Es fácil encontrarse a diario, con personas que piensan de manera
distinta entre sí.
También es fácil, notar como entre las diferentes mentalidades de las
personas, se evidencian algunos patrones. Y con la palabra mentalidad,
me refiero a la manera de pensar o reaccionar frente a los eventos
cotidianos y quizás, en su debido momento, frente a aquellos sucesos
inesperados.
Se dice que cada cabeza es un mundo. de Que cada
ser pensante de este planeta, percibe su entorno de manera diferente. Pues
lo que cada uno de nosotros vemos como la realidad, ciertamente no es más
que la representación del universo, que logra nuestro cerebro darnos a
entender.
Ahora bien, si nuestros cerebros interpretan las variables del universo,
cada uno a su modo -por decirlo de cierta manera- entonces,
porque comúnmente nos encontramos con que las personas tienden a seguir patrones
masivos de comportamiento? Y peor aún, patrones de comportamiento
irrisorios?
Porque pareciera que mientras más individualistas e independientes
predicamos ser, más tendemos a ir en manadas junto con los demás
integrantes de nuestra especie, hacia el primer barranco que vemos?
Inténtalo aunque sea una vez; un árbol, o al menos un buen pedazo del
cielo, se puede ver en cualquier lugar.
Ni siquiera tiene que ser un cielo azul; la luz del sol, de un modo u
otro, siempre se hace sentir.
Acostúmbrate cada mañana a mirar por un momento el cielo, y de repente,
serás consciente del aire que te rodea, del olor de la frescura de la mañana
que se te regala para que lo disfrutes entre el sueño y el trabajo... [Luego]
Observa si durante el resto del día permanece en ti un remanente de
satisfacción y un toque de convivencia con la naturaleza.
Poco a poco y sin esfuerzo, el ojo se entrena para transmitir muchas
pequeñas delicias, contemplar la naturaleza y las calles de la ciudad, apreciar
la inagotable diversión de la vida cotidiana. Desde ese punto, hasta adquirir
un ojo artístico totalmente entrenado, queda la mitad más corta del viaje. La
principal es la primera: abrir los ojos.
Y con el ver llegan la alegría y el amor y la poesía. El hombre que por primera vez recoge una pequeña flor para poder tenerla cerca mientras trabaja, ha dado un paso hacia la alegría en la vida.
Y con el ver llegan la alegría y el amor y la poesía. El hombre que por primera vez recoge una pequeña flor para poder tenerla cerca mientras trabaja, ha dado un paso hacia la alegría en la vida.
¡Cabeza arriba amigo mío!, y se feliz.
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