"Enseñar no debe parecerse a llenar una
botella de agua, sino más bien a ayudar a crecer una flor a su manera",
sostiene el lingüista Noam Chomsky.
La falta de interés por la lectura, resulta cada
vez más notoria en la población juvenil, son muchas la distintas actividades
que realiza un joven durante el día y si las evaluamos resultaría incluso
extraño que una de ellas sea leer por “gusto o porque le apasiona”.
La mayoría de los adolescentes leen por
asignaciones, trabajos, evaluaciones, entre otros; notándose que no les provoca
interés en informarse o culturalizase sobre distintos temas.
Una de las causas que podrían influir en esta
problemática es el costo elevado de los libros o revistas (en algunos casos),
esto implica que la población con posibilidad de adquirirlos sea
reducida.
Sin embargo, hoy día existen múltiples
maneras de obtener libros o espacios de lectura mediante la web o visitando las
bibliotecas, las cuales están siendo olvidadas por que los lectores son pocos.
También, el gusto por otras actividades como los videojuegos, la televisión, o
simplemente porque no les gusta, han provocado que el desinterés por la lectura
aumente y no sea parte de la rutina de los jóvenes.
La mayor parte del tiempo en que aseguran leer los
jóvenes, es durante el período educativo, esto se refleja con el artículo
publicado por Celina Peña de la Comunidad y Cultura Local de México en el que
se estableció un estudio sobre el poco consumo de los libros o el hábito de
leer, donde menciona lo siguiente: “Los jóvenes de 18 a 22 años son los que
reportaron mayor actividad lectora con el 69.7 por ciento. Mientras que si ya
se han insertado en el ámbito laboral modifican sus hábitos de lectura,
disminuyendo el número de lectores considerablemente. Los que menos leen son los
jóvenes de 22 a 30 años.
La conclusión de dicha encuesta determinó que la
universidad es el nivel educativo donde se tiene mayor acceso a la lectura”.
Estos análisis hacen notar que los jóvenes leen por “el deber y no el querer”,
siendo una situación preocupante que se da en muchos países, y mientras la
tecnología siga aumentando y ofreciendo nuevos atractivos, el hábito de la
lectura disminuirá continuamente y la pobreza cultural de la juventud crecerá.
Bibliografía:
Bibliografía consultada: Peña, C. (2009). "Desinterés de jóvenes por la lectura", Extraído de: http://www.oem.com.mx/esto/notas/n1281486.htm.
Bibliografía consultada: Peña, C. (2009). "Desinterés de jóvenes por la lectura", Extraído de: http://www.oem.com.mx/esto/notas/n1281486.htm.
Se la suele definir a la lectura como el proceso de
socialización y aprendizaje encaminado al desarrollo intelectual y ético de una
persona. Según el grado de concienciación alcanzado, los valores intelectuales,
emocionales y sociales pueden durar toda la vida o sólo un cierto período. La
educación es fundamental no sólo en el desarrollo del ser humano, sino de una
sociedad. Desde hace más de dos décadas, se habla de la crisis educativa.
Se han intentado cambios que no han dado los
resultados esperados, si se tienen en cuenta los resultados de las evaluaciones
que anualmente se efectúan.
Habría tal vez que volver a formularse las
preguntas esenciales: ¿Para qué formamos? ¿Para obtener personas decentes,
jóvenes capaces de elegir su futuro, ciudadanos probos, profesionales capaces,
dirigentes honestos que trabajen para el bien común, seres económicos, para
diseñar estadísticas que muestren resultados positivos?
"Enseñar no debe parecerse a llenar una
botella de agua, sino más bien a ayudar a crecer una flor a su manera",
sostiene el lingüista Noam Chomsky.
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