martes, 17 de septiembre de 2019

Depende De Cada Uno


“Felicidad es la experiencia de alegría, satisfacción o bienestar positivo, combinada con la sensación de que nuestra vida es buena, tiene sentido y vale la pena" (Sonja Lyubomirsky).
De acuerdo con la doctora Sonja Lyubomirsky, experta en Psicología social, la felicidad es un bienestar subjetivo. Es decir, que lo que puede dar felicidad depende más de la persona que del hecho en sí. Ella considera que nuestra felicidad depende de tres puntos básicos:

 Las circunstancias de nuestra vida

Me había preguntado muchas veces por qué existen personas que en apariencia tienen todo en la vida: una gran familia, amor, salud y una buena situación financiera, pero, aun así, no son felices. La respuesta es simple: solo diez por ciento de nuestra felicidad depende de todas estas circunstancias. ¿Sorprendido? Yo también lo estuve al leer estas afirmaciones en el libro de esta psicóloga, Los cómos de la felicidad (The how of hapiness).
Según sus teorías, esto se debe a lo que se llama “adaptación hedónica”. En palabras simples y claras: las personas nos acostumbramos muy rápido a las cosas buenas. Si camino por la calle de mi ciudad, en un día de verano, donde la temperatura alcanza más de 40 grados centígrados, al llegar a un lugar en el que haya un buen sistema de refrigeración (aire acondicionado), es probable que en media hora me esté quejando de lo frío que está el lugar.
De igual manera las personas dejan de apreciar que tienen un buen matrimonio, o una buena salud. Es algo que se han acostumbrado a ver tan normal que no les es fácil apreciarlo. Sin embargo, científicos como Michael McCullough, profesor de Psicología en la Universidad de Miami, que ha llevado a cabo diversos estudios sobre los pensamientos positivos, ha encontrado que las personas más propensa a expresar gratitud por las cosas buenas en sus vidas, son más felices.
Si lo que nos hace felices va más allá de nuestras circunstancias de vida, ¿qué es lo que dispara o detiene nuestra felicidad? En la teoría científica se afirma que la genética lleva una gran parte de la responsabilidad en nuestra felicidad; hasta 50 por ciento. Se considera que las personas conciben los logros a su alrededor de una forma diferente dependiendo de sus genes.
Pero todo esto, según la doctora Lyubomirsky, no es más que un “punto de ajuste” (set point), justo como lo puede ser la disposición genética a engordar: hay gente que tiene que luchar con el peso cuidando su alimentación o su ejercicio, mientras que otros, sin cuidarse, mantienen una figura delgada. Así que, con disciplina, es posible que se puedan vencer esas predisposiciones biológicas. Esto nos llevaría a explorar el tercer punto.
Si mi predisposición genética me hace engordar, entonces tomo las riendas de esta situación con un plan de ejercicio y dieta que me mantenga sano. De la misma manera, tengo que aprender a estar en forma para la felicidad. Es sencillo. De acuerdo con esta psicóloga, debemos controlar nuestros pensamientos y sentimientos, transformarlos en sentimientos positivos. Esto significa que debemos trabajar en “actividades intencionales”. Pero, ¿qué tipo de actividades deliberadas debo realizar para ser feliz?
La doctora Lyubomirsky sugiere doce actividades. Yo me atreví a clasificar estas actividades en cuatro ámbitos de nuestra vida:

1Espiritualidad

Ser agradecido, Practicar actos de bondad, Cultivar el optimismo, Aprender a perdonar, y Practicar la religión y la espiritualidad.

2. Sociabilidad

Cultivar relaciones sociales, y Evitar el pensar demasiado y la comparación social.

3. Saber vivir

Desarrollar estrategias para enfrentar todas las situaciones, y Saborear las alegrías de la vida.

4. Desarrollo profesional y personal

Incrementar experiencias que nos hacen fluir, Cumplir tus objetivos, y Cuidar tu cuerpo (incluye desde la actividad física hasta una actitud positiva).
De todas estas actividades debemos elegir las que nos satisfagan más y ajustarlas a nuestra vida. Podemos hacerlos nosotros mismos.
En lo personal, si tuviera que elegir las que considero más importantes en cada una de las áreas de mi vida, optaría por: ser agradecido, cultivar las relaciones sociales, saborear las alegrías de la vida y cumplir mis objetivos. ¿Por qué? De manera simple, porque incluyen a mi familia, a mis amigos, mi trabajo y a Dios dentro de mi vida.

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