas otras veces, con tantas piedras como las que se pudieran encontrar en el
camino.
“Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar
decisiones y formarse una idea determinada de la realidad”
El término inteligencia proviene del latín intelligentia,
que a su vez deriva de inteligere. Esta es una palabra compuesta por otros
dos términos: intus (“entre”) y legere (“escoger”).
“Por lo tanto, el origen etimológico del concepto de inteligencia hace
referencia a quien sabe elegir: la inteligencia posibilita la selección de
las alternativas más convenientes para la resolución de un problema.
De acuerdo a lo descrito en la etimología, un individuo es inteligente
cuando es capaz de escoger la mejor opción entre las posibilidades que se
presentan a su alcance para resolver un problema”.
“La inteligencia pueden clasificarse en distintos grupos según sus
características:
la inteligencia psicológica (vinculada a la
capacidad cognitiva, de aprendizaje y relación), la inteligencia biológica (la capacidad de adaptación a
nuevas situaciones), la inteligencia operativa y
otras.
En todos los casos, la inteligencia está relacionada a la habilidad de
un individuo de captar datos, comprenderlos, procesarlos y emplearlos de manera
acertada. Quiere decir que es la capacidad de relacionar conocimientos y conceptos
que permiten la resolución de un determinado conflicto, es una cualidad que
poseemos los humanos y también los animales, sólo que en el caso de ellos se la
llama erróneamente instinto.
Existen muchos conceptos erróneos acerca de la inteligencia, incluso se
han elaborado diversos conceptos y mecanismos para medir la inteligencia, como
el del cociente intelectual de
los individuos. Sin embargo con ellos sólo se analizan las capacidades de
lógica, matemática y lingüísticas de una persona, obteniéndose resultados poco
precisos de la capacidad verdadera de una persona.
Si se tiene en cuenta el carácter complejo de la inteligencia, el
concepto sólo puede ser definido en forma parcial y para esto se apela a
diversos procedimientos y atributos. Hablaremos de lo planteado por el
psicólogo estadounidense Howard Gardner, de
la Universidad de Harvard, quien asegura que la inteligencia
puede entenderse como el potencial de cada individuo que puede
advertirse e incrementarse a través de diversos procedimientos, pero que
resulta imposible de cuantificar”.
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