martes, 24 de septiembre de 2019

Postergaciones

¿Y qué tiene que ver la postergación con la preocupación? ¿Qué tiene que ver el orden, con la toma de decisiones?


El alargar tomar una decisión, tener el escritorio desordenado, o tener una lista enorme de tareas pendientes surgen de la misma causa: La postergación, el aplazamiento de nuestras tareas u obligaciones nos hace sentirnos agobiados y confusos, estos sentimientos son el primer paso hacia las preocupaciones.

Puede parecer una historia estúpida, pero si viéramos nuestra zona de trabajo y pensamos en esto quizás comience a tener, otro sentido
.
Cuando nuestra zona de trabajo se llena de papeles por ordenar, de tareas pendientes, de correos sin contestar, de herramientas por colocar, crece en nosotros una sensación de prisa y desorden que no nos ayudar en nada. Si nosotros despejamos nuestra mesa y dejamos encima de ella el único problema que tratamos, veremos que los problemas resultan más fáciles de resolver.

Tener tu zona de trabajo ordenada, y los trabajos al día es hábito indispensable para quien quiera trabajar en un ambiente correcto.

Si tenemos nuestro sitio de trabajo absolutamente desordenado y lleno de cosas por hacer, el solo hecho de verlo ya nos producirá ansiedad, preocupación y prisa. Por tanto el orden será nuestra primera ley.

Una mesa ordenada es una mente ordenada, un lugar de trabajo despejado es una mente despejada, y la mejor manera de mantenerla ordenada, es no dejar que se desordene, tal y como llega un algo, guardarlo en su sitio, tal y como dejamos de utilizar un herramienta, colocarla en su lugar.

Mantengamos nuestro entorno de trabajo ordenado y despejado, para tener una mente ordenada y despejada.

Este mismo procedimiento sobre el orden lo tendremos que efectuar sobre nuestras tareas diarias.  Si realizamos nuestras obligaciones tal y como se nos presentan, no acumularemos faenas que nos agobien.

La sensación de deber u obligación, la interminable sucesión de cosas que tienen  necesariamente que hacerse, es una agobio infinito.

La clave consiste en hacer algo con nuestros problemas y quehaceres a medida que se nos presenten. Esto debería ser nuestra segunda ley.

Un día en la consulta del doctor me fije que cuando interrumpían al teléfono, él se tomaba el tiempo necesario para contestar y dejar resuelto el asunto, le pregunte: ¿Hace usted eso siempre? Y me dijo: Si, lo siento, pero nunca dejo nada sin resolver, ¿Y su pila de papeles por rellenar dónde está? Rellenados, ¿Y sus correos por contestar? Contestados, cuando yo me voy a casa no me queda nada por hacer así no tengo agobios ni acumulaciones de faena. Nunca me llevo “el trabajo a casa” porque no me queda trabajo pendiente.

Si nosotros hacemos el mismo procedimiento y resolvemos nuestras tareas según se nos presenten, nos sentiremos menos agobiados, nos iremos más descansados y de mejor humor a nuestras casas.

Todo ordenado y todo al día. No acumular faenas, significa no acumular carga mental. No tener tareas pendientes facilita que te relajes y disfrutes más en tu tiempo libre.


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