Y el que quiera saber más, tendrá que
conocerme...;)
Caminamos por este mundo interrelacionándonos unos
con otros, cada uno dentro de su propia esfera, orbitando su propio mundo, e
irradiando su imagen a todos los confines, con la finalidad de establecer
contacto, entablar un vínculo que nos permita compartir inquietudes,
intercambiar nuestras experiencias de vida, como todos aquellos que se
desprenden de lo mejor de sí, para recibir en una contrapartida no reclamada ni
exigida lo mejor del otro en ese dar y recibir que enaltece nuestra existencia.
“La hipocresía, la falsedad o la mentira son comunes entre los humanos.
En contraposición, se considera que alguien tiene autenticidad cuando no finge,
no engaña y se presenta tal y como es en realidad.
Las personas auténticas se muestran a los demás en su verdadera dimensión personal, sin dobleces ni estrategias, diciendo la verdad aunque no sean comprendidas.
Alguien es auténtico cuando no le importa la opinión de las demás y quiere ser fiel a sí mismo. Esta actitud es loable pero no está exenta de un posible rechazo social, ya que ser fiel a unos principios y valores supone posibles enfrentamientos con algún sector de la sociedad.
Ser auténtico es una aspiración personal y la mayoría de individuos tiene una opinión favorable en relación con su grado de autenticidad. Sin embargo, las distintas formas de manipulación son consideradas útiles socialmente y, en consecuencia, las actitudes sinceras y honradas resultan en ocasiones perjudiciales para los intereses personales de cada uno.
Ser auténtico es no engañar a los demás y, sobre todo, no engañarse a uno mismo. Quien posee este rasgo de personalidad asume las consecuencias de sus actos y sabe que muy probablemente tendrá que ir contracorriente o pagar un elevado precio por ello”.
Las personas auténticas se muestran a los demás en su verdadera dimensión personal, sin dobleces ni estrategias, diciendo la verdad aunque no sean comprendidas.
Alguien es auténtico cuando no le importa la opinión de las demás y quiere ser fiel a sí mismo. Esta actitud es loable pero no está exenta de un posible rechazo social, ya que ser fiel a unos principios y valores supone posibles enfrentamientos con algún sector de la sociedad.
Ser auténtico es una aspiración personal y la mayoría de individuos tiene una opinión favorable en relación con su grado de autenticidad. Sin embargo, las distintas formas de manipulación son consideradas útiles socialmente y, en consecuencia, las actitudes sinceras y honradas resultan en ocasiones perjudiciales para los intereses personales de cada uno.
Ser auténtico es no engañar a los demás y, sobre todo, no engañarse a uno mismo. Quien posee este rasgo de personalidad asume las consecuencias de sus actos y sabe que muy probablemente tendrá que ir contracorriente o pagar un elevado precio por ello”.
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