jueves, 16 de abril de 2020

Nuestra Esencia


El hombre tiene esencia en sentido propio, el animal no. El animal está al servicio de la esencia del universo.

El hombre tiene naturaleza (materia + forma + vida), como el animal, pero el hombre se autoperfecciona perfeccionando esa naturaleza.
La esencia humana es la perfección de la naturaleza humana ejercida por la persona humana.
En cuanto que tiene naturaleza, el hombre pertenece a la especie humana.

Esa naturaleza, además de estar finalizada por la especie (como los otros vivientes intracósmicos) es susceptible de una perfección de la que los otros vivientes intracósmicos no pueden dotarse. 

Es la perfección ejercida por la persona humana, que perfecciona la naturaleza.

Llamamos esencia humana a esa autoperfección (que se consigue perfeccionando el mundo).

Vivimos en un mundo carente de amor, de afecto, de compartir; con seres humanos llenos de depresión, con ausencia de propósito que le de sentido a su vida, lo cual genera mucha frustración y violencia. 

Es necesario retomar la dimensión humana y espiritual del ser. Para ello, tenemos que creer en el propio potencial y sentirnos responsables por el logro de nuestras metas y de la creación de nuestro destino.

También tenemos que generar una autoimagen positiva y una autoestima saludable, como fuerzas motivadoras y autodeterminación, para alcanzar nuestros sueños. Así somos en nuestro estado más puro, seres de inmensa luz, que esparcen amor infinito e incondicional. 

Así es como debemos de vernos a nosotros mismos, por más que nos sintamos opacos, siempre estamos brillando. Formemos parte de los que creemos en la victoria de la vida, en el milagro y la magia del amor, así como en la capacidad transformadora de los seres humanos.


No nos olvidemos nunca de vivir la verdadera esencia de la vida, las cosas sencillas, trascendentes, que nos dan felicidad.


Nuestra Identidad


hablamos de identidad pensamos en quiénes somos, cómo nos ven los demás y cómo nos vemos a nosotros mismos. La identidad nos define tanto como individuos cuanto como grupo al que pertenecemos.

La identidad de un individuo humano incluye género, raza, grupo étnico, clase, cultura, lengua, edad, sexo, entre otras referencias. Todas se combinan para definir un ser único. Pero, asimismo, compartimos algunas como miembros de una comunidad.

El lenguaje es factor de identidad, que nos une al pasado y proyecta al futuro. Además, es un vínculo de símbolos que aglutina  a la comunidad que comparte el mismo código. No sólo es un método de comunicación, lo trasciende porque es una institución social, lazo incuestionable que nos une al pasado, que lo mantiene gravitando sobre nuestra actualidad, que aglutina y es un motor de identificación. Watkins ha dicho que “our ancestors, in a real cultural sense, are our linguistic ancestors.”

Desde un punto de vista científico, a partir de Ferdinand de Saussure se entiende por lengua el sistema de signos orales y escritos del que disponen los miembros de una comunidad para realizar los actos lingüísticos cuando hablan y escriben. 

La lengua es un inventario que los hablantes no pueden modificar, sólo emplearlo a través del habla, es decir, el conjunto de emisiones que los hablantes producen gracias al inventario del que disponen. Este concepto fue ligeramente modificado por Noam Chomsky, que entiende la lengua como el sistema interiorizado que poseen los hablantes, capaz de generar sus realizaciones lingüísticas. 

El hablante las evalúa gracias a la competencia, o sea, el dominio inconsciente que tiene de su lengua.

De ninguna manera podemos considerar al lenguaje como algo acabado, inmodificable, terminado, invariable. Debemos sentirnos promotores y formadores del lenguaje, en cuanto somos integrantes de la comunidad hablante.

Decía Borges: “El lenguaje no lo hace la Academia, ni el Poder, ni la Iglesia, ni los escritores. El lenguaje lo hacen los cazadores, los pescadores, los obrajeros, los campesinos, los caballeros y los tipos sinceros. Hay que acudir a las bases, donde se forma la lengua”. Hablar claro y en buen idioma nos da la identidad.


Los Prejuicios De Lado


Todos en algún momento de nuestra vida, nos hemos sentido con el derecho de juzgar al otro de acuerdo con su vestimenta, su forma de actuar, su forma de hablar o de pensar. 

Estos prejuicios no son beneficiosos para nosotros ni para la otra persona, ya que limita la capacidad de goce de ambos. En nuestra sociedad existe una dificultad para poder aceptar al otro tal cual es sin criticarlo negativamente. Esta capacidad de juzgar la hemos aprendido a lo largo de la vida, ya sea en nuestra familia, en la educación formal o en el ámbito en el cual nos movemos. Pero una vez que alcanzamos la adultez, somos capaces de modificar estos pensamientos y conductas y reconvertirlos en acciones positivas.


A continuación, te presentaremos, como evitar ser prejuicioso.

Prejuicio. Como lo dice la palabra, un prejuicio implica juzgar anticipadamente un hecho, una persona, una conducta. No debemos anticiparnos a lo que realmente es. Muchas veces, la primera impresión de una persona suele ser equivocada. Es importante, poder tener la capacidad de mantener una mentalidad abierta y flexible para poder evitar prejuicios equivocados.

Tiempo. Antes de emitir un comentario o de catalogar a una persona, debes tomarte el tiempo necesario para conocerla bien. Nos podemos sorprender positivamente si le damos la oportunidad. Observa con cierta distancia y trata de no actuar impulsivamente, para que la otra persona pueda actuar libremente y desenvolverse con naturalidad. Si no le damos la oportunidad, nunca sabremos si estábamos en lo cierto con lo que pensábamos.

Sinceridad. No des por hecho algo basado en suposiciones. Si tienes algún tipo de dudas en relación a ciertas situaciones, pregúntale directamente a la persona implicada. Sobre todo, si se trata de actitudes o reacciones.

En ocasiones, lo que nosotros consideramos como un agravio, en realidad para la otra persona no lo es, por eso es necesario no dar por hecho ciertas cosas, sino consultar antes.

Claridad. Debes tratar de evitar todas aquellas palabras que sean destructivas tanto para ti como para la otra persona. Debes tratar de pensar positivamente, mantenerte abierto ante la situación, para de este modo aceptar las diferencias y no juzgarlas. Nosotros no somos jueces de las demás personas, no somos ni mejores ni peores, somos distintos y por eso resulta importante aprender a convivir con la diversidad en lugar de criticarla

Prevenir. No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti. Si no te gusta que te critiquen sin motivo, tú no hagas lo mismo. Cada uno tiene derecho a ser como quiere mientras que no haga daño a los demás. Respetar las distintas opiniones y las diferentes maneras de enfrentar la vida, es la clave fundamental.

Aprendemos más de las diferencias que de las igualdades.

Ignorante Soberbia

Hay personas que consideran que los docentes ganan muy poco, y deberían ganar más; hay personas que consideran que los docentes ganan muy poco, y deberían jorobarse o inmolarse. 

Hay personas que consideran que los docentes llevan a cabo una labor indispensable, y que eso habría que reconocerlo pagándoles salarios dignos; hay personas que consideran que los docentes llevan a cabo una labor indispensable, y que en razón de eso hay que despojarlos del derecho a hacer huelga (aunque sea constitucional). 

Hay personas que inquieren, con espíritu patronal, por la carga horaria efectivamente dictada frente a cursos; hay personas que se interesan, en cambio, por la preparación de las clases y la planificación de los cursos, por la coordinación y la actualización, por los formatos y los tiempos de evaluación (todo eso que, fuera del aula, mejora lo que pasa en el aula). 

Hay personas que consideran que los dirigentes gremiales reclaman de manera justa, hay personas que consideran que van demasiado lejos, hay personas que consideran que se quedan demasiado cortos.

Existe este espectro diverso de enfoques y de ideologías. Pero tal vez nunca habíamos caído tan bajo como sociedad, en lo que a la educación se refiere, como con la premisa, recientemente lanzada y debatida, de que cualquiera puede enseñar. La figura del maestro ignorante, esgrimida por Jacques Rancière, sirve a un propósito emancipatorio, pues desactiva el mecanismo de poder que funda todo un paradigma didáctico. 

Me temo que aquí tenemos una penosa inversión, la figura del ignorante maestro. No el que enseña lo que no sabe, porque quiebra las subestimaciones y revela a los alumnos su propia potencia de aprendizaje, sino más bien lo opuesto: el soberbio que cree que sabe, o que sabrá enseñar lo que sabe, subestimando petulantemente a todos. 

A los que quieren estudiar, no menos que a los que estudiaron y estudian.


Lo Que Nos Cueste Lo Vale


Ante cualquier actividad, posesión, incluso en las relaciones de pareja, cuando algo se siente como seguro, se produce pérdida de interés.

La chispa que causa interés, es saber que algo no es seguro, que es una suerte tenerlo, pero hay que cuidarlo para mantenerlo.

Si sabemos que nada es seguro, valoraremos mucho más las cosas y relaciones.
Un jugador de fútbol excelente. Siempre lo sacan al campo de juego y es titular desde hace años.

Su entrenador lo halaga y lo admira tanto que sabe que contarán siempre con él. Esa seguridad de saber que tiene su plaza garantizada puede hacer que pierda un poco el interés y euforia de jugar a un deporte que siempre le ha apasionado.

En cambio un jugador que no siempre es titular, tiene siempre la duda de si saldrá al campo de juego o no. Cuando lo saquen, disfrutará mucho más del partido, porque valora esos momentos que sabe que no van a ser siempre concedidos.

Igual en un trabajo. Una persona que sea fija desde hace años y que los jefes estén muy contentos. Verá muy seguro su puesto y por ello la motivación será mucho menor que la de una persona que no tiene tanta estabilidad, porque cada día será un reto y se sentirá afortunada de tener trabajo.

Las personas ricas que no tengan que esforzarse en ganar dinero para darse caprichos, tendrán menos ilusión cuando se compren algo que les guste, que otra persona que tenga que estar ahorrando un tiempo para darse su gran capricho.
Al obtener esa posesión después de tanto esfuerzo, hará que la disfrute mucho más que alguien que obtiene lo que quiere sin esfuerzo.

La costumbre y la seguridad de saber que puede comprarse los caprichos que le apetezcan, hará que el interés y la ilusión sean mucho menores que el de la persona que se tenga que esforzar para poder comprarse cosas.

Se puede demostrar amor, pero de una manera equilibrada, haciendo ver que somos independientes y aunque deseamos y escogemos estar al lado de nuestra pareja, no dependemos tanto de ella.

Las parejas que continuamente demuestran su amor, llaman a todas horas, regalan a menudo, se vuelcan en exceso y no tienen vida propia, se hacen dependientes del otro y no saben que hacer de su vida sin el otro…. éstas personas, con esas actitudes, contribuyen a que se pierda el total interés por ellas.

 Nada tan fácil produce interés. Hay que valorarse, tener vida propia a parte de la pareja, demostrar que hemos escogido compartir nuestra vida con el otro, pero no somos dependientes.


Elevar Tu Valor


No puedes lograr que los demás te respeten si primero no tienes una idea clara de qué es el respeto. Es más fácil entender lo que significa este valor si traemos a nuestra conciencia recuerdos, a modo de ejemplos, en el que se manifieste. En este sentido, respetamos a alguien cuando le reconocemos como un igual y lo aceptamos como es.

Esto quiere decir que toda conducta dirigida a menospreciar a otro es una falta de respeto. Como también lo es cualquier acción destinada a rechazar, negar o anular lo que piensa o siente. Es posible no compartir, o no estar de acuerdo con ello. Pero de ahí a tratar de desvalorizarlo o de cambiarlo hay un gran trecho.

No puedes lograr que los demás te respeten, si primero no te respetas a ti mismo. Esto significa que debes percibirte como igual a los demás, en términos de valor. En otras palabras, no sentirte ni más, ni menos que nadie. También, por supuesto, aceptarte. Sentir que vales como eres y por lo que eres.

“Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”.
-Jean Jacques Rousseau-

La aceptación y la valoración de uno mismo se expresan a través de actitudes y acciones. No son una realidad abstracta ni tienes que decirlo para que otros sepan que eso es lo que sientes. Quien se respeta a sí mismo tiene tres cualidades: autoestima, asertividad y autenticidad.
La autoestima, si queremos definirla de manera sencilla, es tener una buena opinión de uno mismo. Tiene muy poco que ver con el narcicismo. Se trata simplemente de “caerse bien”. Sentir simpatía por lo que piensas, dices y haces, sin que eso signifique pensar que eres mejor que los demás. Tan especial como solo tú eres y tan igual como lo es cualquier ser humano.

La asertividad, por su parte, tiene que ver con ser capaz de defender tus derechos y de expresar tus opiniones. Es especialmente importante cuando estamos rodeados de un contexto poco favorable, en el que pensamos lo contrario a lo que piensa la mayoría o la figura de autoridad. Por otro lado, este atributo es hijo directo de la autoestima y una condición necesaria para lograr que los demás te respeten.

Además, la autenticidad se refiere a el hecho de mantener nuestra esencia, valores y creencias, aunque egoístamente no sea lo mejor para nosotros en esa situación. Esto es, expresar lo que piensas y lo que sientes en cualquier contexto.

No simular o falsearte para causar una determinada impresión. Actuar de forma espontánea. Piensa que solo puedes ser auténtico si tienes conciencia de tu valor como persona.

Lograr que los demás te respeten no es un objetivo que se consiga a corto plazo, especialmente si ya te has faltado al respeto en numerosas ocasiones. Necesitas la decisión firme de conseguirlo y una voluntad férrea para mantenerte en ese propósito. Sin embargo, vale la pena. 

La falta de respeto solo trae males mayores y muchos sufrimientos innecesarios.
No puedes lograr que los demás te respeten si primero no tienes una idea clara de qué es el respeto. Es más fácil entender lo que significa este valor si traemos a nuestra conciencia recuerdos, a modo de ejemplos, en el que se manifieste. En este sentido, respetamos a alguien cuando le reconocemos como un igual y lo aceptamos como es.

Esto quiere decir que toda conducta dirigida a menospreciar a otro es una falta de respeto. Como también lo es cualquier acción destinada a rechazar, negar o anular lo que piensa o siente. Es posible no compartir, o no estar de acuerdo con ello. Pero de ahí a tratar de desvalorizarlo o de cambiarlo hay un gran trecho.

No puedes lograr que los demás te respeten, si primero no te respetas a ti mismo. Esto significa que debes percibirte como igual a los demás, en términos de valor. En otras palabras, no sentirte ni más, ni menos que nadie. También, por supuesto, aceptarte. Sentir que vales como eres y por lo que eres.

“Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”.
-Jean Jacques Rousseau-

La aceptación y la valoración de uno mismo se expresan a través de actitudes y acciones. No son una realidad abstracta ni tienes que decirlo para que otros sepan que eso es lo que sientes. Quien se respeta a sí mismo tiene tres cualidades: autoestima, asertividad y autenticidad.
La autoestima, si queremos definirla de manera sencilla, es tener una buena opinión de uno mismo. Tiene muy poco que ver con el narcicismo. Se trata simplemente de “caerse bien”. Sentir simpatía por lo que piensas, dices y haces, sin que eso signifique pensar que eres mejor que los demás. Tan especial como solo tú eres y tan igual como lo es cualquier ser humano.

La asertividad, por su parte, tiene que ver con ser capaz de defender tus derechos y de expresar tus opiniones. Es especialmente importante cuando estamos rodeados de un contexto poco favorable, en el que pensamos lo contrario a lo que piensa la mayoría o la figura de autoridad. Por otro lado, este atributo es hijo directo de la autoestima y una condición necesaria para lograr que los demás te respeten.

Además, la autenticidad se refiere a el hecho de mantener nuestra esencia, valores y creencias, aunque egoístamente no sea lo mejor para nosotros en esa situación. Esto es, expresar lo que piensas y lo que sientes en cualquier contexto.

No simular o falsearte para causar una determinada impresión. Actuar de forma espontánea. Piensa que solo puedes ser auténtico si tienes conciencia de tu valor como persona.

Lograr que los demás te respeten no es un objetivo que se consiga a corto plazo, especialmente si ya te has faltado al respeto en numerosas ocasiones. Necesitas la decisión firme de conseguirlo y una voluntad férrea para mantenerte en ese propósito. Sin embargo, vale la pena. 

La falta de respeto solo trae males mayores y muchos sufrimientos innecesarios.


Razón De Existencia

Para una razón de ser debe haber un objetivo principal a lograr, y aunque a la vez podrías escoger varios objetivos a lograr, lo ideal es que escojas uno….y los demás vendrán por añadidura, serán como los vagones que arrastra el tren.


Tu objetivo puede estar referido a cualquier aspecto de la vida en que te haya parecido difícil sobresalir, aunque se trate de algo que te haya parecido imposible antes, hazlo tu objetivo si eso deseas. Puede estar referido a la salud, al trabajo, a los estudios, a los negocios, al amor……no importa el campo ni cuan alto apuntes en tus sueños, lo que tienes que hacer es enfocarlo bien, concebirlo en tu mente.

Que no te preocupe si tus objetivos le parecen ilusos o locos a los demás, está claro que los que viven aferrados al EMS “esquema mental de la sociedad” consideran ciertos logros imposibles para los demás porque los sienten imposibles para ellos.

No hagas caso a esa gente que sólo sabe criticar, deja que vivan a su manera, no te contamines con su ignorancia y falta de audacia. Debe ser triste poseer vidas que nunca se preguntan por qué están en este mundo, para que existen,…La gente sin sueños, sin metas…sólo saben seguir al rebaño.

Una vez que has hecho la lista de tus objetivos, ubica el principal, y concentra todas tus energías en él. Se trata de que enfoques tu objetivo fuertemente en tu subconsciente con convicción pero sin apego. Si tu disposición es la correcta, las condiciones favorables llegarán a ti por si solas, las fuerzas del universo atraerán hacia ti dichas condiciones, te prepararán, y te avisarán para cuando llegue el momento de entrar en acción.

En la realización de tus objetivos, no debes olvidar que estos son el medio para encontrar tu verdadera razón de ser, por lo cual se ha de reiterar que no debe haber apego alguno a las cosas que deseas lograr, lo que no significa que las pierdas de vista en ningún momento.

La visualización de lo que deseas lograr es importantísima, las imágenes mentales contribuirán a que la realización de tus sueños se logre más pronto de lo que imaginas.

Visualiza en tu mente como te imaginas el futuro como si tus objetivos ya estuvieran logrados, sé lo más detallado posible en tu visión. Ten esta imagen mental bien aferrada a tu mente, y recurre a ella cada que te quieras estimular positivamente. Está claro que no sólo se tendrá que visualizar imágenes sino también sonidos, grabaciones que le recuerden al subconsciente el objetivo principal, escritos que uno puede leer sea en un papel o incluso mensajes para uno mismo que se puedan leer en el celular.

En la búsqueda de tu logro, debes ser capaz de armonizar todos los aspectos de tu vida: la familiar, el aspecto económico, el profesional, la salud física, el ámbito espiritual, etc.

Claro, es cierto que esto implicaría en tener varios objetivos a la vez, en realidad se puede tener varios porque entre ellos hay una interrelación.


Pero como se dijo antes, se debe tener un objetivo principal, el cuál siempre se pondrá en primer lugar cuando se entre en acción.

Es muy importante el “objetivo principal” porque este es el motor que te impulsará al objetivo supremo que es: encontrarte a ti mismo, lo cual es tu verdadera razón de ser.

El objetivo principal es el medio por el cual tú entras en el camino del verdadero propósito en tu vida. Por ello es importante que escojas bien cual será. Salud física, Dinero, Reconocimiento, Amor, cualquiera de esos puede ser tu objetivo principal pero recuerda que ese objetivo es un medio para llegar a lo más trascendente….que es tu verdadero propósito, 

LA VERDADERA RAZÓN DE TU EXISTENCIA.

Ser Lo Que Se Es


Asumir la responsabilidad de lo que somos y hacemos, es un proceso de evolución y consciencia, pues para algunas personas es poco fácil reconocer que lo que les sucede, es porque consciente o inconscientemente lo generaron.

Hacerse la víctima es más fácil en ocasiones que asumir la responsabilidad de una mala decisión o comportamiento, pero lo que no tenemos en cuenta, es que existen unas leyes universales que rigen nuestro inconsciente. 

Son la ley de la atracción o la ley de la siembra y la cosecha, mientras inconscientemente se van tomando decisiones, la vida nos devuelve todo y atraemos no lo que queremos si no lo que somos.

Practica observar desde donde tomas tus decisiones y como te comportas, sin juzgarte. Esto ayudara a que tu inconsciente te hable y se amplifique. 

Asumir la responsabilidad es simplemente esto, observar y prever el resultado de las cosas, no todo se puede controlar pero al ser más consciente de tus comportamientos, podrás identificar el comportamiento de los demás, para ser más claro en tu toma de decisiones.

Vivir una vida más consciente te da la posibilidad de entender las situaciones asumirlas y cambiarlas.


Continuar Avanzando

Parte de la belleza de lo que llamamos vida está compuesta de cada uno de los episodios donde has podido superar tus retos, has podido por un momento conectar con la historia en tu mente que te dice que tienes lo que necesitas para romper con las paredes que te encerraban y te bloqueaban de poder continuar avanzando. La historia de nuestra vida se convierte en la razón de ser, la razón de actuar de cierta manera y por lo tanto la razón de poder crear la vida que buscamos o sucumbir a las piedras que encontramos en nuestro camino.

Si nuestra historia, mejor dicho si los recuerdos que guardamos de nuestra vida que definen nuestra historia, es un factor crítico en el proceso de análisis y toma de decisión de lo que ocurre en nuestras vidas, esta historia debe de ser la historia correcta que nos permita sentirnos de cierta manera para así poder ver el mundo desde otro telescopio y así con esta nueva perspectiva poder tomar las acciones que sabíamos queríamos tomar pero no podíamos tomar con la antigua historia a la que nos aferrábamos.

El poder crear una nueva historia mental se fundamenta en buscar memorias en nuestra vida que demuestren alguna característica positiva que podamos utilizar en estos momentos para llegar a la meta a la que aspiramos llegar.  En alguna ocasión puede ser que nuestra mente este negándonos la historia o algún elemento dentro de esa historia que deseamos crear, obligándonos a planear actividades donde podamos demostrar esos elementos de nuestra historia para que así no haya ninguna duda en nuestra mente de que poseemos esa característica.

Tomemos un tiempo de reflexión, saquemos nuestra historia a la superficie, esos momentos de nuestra vida que están grabados en nuestro mundo mental y analicemos si estos son realmente beneficiosos, si estos nos facilitan el tener el estado mental correcto para tomar las decisiones que nos acerquen más a  nuestras metas, o son grabaciones mentales que inhiben el movimiento y la creación de las acciones necesarias para continuar avanzando hacia lo buscamos concretar en nuestras vidas.

Nuestra historia es nuestra brújula, seamos consciente de sus características y ajustemos lo que sea necesario para maximizar quien somos y nuestra experiencia de vida

miércoles, 15 de abril de 2020

Semejantes


Un programa reciente de la admirable televisión pública americana cuenta las historias de algunos de ellos: empezaron a volverse más valiosos cuando en los programas de vuelos espaciales hizo falta experimentar las posibilidades de supervivencia del cuerpo humano en órbita en torno a la Tierra y en condiciones de ingravidez. Se ven rancias imágenes documentales de los primeros años sesenta en las que un chimpancé es atado a un asiento anatómico, con expresión de miedo mientras le conectan electrodos al corazón y a la cabeza. Rodeado de aparatos y de batas blancas, el animal tiene una desarmada inocencia infantil, una mezcla de pasiva aceptación y de alarma. Algunos de aquellos viejos veteranos de la carrera espacial sobreviven todavía, pero su destino ha sido mucho más oscuro que el de los astronautas humanos.

Demasiado viejos para ser de ninguna utilidad, languidecen en jaulas alineadas en galpones inmundos, enloqueciendo poco a poco de soledad y de aburrimiento, aprietan con desesperación inmóvil los barrotes con sus dedos extrañamente expresivos o se golpean contra los muros y chillan dando vueltas en el espacio sofocante de unas celdas que ni en el más punitivo de los sistemas penitenciarios se considerarían adecuadas para encerrar a un hombre.

Esas miradas de angustia abismal, brillando con una expresión que nos parece demasiado cercana a nosotros como para no sobrecogernos con la intuición de una espantosa injusticia.

Genéticamente, la diferencia entre un ser humano y un chimpancé es de un escaso dos por ciento. Pero basta la simple observación para confirmar un parentesco en el que preferimos no pensar para que nuestra conciencia no quede abrumada bajo una culpabilidad irrespirable. Los chimpancés son inteligentes, sensibles a la amistad y a los lazos familiares, propensos por igual a la alegría y al abatimiento. Aprenden con facilidad un número con ocasión de encontrarse en espacios comunes en los que pueden descubrir el regocijo de la vida social e incluso aventurarse en lo que no recuerdan haber conocido, la libertad de caminar al aire libre.

Pero no es fácil habituarse a un modesto paraíso después de tantos años de aguantar el infierno. A los chimpancés que trabajan en los circos lo más normal es arrancarles los dientes.

Muchos de los que llegan a los refugios sufren enfermedades que les fueron inoculadas para experimentar en ellos el efecto de las medicinas: un grupo numeroso de veteranos lo forman los seropositivos. Y también abundan los que se mueren de pánico ante la presencia de sus semejantes, después de pasar en soledad una vida entera.

“El mono, astronauta a la fuerza en su infancia, se sube al árbol y contempla la hermosa lejanía”

El momento decisivo es cuando a un chimpancé llegado al refugio se le abre la puerta de la jaula. Algunos ni se atreven a aproximarse a ella. Otros dan unos pasos, asoman la cabeza, se vuelven asustados, incapaces ya de abandonar la protección de las rejas. Uno de ellos, ya muy viejo, que en los años sesenta voló en órbita alrededor de la Tierra, sale con pasos torpes de la jaula, mira a su alrededor, atraviesa un prado, se aproxima a un árbol, lo mira como si no hubiera visto nunca nada parecido. 

Pero algo más antiguo que su memoria se despierta ante la visión del árbol, y el chimpancé viejo da un salto y poco a poco asciende hasta la copa, y se acomoda en ella mirando hacia la hermosa lejanía, gimiendo de felicidad. 



Civilizados


La Historia humana ha registrado demasiados casos de choques entre Civilizaciones, Religiones, Estados, Naciones o Regiones… Por otro lado, no hay más que echar un vistazo al pasado para observar que no siempre ha tenido porque ser así. Los contactos entre las diferentes civilizaciones a menudo en el pasado resultaron ser puntos de referencia en el progreso humano. 

Grecia aprendió de Egipto; Roma, de Grecia; los Árabes del Imperio Romano; la Europa medieval de los Árabes y la Europa del renacimiento de los Bizantinos…

Los contactos entre las Civilizaciones son muy importantes para el progreso de la civilización humana; hoy en día la cultura europea, por citar un ejemplo, ha absorbido muchos elementos de otras culturas, entre ellos algunas como la Arábiga. Todo esto nos invita a pensar que los choques entre civilizaciones siempre fueron temporales, mientras que las absorciones en materia cultural y de CONVIVENCIA perduraron más en el tiempo…

Si la sociedad humana aspira a poner fin al caos actual y, especialmente, a intentar que los demás “piensen” igual que nosotros, este no es el camino adecuado. La tolerancia y la CONVIVENCIA son factores que han de ir unidos de la mano para conseguir un mundo mejor, más allá de los tópicos…

Ahora, la humanidad está al borde de un importante punto de inflexión histórico, y cada nación o país debería reflexionar seriamente sobre su propia cultura en una perspectiva histórica. Este tipo de reflexiones es, sin duda, muy necesario para el futuro de la sociedad humana. La tradición de la cultura es una realidad de facto para cada nación o estado – especialmente para las naciones y los estados con una larga historia y las funciones cruciales en la sociedad humana contemporánea, puesto que ya se ha “infiltrado” en los corazones de miles de personas, convirtiéndose en el apoyo espiritual de cada Nación o Estado. 

Aquello de -Volvamos a nuestra “tradición”-, lo convierte en un punto de partida, y hemos de buscar en él nuestro poder y nuestros soportes. Esto nos servirá para impulsar el progreso de nuestra cultura contemporánea, con el fin de resolver los problemas acuciantes en la sociedad humana.

No es fácil conseguir que las diferentes culturas vivan en armonía y CONVIVENCIA plena, y conseguir que los estados y las naciones en las diferentes tradiciones culturales convivan en paz. 

Confucio nos dijo en una ocasión: “El virtuoso es aquel que coexiste en armonía sin estar de acuerdo con el prójimo…”  Las diferencias en las creencias religiosas, valores y formas de pensar conducen a conflictos entre las naciones y estados, y los conflictos conducen a las guerras. Sin embargo, ¿los conflictos son inevitables?¿No podríamos vivir sin estos choques de diferencias culturales? Tenemos que encontrar recursos para la coexistencia con nuestros semejantes.

Debemos reflexionar en serio y hacer una elección definitiva. Sería una bendición para el ser humano si es capaz de optar por la CONVIVENCIA en armonía, dejando a un lado los elementos culturales de cada uno, que no se deben perder, puesto que esta diversidad es lo que engrandece a este, nuestro planeta. Debemos hacer buen uso de este tesoro, de buscar la CONVIVENCIA y la PAZ entre semejantes, a fin de que la armonía reine en el mundo; ¿podremos conseguirlo? , espero que sí, así como espero que no me tilden de catastrofista al decir que si no somos capaces de conseguirlo, será el fin de nuestra civilización…  así que ya sabemos “a ponerse las pilas toca”, y seguro que lo haremos…



Mantener Expectativas


En un momento como el actual, consideramos imprescindible desarrollar caminos y maneras de hacer que permitan una vida digna para todos y todas.


Para ello es importante, en primer lugar, conocer, comprender y hacer reconocer las alternativas desarrolladas  en este sentido por quienes viven en la pobreza. 

 Además, debemos esforzarnos por  potenciar las redes de apoyo mutuo que existen en cada lugar, de manera que incluyan a las personas que viven en la pobreza. 

Por último, es necesario buscar alternativas ya existentes desarrolladas por otros grupos y movimientos que pueden ser útiles también para quienes viven en la pobreza, así como estar abiertos a explorar nuevos lugares, como pueden ser las zonas rurales.

Partimos de una concepción de lo que es una vida digna que va más allá del tener cubiertas las necesidades básicas, ya que consideramos que igualmente importante es poder desarrollarse en el ámbito de las relaciones, de manera que uno/a pueda sentirse en igualdad de condiciones y respetado/a por los demás. 

Esto facilitará a su vez la posibilidad de vivir sin miedo y tener autonomía. Además, para una vida digna es necesario ser capaz de cuidar a quienes lo necesitan en el entorno próximo, así como ser capaz de cuidarse uno/a mismo/a.

Es fundamental identificar cuál puede ser el motor de lucha que nos anime a continuar con ella pese a las dificultades. 

En el caso de las familias que viven en la pobreza, este motor son  quienes vienen por detrás, jóvenes y niños/as, para que ellos no tengan que vivir lo que han vivido sus mayores. 

En este sentido, es importante que los jóvenes y niños/as se preparen también para luchar, que recojan el  testigo y se apoyen en la experiencia y conocimiento de quienes les han  precedido, pero atreviéndose al mismo tiempo a buscar su propio camino en las circunstancias que les toquen vivir.


Tener Confianza


Tener confianza en si mismo es clave para el éxito de cualquier persona en todos los ámbitos de su vida. Cuando eres capaz de realmente creer en tus capacidades, eres capaz de lograr todo lo que te propongas.

Imagina por ejemplo, que te gusta practicar algún deporte como el fútbol. Si confías en ti mismo, lograrás poco a poco ser mejor a medida que practiques; pero si no te tienes confianza, ni siquiera vas a pedir que te pasen el balón.

Normalmente los seres humanos somos capaces de hacer más de lo que creemos. Puede que onfianzaen público, vender, o destacar en los deportes; pero déjame decirte que estás más cerca de lograrlas, de lo que crees.

A veces hay ciertas habilidades que ya tenemos, y no nos damos cuenta por falta de confianza en nosotros mismos, solamente nos hace falta practicar un poco para lograr desarrollarlas.

Incluso esos aspectos que crees que son tus mayores debilidades, tienen una gran posibilidad de convertirse en tus mayores fortalezas. Al haber sido una frustración durante toda tu vida, enfocarás más tu atención en ellas, que en tus habilidades ya dominadas, y así las podrás desarrollar hasta niveles realmente sorprendentes. 

Aunque hay personas que nunca lo van a intentar por falta de confianza en si mismos.

Para conseguir esa confianza en ti mismo es importante comenzar por ser optimista, aún cuando las circunstancias no estén totalmente a tu favor. 

Ser optimista te permitirá enfocarte en hacerlo bien, en dar lo mejor de ti y estar concentrado, en vez de dudar.

Ten mucho cuidado del pesimismo, que se ha convertido en una costumbre hoy en día. Esos pensamientos negativos de que todo va mal o de las grandes posibilidades de fallar, tienen un gran poder de hacerse realidad.

El miedo a hacerlo mal y quedar en ridículo es el principal enemigo de la confianza. Así que debes de concentrar tus esfuerzos en vencer el miedo, ya que eso a lo que le temes, lo vas a atraer hacia ti. 

Además, si estás preocupado de que algo te pueda salir mal, perderás la concentración en tu actividad y seguramente no lo harás bien.

Alguien que cree o que por su mente pasa la idea de que se puede caer, tiene más posibilidades de lograrlo (caerse). Y si crees que vas a tener éxito, tendrás muchas más probabilidades de ser exitoso.

Actúa y compórtate como si tuvieras una gran confianza, y muy pronto empezarás a sentirte confiado de verdad. Anticipa lo mejor en cada situación de tu vida y da por hecho que todo va a salir a la perfección.


La Aventura De Vivir

La verdad es que la aventura es tremendamente estimulante y nos permite recargar las que yo llamo “pilas del alma” que normalmente se suelen descargar bastante con la rutina del día a día. Los viajes son una excelente manera de recargar estas pilas porque nos sumergen de lleno en lo nuevo y distinto. 

No hace falta que nos vayamos a escalar el Himalaya o adentrarnos en la selva amazónica; la aventura se produce cuando salimos de la rutina y nos sumergimos en nuevas experiencias, y en los viajes esto ocurre de forma casi automática, por eso resultan tan estimulantes.

Cuando salimos en un viaje vamos en modo “explorador”, queremos ver cosas, visitar sitios, probar comidas distintas, asombrarnos, emocionarnos, explorar, aprender, conocer gente nueva. Todo ello, o una mezcla, está siempre presente al emprender un viaje. Pero luego, al volver a casa, entramos de nuevo en nuestra rutina y alimentamos nuestra alma pensando en el siguiente viaje. 

Utilizo intencionalmente la expresión “alimentar el alma” porque una de las necesidades del espíritu humano es precisamente la de descubrir y experimentar la vida. 

Esto se ve claramente cuando somos niños y funcionamos siguiendo nuestros impulsos naturales que nos llevan a querer explorarlo todo y a descubrir y aprender. 

Luego, a medida que vamos creciendo y el proceso educativo va haciendo su labor, nos vamos alejando de estos impulsos y siguiendo las pautas que la sociedad nos marca. 

Esto en sí no es ni bueno ni malo porque la educación es necesaria y nos ayuda a desarrollarnos y a construir nuestra persona. Sin embargo, la desconexión con nuestra naturaleza y no atender sus necesidades tiene un efecto en nuestros niveles de satisfacción vital, de felicidad, de alegría de vivir e incluso de salud.

La aventura, entendida ésta como explorar, descubrir y experimentar, es una necesidad de nuestra naturaleza que busca su satisfacción. ¿Quiere esto decir que tenemos que dedicar una parte de nuestros ingresos a hacer viajes? No, claro que no, no es a ese tipo de aventura al que ahora me refiero, sino a la aventura de la vida.

Si miramos nuestra vida desde el día que nacimos ¿no ha sido una verdadera aventura?. La historia de nuestra vida es la historia de una aventura en la que han ocurrido cosas, lo creamos o no, que son tremendamente interesantes y de la que se podría hacer una película de esas que te enganchan tanto que no te puedes levantar del sillón. Pero no es sólo lo que ha ocurrido, sino lo que ocurrirá en el tiempo que nos queda en este viaje que llamamos vida. Cuando vemos y nos tomamos nuestra vida así, todo adquiere un color mucho más intenso y la vida se vuelve interesante y estimulante.

Toma plena conciencia de que tu vida es una aventura muy interesante
Busca explorar, descubrir y aprender cada día


Mira al futuro y no veas algo ya definido y prefijado y siente en lo profundo de tu corazón la emoción de lo desconocido y por venir.

No caigas presa de esa necesidad del ego humano de seguridad y de tenerlo todo atado y planeado que ahoga el alma. Vive como si hoy fuera tu primer día y como si fuera el último