En el mundo en que vivimos nos encontramos a menudo sintiéndonos presos
de nuestros sueños no cumplidos, de nuestros deseos reprimidos, de las deudas
que hay que pagar, de nuestra rutina y responsabilidades.
El tiempo destinado para explorar nuestra alma y encontrar un verdadero
punto de equilibrio se hace particularmente difícil en un mundo que se nos
presenta muy material, caótico y externalizado.
Nuestras limitaciones nacen en nuestra cabeza, la que a menudo se lo
pasa juzgando aquello que está mal en nosotros, maximizando hasta nuestros más
pequeños defectos y errores, yendo de un lado para otro en medio de miles de
pensamientos sin sentido y mermando en muchas ocasiones nuestra propia
capacidad de enfocarnos y sentirnos libres.
La libertad, desde mi experiencia, no nace de estar en un lugar físico
determinado: Es un estado interior, de calma, de caminar a través de lluvias,
aglomeraciones y situaciones poco favorables con determinación, sabiendo que,
si bien estamos presentes en el momento, no somos eso, sino que, en
perspectiva, estamos en un plano superior.
Para barrer con todas las limitaciones que nos impiden ser más y lograr
más, es necesario un cambio de estilo basado en acciones permanentes y
sostenidas en el tiempo.
Tal como aprendemos a adquirir nuevos hábitos, es en este caso
fundamental el incorporar algunos aspectos en nuestro interior de modo de poder
sellarlos como raíces potentes y beneficiosas para nuestro cotidiano:
Liberarnos de nuestras limitaciones es nuestra tarea personal e interna
de todos los días. Mi invitación es a disfrutar el proceso dentro de un entorno
dinámico y una vida que es corta en nuestra dimensión física. La clave para
ello está en querer y en pasar a la acción con determinación.
En la ceremonia de graduación de Harvard, recientemente, el cineasta
Steven Spielberg expresó que la forma de crear un mejor futuro es conociendo
nuestro pasado. Él insiste a sus hijos que vean hacia atrás, que traten de
comprender el pasado. Para que entiendan quiénes son ellos, deben saber quiénes
fueron sus padres, sus abuelos y como era su país antes que ellos nacieran.
También
nosotros tenemos que entender nuestro pasado, buscar las causas que originaron
un conflicto que parece estar aún tan presente en nuestro tiempo. Esto nos
podría ayudar a reconocer nuestras limitaciones, no solo como individuos sino
como grupo social.
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