domingo, 8 de septiembre de 2019

Ante Lo Inevitable


El miedo a la muerte es un temor universal, en mayor o menor medida, todos nos vemos sometidos a pasar por un episodio obligatorio, del que además no tenemos mayor información. Sabemos que es un acontecimiento inevitable, que nos toca vivir a todos por igual y ni siquiera tenemos el control (en condiciones naturales), de decidir el momento en el cual preferimos que ocurra.

Nos sentimos muchas veces como si tuviésemos el tiempo contado, que la vida es muy corta, que quisiéramos multiplicarnos para poder hacer todo lo que queremos a lo largo de ella.

Si pudiésemos estar conscientes de que la muerte no existe como tal y que estamos en una larga cadena evolutiva a través de muchísimas experiencias similares a esta, estaríamos un tanto más relajados en lo que se asocia a la muerte en este plano.

Recientemente leí una analogía que me pareció muy válida y me gustaría compartir:
Imaginemos que nos vamos a vacaciones por un tiempo y rentamos una casa en donde nos hospedaremos, por algún motivo, hacemos de esa casa nuestra, se nos olvida que debemos salir de ella más pronto que tarde y nos dedicamos a tomar esa casa vacacional como la nuestra, le ponemos un nombre en la entrada, compramos cosas a nuestro gusto, la acondicionamos, invitamos a algunas personas a tomar té, en fin… es ahora nuestra casa.

Pero un día llega el dueño y nos solicita que dejemos esa casa y en ese momento sentimos el mundo caer, que es el fin, nos preguntamos qué pasará luego… Y algo así es lo que nos ocurre cuando encarnamos para vivir esta experiencia, se nos olvida que esta vida no es más que una herramienta para aprender y evolucionar, para amar y ser amados, esto no es todo, venimos de algo superior que nunca muere. Solo dejamos acá nuestro medio de transporte, pero nuestra esencia que no tiene nada que ver con algo tangible, nos lo llevamos, nos acompaña en ese viaje eterno, junto a nuestro respectivo historial de amores, que hará nuestra alma cada vez más sabia.

Cuando entendemos que la muerte no es más que una ilusión, se hace más sencillo llegar a ese momento sin generarnos un drama, viviendo esta vida de la mejor manera posible, amando y cultivando, amando y cosechando, amando y siendo amados.

“¿Dónde está la utilidad
de nuestras utilidades?
Volvamos a la verdad:
vanidad de vanidades”

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