En todas nuestras actividades nos regimos por determinadas normas que
hacen a la escala de valores que nos apliquemos a nosotros mismos, que nos
definan como personas y sobre todo, que asuman en sí mismas, como una “hoja de
ruta” que nos permitan una clara orientación tanto a lo referente a nuestra
conducta individual como a la que se espera que asumamos por parte de aquellos
que de una manera u otra pudiesen ser los destinatarios de las consecuencias de
nuestras reacciones ante la demanda imperativa de aquello que se entiende que
debe ser realizado.
“Etimológicamente esta palabra proviene del latín “imperativus” y
está relacionado con alguien o algo que tiene la facultad de mandar o dominar.
Así mismo, el término imperativo se vincula con el deber o requerimiento injustificable, es decir que no tiene justificación alguna
para no realizarse y si por alguna causa no es obedecido no existirá
ninguna justificación que excuse el hecho de no hacerlo.
Por ejemplo cuando un individuo no acude a una cita con algún familiar
por motivo de algún imperativo laboral. Por otro lado está el imperativo moral que
se refiere a todo aquel compromiso o deber exigido en algunas
situaciones relacionadas con la ética. Esto nos lleva al termino imperativo
categórico, que es un término fijado por un filósofo alemán llamado Inmanuel
Kant el cual vincula al termino imperativo categórico con el deber moral, no
robar o no matar son ejemplos de imperativos categóricos validados por las
leyes morales universales, establecidas por la mente humana para que sean
cumplidas sin ninguna excepción”.
“Por caso cuando decimos de alguien o de algo que es imperativo
estaremos diciendo que el mismo impone su voluntad o autoridad por sobre el
resto.”
Para la ética Kantiana, el imperativo categórico es un concepto central de su filosofía y lo que sostiene sobre él es que se trata del mandamiento autónomo, es decir, no depende ni de una ideología ni de una religión y autosuficiente que regirá el comportamiento de las personas en sus diferentes manifestaciones en la vida. El mencionado concepto fue empleado por primera vez por el filósofo alemán Immanuel Kant en el año 1785 en la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”.
Para la ética Kantiana, el imperativo categórico es un concepto central de su filosofía y lo que sostiene sobre él es que se trata del mandamiento autónomo, es decir, no depende ni de una ideología ni de una religión y autosuficiente que regirá el comportamiento de las personas en sus diferentes manifestaciones en la vida. El mencionado concepto fue empleado por primera vez por el filósofo alemán Immanuel Kant en el año 1785 en la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”.
De manera de que siempre debemos asumir nuestra responsabilidad ante
todo aquello que nos pudiera resultar imprevisto o impredecible, en el “panel
de control” donde se registran nuestras prioridades deberán accionar las
señales que nos indiquen con claridad todo aquello que por su transcendencia
requiera una definición que predomine imperativamente sobre todas las opciones posibles.
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