El "niño interior herido" o la parte más vulnerable que todos llevamos dentro desde la infancia, guardada bajo muchas llaves, se puede destapar en momentos de estrés provocando que reaccionemos de forma infantil y no como adultos, según ha explicado a Efe la psicóloga Victoria Cadarso
.La solución es "apreciarnos a nosotros mismos", es decir, "que la parte adulta abrace a ese "niño interior herido" que está representado por aquella parte que "no ha crecido o se ha quedado rezagada por falta de amor o comprensión", ha destacado la autora del nuevo libro Abraza a tu niño interior.
"Siempre se puede retomar, revisitar y transformar a ese niño interior herido", a pesar de que al ir formándose nuestra personalidad en las etapas del desarrollo hayan permanecido de base emociones bloqueadas que, como una caja de pandora, se destapan en momentos de estrés, ha dicho Cadarso.
"A veces tenemos una pataleta de niño pequeño y no sabemos por qué, y es debido a que nuestro niño interior herido toma las riendas en vez de nuestro adulto", ha asegurado. Y todo ello porque en nuestra infancia está la clave para entender por qué somos como somos, qué nos hace pensar, sentir y actuar de determinada manera y no de otra; descubrirla nos atrae pero también nos asusta, según esta psicóloga.
El "niño interior" representa -continúa- a nuestro auténtico ser (el que se ha quedado tras la máscara que todos nos ponemos para salir a la calle y que es nuestra personalidad), al niño herido (parte que se ha quedado sin recibir lo necesario para crecer adecuadamente) y al potencial que todos tenemos dentro.
Aunque hay gente que piensa que una vez que ha pasado la infancia los problemas consecuentes no tienen arreglo, Victoria Cadarso sostiene que eso es "psicología antigua", ya que en la actualidad, con la neurociencia, podemos cambiar "cosas" por medio de visualizaciones, trabajo interior y medicación.
Si se le pregunta si la culpa de los problemas que podemos arrastrar desde nuestra infancia la tienen los padres, contesta que éstos, en general, "lo hacen lo mejor que pueden con lo que tienen" y que hay que tener en cuenta que los progenitores muchas veces son el resultado, a su vez, de los suyos.
"Realmente llevamos la información de siete generaciones hacia atrás y nosotros influimos a siete generaciones hacia adelante por lo menos", ha comentado Cadarso, autora también de Destapa tu olla estrés y Botiquín para un corazón roto, entre otros libros editados por Esfera de los Libros.
Sin embargo, ha reconocido que en su consulta recibe a muchas personas adultas que gracias a un abuelo, a una cuidadora o a un profesor que "se fijaron" más en ellos en la infancia que sus padres se han salvado de "dramas más profundos" e incluso del suicidio.
"A todos nos ha faltado algo en la infancia, aunque pensemos que hemos tenido una infancia feliz", ha afirmado. "Siempre hay un desencuentro -añade- entre lo que uno necesita y lo que obtiene y eso depende en qué cantidad lo hayamos tenido, aunque todos tenemos anhelos y carencias que no tenemos por qué llevar como una condena".
"Si liberamos el dolor que se ha quedado bloqueado en el niño interior herido conectaremos con el niño interior auténtico y podremos desarrollar todo el potencial que llevamos dentro y no llevaremos las circunstancias del pasado como un lastre al presente", ha concluido.
El "niño interior herido" o la parte más vulnerable que todos llevamos dentro desde la infancia, guardada bajo muchas llaves, se puede destapar en momentos de estrés provocando que reaccionemos de forma infantil y no como adultos, según ha explicado a Efe la psicóloga Victoria Cadarso.
La solución es "apreciarnos a nosotros mismos", es decir, "que la parte adulta abrace a ese "niño interior herido" que está representado por aquella parte que "no ha crecido o se ha quedado rezagada por falta de amor o comprensión", ha destacado la autora del nuevo libro Abraza a tu niño interior.
"Siempre se puede retomar, revisitar y transformar a ese niño interior herido", a pesar de que al ir formándose nuestra personalidad en las etapas del desarrollo hayan permanecido de base emociones bloqueadas que, como una caja de pandora, se destapan en momentos de estrés, ha dicho Cadarso.
"A veces tenemos una pataleta de niño pequeño y no sabemos por qué, y es debido a que nuestro niño interior herido toma las riendas en vez de nuestro adulto", ha asegurado. Y todo ello porque en nuestra infancia está la clave para entender por qué somos como somos, qué nos hace pensar, sentir y actuar de determinada manera y no de otra; descubrirla nos atrae pero también nos asusta, según esta psicóloga.
El "niño interior" representa -continúa- a nuestro auténtico ser (el que se ha quedado tras la máscara que todos nos ponemos para salir a la calle y que es nuestra personalidad), al niño herido (parte que se ha quedado sin recibir lo necesario para crecer adecuadamente) y al potencial que todos tenemos dentro.
Aunque hay gente que piensa que una vez que ha pasado la infancia los problemas consecuentes no tienen arreglo, Victoria Cadarso sostiene que eso es "psicología antigua", ya que en la actualidad, con la neurociencia, podemos cambiar "cosas" por medio de visualizaciones, trabajo interior y medicación.
Si se le pregunta si la culpa de los problemas que podemos arrastrar desde nuestra infancia la tienen los padres, contesta que éstos, en general, "lo hacen lo mejor que pueden con lo que tienen" y que hay que tener en cuenta que los progenitores muchas veces son el resultado, a su vez, de los suyos.
"Realmente llevamos la información de siete generaciones hacia atrás y nosotros influimos a siete generaciones hacia adelante por lo menos", ha comentado Cadarso, autora también de Destapa tu olla estrés y Botiquín para un corazón roto, entre otros libros editados por Esfera de los Libros.
Sin embargo, ha reconocido que en su consulta recibe a muchas personas adultas que gracias a un abuelo, a una cuidadora o a un profesor que "se fijaron" más en ellos en la infancia que sus padres se han salvado de "dramas más profundos" e incluso del suicidio.
"A todos nos ha faltado algo en la infancia, aunque pensemos que hemos tenido una infancia feliz", ha afirmado. "Siempre hay un desencuentro -añade- entre lo que uno necesita y lo que obtiene y eso depende en qué cantidad lo hayamos tenido, aunque todos tenemos anhelos y carencias que no tenemos por qué llevar como una condena".
"Si liberamos el dolor que se ha quedado bloqueado en el niño interior herido conectaremos con el niño interior auténtico y podremos desarrollar todo el potencial que llevamos dentro y no llevaremos las circunstancias del pasado como un lastre al presente", ha concluido.
sábado, 2 de mayo de 2020
Escuchar El Yo Interior
Todos hemos escuchado acerca de los beneficios de la meditación. Algunos
lo practican y otros pasan de largo dudando de los beneficios de tan sencilla
práctica. Es tan sencilla que quizá por ello se le atribuye el favor de la
duda. En ocasiones sin comprobarlo.
La meditación no solo es la acción de sentarse en un lugar vacío y
desconectar con el exterior, que es lo ideal. El objetivo de esta es práctica
es conseguir un estado de paz y armonía con nosotros mismos y con nuestro
entorno. Recuperar el control y continuar con nuestra vida cotidiana de la
forma más sana posible.
Independientemente de los acontecimientos exteriores.
Algo muy parecido ocurre cuando estamos haciendo algo que nos gusta
mucho, una actividad que nos saca de nuestra rutina y nos introduce en un
estado de disfrute, donde actuamos conscientes de cada movimiento que estamos
haciendo, abandonando cualquier otra distracción. Por ejemplo cuando estamos
cocinando, cuando estamos leyendo, cuando estamos caminando por la playa con
los pies desnudos.
Estamos tan relajados, nuestro cuerpo esta tan compenetrado con lo que
estamos haciendo, que podemos conectar con nuestros sentimientos, con
nuestros instintos. Incluso podemos recuperar situaciones agradables que se
habían perdido en el tiempo, robándonos una sonrisa.
Es una acción natural del ser humano, conectar consigo mismo y con la
naturaleza. Que hemos ido perdiendo a medida que nos hacemos adultos. Y que
podemos recuperar cuando queramos.
Cuando quieras encontrar tu esencia, cuando quieras saber
las respuestas, cuando quieras escapar; aléjate a un lugar tranquilo,
fresco, limpio, donde puedas relajarte un par de minutos, cinco, tal vez
veinte. Toda una tarde.
Relaja tu cuerpo, respira suavemente hasta que te sientas cómoda
(importante), abre los ojos para mirar las nubes o ciérralos para crear
el espacio donde te gustaría estar en ese momento. No pienses, no recuerdes, no
interrumpas, solo deja que tu ser fluya.
Cuando alcances esa paz donde el exterior no existe en ti. Es en
ese momento donde tu "yo", es poderoso, genuino.
Escúchalo y deja que te guie, conecta con el universo para que este
confabule a tu favor.
Es tú ser quien tiene todas tus respuestas.
El Privilegio De Leer
Aprender a leer es un privilegio.
El problema es que la mayoría no lo aprovecha leyendo de forma habitual.
Creo que mucha gente se acerca a la lectura de la manera equivocada:
tratan de obligarse a leer, y ver la lectura como una tarea difícil y tediosa.
La buena noticia es que incorporar el hábito de la lectura es más divertido y
fácil de lo que pensabas.
“Siempre imagine que el paraíso sería algún tipo de biblioteca”
Jorge Luis
Borges
En algún lugar después de “quiero bajar de peso“, “quiero dejar de
procrastinar“, y “quiero enamorarme“. El “quiero leer más“es una de
las principales metas de muchas personas.
Y con toda razón…
Un buen libro puede ser una experiencia increíble. Te enseña acerca de
las cosas más allá de tus horizontes diarios, te conecta con las mentes más
brillantes y puede crear personajes tan reales que parece que los conoces.
Hace algunos años (pero no demasiados) los libros y en general el acceso
a la información era accesible para muy pocas personas. En su momento el clero
y la Iglesia resguardaban los libros como oro.
Actualmente el acceso a la información es ilimitado. La mayoría de
nosotros tenemos el privilegio de leer los libros que queramos, incluso de
forma gratuita.
Una de las bibliotecas más grande del mundo es la Biblioteca Pública de
Nueva York. La cual tiene más de 3 millones de libros a lo largo de sus
estanterías. En cantidad es más de un millón de bytes de información.
Piensa en esto:
¿Cuántos libros crees que has leído hasta ahora? ¿Cuántos libros
crees que podrás leer a lo largo de toda tu vida?…
Hagamos el cálculo:
La esperanza de vida es de 80 años (más si tienes suerte). Supongamos
que empiezas a leer (por hábito) a los 20 años.
Si lees un 1 libro por semana estarás leyendo 2880 libros
aproximadamente. Si en cambio lees 100 libros al año, serías capaz de leer
5000 libros en toda tu vida.
Imagínate cuantas historias increíbles e información valiosa puedes
descubrir.
Imagínate todo lo que te estás perdiendo simplemente porque NO tienes el
hábito de la lectura.
Quiero decir, ¿qué pasa con todas esas fantásticas aventuras y bellos
romances? ¿Qué hay de todas las batallas, héroes y villanos del pasado que
nunca has oído hablar? ¿Qué pasa con todas las cosas fascinantes acerca
del mundo que aún no sabes?
Yo he leído un montón. Y de todo, desde un complejo artículo científico
(que me toma tiempo) hasta una divertida historia de aventuras que se me acaba
volando.
Todos los libros que han pasado por mis manos me han ayudado en algo.
Ninguno fue desapercibido.
Para mí el hábito de la lectura fue en un inicio una especie
de terapia. Después se convirtió en una herramienta para ayudarme a
escribir mejor.
Y por eso creo que todos deberíamos de empezar a leer. Como un primer
paso que nos conduce a donde queremos llegar.
Sin embargo, la lectura es más que un medio para un fin… la lectura
es un fin en sí mismo. Es un privilegio, y así es como debemos acercarnos a
ella.
Es verdad que todos leemos hasta cierto punto.
Durante la escuela o la universidad leer es una práctica muy común.
También leemos cotidianamente. Por ejemplo: el periódico en las mañanas, algún
artículo interesante o tu blog favorito como Habitualmente.
El beneficio más importante que puedes tener será si empiezas a leer
HOY.
Aspiraciones
¿Cuáles son mis sueños, aspiraciones o ideales en la vida?
“Mis aspiraciones en la vida son estudiar para
cada día aprender algo nuevo y ponerlo en práctica, poder estar con
las personas que amo tanto siendo un profesional en lo que hago y poder viajar
por todo el mundo descubriendo sus secretos”
“Lo que yo verdaderamente anhelo es poder estar lo que más pueda con mi
familia en un lugar tranquilo en el que me sienta cómodo y en paz”
¿Cuáles realmente puedo realizar?
Yo no pienso que no podría lograrlos ya que todo requiere
de dedicación y esfuerzo y con eso los lograre todos ya que si uno
sueña algo es para cumplirlo y no defraudarse uno mismo con el hecho de no
haber seguido sus metas o sueños...
¿Qué debo hacer para lograrlos?
Lo que yo debo hacer para cumplir mis sueños es tener mucha fuerza de
voluntad para dejar atrás cosas malas que obstruyan la meta que se va
alcanzar y también esforzarme mucho para que cada día esté
más cerca de mi sueño.
¿Cuál es el trabajo que puedo desarrollar como un medio para
alcanzarlos?
El trabajo que puedo desarrollar como medio para alcanzar mis sueños es
ser una buena persona con todos, enfatizarme en las cosas
que haría en un futuro para que no fueran tan desconocidas y tener un
buen plan de lo que va hacer mi vida.
Debo cambiar algo en mi vida para alcanzar mis sueños?
La verdad si lo que yo debería cambiar en mi vida es la toma
de decisiones, al igual que dejar tanta pereza y ponerme más activo en cosas
productivas que me sirvan más en un futuro.
viernes, 1 de mayo de 2020
Lo No Vivido
A la vida se le puede pedir no más de lo que pueda
dar: instantes de ternura, de enamoramiento, sorpresas, nostalgia y esperanza.
Segundos de lucidez, momentos para disfrutar de la belleza, de la amistad, de
las lágrimas y las pasiones". Eso es algo de lo que se puede pedir a la
vida según dice en su nuevo libro Javier Urra (¿Qué se le puede pedir a la
vida?, Editorial Aguilar).
Lo que cuenta Urra son verdades aprendidas a lo
largo de su vida: como psicólogo, como profesor universitario, como educador de
niños disminuidos, como reformador de niños conflictivos, como defensor del
menor, como fiscal de menores y, sobre todo, como interlocutor en tantos
conflictos humanos en los que se ha visto involucrado por sus distintas
actividades.
El ministro de Educación que prologa el libro, no
cómo ministro, sino como Ángel Gabilondo, viejo amigo de múltiples vivencias
junto a Urra, lo expresa muy bien cuando dice: "Este libro que alienta
Urra está atravesado por una experiencia, la de lo sencillo y difícil que es
vivir. Imposible vivir bien sin bien vivir".
Urra ha apoyado su conversación con los lectores en
varios invitados que alumbran su discurrir. Los clásicos, de Aristóteles en
adelante pasando por Calderón de la Barca y Cervantes, hasta Baroja, Ortega o
Julián Marías o nuestro Ramón Irigoyen. También los vecinos como Sartre o
Pessoa, como Shakespeare o Tolstoi, incluso ha acudido a leyendas y filosofías
de otras culturas, desde el mismo Confucio a Krishnamurti. Y ni siquiera se ha
privado de contar las citas que le ayudaron a vivir escuchadas en películas,
canciones, poemas libros. "He leído muchos los clásicos durante los últimos
años y he incluido algunas de sus reflexiones para apoyar mi diálogo con los
lectores. También he incluido leyendas, fábulas, pequeñas historias de
distintas culturas para contar lo que quiero expresar", dice.
¿Cómo la del rico mercader árabe que quiso saber qué había comprado el
pordiosero con las dos monedas que le dio: "Con una, respondió el
pordiosero, me he comprado pan para tener de qué vivir; con la otra me compré
una rosa para tener por qué vivir"?
Nadie vivirá nuestra vida, nadie morirá nuestra muerte, nadie dirá
nuestras palabras y nadie querrá al otro con nuestro corazón. Lo dijo Gabilondo
en su prólogo.
Por eso la vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir,
como diría Jung. Tenemos que hacer de nuestra vida un proyecto personal.
A veces tendremos que reunir el coraje para pasar de lo conocido a lo
desconocido, para efectuar un salto metafórico al vacío, explorando el
potencial de nuestro ser, sin malgastar el tiempo viviendo la vida de otros.
Nuestros actos crean nuestro destino.
Cuánto Valemos?
Dependemos más del amor de afuera, que del amor que tenemos dentro de
nosotros mismos. Nuestra autoestima, confianza, depende más de alguien, que de
nosotros mismos.
Ahora que tu personalidad, tu ser, piensas que se ha quedado totalmente
desvalido, desnudo, es el momento ideal, para reconstruirte.
¿Cómo empezar? Reafirmándote en tu valía.
¿Cómo empezar? Reafirmándote en tu valía.
Haz una lista de esos pequeños, grandes y medianos éxitos que has ido consiguiendo a lo largo de tu vida.. Hacer el camino de Santiago, construir alguna cosa para tu casa, ir al gimnasio todos los días , dar una conferencia delante de tus compañeros de trabajo o decir a esa persona que tanto te gusta “Me gustas”…
Aunque no creas, has hecho muchas cosas, que han hecho superarte a ti
mismo y ponerte una sonrisa en los labios tras superar tus límites.
Los superaste por ti mismo, sin que nadie te dijera nada, sin depender de las direcciones de nadie… Sé que te parecerán proyectos pequeños, sin importancia, que todo el mundo podría haberlo conseguido, pero los hiciste tú sólo, por iniciativa propia.
¿Ya has escrito esos hechos?
Y ahora viene el gran reto, adentrarse en uno mismo. Antes dependías de
los demás, pero en esta vida, solo dependes de una persona, DE TI MISMO.
Te sientes desvalido, sientes que no vales nada, Y VALES MUCHO. Conócete, respóndete con sinceridad a esas preguntas que tanto miedo te han dado siempre, como por ejemplo: “¿En qué soy bueno? ¿Tiene sentido mi vida? ¿Cuál es el concepto que tengo de felicidad? ¿Soy feliz?..”.
Da miedo, respeto, … como quieras llamarlo, pero al empezar a
conocerte de verdad, te darás cuenta, de quien eres, de tus potenciales, de tus
valores ( algo que nunca deberías sabotearte ), de ti… y te irás dando cuenta,
que VALES MUCHO.
Has conseguido muchas cosas que te has propuesto, más de las que crees. ¿Y ahora vas a tirar la toalla por qué no tienes pareja? ¿Deprimido por qué no tienes trabajo? ¿Tu felicidad depende del exterior o de ti?
Sólo TÚ decides cuanto vales, no puede depender tu valoración
de nadie más.
DEPENDE DE TI. A lo mejor ahora es el momento de crear ese sueño que siempre has tenido, a lo mejor ahora por fin de gritar a los 4 vientos, como eres, lo que sientes y quieres en la vida.
Solo depende ti conseguir todo lo que deseas, no depende de nadie
más. Sólo depende de ti, decirte a ti mismo, te quiero, cuidarte, motivarte,
alentarte.
Tu felicidad, tu satisfacción, el aceptarte a ti mismo, sólo
depende de una persona, y se llama, TÚ.
El Ámbito De Las Ideas
Has pensado alguna vez cómo sabes las cosas que sabes? Algunas las sabemos porque alguien nos lo contó, otras porque las hemos visto, otras porque las hemos pensado... ¿Cuántas cosas podemos saber? Por lo que respecta a cuánto podemos saber, es decir, a los grados de conocimiento, Platón diferencia dos grados. Y lo hace atendiendo a su definición del mundo en dos regiones. ¿Recuerdas? Mundo de las ideas y mundo de las cosas. Al mundo de las cosas corresponde la opinión y al de las ideas la ciencia.
¿Es posible que alguna vez alguien sepa absolutamente todo, referido a todo? ¿Y si alguien te preguntara que le digas qué es una idea? ¿Qué dirías? Entre otras cosas, de las condiciones, límites y posibilidad de lo que podemos conocer se ocupa la teoría del conocimiento. Vamos a ver aquí, que decía Platón de este asunto.
Y a Platón se le planteaba un problema: ¿cómo conocemos las ideas si pertenecen a un mundo (el inteligible) en el que el hombre no está porque vive en el sensible? Para responder a esto, Platón lo explicó gracias a dos conceptos que son importantes: la reminiscencia o recuerdo, y la dialéctica.
¿Cómo conocemos las ideas si están en el mundo inteligible? Básicamente Platón sostiene que podemos conocerlas recordando. Pero puede recordarlas a través de las cosas del mundo sensible. Se trata de recordar lo que hay en el alma y que ésta conoció cuando estuvo en el mundo inteligible.
Según Platón, solamente la contemplación directa de las ideas en el mundo inteligible nos permite conocerlas. Y el alma humana vivió en ese mundo, contemplándolas allí. Cuando nuestra alma cayó al mundo sensible y se unió al cuerpo las olvidó. La reminiscencia, por tanto, es recordar.
¿A qué te recuerda esto? La religión cristiana, siglos después de Platón, también habló de un paraíso original perdido, de un alma que es "castigada" a vivir en la tierra... Son muchas las semejanzas que hay entre el pensamiento platónico y la religión cristiana. O dicho de otra manera, el cristianismo asumió y transformó en religión conceptos filosóficos de Platón.
Hemos visto que Platón escribió en forma de diálogos. La dialéctica es, precisamente, el arte del diálogo. Y también es un método filosófico, una forma de pensar. Se trata de "ascender" al mundo inteligible mediante el pensamiento. Y ya hemos visto que la idea suprema es la idea de Bien.
Ascendemos a ella mediante el amor, que es el motor de esta ascensión. Por tanto, el amor en Platón no es lo que hoy en día entendemos en sentido coloquial como querer a una persona.
Se trata más bien de ir ascendiendo en el conocimiento que nos lleva de las cosas a las ideas. Partimos, por ejemplo, de los ejemplos individuales de perros que podemos ver por la calle, y de ahí vamos definiendo qué es un perro. Y a partir de lo que es un perro llegamos a la idea de animal. Y de la idea de animal a la de vida... Lo que vamos haciendo en este proceso es lo que Platón llamaba una "ascensión cognoscitiva", ir sabiendo más, al alejarnos de los casos y las cosas concretas e ir acercándonos a las ideas.
El Habla Confiable
Hablar bien en público requiere de un buen entrenamiento, pero también de una gran honestidad y de saber conectar con nuestras emociones desde nuestro interior. Construir nuestra autoconfianza es un paso previo fundamental para poder expresarnos con soltura y naturalidad, de forma abierta y sin temores.
Es mucha la oferta de cursos y formación en habilidades de oratoria que hay en el mercado. Sin embargo, aprender a utilizar las herramientas no es suficiente. Por eso, los programas Dale Carnegie van más allá y parten de la construcción de una autoconfianza, necesaria para brillar como oradores o ponentes.
Algunas de las cuestiones a tener en cuenta y que nos ayudarán a realizar una mejor presentación o ponencia, son las siguientes. Sin embargo, sólo con el hecho de trabajar previamente en nosotros mismos para hacer aflorar nuestro auténtico potencial, será posible transmitir un mensaje creíble y potente.
Consejos para una mejor presentación
#1. Preparación y ensayo
Las presentaciones en público que mejor funcionan son las que mejor se han preparado. Y ello significa haberles dedicado unas cuantas horas de trabajo. Aunque nos parezca que determinados oradores saben improvisar, incluso esas aparentes improvisaciones han sido ensayadas previamente. Teniendo en cuenta esta premisa nos aseguramos buena parte del éxito.
#2. Buen uso de las pausas y de los silencios
Las pausas y los silencios sirven para tomar mayor control del discurso. Crean sensación de expectativa ante lo que se va a decir y ayudan a reforzar el mensaje para que se tenga en cuenta en su debida importancia. Ayudan a dar más autoridad al emisor y transmiten confianza a la audiencia. Por si fuera poco, bien empleadas, las pausas dan tiempo a que el público integre el contenido y comprenda bien el significado de lo que el orador está transmitiendo.
#3. Poner las emociones a nuestro favor
Reconectar con nuestro interior y poner a trabajar las emociones en nuestro favor nos ayudará a sintonizar con el público. Ser honestos con nosotros mismos y con los demás es el camino más efectivo para llegar a nuestros oyentes. La empatía, la asertividad, la humildad y la generosidad son grandes aliadas. Dale Carnegie afirmaba que las personas ‘somos criaturas emocionales’, más que seres basados en la lógica.
#4. Conocer a nuestra audiencia
Conocer a nuestra audiencia antes de dar una charla, nos ayudará a enfocarla mejor. Podremos averiguar qué esperan de nosotros, qué contenidos les interesan, qué dudas, preocupaciones o necesidades tienen. De ese modo, podremos dar respuesta a sus inquietudes y haremos de nuestra ponencia algo útil, interesante y motivante.
#5. Práctica, práctica y práctica
El ‘cómo’ y no sólo el ‘qué’ es importante en una charla. A veces, incluso más. Por eso, ensayar y practicar nos dará las habilidades para hacer de nuestra charla una ponencia amena e interesante incluso aunque el tema no sea completamente nuevo. Una nueva manera de explicar algo ya conocido es también una forma de hacer comprender el mensaje desde un nuevo punto de vista. El cómo aporta riqueza a una ponencia.
Practicar mucho nos permitirá también alinear nuestra gestualidad con nuestro mensaje hablado.
Recordemos lo que decía el prestigioso psicólogo Albert Mehrabian, quien afirmaba que el lenguaje verbal sólo un 7 por ciento en la comunicación de emociones y sentimientos. En cambio, un 38 por ciento de la comunicación corresponde al lenguaje paraverbal o vocal (entonación, proyección, timbre, tono, énfasis, pausas, ritmo); y el 55 por ciento restante al lenguaje corporal (gestos, posturas, mirada, movimiento de los ojos, respiración).
La importancia de los elementos no verbales sobre los verbales aumenta cuando son incongruentes entre ellos. No hay nada menos creíble que una charla cuyo contenido no se vea reforzado por nuestro lenguaje corporal. Los gestos conectan con nuestro inconsciente. De forma intuitiva captamos que algo falla, que algo no encaja y desconfiamos del mensaje y de la persona que lo emite.
Es mucha la oferta de cursos y formación en habilidades de oratoria que hay en el mercado. Sin embargo, aprender a utilizar las herramientas no es suficiente. Por eso, los programas Dale Carnegie van más allá y parten de la construcción de una autoconfianza, necesaria para brillar como oradores o ponentes.
Algunas de las cuestiones a tener en cuenta y que nos ayudarán a realizar una mejor presentación o ponencia, son las siguientes. Sin embargo, sólo con el hecho de trabajar previamente en nosotros mismos para hacer aflorar nuestro auténtico potencial, será posible transmitir un mensaje creíble y potente.
Consejos para una mejor presentación
#1. Preparación y ensayo
Las presentaciones en público que mejor funcionan son las que mejor se han preparado. Y ello significa haberles dedicado unas cuantas horas de trabajo. Aunque nos parezca que determinados oradores saben improvisar, incluso esas aparentes improvisaciones han sido ensayadas previamente. Teniendo en cuenta esta premisa nos aseguramos buena parte del éxito.
#2. Buen uso de las pausas y de los silencios
Las pausas y los silencios sirven para tomar mayor control del discurso. Crean sensación de expectativa ante lo que se va a decir y ayudan a reforzar el mensaje para que se tenga en cuenta en su debida importancia. Ayudan a dar más autoridad al emisor y transmiten confianza a la audiencia. Por si fuera poco, bien empleadas, las pausas dan tiempo a que el público integre el contenido y comprenda bien el significado de lo que el orador está transmitiendo.
#3. Poner las emociones a nuestro favor
Reconectar con nuestro interior y poner a trabajar las emociones en nuestro favor nos ayudará a sintonizar con el público. Ser honestos con nosotros mismos y con los demás es el camino más efectivo para llegar a nuestros oyentes. La empatía, la asertividad, la humildad y la generosidad son grandes aliadas. Dale Carnegie afirmaba que las personas ‘somos criaturas emocionales’, más que seres basados en la lógica.
#4. Conocer a nuestra audiencia
Conocer a nuestra audiencia antes de dar una charla, nos ayudará a enfocarla mejor. Podremos averiguar qué esperan de nosotros, qué contenidos les interesan, qué dudas, preocupaciones o necesidades tienen. De ese modo, podremos dar respuesta a sus inquietudes y haremos de nuestra ponencia algo útil, interesante y motivante.
#5. Práctica, práctica y práctica
El ‘cómo’ y no sólo el ‘qué’ es importante en una charla. A veces, incluso más. Por eso, ensayar y practicar nos dará las habilidades para hacer de nuestra charla una ponencia amena e interesante incluso aunque el tema no sea completamente nuevo. Una nueva manera de explicar algo ya conocido es también una forma de hacer comprender el mensaje desde un nuevo punto de vista. El cómo aporta riqueza a una ponencia.
Practicar mucho nos permitirá también alinear nuestra gestualidad con nuestro mensaje hablado.
Recordemos lo que decía el prestigioso psicólogo Albert Mehrabian, quien afirmaba que el lenguaje verbal sólo un 7 por ciento en la comunicación de emociones y sentimientos. En cambio, un 38 por ciento de la comunicación corresponde al lenguaje paraverbal o vocal (entonación, proyección, timbre, tono, énfasis, pausas, ritmo); y el 55 por ciento restante al lenguaje corporal (gestos, posturas, mirada, movimiento de los ojos, respiración).
La importancia de los elementos no verbales sobre los verbales aumenta cuando son incongruentes entre ellos. No hay nada menos creíble que una charla cuyo contenido no se vea reforzado por nuestro lenguaje corporal. Los gestos conectan con nuestro inconsciente. De forma intuitiva captamos que algo falla, que algo no encaja y desconfiamos del mensaje y de la persona que lo emite.
La Solidaridad
Se ha escrito y hecho muchísimo en nombre de la “solidaridad”. Incluso,
algunos han llegado a decir que “ser solidario” es parte del talante chileno,
sobre todo porque nos asoma en momentos de dolor, en terremotos y en las
desgracias más desgarradoras: donde hay infortunio, lo más seguro es que allí
nos encontremos con dos chilenos, uno en adversidad, otro ayudando a quien lo
necesita.
Para qué hablar de la Teletón, que ha cuadrado a nuestros conciudadanos
bajo sus filas durante años y años, pese a las críticas más furibundas en su
contra.
En cada una de estas acciones sociales visibilizamos la solidaridad.
Cuando un país entero se vuelca hacia las personas con discapacidad, o cuando
un grupo de universitarios realiza trabajos que van en beneficio directo de una
comunidad que tiene necesidades materiales y espirituales, hay allí formas
nobles de concretar la solidaridad, es decir, de responsabilizarse por la
suerte de los demás; pero, ¿qué implica “responsabilizarse” por los más
desventajados?, ¿”asistirlos” para que salgan de la pobreza, entregándoles
herramientas para que lo hagan por sí mismos, premiar sus “méritos” con beneficios
de distinta índole, redistribuir la riqueza del conjunto del país entre quienes
no la poseen, reformar las estructuras e instituciones sociales injustas,
cambiando todo lo que sea carente del más mínimo sentido de humanidad?
Todas estas preguntas, legítimas y razonables, revelan que el asunto no
es tan sencillo como parece. Las respuestas exigen una serie de precisiones que
no todos están dispuestos a asumir.
En nuestro país, por el contrario, nos hemos
acostumbrado a hablar de la solidaridad a troche y moche. Cualquier asunto con
olor a “social”, ya es solidario. Y así, usualmente “imponemos” nuestro parecer
por sobre las sensibilidades ajenas ─pasamos “retroexcavadora”─ donde
ciertamente hay injusticias, pero también complejidades políticas, técnicas y
culturales que no se solucionan con payasadas, ni tampoco negando la sal y el
agua a quienes a veces tienen más iniciativa que nosotros.
¿Qué nos exige, en consecuencia, la “solidaridad”
en nuestros días? Reflexión seria: hay tras la palabra “solidaridad” distintos
conceptos y miradas sobre la persona y la sociedad, que requieren ser
ponderadas, interpretadas y analizadas críticamente. La filosofía, la teoría
política o la economía tienen un rol indispensable, que no siempre empleamos
correctamente.
Del Dicho Al Hecho
¿Qué relación hay entre las palabras que decimos y
sus consecuencias, lo que ellas provocan? La forma en que se regula la libertad
de expresión depende de la respuesta.
Estados Unidos tiene una cultura poderosa de
libertad de expresión. Proviene de la Primera Enmienda -"el Congreso no
dictará normas que restrinjan la libre expresión"-, y de la enjundia que
la Suprema Corte ha dado a esa brevedad.
No obstante, en un fallo de 1919 esa Corte
determinó que la libertad de expresión no ampara a quien grita falsamente
¡fuego! en un teatro repleto, causando pánico (Schenck vs. United States).
En ese caso, la relación entre palabra y
consecuencia peligrosa parece evidente. Y el peligro es de tal grado, dadas las
circunstancias, que justifica desconocer la libre expresión del gritón
mentiroso.
En Chile, un proyecto recién ingresado al Congreso
pone de relieve esta relación. Busca castigar a quien "públicamente o a
través de cualquier medio apto para su difusión pública incitare directamente a
la violencia física en contra de un grupo de personas o de un miembro de tal
grupo, basado en la raza, origen nacional o étnico, sexo, orientación sexual,
identidad de género, religión o creencias de la víctima".
El discurso y sus consecuencias. En este caso suele
llamarse "discurso del odio" ( hatespeech ). El proyecto es muy
discutible.
Parece ser un delito de peligro, es decir, no exige
que se produzca el resultado dañino. No es necesario que alguien ejerza
"violencia física" incitado directamente por otro para que este otro
sea castigado: basta la incitación. El que baste esta mera potencia resulta muy
amenazante para la libertad de expresión.
El verbo "incitar" es poco usado en el Código Penal. Un caso se refiere a los que incitan a otros a desconocer sus deberes militares. El otro está pasado de moda, pero es interesante aquí: el que incita a otro a provocar o aceptar un duelo tiene un castigo, solo si el duelo se realiza.
Si el proyecto buscara evitar la violencia física, se podría vincular el discurso incitador al ejercicio efectivo de ella, como en el duelo. Así se logra un objetivo valioso sin hacer pagar el alto costo que sobre la libre expresión impone el mero peligro.
O, incluso, se podría confiar en las reglas actuales de participación criminal, en el sentido de que si se prueba que la violencia física fue directamente incitada por alguien, a este se le puede atribuir alguna forma de autoría en el delito violento.
Pareciera, más bien, que lo que el proyecto realmente persigue es limitar discursos relativos a la raza, origen nacional o étnico, sexo, orientación sexual, género, o religión de la víctima. Además de amenazar la libre expresión, esto plantea otros problemas. Por ejemplo, de coherencia. ¿Por qué solo aplican estos criterios y no, por ejemplo, las convicciones políticas de la víctima, o sus características físicas, gustos culinarios o estéticos?
¿Por qué los criterios se basan en las víctimas, y no en los victimarios? Incitador e incitado podrían ser de una secta que ordena golpear a las personas, sin preguntarse por su raza, sexo o creencias. ¿Quedan fuera del "discurso del odio"?
El problema es que la coherencia exige expandir los sujetos y criterios al infinito, ahogando definitivamente la libertad de expresión.
Por esto, mejor olvidarse del proyecto o pensarlo mejor, conectando más directa y evidentemente las palabras y sus consecuencias.
Como cuando se grita falsamente ¡fuego! en un teatro lleno de gente.
El verbo "incitar" es poco usado en el Código Penal. Un caso se refiere a los que incitan a otros a desconocer sus deberes militares. El otro está pasado de moda, pero es interesante aquí: el que incita a otro a provocar o aceptar un duelo tiene un castigo, solo si el duelo se realiza.
Si el proyecto buscara evitar la violencia física, se podría vincular el discurso incitador al ejercicio efectivo de ella, como en el duelo. Así se logra un objetivo valioso sin hacer pagar el alto costo que sobre la libre expresión impone el mero peligro.
O, incluso, se podría confiar en las reglas actuales de participación criminal, en el sentido de que si se prueba que la violencia física fue directamente incitada por alguien, a este se le puede atribuir alguna forma de autoría en el delito violento.
Pareciera, más bien, que lo que el proyecto realmente persigue es limitar discursos relativos a la raza, origen nacional o étnico, sexo, orientación sexual, género, o religión de la víctima. Además de amenazar la libre expresión, esto plantea otros problemas. Por ejemplo, de coherencia. ¿Por qué solo aplican estos criterios y no, por ejemplo, las convicciones políticas de la víctima, o sus características físicas, gustos culinarios o estéticos?
¿Por qué los criterios se basan en las víctimas, y no en los victimarios? Incitador e incitado podrían ser de una secta que ordena golpear a las personas, sin preguntarse por su raza, sexo o creencias. ¿Quedan fuera del "discurso del odio"?
El problema es que la coherencia exige expandir los sujetos y criterios al infinito, ahogando definitivamente la libertad de expresión.
Por esto, mejor olvidarse del proyecto o pensarlo mejor, conectando más directa y evidentemente las palabras y sus consecuencias.
Como cuando se grita falsamente ¡fuego! en un teatro lleno de gente.
Nuestra Sombra
Cuando nos sentimos atacados, cuando nos molesta algo de alguien estamos
viendo la proyección de nuestra propia sombra
Carl Gustav Jung (1875-1961) psicólogo y médico psiquiatra
suizo, dedicó toda su carrera al estudio de la psique humana. A lo largo de sus
numerosos ensayos fue desarrollando primero, su “Psicología Analítica” y, más
tarde, lo que denominó “Psicología Compleja”. Jung habla de la psique y no de la
mente, porque, según él, la psique abarca todos los procesos de la mente, los
conscientes y los inconscientes.
Entre muchas de sus aportaciones desarrolló el concepto de Arquetipo.
Por definición, un arquetipo es un modelo original, un ejemplo ideal o un
prototipo.
Un símbolo reconocido por todos. Para Jung son la forma que le es dada a
algunas experiencias y recuerdos de nuestros primeros antepasados. De alguna
manera, son como patrones de conducta que se heredan de
generación en generación y que están guardados en nuestro inconsciente.
Si por definición la sombra es inconsciente quiere decir que estamos
sometidos a ella.
Jung define el arquetipo sombra como el aspecto inconsciente de la
personalidad caracterizado por rasgos y actitudes que el Yo Consciente no
reconoce como propios. El inconsciente lucha por mostrarse, pero es reprimido
continuamente por el ego.
La sombra está formada por energía psíquica reprimida
que se proyecta en el exterior. Hay muchas formas de alimentar la sombra.
La más usual es la que conocemos como “luchar para ser bueno”. Por eso
Jung decía “Prefiero ser un individuo completo que una persona buena”.
Podemos decir también que tenemos creencias-sombra que
son las que controlan nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros
comportamientos.
Cada experiencia de la vida es una oportunidad de elegir de nuevo, una
oportunidad de enmendar viejos errores que nos permite crecer, experimentar y
desarrollarnos. En este sentido, Jung nos dice: “las crisis son magníficas
oportunidades para familiarizarnos con la sombra”.
Integrar la propia sombra nos va a permitir
convivir con nuestra luz y nuestra oscuridad. Nos va a permitir ser
lo que somos.
Cada persona tiene su sombra. Una manera de empezar a detectarla es
cambiar nuestro diálogo interno y aprender a distinguir que cuando nos quejamos
de algo o de alguien nos estamos quejando de algo propio.
Por ejemplo, si nos lamentamos de que nadie nos escucha, nos podemos
preguntar si nos estamos escuchando a nosotros mismos y así sucesivamente, nos
invita a reconocer la propia sombra para encontrar nuestra plenitud.
Con Cabeza Erguida
La vida está llena de sorpresas. A veces nos depara
momentos muy tristes, pero en otras ocasiones nos brinda mucha alegría.
Queremos compartir contigo un repertorio acerca de
las mejores frases para reflexionar y levantar el ánimo, en esos instantes en
los que parece que todo es muy complicado. Bien podrían servirte cuando
necesites apoyar a un amigo o incluso, a ti mismo.
“Con la frente en alto debemos vivir, sin dar pie a
nada que nos haga bajar la mirada, en ocasiones podemos tropezar o cometer
errores que nos cuesten mucho, pero siempre está la opción de volvernos a
levantar”
1. Cuando todo en el horizonte se ve demasiado oscuro, no te dejes caer.
Una vez que las estrellas han dejado de brillar, es porque el sol se encuentra
a punto de salir. Mantén tu vista siempre en el cielo con esperanza, pues
llegará el momento en que puedas resurgir de la adversidad más fuerte que
nunca.
2. La diferencias de las consecuencias que sufrimos día a día, es
directamente proporcional a nuestras acciones. Encárgate siempre de crear tu
propio camino, camina ofreciendo lo mejor de ti a quiénes te rodean, pues un
día puede que sea demasiado tarde para cambiar las cosas a tu alrededor.
3. La gente siempre va a decepcionarte, de una u otra manera.
Absolutamente nadie es perfecto, ni siquiera tú mismo. No te aferres a los
errores del pasado que pudieron haber cometido otros, o en las cosas en las que
pudieras haber fallado. Vive el presente y labra tu futuro sin resentimientos y
acepta que todos cometemos equivocaciones.
4. Hay verdades que son aún más dolorosas que los engaños en sí. No
obstante, siempre vale la pena ir por la vida con honestidad. Trata de ser
sincero con la gente que amas, aunque esto signifique decepcionarlos en
ocasiones. Las mentiras pueden resultar reconfortantes en un principio, pero
suelen volverse una carga muy pesada a largo plazo.
5. El pasado es imposible de cambiar. El porvenir en cambio, puede
depender de tus decisiones. No bases tus días en los tiempos que ya han
transcurrido. Piensa en las cosas que te deparan, perdona tus equivocaciones y
continúa tu camino con la frente en alto, pues no hay peor cosa que el estar
encadenado a los sucesos del ayer.
6. Siempre existirán personas que quieran impedir tus triunfos, pero en
ti está la capacidad de impedirlo. No caigas en provocaciones, no cedas ante
los intentos de quebrar tu voluntad ni mucho menos te prestes a escuchar a
quiénes te menosprecian. Las agresiones son el mayor símbolo de la envidia
ajena.
7. Hay momentos en la vida que duran una eternidad y otros, que apenas
persisten por algunos minutos. De ti depende el quedarte con lo mejor de cada
uno de ellos, por más intensos o fugaces que se presenten.
8. De nada sirve esperar a que algo suceda, si no movemos las
circunstancias a nuestro favor. Si tienes una idea, defiéndela ante las
posibilidades del fracaso, pues no hay nada peor que preguntarse, que habría
pasado si tan solo nos hubiéramos arriesgado a intentar algo distinto.
9. Olvidar los instantes oscuros es una tarea muy difícil, que contrario
a todo lo que pudiéramos creer, nunca nos hará del todo bien. La mayor virtud
de los errores y desgracias, es tener presente la importancia de trabajar para
procurar que nunca se vuelvan a repetir. Trata de salir siempre adelante y no
dejes que los hechos del pasado obstruyan tu camino, sin embargo nunca los
olvides del todo, pues hasta en las cosas más dolorosas hay una enseñanza.
El Camino En Que Andamos
En este largo camino de la vida pero a la vez tan
corto, nos encontramos con personas que nos ayudan a construir las vivencias,
personas de toda condición, con sus manías y con sus virtudes, pero que cada
una de ellas es especial en ciertas etapas y, por desgracia, solo unas pocas
estarán a nuestro lado al final del camino.
Aunque muchos piensen que el recorrer este camino
en soledad es algo amargo, tampoco lo es tanto, porque la soledad es un
ingrediente más en la vida de las personas, un ingrediente que nos hace pensar
y madurar y es que, ¿quién no se ha sentido alguna
vez solo?.
Y es que la vida está cargada de sueños, porque soñar es gratis y solo
luchando por el camino se alcanzan esos sueños, porque el que no lucha no gana
y lo puedo decir con la fe que sólo la da la experiencia.
La vida es pasado, presente y futuro y todo ello la conforma, ya que
tengo claro que la vida no está construida con los años vividos sino con las
experiencias disfrutadas, experiencias de todo tipo pero es que eso es lo que
hace a la persona ser como es y yo, por suerte, me considero una buena persona,
que intenta ayudar lo máximo posible a los demás, que no se rinde ante las
adversidades, que lucha, día a día, contras las piedras con las que tropieza,
que si esa piedra le hace caer, se levanta las veces que haga falta y, por
supuesto, soy una persona que comete errores y es que la vida, también, está
cargada de errores, pero errores con los que se aprende a realizarse a uno
mismo.
Las Alternativas
Muchas veces pensamos que estamos en el camino incorrecto, que nos
ocurren cosas que no nos merecemos y que no parecen justas, sin
embargo, no nos damos cuenta que la vida nos pone enfrente aquellas experiencias que
necesitamos para aprender en la vida, para trascender y para seguir
progresando.
Debemos tener la fortaleza en la vida para confiar en nosotros mismos,
tener la valentía para asumir nuestras acciones, las consecuencias de nuestros
actos y dejar de lamentarnos por cada nueva situación que nos toca vivir,
abrirnos al progreso, abrirnos a la oportunidad y el entendimiento y dejar
las quejas a un lado, dejar los pensamientos negativos, dejar
los malestares y las emociones tóxicas, que sencillamente nos limitan y se
convierten en una carga muy pesada para nuestro espíritu.
"La mayoría ve obstáculos; pocos ven objetivos; la historia registra
los éxitos de esto últimos, mientras que el olvido es la recompensa de los
primeros"
Alfred A. Montapert.
Podemos decir de alguna manera, que tarde o temprano se llega ese
despertar de conciencia que nos hace llevar una vida más equilibrada,
serena y armoniosa, sin embargo, si reflexionamos, nos preguntamos cuál es el
camino realmente más simple? el camino de la felicidad o el camino del
sufrimiento?.. Concluir alguna de estas dos alternativas sin revisar a
profundidad lo que pudiera significar no tiene ningún sentido, lo que sí
podemos saber es que cada experiencia que nos toca experimentar, deja una
huella en nuestra alma.
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