miércoles, 11 de septiembre de 2019

La Educación Inquieta



Cuántas de las insuficiencias que se observan en los alumnos de la educación media ya eran evidentes muchos años atrás; incluso antes del inicio de la educación formal? Hay mucho de secuencial y acumulativo en los procesos de enseñanza-aprendizaje.

 Lo que observamos en la educación media es el resultado de un proceso. Los alumnos que fracasan en los primeros años en el aprendizaje se mantienen detrás de sus compañeros en los años sucesivos. El atraso inicial sigue pesando en los años siguientes.

No se construye un segundo piso (educación media) sobre un frágil primer piso y malos cimientos. Como suelo decir cada vez que tengo oportunidad, hay que rescatar al niño para salvar al adolescente y al adulto.

Cuántas de las insuficiencias que se observan en los alumnos de la educación media ya eran evidentes muchos años atrás; incluso antes del inicio de la educación formal? Hay mucho de secuencial y acumulativo en los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Lo que observamos en la educación media es el resultado de un proceso. Los alumnos que fracasan en los primeros años en el aprendizaje se mantienen detrás de sus compañeros en los años sucesivos. El atraso inicial sigue pesando en los años siguientes.

No se construye un segundo piso (educación media) sobre un frágil primer piso y malos cimientos. Como suelo decir cada vez que tengo oportunidad, hay que rescatar al niño para salvar al adolescente y al adulto.

Cuántas de las insuficiencias que se observan en los alumnos de la educación media ya eran evidentes muchos años atrás; incluso antes del inicio de la educación formal? Hay mucho de secuencial y acumulativo en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Lo que observamos en la educación media es el resultado de un proceso. 

Los alumnos que fracasan en los primeros años en el aprendizaje se mantienen detrás de sus compañeros en los años sucesivos.

El atraso inicial sigue pesando en los años siguientes. No se construye un segundo piso (educación media) sobre un frágil primer piso y malos cimientos. Como suelo decir cada vez que tengo oportunidad, hay que rescatar al niño para salvar al adolescente y al adulto.

Muchos alumnos llegan a la educación media cargando una mochila pesada. Hay que actuar a tiempo para aliviar esa carga. Los primeros años de vida y las etapas de educación inicial y escolar representan un tiempo fértil para el desarrollo de capacidades cognitivas

fundamentales (curiosidad, habilidad verbal, habilidad para pensar, rapidez cognitiva, alcance de la memoria, etc.) que impactan en la capacidad de aprendizaje. En otras palabras, las desventajas cognitivas de muchos niños se hacen evidentes ya desde el punto de partida de la educación escolar. 

Experiencias tempranas enriquecidas –sensoriales, motoras, sociales– y un entorno cultural apropiado desempeñan un papel importante en el desarrollo del potencial cognitivo y la aptitud académica de un niño.

La rapidez en el procesamiento de información alcanza entre los 25 y los 30 años su máximo y luego declina en forma progresiva y constante en todas las edades. 

A los 6-8 años de edad, el desarrollo del lenguaje, el conocimiento léxico, la velocidad o rapidez de procesamiento de la información (rapidez perceptiva), la capacidad de procesamiento auditivo, y la capacidad de procesamiento visual, constituyen marcadores cognitivos fundamentales para explicar diferencias en capacidad de aprendizaje. 

En el otro extremo, cuando se está en etapas de educación universitaria o superior, las exigencias son distintas y, en consecuencia, otras destrezas y estrategias cognitivas se suman. 

El estudiante tiene que: aplicar conocimientos; apoyarse en la evidencia para defender sus argumentos y líneas de razonamiento; identificar y evaluar datos, materiales, fuentes de información; evaluar la validez, confiabilidad, y relevancia de los contenidos; investigar; hacer presentaciones orales y por escrito, etcétera.

En breve, estar en condiciones para iniciar la escuela no es simplemente un asunto de tener la edad cronológica para ingresar en el primer año. 

El mismo razonamiento se aplica para iniciar la educación media y para iniciar la educación superior/universitaria. Hay una variedad de factores relevantes y capacidades cognitivas que explican hasta qué punto se está en condiciones para beneficiarse de los procesos de enseñanza-aprendizaje al iniciar un determinado grado o nivel educativo. 

Muchos de los que comienzan mal siguen mal. La capacidad para aprender y rendir depende en mucho de lo que fueron las etapas previas. En otras palabras, los cambios y mejoras en la educación, traducidos a logros objetivos de aprendizajes relevantes, vendrán necesariamente de la mano de mejoras en la calidad de la educación en las etapas previas. 

Lo que no se hace y se logra oportunamente se lamenta y paga después.

El verdadero desafío que tenemos por delante está en concebir entornos más eficaces para la enseñanza-aprendizaje, y definir qué intervenciones tienen un mejor y mayor potencial de impacto en lo educativo y en el desarrollo integral del alumno y cómo efectivamente instrumentar estas acciones. 

Es así como se maximizan los esfuerzos, logros y resultados. Evitemos la llegada a la educación media cargando ya una mochila pesada llena de insuficiencias.
www.elobservador.com.uy/educacion-educacion-educacion-cuanto-antes-mejor-n256014


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