sábado, 16 de mayo de 2020

Preguntas Que Permanecen


¿Quiénes somos?, ¿por qué somos lo que somos?, ¿cuál es el significado de nuestras vidas?; son preguntas que nos hacemos con frecuencia cuando intentamos explicarnos un principio que rige el sentido del camino, que vamos recorriendo en el transcurrir de nuestras biografías.

No es fácil proporcionar soluciones a estos, a veces, temidos y laberínticos interrogantes; acudimos a diferentes escuelas, teorías, doctrinas y tratamos también, en meternos dentro de filosofías profundas ambicionando lograr explicaciones que puedan satisfacer o no la curiosidad sobre el perenne interrogante existencial. 

A su vez, acudimos a los temas científicos, a los místicos y a muchas otras lecturas con múltiples doctrinas que nos ubiquen en el marco de la conciencia, para contactarnos con una realidad que pretendería explicarnos el conocimiento del devenir humano.

Propondríamos revisar el tema con el propósito de entendernos como personas que somos, con nuestro fiel y entrelazado universo particular, respetables ante nosotros mismos y ante los demás; somos seres únicos e individualmente sujetos a lo que pensamos de nosotros mismos sin la impaciencia de imponernos propiedades que busquen el ajustar y el mejoramiento de nuestra autoimagen con el fin de ser aceptados por los demás; no es el de forzar cambios en los otros para obtener una satisfactoria reacción y aprobación de nuestro rol en esta vida y así adaptarnos "más sanamente", frente a la buena y generosa voluntad de nuestros hermanos y vecinos. 

Pero tampoco es apremiar, inexcusablemente, cambios en nosotros mismos, como de pronto nos lo han mostrado y enseñado durante casi toda la vida, para lograr una apropiada acomodación para la aquiescencia de los otros.

Consideramos como el eje fundamental de nuestro distintivo personal, aquel del que proviene de la aceptación. La aceptación a nosotros mismos. Es aceptar lo que somos, libres de imposiciones y de resistencias.

Aprender a aceptarnos a nosotros mismos, es ver nuestra vida con serena indulgencia, transformando las tensiones en la sobrada confianza de nuestro espíritu interior.

La aceptación se nutre del amor a lo que somos y a lo que hacemos; es experimentar con toda luminosidad y reconocer con fidelidad nuestra laboriosidad; nadie tiene que hacerlo por nosotros; solamente nosotros podemos ejercer ese don natural.

Aceptación no es resignación. La aceptación es dinámica y funcional; la resignación es abandono. La aceptación viene de adentro, no de afuera; para la aceptación no hay que buscar fórmulas, reglas, normas o manuales con instrucciones y además, como valor agregado, está exenta de ordenamientos; aceptar es como es, en sí misma; porque las cosas son como deben ser.


Es ver la naturaleza con su maleabilidad solemne y su marcha inmortal.
¿Quiénes somos?, ¿por qué somos lo que somos?, ¿cuál es el significado de nuestras vidas?; son preguntas que nos hacemos con frecuencia cuando intentamos explicarnos un principio que rige el sentido del camino, que vamos recorriendo en el transcurrir de nuestras biografías.

No es fácil proporcionar soluciones a estos, a veces, temidos y laberínticos interrogantes; acudimos a diferentes escuelas, teorías, doctrinas y tratamos también, en meternos dentro de filosofías profundas ambicionando lograr explicaciones que puedan satisfacer o no la curiosidad sobre el perenne interrogante existencial. 

A su vez, acudimos a los temas científicos, a los místicos y a muchas otras lecturas con múltiples doctrinas que nos ubiquen en el marco de la conciencia, para contactarnos con una realidad que pretendería explicarnos el conocimiento del devenir humano.

Propondríamos revisar el tema con el propósito de entendernos como personas que somos, con nuestro fiel y entrelazado universo particular, respetables ante nosotros mismos y ante los demás; somos seres únicos e individualmente sujetos a lo que pensamos de nosotros mismos sin la impaciencia de imponernos propiedades que busquen el ajustar y el mejoramiento de nuestra autoimagen con el fin de ser aceptados por los demás; no es el de forzar cambios en los otros para obtener una satisfactoria reacción y aprobación de nuestro rol en esta vida y así adaptarnos "más sanamente", frente a la buena y generosa voluntad de nuestros hermanos y vecinos. 

Pero tampoco es apremiar, inexcusablemente, cambios en nosotros mismos, como de pronto nos lo han mostrado y enseñado durante casi toda la vida, para lograr una apropiada acomodación para la aquiescencia de los otros.

Consideramos como el eje fundamental de nuestro distintivo personal, aquel del que proviene de la aceptación. La aceptación a nosotros mismos. Es aceptar lo que somos, libres de imposiciones y de resistencias.

Aprender a aceptarnos a nosotros mismos, es ver nuestra vida con serena indulgencia, transformando las tensiones en la sobrada confianza de nuestro espíritu interior.

La aceptación se nutre del amor a lo que somos y a lo que hacemos; es experimentar con toda luminosidad y reconocer con fidelidad nuestra laboriosidad; nadie tiene que hacerlo por nosotros; solamente nosotros podemos ejercer ese don natural.

Aceptación no es resignación. La aceptación es dinámica y funcional; la resignación es abandono. La aceptación viene de adentro, no de afuera; para la aceptación no hay que buscar fórmulas, reglas, normas o manuales con instrucciones y además, como valor agregado, está exenta de ordenamientos; aceptar es como es, en sí misma; porque las cosas son como deben ser.


Es ver la naturaleza con su maleabilidad solemne y su marcha inmortal.


viernes, 15 de mayo de 2020

Se Pierde Sin Cultivo


El individuo que por temor u ocio no busca percibir y entender, incumpliendo su obligación de tener un conocimiento propio, se someterá inevitablemente al conocimiento de otro individuo convirtiéndose en su esclavo o en su borrego y es también un delincuente que lesiona de gravedad a la humanidad.

El sentimiento de ser propietario de un conocimiento únicamente oscurece el camino hacia las tinieblas; al contrario, la constante búsqueda del conocimiento es la generadora de la luz que ilumina un poco más el camino del hombre: es menester que el hombre reconozca la pobreza de su intelecto y así estar en condiciones de enriquecerlo.

El proceso para enriquecer el intelecto humano está en ejercitar las facultades de percepción, entendimiento, pensamiento, razonamiento y en otras más con los que la naturaleza dotó al hombre y no en la dogmática creencia en factores ajenos y extraños a su esencia; complementando este proceso enriquecedor con la actitud individual de compartir esa experiencia personal en la búsqueda del conocimiento con otros individuos que a su vez compartían esta misma experiencia.

Este intercambio de conocimientos debe estar dominado por una actitud de duda y de crítica para aproximarse a la certeza momentánea; alejado este intercambio, del dogmatismo que genera una conducta totalitaria por la falsa creencia de ser poseedor de la verdad absoluta e intentar imponerla a los demás individuos y, lejana también, a la permanente tentación del individuo de someterse por la ociosidad y cobardía convirtiéndose en el más ruin de los estados del hombre: el ser esclavo.


El Individualismo

Se dice que una persona es individualista cuando es propensa al individualismo o partidaria de esta tendencia. Así mismo, el individualismo consiste en el pensamiento y la acción independientes, sin depender ni pensar en otros sujetos y manteniéndose ajeno a las normas generales.


Como tendencia filosófica, el individualismo defiende la supremacía de los derechos individuales frente a los derechos de la sociedad y a la autoridad del Estado.

El individualismo, por lo tanto, puede considerarse como una posición filosófica, moral o política. Y aquellas personas que se encuentren dentro de esta forma de entender la vida buscarán satisfacer sus propios objetivos con autosuficiencia e independencia, oponiéndose a las intervenciones externas acerca de sus opciones personales. Por eso están en contra de la autoridad de las instituciones sobre su libertad individual.

Como bien podemos discernirlo por su nombre, el individuo es el centro del individualismo, al igual que ocurre en otras doctrinas como el liberalismo o el anarquismo. Esto significa que el individuo es la unidad elemental de un sistema. Cada individuo (unidad) es diferente y posee sus propias particularidades y capacidades.

Existe otro concepto que se conoce como individualismo metodológico y que es una corriente filosófica que se encarga de estudiar este tipo de vida de una forma profunda. Para quienes se inclinan por este pensamiento, todos los fenómenos sociales pueden explicarse a partir de elementos individuales. En otras palabras: las acciones y creencias de los individuos explican la evolución de la sociedad
.
Individualismo y Egoísmo 
Aunque a simple vista esta forma de vivir puede ser llamativa y auténtica, en general los sistemas intentan doblegar a las personas para que entiendan que pensar por ellas mismas y buscar su propio beneficio es un acto deleznable.

Todo aquello que se acerque al egoísmo se entiende como una falta de solidaridad y compañerismo. No obstante, es necesario decir a favor de esta forma de vivir que las personas individualistas no necesariamente actúan con despotismo: muchas solamente entienden que no pueden relacionarse con el mundo del mismo modo que ve que los demás sí lo hacen y optan por una vida alejada de las conglomeraciones, persiguiendo sus propios sueños sin desear sentirse parte de un grupo.


En este punto podemos decir que el individualismo puede reflejar una ética de la liberación y la autorrealización (si se entiende de forma positiva), o un acto arbitrario de falta de solidaridad (si se realiza de forma despótica y desconsiderada para con el resto de las personas


Lo Emocional


La inteligencia emocional es un término acuñado por los  psicólogos Peter Salovey y John Mayer pertenecientes a la Universidad Yale en 1990 y difundida a todo el mundo por el psicólogo, periodista y filósofo Daniel Goleman en 1996 a través de su libro con el mismo nombre y en inglés “Emotional Intelligence”.

Pero, ¿qué es realmente este tipo de inteligencia? es la capacidad del individuo para identificar su propio estado emocional y gestionarlo de forma adecuado. 

En palabras del mismo Goleman “es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social”.

Existen personas que parece que tengan un don especial aunque no destaquen por su inteligencia académica saben enfrentarse a los cambios en su vida a superar obstáculos y ver las dificultades de la vida como un reto. Estas personas viven bien con los demás y consigo mismas teniendo bien desarrolladas sus habilidades relacionadas con la inteligencia emocional.

Tradicionalmente la medición de la inteligencia y el teórico éxito futuro de las personas se ha basado en el llamado coeficiente intelectual (IQ) que mide el raciocinio lógico, habilidades matemáticas, especiales, la capacidad analítica, etc. Pero desde el estudio del concepto de la inteligencia emocional (IE) el éxito se ha demostrado que también depende en gran medida de la emocional.

Los dos tipos de inteligencia no son opuestos si no que son complementarios. Una persona con un alto coeficiente intelectual alto es analítica y lógica, es frío en la toma de decisiones y utiliza más el hemisferio izquierdo. Por otro lado una  persona con la inteligencia emocional alta se relaciona con facilidad con la gente, le gustan las ideas nuevas, es rápida, espontánea, cree en sus sensaciones, es cálida y utiliza más la parte derecha del cerebro.

La capacidad de cada persona para identificar y gestionar de manera adecuada su propio estado emocional es la clave para optimizar la inteligencia emocional. El desarrollo de esta habilidad afecta de una manera muy positiva a las personas que lo poseen ya que controlan y entienden sus impulsos y facilitan las relaciones con los demás.

Según el propio autor de libro la inteligencia emocional se puede organizar en cuanto a cinco competencias o capacidades fundamentales:
-Conocimiento de las emociones propias: Capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece. El conocimiento de las emociones por parte de estar personas les lleva a dirigir mejor sus vidas.

-Capacidad de controlar las emociones: Habilidad para controlar nuestros sentimientos y utilizarlos en el momento preciso. Ya que no podemos ni evitarlas ni elegirlas.
-Capacidad de motivarse: Saber utilizar el potencial existente en una mismo para conseguir resultados óptimo y no conformarse con la situación actual. Aumenta la productividad y eficacia de las personas.
-Reconocimiento de las emociones ajenas: saber ponerse en el lugar de los demás que se denomina empatía cuya capacidad principal reside en la detección de los sentimientos y pensamientos ajenos que no se hayan expresado verbalmente.
-Aprender a gestionar las relaciones: tener un trato adecuado con los demás, reconocer conflictos y saber solucionarlos.

 Toda la inteligencia emocional va encaminada al control de las emociones que no son otra cosa que impulsos a la acción. Las emociones se pueden conducir hacia el bien o el mal, ser consciente de las emociones es el primer paso para no dejarse arrastrar.

Equidad Social






Equidad, igualdad social y democracia
La agenda económica social está, como siempre, sobrecargada. La necesidad de someterla a una tensión intelectual y política para llegar a un sistema de prioridades ordenadas por la creciente vulnerabilidad social y el desencanto político, debería ser entendida como una condición urgente para la estabilidad constitucional, el entendimiento social y la consolidación democrática; un instrumento por excelencia para darle consistencia a esta tarea es, sin duda, la planeación, que al adoptarse como mecanismo de concertación social le impondría al Estado mutaciones significativas en su estructura administrativa y en su conformación territorial.

Superar nuestro "estancamiento estabilizador", que se ha vuelto en realidad desestabilizador; acompasar la economía al ritmo de los cambios políticos y el reclamo social, supone adoptar nuevas visiones que determinen, productivamente, el contenido y el destino de nuestro desarrollo nacional. 

Tarea que exige un gran despliegue de imaginación política que deje maniqueísmos y retóricas desgastadas, que evite tentaciones regresivas y autoritarias y busque fórmulas político-culturales basadas en propuestas plurales e incluyentes. 

Ello depende en buena medida de que la noción de solidaridad se reconozca como uno de los valores modernos, así como el hecho de que tanto las garantías como el cumplimiento progresivo de los derechos fundamentales sean criterios maestros para evaluar nuestro desempeño como sociedad y Estado nacionales. La hora de la igualdad que la CEPAL proclama, nos obliga a ser capaces de combinar una recuperación valorativa que ponga en el centro objetivos de igualdad, equidad social y democracia con las restricciones y acosos que son propios del proceso de globalización. Éste es el reto de fondo, para la sociedad y para el Estado.

A Sartre se le ha atribuido el dicho de que para que haya lucha de clases se requieren dos cosas: que haya clases y que luchen. 

Parafraseándolo, podríamos decir que para que haya políticas de Estado se requiere que haya Estado... y que haga política.

Sin Límites


nuestra mente; en la medida que disponemos de más variedad y mejores programas mentales mayor flexibilidad de conducta y las probabilidades de lograr el éxito también aumentan.

Voy a tener una entrevista de trabajo, pero en el fondo no me siento completamente seguro, y, a pesar de que deseo obtener el puesto, tengo la sensación de que me van a rechazar. Sin darme cuenta de ello, con mis creencias estoy provocando la situación indeseada. Esos programas deficientes provocan que mi pensamiento pierda fuerza y mi energía se disperse.

Es común sentirse ofuscado queriendo cambiar las circunstancias que nos rodean y no nos agradan. Quejarse, lamentarse sólo provoca resentimiento, frustración e insatisfacción que finalmente desemboca en impotencia. Por el contrario, observar la forma en que nos relacionamos con las circunstancias desidentificados de los hechos y condiciones externas para cambiar en nosotros mismos aquello que nos está impidiendo tener la vida que deseamos, nos proporciona mayor autocontrol.

Cuando la intención está clara, y me encuentro alineado, completamente convencido, cuando mi pensamiento y mis sentimientos son iguales, nada puede pararme. ¿Recuerdas alguna vez en tu vida que quisiste algo, que en su momento pensaste que sería imposible y finalmente lo lograste? Tardará más o tardará menos, a veces los tiempos no son los que queremos, sino los que deben ser. A veces las cosas necesitan un tiempo que desconocemos.


Necesitamos armonizarnos con paciencia, humildad, confianza, fe, generosidad, gratitud, amor y coraje por nuestro propio bien.


La Lengua Escrita


El lenguaje escrito es la representación de la lengua por medio del Sistema de escritura. 

El lenguaje escrito es una invención, en el sentido de que debe ser enseñada, a diferencia del lenguaje hablado o del lenguaje de signos, que son aprendidos espontáneamente por exposición, especialmente en la infancia.

El lenguaje escrito existe solamente como complemento de un lenguaje hablado.

Ningún lenguaje natural es solamente escrito. Sin embargo, muchas lenguas muertas pueden conocerse solo en forma escrita, o pueden continuar usándose por escrito mucho después de que hayan dejado de usarse en comunicación espontánea, cuando se trata de lenguas clásicas o litúrgicos.

Los lenguajes escritos evolucionan más lentamente que sus correspondientes lenguas habladas y, con el paso del tiempo, puede producirse una completa divergencia entre el lenguaje escrito y el lenguaje hablado, lo cual es una forma de diglosia. Sin embargo, en muchos casos se considera que sigue siendo un idioma único, con un registro escrito y una o varias formas de lenguas habladas, tal como ocurre en el idioma árabe actual.

En ocasiones, en cambio, la lengua hablada alcanza un cierto prestigio y toma una forma escrita o lenguaje literario diferente al que le dio origen, momento a partir del cual se considera que ha nacido un nuevo idioma. Tal fue el caso, por ejemplo, del nacimiento del idioma español con los primeros registros escritos del siglo X, en que se daba forma escrita a una lengua hablada desde mucho antes, divergente del latín escrito, que se había conservado relativamente intacto por razones litúrgicas.


Sin prisa pero sin tregua. Y pensar que los grandes proyectos empiezan, muchos de ellos, por pequeños proyectos impulsados por líderes sociales que infunden respeto y ánimo y que poco a poco van creciendo o uniéndose a otros hasta alcanzar una dimensión insospechada que transforma para bien el entorno político, económico y social en donde se desarrollan.


Lo Que Integramos


Los países son tan buenos como buena es su sociedad. Y para que una sociedad sea buena, requiere definir con claridad el país por el que está dispuesta a comprometerse, la forma de lograrlo y la exigencia que esto implica hacia el gobierno en turno, viendo a éste no como un obstáculo insalvable, sino como un aliado indispensable y conquistable ejerciendo, de ser necesaria, la presión indispensable para que atienda los reclamos de la ciudadanía a la que se debe.

Corrupción, palabra mil veces repetida para señalar el daño que causa a nuestra sociedad y que sigue rondando todos los ambientes y rincones de nuestro actuar, en lo político, en lo empresarial y en la sociedad.

¿Cómo transformar los buenos deseos en realidad?
Veamos:

Un gobierno honesto y eficaz

Crecimiento económico que permita la creación de empleos dignos.

Abatimiento drástico de la pobreza y la desigualdad.


Reducción significativa y sin tregua de la violencia.

Paz en todos los ámbitos. En el nacional, en el estatal, en el municipal, en la casa y en la familia.

Una sociedad participativa que exija sus derechos y sea capaz de cumplir responsable y dignamente con sus obligaciones.

Un sector empresarial dedicado en cuerpo y alma a la creación y formación de empresas socialmente responsables que ofrezcan empleos dignos a sus trabajadores.



Trabajadores que exijan sus derechos pero cumplan con excelencia sus obligaciones hacia la empresa que los emplea.

Religiones capaces no sólo de mover los sentimientos de sus feligreses, sino de incitarlos a la acción en beneficio de sus hermanos, así como una educación de calidad comparable a las mejores del mundo y en donde los VALORES, así, con mayúscula, estén en el centro de su enseñanza.

¿Qué necesitamos? Crear redes ciudadanas desde las comunidades vecinales, escolares y gremiales, e integrarnos en proyectos de gran dimensión social que procuren el beneficio de la comunidad y persigan objetivos de gran visión hasta alcanzarlos sin reparar el gran esfuerzo que esto implica. Proyectos locales, de abajo hacia arriba, de los municipios a los estados y a la nación. 

Sin prisa pero sin tregua. Y pensar que los grandes proyectos empiezan, muchos de ellos, por pequeños proyectos impulsados por líderes sociales que infunden respeto y ánimo y que poco a poco van creciendo o uniéndose a otros hasta alcanzar una dimensión insospechada que transforma para bien el entorno político, económico y social en donde se desarrollan.

A Nuestro Alcance


Dentro de ti tienes todos los recursos necesarios para lograr tus metas. Por ejemplo, la constancia, la tenacidad, la paciencia, la capacidad de sacrificio, la pasión… cualidades que acompañan de forma directa a la voluntad en un proceso de superación personal.

La superación personal no tiene límite, es decir, un ser humano puede seguir progresando a nivel de conocimiento y de toma de conciencia a lo largo de su vida. 

Voluntad y conocimiento que son la base de la superación personal, son dos cualidades que diferencian al ser humano del resto de seres del universo. 

La superación personal muestra la capacidad que tiene un ser humano para reflexionar sobre sí mismo, pero lo que es más importante, para actuar de acuerdo a sus valores y creencias. La superación personal tiene una base teórica a nivel de reflexión pero es fundamentalmente práctica.

La superación personal es ese motor intrínseco que a nivel de motivación mueve el corazón humano cuando una persona aspira a ser más sabia, más competente y más capaz. La superación personal remite a ese proceso temporal de cambio en el que una persona sale de su zona de confort para establecer nuevos hábitos y cualidades para mejorar su calidad de vida.

Pasado, presente y futuro definen la vida humana. Pues bien, la superación personal también se entrena en presente analizando los errores del ayer para obtener una experiencia práctica y evitar tropezar dos veces en la misma piedra.

El proceso de superación personal supone dejar atrás ciertos hábitos y creencias irracionales para dar paso a una nueva realidad que refuerce el bienestar personal. Existen recursos especialmente recomendados como el coaching y los libros de autoayuda para reforzar la superación personal.

La superación personal muestra el proceso de crecimiento interior ilimitado que marca la vida de un ser humano desde que nace hasta que muere. Mientras que el paso de los años deja una huella física en forma de arrugas, por el contrario, a nivel interior, los años son sinónimo de experiencia, madurez, riqueza de vivencias y sabiduría.

La superación personal conduce a una persona a ser más feliz. En última instancia, asumir un proceso de este tipo es una decisión personal que nunca puede ser impuesto de forma externa. Es decir, nadie puede ser ayudado si no se deja ayudar, y nadie puede cambiar si no quiere hacerlo.

La superación personal muestra, a nivel humano, que querer es poder y que los límites no están en la realidad sino en la mente.


Pensar Con Criterio

El pensamiento crítico es auto-dirigido, auto-disciplinado, autorregulado
y auto-corregido. Requiere estándares rigurosos de excelencia y dominio consciente de su uso. Implica comunicarse efectivamente, habilidades para la solución de problemas y el compromiso de superar el egocentrismo natural del ser humano.

Deben aplicarse a los elementos del pensamiento:
propósitos, preguntas, puntos de vista, información, conceptos, inferencias e implicaciones.

Y aprender a desarrollar destrezas intelectuales; humildad, empatía, autonomía, integridad, confianza, etc. 

Definición 
“El pensamiento crítico es una forma de pensar de manera responsable
relacionada con la capacidad de emitir buenos juicios. Es una forma de pensar por parte de quién está genuinamente interesado en obtener conocimiento y buscar la verdad y no simplemente salir victorioso cuando está argumentando” 


Pensar críticamente
consiste en un proceso intelectual que, en forma decidida, regulada y autorregulada,
busca llegar a un juicio razonable.

Los pensadores críticos aplican rutinariamente los estándares intelectuales a los
elementos del razonamiento para desarrollar las destrezas intelectuales esenciales.

Claridad 
Exactitud
Precisión 
Pertinencia
Lógica
Amplitud
Profundidad
Estándares intelectuales

Seamos Coherentes


Si quieres encontrar coherencia en la vida, necesitas ser coherente en tus métodos, hábitos y manera de pensar. ¿Qué estás intentando conseguir siendo coherente? Esta es una pregunta que debes hacerte a ti mismo. Con un poco de suerte, en vez de intentar ser un perfeccionista, lo que quieres ser es fiel, honesto, fiable y digno de confianza. Y a la vez, estás buscando que se te devuelva esa coherencia en el camino del Karma.

Se honesto. La coherencia termina con las mentiras y las mentiras tienen su propia vida y pronto se convierten en una red de engaños de la que no podrás escapar. Si eres honesto y no te inventas historias, serás considerado consecuente. Además la vida te parecerá más consistente porque no estarás todo el rato pensando qué decir y qué no decir para no meter la pata.

Disfruta de la rutina. La rutina es la madre de la coherencia y la paz. La rutina es buena para ti, aumenta tu experiencia en la vida anclándote con mundanidades esenciales. No es necesario hacer que todo tu día sea una rutina pero por lo menos tienes que hacer algo que consista en rituales habituales que te calmen, te centren y te satisfagan.

Se organizado. Esto puede parecer una tontería y muy obvio, pero no lo es y no tiene nada que ver con ser limpio. Tiene que ver sobre estar seguro de lo que vas a hacer hoy, mañana y la semana que viene. De hecho, para algunos es incluso saber que vas a hacer en un año o de aquí a diez, aunque aquellas metas tienen más que ver con dirigirte hacia un buen futuro en vez de saber con exactitud qué vas a hacer. Ser organizado elimina los artificios en tu vida y te permite concentrarte en lo que importa. Esto a su vez aporta una gran coherencia.

Se un amigo bueno y firme. Las amistades son una buena manera de obtener coherencia en tu vida pero tienes que poner esfuerzo en ser un buen amigo para tener un buen amigo. Alguien de confianza, alguien que te vea de la misma forma, te servirá para traer coherencia en tu vida.

Se flexiblemente seguro. Puede que parezca raro al principio pero tienes que estar seguro de ti mismo y saber donde quieres ir, pero también ser flexible para darte cuenta de que todos cambiamos, que las circunstancias cambian y que los sueños cambian. 

Si puedes ser flexible con la dirección de tu vida, conseguirás coherencia vayas donde vayas.

Acciones Humanas


Filosofía
Los Actos Humanos
Existen dos tipos de actos, los Actos humanos y los Actos del hombre, ambos son ejecutados por el hombre pero poseen ciertas diferencias:

1. Los Actos Humanos. Son ejecutados consciente y libremente, es decir, en un nivel racional. Son originados en la parte típicamente humana del hombre, es decir, en sus facultades específicas, como son la inteligencia y la voluntad. Estos son el objeto material de la Ética y son los que pueden ser juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la Moral.
2. Los Actos del Hombre. Carecen de conciencia o de libertad o de ambas cosas, un ejemplo claro es por ejemplo la digestión, la respiración, etc. Los actos del hombre sólo pertenecen al hombre porque él los ha ejecutado, pero no son propiamente humanos porque su origen no está en el hombre en cuanto a hombre, sino en cuanto a animal. Estos actos carecen de moral (son amorales) por lo tanto no pueden juzgarse desde el punto de vista moral como buenos o malos, si pueden juzgarse como buenos o malos pero desde otro punto de vista, como por ejemplo el fisiológico.

Cuando se dice que un acto humano tiene un valor moral, se está implicando que este valor moral puede ser de signo positivo o de signo negativo. Trabajar, por ejemplo, tiene valor moral positivo, pero asesinar tiene un valor moral negativo. 

Normalmente hemos designado al valor moral negativo como "inmoral", pero esta palabra, en su etimología, indica más bien un desligamiento del valor moral y los únicos actos que están desligados de los valores morales son los actos del hombre, pero estos ya han sido calificados como "amorales".Todo acto humano tiene un elemento psíquico que también es motivo de una valoración moral, este es el "Fin" o "intención" que es el objetivo o finalidad por la cual se realiza un acto humano, por medio del fin o intención dos actos humanos idénticos pueden diferir notablemente por el autor que realizó cada acto.

La palabra "Fin" tiene varios significados, desde luego no se tomará en cuenta el que se refiere a lo último, lo extremo. La palabra fin significa intención, objetivo, finalidad.

La palabra fin tiene una doble división cuando significa objetivo o finalidad.

a. Cuando significa objetivo, suele considerarse el fin próximo (es el que se subordina a otros), el fin último (no se subordina a ningún otro), el fin intermedio (participa de los dos, o sea, se subordina al fin último y él mismo mantiene subordinado al fin próximo).

b. Cuando hablamos del fin como intención o finalidad, podemos referirnos al fin intrínseco del acto (es el que posee la acción misma de acuerdo a su propia naturaleza) o al fin del sujeto que ejecuta el acto (es el que de hecho intenta el actor de la acción, en algunas ocasiones este fin difiere con respecto al fin del acto).

Otro aspecto que ha estado conectado a la Ética desde los tiempo de Aristóteles es el tema de la felicidad. La felicidad es la actualización de las potencias humanas, es decir, la realización y el ejercicio de a facultades y demás capacidades del hombre. Cuando el hombre pone a funcionar sus potencialidades, la consecuencia natural es la felicidad. Además, éste es el fin propio del hombre. El hombre está hecho para ser feliz. 

Desde el punto de vista de la Filosofía y la Psicología, la felicidad es la consecuencia normal de un funcionamiento correcto del ser humano. Se pueden distinguir tres tipo o niveles de felicidad:

a. La Felicidad Sensible. Es la experiencia de satisfacción y beneplácito a partir de los sentidos.
b. La Felicidad Espiritual. Es superior a la sensible y se obtiene por el correcto funcionamiento de las potencialidades humanas en un nivel suprasensible, como la inteligencia, la voluntad, el amar, la libertad, el arte, las virtudes, etc.

c. La Felicidad Profunda. Proviene del núcleo de identidad personal. Es una felicidad más refinada que las dos anteriores y sólo se percibe cuando el individuo capta su propio núcleo por medio de un conocimiento conceptual y atemático.


jueves, 14 de mayo de 2020

La Mirada Amplia

“Libérate y sal de ti mismo. ¡Fuera es primavera!. Sala la luz como una flor. Sal a la naturaleza, a la vida, a las personas”
Phil Bosmans

Decía M. de Montaigne que es malo vivir encerrado en sí mismo y no ver más allá de las propias narices. Hay que ser como Sócrates, a quien preguntaron por su patria y no respondió: “Soy de Atenas”, sino: “Soy del Mundo”. Sí, ese mundo nuestro que, pasados los años, olvidará a quienes sólo vivieron para acumular riquezas, poseer grandes fincas y ser dueños de extensos territorios, pero siempre aislados dentro de los estrechos límites de su egoísmo. ¿Cuáles fueron los valores morales de estos poderosos que sólo pensaron en vivir para sí mismos? ¿Qué servicios prestaron a la Humanidad?

Hay valores que permanecen, que no mueren con la persona, y uno de ellos es la amplitud de miras, de quienes con espíritu noble y corazón generoso se aplican a la práctica del bien, intentan mejorar las condiciones de la sociedad y ponen todo su empeño en promover el bienestar de la raza humana.
Millones de personas, en estos momentos, caminan por la vida sin un fin concreto por el que valga la pena vivir. Van de acá para allá a merced de los vientos que soplan, del capricho de las modas, de los imperativos de la publicidad y del temor al qué dirán. El ideal de la felicidad se limita al tener, exhibir lo que se tiene y aparentar que se posee todavía más.

Los humanos pueden clasificarse en dos categorías

Los que ponen su meta en la acumulación de bienes materiales, honores, fama y riquezas, sin más horizonte que el tener… Son personas sin ideales, de miras muy cortas y mezquinas.

Los que, movidos por elevadas ambiciones y aspiraciones, con entusiasmo, temple, voluntad y esfuerzo perseverante, viven casi exclusivamente para llevar a cabo acciones nobles. Son las personas con ideales, con amplitud de miras, que se han marcado un objetivo elevado en sus vidas, el objetivo de servir y ser útiles a los demás.

Dice E. G. White: “Acordaos de que nunca alcanzaréis meta más elevada que la que vosotros os propongáis”. Importa, pues, no quedarnos cortos. Sabemos que no vamos a remediar todos los males que padece la Humanidad, que no vamos a terminar con la injusticia social, ni con la pobreza, ni con la violencia, ni con la droga, la delincuencia juvenil o el fracaso escolar, por poner algunos ejemplos, pero nuestras miras han de ser elevadas, universales, esperanzadoras. Poner cuanto esté de nuestra parte y obrar como si de nosotros únicamente dependiera la solución de estos problemas.

AMPLITUD DE MIRAS Y VIDA COTIDIANA

Dar verdadero sentido a nuestra vida se va convirtiendo en realidad a lo largo de nuestra existencia, en la medida en que llevamos a la práctica el propio proyecto personal de crecer y perfeccionarnos desde dentro, encontrando satisfacción en la labor que realizamos, teniéndonos en gran estima y convirtiéndonos en nuestro mejor amigo.

Sólo cuando hemos logrado vivir en paz y armonía interior con nosotros mismos, estamos en disposición de derramarnos sobre los demás, de salir de nuestro caparazón mezquino y miope y elevar nuestra mirada por las altas y lejanas cumbres de la generosidad y del bien común, como actitud, como programa de nuestra vida cotidiana.

¿De qué manera? Haciendo realidad los siguientes principios:

a) Como dice Buscaglia, hay que sentir la propia identidad sabiendo que no es perfecta, pero que está en proceso de creación y de crecimiento. «Siempre pasan meses entre la siembra y la siega».

b) Gozar de la vida en sus múltiples facetas y comprender que la dicha, la felicidad, es una cuestión de interpretación personal, digo más, de elección. Cada pensamiento, cada acción es sobre todo un acto de elección, de interpretación de la realidad presente, sea cual fuere, de forma positiva o negativa. Seamos positivos, sembrando comprensión y esperanza.

c) Lo verdaderamente importante no es el propio interés, sino la cooperación desinteresada y el interés mutuo. «Al perder el interés apasionado por nuestros semejantes, hemos perdido la capacidad de ser felices», subraya A. Montagú.

d) Las acciones de interés social que redundan en provecho de pueblos y comunidades enteras y son de carácter universal producen una felicidad de mayor calidad y la correspondiente valoración positiva de sí mismo.

e) Hemos de convertir nuestra vida en un largo sendero sembrado de amor: a un lado, la aceptación y el amor a nosotros mismos; al otro lado, el amor y la aceptación de los demás.

f) Atinadamente afirma Amando de Miguel que “el truco para alcanzar la felicidad está en fijarse aspiraciones modestas”, refiriéndose a las cosas pequeñas, de cada día, aquellas que para la mayoría de los mortales carecen de importancia. Pero son precisamente estas “aspiraciones modestas”, sentidas y vividas en paz y armonía con nosotros mismos y con nuestros semejantes, las que forman el entramado de base de todo espíritu noble y generoso… ¡con amplitud de miras!




Humildad E Inteligencia


“Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría.”
-Salomón-

Las leyendas e historias populares dan grandes lecciones. Contaba un fabulista famoso que había una vez una rana presumida que rechazó con mucha soberbia a un sapo por considerarlo “poco” para ella. Contaba también que más tarde la rana necesitó de la ayuda del sapo y que, con humildad, se vio obligada a pedirle perdón y a asumir que ella no era más que cualquier otro anfibio.

Lo que le ocurrió a la famosa rana de esta fábula es lo que les ocurre a muchas personas, o lo que puede pasarnos a todos en algún momento determinado de nuestras vidas. Además, están tan acostumbradas a que su actitud sea consentida que no se molestan en disimularla.

Reconociendo que vivimos en una sociedad y que como tal la integran personas de diversa formación, con mayor o menor edad, más constantes o más inteligentes, etc. Con el respeto de unos hacia otros, teniendo en cuenta esas particularidades se puede seguir siendo humilde.

Elogiando las virtudes de los demás de una forma sincera: dice mucho de lo que somos el ser capaces de reconocer las virtudes de los que nos rodean tanto como lo hacemos con las nuestras. No es una forma hipócrita de acercarnos a otros, sino de hacer saber que todos tenemos un valor preciado, ya sea descubierto o por descubrir.

Teniendo en cuenta todo lo dicho, la humildad tiene tanto valor que aquel que la consigue recordará siempre como mantenerla, porque habrá sabido encontrar armonía y paz interior. Además, habrá sabido alejarse de la vanidad y del apego material a las cosas.

La mariposa siempre recordará que fue gusano porque sabe que puede caerse en algún momento del vuelo y, entonces, entenderá que no es lo mismo ser humilde que tener una baja autoestima. La humildad desbordada es muy bonita, siempre que sepamos cuáles son los límites a los que hay que llegar, porque de lo contrario podemos hacernos daño.

La humildad logra que nos perfeccionemos, que sean amables y fraternales con nosotros, que encontremos a gente auténtica que nos quiera de verdad, que valoremos el esfuerzo por conseguir lo que nos hace felices, que huyamos del ego…

“Un hombre debe ser lo suficientemente grande como para admitir sus errores, lo suficientemente inteligente como para aprovecharlos y lo suficientemente fuerte para corregirlos”.
-Khalil Gibran-



La Constante Búsqueda

Filosofía

El Incentivo Constante Por Saber Más
Origen de la Educación Moderna

En la antigüedad, los grandes metafísicos conciben la aprehensión del conocimiento sobre la realidad como un acto natural, producto de las reflexiones que el hombre hace para descifrar sus grandes o pequeñas interrogantes que se presentan en sus diversas realidades.

Por lo que Gorgia y Protágoras en los siglos V y IV a.C., interpelan la realidad del entonces y en consecuencia, Gorgia por un lado, señala que nada existe y que en caso de que algo existiera, no podría ser conocido y suponiendo que pudiera ser conocido, no podría ser comunicado a los demás. 

Y por otro; Protágoras, afirma que la realidad de las cosas es como aparece ante cada quien, ya que, no se puede decir de las cosas como ellas son en realidad, sino como se presentan ante cada quien. Por lo que no se puede emitir un juicio con pretensiones de universalidad, puesto que cualquier juicio es igualmente válido y en consecuencia el hombre sería la medida de todas las cosas. (García, 1979)

Se podría pensar que la realidad a la cual se refiere Gorgia, es al conocimiento como algo mutable; es decir, que no se puede transmitir sin que éste sufra cambios, ya que de alguna manera el conocimiento transmitido despierta una reflexión de los saberes que subyacen en el ser, que en consecuencia lo transforma, según el interés de lo que se quiera.

En otras palabras, el conocimiento, tal cual como lo dice Protágoras, pierde la rigurosidad y concreción de fijarse como un juicio universal sobre determinada realidad, cuando éste es sometido a las diferentes percepciones del pensamiento.
En relación con lo que se viene planteando, Heráclito de Efesio V siglos a.C, de acuerdo a Morente (1983), toma en cuenta los planteamientos de sus antecesores al señalar que todos son complejos y ningunos verdaderos o falsos, puesto que el ser auténtico; es decir, el ser en sí, es todo cuanto cae bajo la percepción humana en cualquier momento en una sucesiva fluencia de cambios.

Para Heráclito el verdadero ser de la realidad, es aquel que a la vez está dejando de ser, para volver a ser en un devenir continuo.

Como se puede apreciar, Heráclito al igual que Gorgia y Protágoras conciben el conocimiento sobre las cosas como algo que se modifica o transmuta según la percepción intuitiva del hombre sobre la realidad del contexto.

En discordancia a los planteamientos filosóficos arriba mencionados, emerge una técnica del pensamiento que pone fin al devenir y los incesantes cambios del conocimiento. 

Es decir, nace la lógica racional como una perspectiva que reduce, por medio de la argumentación del pensamiento, los diversos saberes del hombre a conocimientos inmutables y universales.