miércoles, 10 de junio de 2020

Las Intenciones


En la vida las intenciones sobran, incluso muchos dichos y refranes versan sobre ellas, tenemos miles de intenciones en la vida, los deseos, los anhelos, lo que queremos se convierte en una firme intención tarde o temprano, incluso nos rodean las intenciones y los intereses de los demás, de manera que todo fluye en torno a meras intenciones, buenas y malas, puras o desafiantes, positivas u oscuras, sin la existencia de la voluntad, nunca dejarán de ser solo eso, intenciones.

Cuando establecemos una relación con alguien, cuando perdonamos, cuando decidimos dar oportunidades, no solo a los demás, sino también a nosotros mismos, lo hacemos desde una intención, que principalmente trata de que las cosas funcionen, de que la confianza, la transparencia, la verdad y el amor siempre sean nuestros principales pasos y que puedan permanecer el mayor tiempo posible, sin embargo, si nuestros deseos no van en consonancia con nuestras acciones o simplemente no forman parte de la voluntad de nuestra pareja, difícilmente lograremos llevar esta relación con mayor éxito.

En la vida, la voluntad es el motor conductor y propulsor de lo que queremos alcanzar, del lugar al cual queremos llegar, de nuestras acciones y decisiones y sin voluntad la intención no cuenta, pues dudosamente terminará dando algún fruto si no va precedida por acciones concretas, por deseos genuinos que se manifiesten en hechos.

Es curioso para muchas personas, que algunas relaciones resulten eternas, y no solo eternas, sino que además conserven esa chispa y esa llama que la encendió desde la primera vez y que de alguna manera sigue viva, solemos pensar que irremediablemente las relaciones cambian, para peor desafortunadamente, todo suele enfriarse y aquello que fue más nunca será, pues ocurre que las relaciones que tienden a esparcirse en el camino, son aquellas que pretenden mantenerse puramente de intenciones, son esas relaciones donde la voluntad quedó vencida, por la costumbre, por el cansancio o porque simplemente la emoción fue sorprendida por el desamor, entonces la intención emerge…como único camino de seguir adelante.

El pilar de las relaciones se llama voluntad, para amar, para confiar, para aprender, para vivir intensamente cada segundo al lado de esa persona que nos acompaña y que nos eligió así como nosotros la elegimos, voluntad para desear y ser mejores, voluntad para ser y hacer.

No todo en la vida es color rosa, las relaciones afrontan dificultades, penas, tempestades y situaciones que pueden desequilibrar las cosas en determinados momentos, pero cuando la voluntad en la pareja priva, nada puede ocurrir que no pueda superarse, ninguna herida puede hacerse tan profunda que no pueda ser sanada, la intención de levantarse como pareja, se transforma en acción, el amor es su columna y no hay puentes tambaleantes que cruzar, simplemente la voluntad y la claridad de saber hacia adonde nos dirigimos y con quien queremos estar.

No llenes tu vida de intenciones, sé voluntad, permite que la acción y la fortaleza de esa intención se manifieste, no vivas de intenciones que no tienen largos caminos recorridos, suelen ser tan repetitivas que tarde o temprano te darás cuenta de que para la intención la voluntad no existe, pues cuando la voluntad se hace presente la intención se convierte en una realidad viva y tangible.


martes, 9 de junio de 2020

Mario Benedetti




Poema de Mario Benedetti – "No te rindas"

No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el peso y retomar el vuelo.
No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir los sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor, no cedas.
Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque yo te aprecio, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos, bajar el puente y cruzar el foso, abandonar las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto.
Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos.
Mario Benedetti

Nuestro Pensamiento

“El pensamiento es extremadamente valioso. Uno puede de hecho crear cosas con la mente.

Por ello, vigila cuidadosamente tus pensamientos, pues cada uno de ellos puede crear, literalmente, algo vivo.

Ten en cuenta que cuanto más elevada sea una facultad, más lejos puede llegar. Es posible arrojar algo lejos pateándolo, pero llegará más alto si utilizas tu mano.

Más lejos aún llegarás con tu voz, llamando a alguien que está muy lejos. El oído llega más lejos aún, pues puedes escuchar sonidos como el de un disparo desde una distancia muy grande. Tu vista llega más lejos aún, percibiendo lo que hay en el cielo. Sin embargo, lo más elevado de todo es la mente, que es capaz de penetrar las alturas más excelsas. 

Debes por lo tanto cuidar tu mente por sobre toda las cosas.”


Las facultades intelectuales o superiores de la mente, son aquellas que nos diferencian de cualquier animal. En nosotros los seres humanos, la mente es lo que nos diferencia de los animales. Hemos sido dotados de unas facultades intelectuales que en nuestros sistemas educativos nunca se nos ha enseñado, siendo estas una parte importante y tan elevada de nuestra personalidad. 

Al aprender a usar adecuadamente las facultades intelectuales se obtiene control sobre los pensamientos y los sentimientos.




Filosofía De Descartes

Las Razones De La Razón
LOS RESTOS de René Descartes fueron enterrados en la iglesia parisina de Sainte Geneviève du Mont 16 años después de su muerte. La Revolución Francesa los trasladó al Panteón, pero su tumba se halla hoy en Saint Germain des Prés, junto a esta inscripción en una lápida de marmol: "Tratando en sus ocios invernales de armonizar los misterios de la Naturaleza con las leyes de la matemática, aventuró la esperanza de poder abrir los arcanos de ambas con una misma llave».
El pensador francés había fallecido a sus 53 años por una neumonía en 1650 en Estocolmo, a donde se había desplazado seis meses antes para dar clases de filosofía a la reina Cristina de Suecia. Dice la leyenda que no pudo resistir el esfuerzo de levantarse a las cinco de la mañana en invierno para acudir al Palacio Real a impartir sus lecciones.
Descartes no sólo era un filósofo. Fue un gran innovador en la física, las matemáticas y la geometría de su tiempo, en abierta rivalidad con el joven Pascal, con el que disputó la paternidad de un experimento sobre la presión atmosférica.
Hay dos libros de Descartes que recomiendo porque contienen las bases de la filosofía moderna: 'El discurso del método' y las 'Meditaciones metafísicas', donde se defiende la autonomía de la razón frente a la fe. Ambos textos fueron fundamentales en mi formación juvenil, aunque he tardado muchos años en comprender su dimensión.
La lectura de Descartes, diplomático, soldado y teólogo, resulta hoy más interesante que nunca porque en su obra encontramos la primera apuesta radical por la separación de la razón y de la fe.
Educado en el escolasticismo filosófico del colegio jesuita de La Flèche, Descartes sostiene que la religión no puede interferir en la ciencia, que se asienta sobre la deducción. A partir del 'res cogitans', el pienso luego existo, construye una explicación del mundo basada en la geometría y las leyes de la física. Es en este contexto en el que Cartesius -que solía escribir en latín- habla de las ideas "claras y distintas", que son el sustento de las verdades científicas.
Pero a la vez que rompe con la visión de Santo Tomás de Aquino y levanta un muro entre fe y ciencia, Descartes sostiene que los seres humanos tenemos grabada en el alma la idea de Dios, que es innata. Por tanto, el Ser Supremo coexiste con una actividad de la razón en la que no interfiere. Dicho con otras palabras, el hombre debe leer el libro abierto del mundo, guiándose por el intelecto.
Otros filósofos de su tiempo tuvieron muchos problemas con la autoridad eclesiástica, pero Descartes era sumamente hábil y estaba muy bien relacionado. Jamás fue molestado, aunque sus escritos llegaron a figurar posteriormente en el 'Índex' de libros prohibidos por su carácter librepensador.
Aunque reafirma la existencia de Dios como algo indiscutible, Descartes lo fía todo a la razón. Por eso, fue reivindicado por los ideólogos de la Revolución de 1789 y todavía hoy su nombre se asocia a la tolerancia y la libertad de pensamiento, que un siglo más tarde fueron bandera de la Ilustración.
Descartes me llevó al hábito de analizar los problemas y no dejarme engañar por la apariencia de las cosas. Sus enseñanzas encajaban muy bien con el espíritu de los jesuitas en el que me eduqué en Burgos. Solía pensar entonces que todo lo que podemos observar tiene una explicación racional. Pero hoy ya no estoy tan seguro porque, como escribía Pascal, que llevó una vida marcada por el dolor físico y la adversidad, "el corazón tiene razones que la razón desconoce".


El Derecho De Sufrir


Sufrir significa tomar postura frente al propio dolor y esto equivale a estar ´por encima´ de él.” 

El hombre y la mujer tienen derecho no sólo a la vida, al trabajo, a la alegría, a la paz; tienen, además, un derecho fundamental queiri nadie les puede quitar de ninguna manera y éste se refiere al sufrimiento.

 “Porque en el recto sufrimiento, en el sincero sufrimiento de un genuino destino, se le abre al hombre una suprema oportunidad, más aún, la más grande oportunidad de cumplir su propio sentido y darse plenitud a sí mismo.”   “¡El dolor pertenece a la esfera más íntima y personal del hombre.

¡El hombre no educado por el dolor permanece siempre niño! ¡La última ley de la historia es el sufrimiento!

He aquí por qué el crecimiento, la maduración, el enriquecimiento de una vida humana están ligados al dolor y a la pregunta, ¿por qué sufrir? Tal respuesta no es pronunciada en voz alta, con altivez, con alegría y soberbia, sino que se manifiesta balbuceando, a veces con lágrimas que no siempre son físicas, en el fondo del corazón, en lo íntimo del propio ser. La respuesta que el ser humano sufriente da a la pregunta sobre el porqué del dolor es siempre una respuesta sin palabras. Sin embargo, para Frankl, esa es la única respuesta significativa.

 Y esto es así porque el amor y el dolor se gestan y maduran en el silencio. El amor es la meta última y más alta a que pueden aspirar el hombre y la mujer. La salvación de la persona está en el amor y a través del amor. 

El verdadero amor es el único sentido capaz de dar vida y vida en abundancia.


Sociedad Y Valores


El bien, la verdad, la belleza, la felicidad, la virtud, han sido conceptos que desde el principio de la humanidad han guiado el comportamiento y las aspiraciones de las personas y las sociedades. Los seres humanos han definido sus valores a lo largo de la historia, reflejándolos en las mentalidades colectivas, las leyes y costumbres, la religión y la cultura.

¿Qué son los valores?
Los valores son aquellos criterios que rigen el comportamiento de los seres humanos. La práctica de los valores identifica a un individuo con la manera de estar en el mundo del grupo al que pertenece, afirmando así una determinada concepción de la humanidad.

Las mentalidades colectivas
Todas las actividades humanas, incluidos el lenguaje verbal y los gestos, corresponden a un entorno mental colectivo. Dicho entorno determina las motivaciones, las elecciones y la forma de afrontar las consecuencias de nuestros actos.
Para entender las mentalidades colectivas hay que acudir a las fuentes históricas. El legado de las generaciones pasadas es tan importante como nuestras acciones presentes.

COMPONENTES DE LAS MENTALIDADES COLECTIVAS
Las mentalidades colectivas están formadas por los siguientes componentes:
El racional. Historia cultural e intelectual de las ideas, de la filosofía y de la exploración de la conciencia.

El emotivo. Afectos e impulsos que nos mueven a actuar y a reaccionar.

El imaginario. Representaciones mentales que configuran un mundo interior personal pero compartido por los miembros de un colectivo.

El inconsciente. Aquellos procesos mentales que escapan a la conciencia.

El conductual. Toda la actividad humana es observable según lo que se hace o se dice.

Los valores en las leyes y costumbres
Los valores sociales encuentran su máxima expresión en los códigos de comportamiento que cada sociedad se impone a partir de leyes, usos y costumbres aceptados por la generalidad.

Las religiones y las mentalidades colectivas
Las religiones tratan, por un lado, de responder de una forma concreta a los problemas derivados de la convivencia social, y por otro, de proporcionar a las comunidades unos valores éticos y morales, relacionados con su concepción del mundo.

Las doctrinas sociales de la gran mayoría de las religiones se inspiran en los principios que se desprenden de sus libros sagrados. En el caso del cristianismo, los Evangelios resaltan la importancia de los siguientes principios:
El respeto a la dignidad de la persona.
El amor al prójimo como base de la convivencia.

El bien común y la justicia social como referencia para gobernantes.
Los valores sociales en la literatura y el cine
La lectura sirve para aprender, desarrollar la inteligencia y entretenerse. Las páginas de los libros son también un espejo en el que se reflejan los valores de una época y de una sociedad.

Durante la Edad Moderna, la literatura influyó decisivamente en la formación del sentimiento de identidad de los pueblos europeos, creando una imagen coherente de los mismos y dando lugar al nacimiento de proyectos colectivos
.
La literatura ha sido una potente creadora de imágenes. Mención especial hay que hacer del teatro, que durante siglos tuvo una importancia capital para la constitución del espíritu colectivo de los pueblos. 

Hay que tener en cuenta que hasta finales del siglo XIX la capacidad de lectura era patrimonio de una minoría culta. Además, el teatro se consume colectivamente, frente a la lectura que es un acto individual.

 A partir de la segunda mitad del siglo XX, la imagen (cine y televisión) ha superado como generador e indicador de valores sociales a la palabra escrita. Este medio, relativamente reciente, es un soporte de expresión de valores con una amplia influencia, debido a su carácter masivo.

lunes, 8 de junio de 2020

Moralidad


La moralidad afecta nuestras decisiones diarias, y esas decisiones están dictadas por nuestra conciencia. De nuevo, debemos decidir por nosotros mismos de dónde proviene la conciencia.

Mucha gente tiene la idea de que la conciencia es un asunto de nuestros corazones, que conceptos del bien y del mal, y de justicia están "programados" en cada uno de nosotros.

Esto coincide con los escritos de Pablo, el apóstol, quien señala que hasta aquellos que no creen en Dios, frecuentemente obedecen las leyes de Dios, como aparecen en los Diez Mandamientos: 

"Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos" (Romanos 2:14-15).


De nuevo, aquellos que no creen en Dios se quedan con la única conclusión posible a que pueden llegar - que nuestras decisiones están basadas únicamente en nuestra necesidad de sobrevivir. 

Lo que llamamos nuestra conciencia, entonces, estaría basada en nuestro comportamiento adquirido, en vez de ser parte de un diseño divino.



El Ser Cultivado


Cada año parece que necesitamos más la llegada de las vacaciones. Las prisas y la acumulación de tareas es una constante en el hombre y la mujer actual. La acción, el movimiento, el ruido se ha convertido en compañeros de viaje inseparables en nuestro quehacer diario
.
Sin embargo, las doctoras Montserrat Noguera y Padma Solanas, autoras de «La fuente de la salud» advierten que hay que cultivar el silencio interior, convertirlo en un hábito y practicarlo a diario. Se puede hacer «cómodamente sentados, por ejemplo, o bien al caminar de una forma consciente. También la contemplación de la belleza y la grandeza de la naturaleza es una forma inmejorable de hacerlo».

Otra forma de cultivar el ser es educar el sentido del asombro «que yace adormecido en nuestro interior ante la predecible tiranía de la cotidianeidad. En cierta manera —matizan— la felicidad del ser humano está íntimamente vinculada a la capacidad de asombro» porque la mirada rutinaria de las cosas nos enferma».

En su opinión estamos hiperestimulados, de ahí que se hable del síndrome del agotamiento profesional, «burn out», una patología severa relativamente reciente que está estrechamente relacionada con el ámbito laboral y el estilo de vida que se lleva. «Pagamos un altísimo precio por dicho ritmo trepidante de vida, la salud y nuestra felicidad.
Es preciso que haya una gestión natural del estrés».

Atribuciones Causales

Weiner desarrolló la teoría de la atribución para explicar la asociación entre la inferencia causal y éxito y el fracaso académico. Para ello se centró en identificar las diferencias en las necesidades y rendimiento de las personas cuando piensan en sus éxitos o fracasos.

El modelo motivacional de Weiner (1986) explica la conducta de logro mediante las atribuciones causales percibidas por las personas en resultados de logro anteriores. Dicho de una manera más sencilla, el éxito estaría relacionado con cómo las personas han explicado sus éxitos anteriores.

Esta teoría relaciona las expectativas para el futuro con la estabilidad de las atribuciones realizadas. Así, las atribuciones más estables sostienen las expectativas de obtener el mismo resultado en el futuro, mientras que las atribuciones más inestables producen cambios de las expectativas sobre el resultado futuro.

Así, si pensamos que nuestro éxito se debió a un momento de inspiración supondremos que la probabilidad de repetirlo es menor que si suponemos que se produjo porque somos personas inteligentes. La inspiración va y viene, la inteligencia está “siempre con nosotros”.

Harol Kelley aborda el estudio de la validez atributiva para explicar cómo deciden las personas que sus impresiones sobre un objeto son correctas. Según el modelo de variación de Kelley, las personas hacen inferencias causales para explicar por qué otras personas se comportan de una manera determinada.

Esta forma de realizar atribuciones tiene que ver con la percepción social y la autopercepción. Según este modelo, las causas de un resultado se pueden atribuir a la persona (interno), al estímulo (externo), a la circunstancia o a alguna combinación de estos factores.

Criterios y atribuciones

Así, las atribuciones se hacen sobre la base de tres criterios: consenso, carácter distintivo y consistencia.

Consenso: existe “consenso” cuando todas a la mayor parte de las personas responden frente al estímulo o situación, de igual modo que la persona observada.

Carácter distintivo: cuando la persona observada responde de forma distinta a otros estímulos o situaciones similares.

Consistencia: cuando la persona responde siempre de la misma forma o parecida al estímulo o situación considerada.

Así, en función de estos tres parámetros, estableció tres tipos de atribuciones.

“Consenso alto/distintividad alta/consistencia alta”: es propio fin de la conducta el que hace que la persona actúe así.

“Consenso bajo/distintividad baja/consistencia alta”: son las características personales las que hacen que la persona actúe así.

“Consenso bajo/distintividad alta/consistencia baja”: son las circunstancias que rodean a la decisión las que hacen que el sujeto actúe así.

Sea siguiendo un modelo u otro, lo cierto es que ninguna persona se priva del “placer” de intentar darle una explicación a su conducta y a las de los demás. Esto es así porque hacer bien esta tarea nos da una gran ventaja para operar en el mundo, ya que entendemos que una atribución correcta nos hará ser más hábiles a la hora de predecir resultados y acciones.


El Planteo De Viejos Mitos

El trepidante y a la vez fascinante siglo XX recién terminado, ha supuesto para Occidente una oportunidad única de enfrentarse a tabúes ancestrales, los cuales estaban basados en una percepción de la realidad condicionada por conceptos religiosos o socioculturales que ejercían una nefasta influencia a la hora de vivir fluidamente tanto las relaciones humanas (el tabú de las razas y el racismo), como las relaciones amorosas (el tabú del sexo) las relaciones sociales (el tabú de las clases sociales superiores o inferiores).
Con la incorporación de la Carta de los Derechos Humanos y su lenta pero progresiva integración en la vida cotidiana, se han ido enfrentando y aboliendo las distintas barreras culturalmente establecidas en torno a las discriminaciones por raza, sexo o religión. Y, aunque queda aún mucho camino por recorrer y existen reductos anquilosados y anclados en ideas del pasado, el conjunto global de la población intenta ir en la buena dirección. Pero, sin que seamos muy conscientes de ello y a pesar de todos los grandes logros sociales y culturales de las últimas décadas, sigue existiendo un tabú que a Occidente le cuesta enfrentar. Nos referimos al tabú de la muerte.
La sola mención de la palabra muerte pone nerviosas a la mayoría de las personas. Ello se debe en gran parte, a que nuestra sociedad actual está centrada en unos modelos de éxito y belleza asociados a estereotipos de juventud. Vivimos de espaldas a la muerte, procuramos vivir como si esa realidad cotidiana no existiera, y tal vez la tememos tanto porque lo ignoramos todo acerca de ella. Lo curioso de este paradigma, es que lo ignoramos todo en torno a la muerte porque el propio miedo que nos provoca pensar en ella, nos lleva a vivir como si no existiera.
Este miedo visceral está anclado en lo más íntimo de la mayoría, debido en parte a la creencia de que, tras la muerte del cuerpo físico ya no hay nada más, acaba todo, no nos espera nada, …negro, …vacío, …punto final. Tan limitativa concepción de la realidad contrasta con los testimonios positivos que nos describen quienes han estado cerca de la muerte y, sobre todo, de la mayor parte de quienes han vivido una experiencia de muerte clínica temporal y han vuelto a la vida.
Pero, antes de ahondar en tales experiencias, conviene investigar en las razones que nos hacen creer que la muerte es el punto final de la vida o de la conciencia. Hay dos factores dominantes en el arraigo de tal creencia. Por un lado tenemos los condicionantes religiosos, empeñados en vendernos unas imágenes de resurrección de los cuerpos en un cielo concebido como un paraíso eterno, o en su opuesto, un infierno también eterno, los cuales nos resultan un tanto folclóricos, trasnochados y poco creíbles por parte de la sociedad actual, más culta y razonadora.
El otro factor de negación, está estrechamente ligado a ese exceso de racionalismo impuesto por una cultura “científica” y cientifista, en la que los dioses de la religión han sido suplantados por los dioses del laboratorio, las ecuaciones matemáticas o la tabla periódica. “Todo lo que no puede ser probado en el laboratorio de forma objetiva y racional, simplemente no existe”.
Por suerte, desde la década de los 70, numerosos investigadores y científicos serios y respetables se atrevieron a abordar la espinosa cuestión de las experiencias cercanas a la muerte que relataban numerosos pacientes de hospitales o personas que habían padecido un accidente o un infarto, el cual les había llevado a permanecer clínicamente muertos durante unos instantes, varios minutos e incluso algunas horas en casos muy espectaculares.
Tras analizar miles de testimonios de experiencias cercanas a la muerte o de muertes clínicas temporales, se constató una serie de patrones comunes, que fueron observados tanto por la conocida doctora en psiquiatría Elisabeth Küblker Ross, como por el popular psicólogo Raymond Moody autor del célebre libro Vida después de la vida y muchos otros investigadores. La mayor parte de quienes han tenido el valor de relatar sus experiencias nos cuentan sus cambios de percepción y conciencia que experimentan, siendo frecuente el verse sorprendidos flotando fuera del cuerpo y observando lo que sucede a su alrededor en el preciso momento en que su corazón dejó de latir. Muchos se descubren deambulando por el quirófano, las salas del hospital o el lugar del accidente, o visitando a sus seres queridos, que en esos momentos están a muchos kilómetros de distancia. Son numerosos los casos que hablan de sentir cómo se elevan y se ven atravesando un oscuro túnel, al final del cual aparece una brillante y majestuosa luz que les llena de paz, amor, felicidad y plenitud, o se hallan junto a seres queridos y familiares que han muerto con anterioridad o en el mismo accidente, aunque la persona no lo supiese.
Algunos viven experiencias místicas y trascendentes, notando una comprensión del porqué de todas las cosas y una expansión de conciencia que les resulta muy difícil de explicar una vez regresan de nuevo a la vida física. La mayoría aceptan mal que cuando estaban en la luz les dijeran que tenían que volver, porque su tarea, misión o trabajo en la Tierra no había acabado. Algunos se resisten a volver y se les tiene que recordar lo que aún les queda por hacer aquí. Lo más trascendente de estas experiencias, suele acontecer cuando el corazón empieza a latir de nuevo y estas personas recuperan su conciencia unida al cuerpo físico.
A partir de la experiencia, la mayoría tienen una visión de la realidad más amplia, menos condicionada por factores sociales, religiosos o culturales, son más espirituales aunque menos religiosos, les cambia la percepción del tiempo y del espacio, siendo frecuente que abandonen el hábito de llevar reloj. Al parecer encuentran un mayor sentido a sus vidas y empiezan a interesarse más en la ayuda a los demás y en la mejora de la sociedad o del medio ambiente, que en cuestiones personales y egoístas. Pero, sobre todo, la experiencia les supone el perder para siempre el miedo a la muerte.
Muchos médicos y científicos reduccionistas insisten en que tales experiencias son provocadas por sustancias alucinógenas que genera el cerebro ante el fuerte choque que supone la parada cardíaca o la muerte clínica o por la falta de riego sanguíneo o de oxígeno en el cerebro. Pero la minuciosa investigación llevada a cabo por prestigiosos médicos, como el pediatra clínico americano Melvin Morse o el cardiólogo británico Sam Permia, han constatado que esa hipótesis no puede explicar el conjunto de las experiencias cercanas a la muerte y, a raíz de sus investigaciones, se aventuran a afirmar incluso el haber constatado algo tan trascendente como que: “la conciencia sobrevive a la muerte del cuerpo físico”.




Nobleza Obliga

 “Libérate y sal de ti mismo. ¡Fuera es primavera!. Sala la luz como una flor. Sal a la naturaleza, a la vida, a las personas”
Phil Bosmans

Decía M. de Montaigne que es malo vivir encerrado en sí mismo y no ver más allá de las propias narices. Hay que ser como Sócrates, a quien preguntaron por su patria y no respondió: “Soy de Atenas”, sino: “Soy del Mundo”. Sí, ese mundo nuestro que, pasados los años, olvidará a quienes sólo vivieron para acumular riquezas, poseer grandes fincas y ser dueños de extensos territorios, pero siempre aislados dentro de los estrechos límites de su egoísmo. ¿Cuáles fueron los valores morales de estos poderosos que sólo pensaron en vivir para sí mismos? ¿Qué servicios prestaron a la Humanidad?

Hay valores que permanecen, que no mueren con la persona, y uno de ellos es la amplitud de miras, de quienes con espíritu noble y corazón generoso se aplican a la práctica del bien, intentan mejorar las condiciones de la sociedad y ponen todo su empeño en promover el bienestar de la raza humana.
Millones de personas, en estos momentos, caminan por la vida sin un fin concreto por el que valga la pena vivir. Van de acá para allá a merced de los vientos que soplan, del capricho de las modas, de los imperativos de la publicidad y del temor al qué dirán. El ideal de la felicidad se limita al tener, exhibir lo que se tiene y aparentar que se posee todavía más.

Los humanos pueden clasificarse en dos categorías

Los que ponen su meta en la acumulación de bienes materiales, honores, fama y riquezas, sin más horizonte que el tener… Son personas sin ideales, de miras muy cortas y mezquinas.

Los que, movidos por elevadas ambiciones y aspiraciones, con entusiasmo, temple, voluntad y esfuerzo perseverante, viven casi exclusivamente para llevar a cabo acciones nobles. Son las personas con ideales, con amplitud de miras, que se han marcado un objetivo elevado en sus vidas, el objetivo de servir y ser útiles a los demás.

Dice E. G. White: “Acordaos de que nunca alcanzaréis meta más elevada que la que vosotros os propongáis”. Importa, pues, no quedarnos cortos. Sabemos que no vamos a remediar todos los males que padece la Humanidad, que no vamos a terminar con la injusticia social, ni con la pobreza, ni con la violencia, ni con la droga, la delincuencia juvenil o el fracaso escolar, por poner algunos ejemplos, pero nuestras miras han de ser elevadas, universales, esperanzadoras. 

Poner cuanto esté de nuestra parte y obrar como si de nosotros únicamente dependiera la solución de estos problemas.

domingo, 7 de junio de 2020

Socialmente Integrados

El ser humano vive en sociedad, forma parte de un sistema. Dicha integración social potencia la autoestima personal y eleva el bienestar individual de quien se relaciona con los demás. Sin embargo, existen situaciones en las que las personas pueden estar en riesgo de exclusión social.

Por ejemplo, la precariedad económica puede estar vinculada con la exclusión social. Desde este punto de vista, existen profesionales como los trabajadores sociales e instituciones específicas que trabajan ofreciendo una ayuda concreta a esas personas que están en riesgo de exclusión.
Convivencia social
Esta ayuda tiene un doble beneficio ya que no solo sirve de ayuda para las personas vulnerables que están en riesgo de quedar fuera del sistema sino que se trata de un beneficio social para todos ya que el bienestar individual de las personas suma bienestar al conjunto.

La sociedad no es una entidad estática sino dinámica, los elementos que componen la sociedad están en constante evolución. Desde este punto de vista, puede suceder que una persona que ha formado parte de una familia acomodada esté en riesgo de exclusión en un momento de su vida como consecuencia de un problema económico o un problema personal.

La integración social tiene como objetivo potenciar a las personas en el desarrollo de su propia autonomía. Desde este punto de vista, se ha avanzado mucho en la integración de personas que sufren algún tipo de discapacidad. Esta integración social también mejora la convivencia de todos armonizando los intereses de cada una de las partes.

Atender al factor humano
Uno de los aspectos más importantes para la integración de las personas en la sociedad es el trabajo. Por ello, en tiempos de crisis económica, el riesgo de exclusión de aquellos parados de larga duración aumenta. La integración social apuesta por la atención a las personas, es decir, por priorizar el factor humano analizando los recursos que se necesitan para actuar en una situación de ayuda.

Los profesionales que trabajan en este sector analizan un perfil específico de personas en riesgo de exclusión social con el objetivo de minimizar las opciones de vulnerabilidad en la sociedad actual.




Potencia Tu Entorno


Si quieres hacer dieta convendrá que llenes tu nevera de alimentos adecuados. Si quieres  meditar te ayudará tener un espacio en tu casa donde puedas estar tranquilo y en silencio. Si tienes que superar un examen te será útil una mesa ordenada donde colocar solo lo necesario para estudiar sin distracciones. O si quieres hacer deporte tendrás que guardar tiempo en tu agenda para ese fin.

Estos son solo algunos ejemplos para mostrarte  que además de contar con tu entusiasmo y fuerza de voluntad, que a veces pueden flaquear, puedes  contar con tu entorno si sabes transformarlo en un factor colaborador.  

El entorno te influencia y tú puedes moldearlo para que, a su vez,  te moldee positivamente. Se trata de diseñarlo en forma tal que te apoye en tus propósitos, sosteniendo tu motivación y ayudándote a minimizar esfuerzos y optimizar rendimientos. Te propongo nueve pasos que te ayudarán en este empeño:

1.- Cada objetivo tiene su entorno ideal así que una vez que tengas claro lo que quieres lograr puedes empezar preguntándote: ¿cómo sería un entorno colaborador para este asunto? En general, un buen entorno es cualquier aspecto de tu vida que funcione como estructura de apoyo para tus propósitos. Puede tratarse de personas que te den soporte, tecnología que te facilite la vida, programas que te ayuden a sistematizar procesos y crear hábitos, espacios que te inspiren, formación que te ayude a evolucionar o grupos con intereses similares que refuercen tu motivación, por ejemplo.

 2.- Concreta los recursos que consideras más necesarios. Crear un entorno colaborador es como formar un equipo para que no tengas que depender solo de ti mismo. Por ejemplo, si te has propuesto pensar más positivamente y quieres repetir, cada cierto tiempo, palabras que te aportan un enfoque constructivo, sería muy estresante tener que recordar los momentos programados para hacerlo. Pero si activas alertas en tu móvil, podrás relajarte confiando en que te avisará puntualmente cuando llegue el momento de repetir tu frase inspiradora.

3.- Encuentra las diferencias: Una vez que hayas repasado todos los elementos que podrían transformar lo que te rodea en un entorno colaborador, pregúntate: ¿qué diferencias presenta esta visión con mi entorno actual? ¿qué cambios serían los más determinantes? ¿Cuáles son los que ya puedo llevar a cabo?

4.- Descubre los entornos nocivos: Quizá te des cuenta que algunos de tus entornos actuales no solo no son colaboradores sino que contribuyen a frenar tu avance. Empieza por atender esas áreas. Y cuando tengas bien claros los cambios que quieres realizar, haz una lista, prioriza los más urgentes y pasa a la acción. Si quieres dedicar un tiempo a estudiar y en tu hogar no hay espacio para concentrarte sin interrupciones, estudia en la biblioteca más cercana. Si estás haciendo dieta y te resulta difícil seguirla comiendo con tus compañeros de trabajo, aprovecha para caminar hasta algún parque y come allí.

5.- Mucho de lo que te rodea puede convertirse en un entorno favorable para la consecución de un determinado objetivo. Si al mirar a tu alrededor piensas que nada puede apoyarte, repasa otra vez lo que necesitas,  coméntalo con tu familia, amigos o profesionales que puedan ampliar tu punto de vista   Observa otros entornos y los beneficios que les aportan a personas con necesidades similares a las tuyas. 

6.- En ocasiones resulta difícil superar las resistencias  ante el cambio. Te puede resultar tranquilizador empezar por detectar, valorar y agradecer  primero lo que ya funciona bien y establecer mejoras sobre ello. Quizá no necesitas un armario nuevo pero te puede resultar más efectivo otro sistema de ordenar tu ropa en su interior  o cambiar la ruta de paseo con tu mascota puede ser la oportunidad para hacer más ejercicio físico o usar Internet para revisar las ofertas antes de hacer la compra mensual en tu supermercado preferido  te ahorraría dinero, por ejemplo.  Empezar simplemente mejorando algunas áreas puede lograr una gran transformación del conjunto y un aporte de confianza para emprender cambios más drásticos
.
7.- Conviene, además, que diseñes entornos sostenibles que no necesiten, para mantenerlos,  más esfuerzo que el que te ahorran.  Si decides hacer cambios en tu terraza para convertirla en un espacio más acogedor pues quieres tener más momentos de tranquilidad al aire libre, procura que el cuidado que requieran las plantas y el mobiliario que escojas no reste demasiado tu tiempo de relax.

 8.- No te olvides de evaluar: Para detectar estos errores de cálculo conviene que tras implementar un cambio evalúes su rendimiento en relación a lo que querías obtener al aplicarlo. La evaluación también te ayudará a que la inercia no te lleve de vuelta a las antiguas situaciones o costumbres.

9.- Diseñar paso a paso y rediseñar: Recuerda que la creación de nuevos hábitos requiere esfuerzo hasta que no están consolidados y empiezan a aportarte seguridad y beneficios.  Por lo tanto,  puede resultar conveniente ir paso a paso en vez de afrontar muchos cambios a la vez. E ir rediseñando conforme afrontas distintos retos que suponen diferentes necesidades.


Lo importante es que contemples la posibilidad de perfeccionar tu entorno para transformarlo en un sistema que te permita descargarte obligaciones, que te sirva de filtro ante posibles distracciones,  que te refuerce en tu motivación y te apoye con efectividad en tu camino.  

¡Harás más con menos esfuerzo y la vida te resultará más fácil!
                                                                                                             

El Sueño De La Vendimia


EL SUEÑO DE LA VENDIMIA
De las altas cumbres 
desciende el agua 
abrazando el rumbo de las acequias 
río de amor vendimiado 
padre de la cosecha 

Madre de las uvas 
gredosa y tierna 
es la tierra mía gestando el vino 
rayo de sol, su corazón 
canta por el racimo 

Mientras el sonido de las guitarras 
desperezan cuecas en su alegría 
ebria de luz pinta la vid 
el viento de la vida 
sembrador de penas, pasó el granizo 
deshojando el verde de las hileras 

Quién fuese azul 
para encender cielos de primavera. 
por las alamedas de la vendimia 
alumbrando el vino se va febrero 
plena y frutal inmensidad 
sueños de sus labriegos
 Mercedes Sosa

sábado, 6 de junio de 2020

Las Garras Del Consumo

En los países desarrollados dónde las personas tienen acceso a innumerables ofertas de la más variada gama que podamos imaginar, dónde la única limitación la constituye el nivel de ingresos del individuo o su núcleo familiar, existe una creciente preocupación por intentar orientar a las personas a que puedan ordenar sus finanzas y de esta manera balancear su frenético ritmo de gastos con los ingresos que obtienen.

La sociedad en términos generales cuida su crédito porque, sin él, literalmente desaparecen las oportunidades de todo tipo, que a diario se ofrecen, para aquellos que encuadran dentro de la definición de buenos pagadores.

La crudeza de esta realidad nos indica, que, si una persona no tiene crédito, por mas efectivo que maneje, sencillamente no existe, la ausencia en los registros de las controladoras de crédito y el hecho de no tener antecedentes en la materia les impide el acceso al sistema de tal modo que la persona solo podrá moverse dentro de las limitaciones de su poder adquisitivo en efectivo, no podrá contar con ninguna otra alternativa bajo ningún concepto.

Eso para una sociedad de alto consumo es una razón más que suficiente para que se busque, por todos los medios, mantener una conducta crediticia confiable.

No obstante, ante la tentación creciente de ofertas verdaderamente increíbles, es muy común vivir al filo de la navaja, al borde del abismo, contrayendo compromisos de pago que no pueden ser cubiertos en las fechas previstas de amortización, ocasionando altos costos adicionales por concepto de intereses y las consecuentes restricciones en la concreción de nuevos créditos en el futuro, los cuales si los obtienen, serán en condiciones desventajosas con relación a los obtenidos anteriormente.

Esta situación ha llevado a crear verdaderas crisis de relacionamiento en los núcleos familiares, siendo una de las principales causas de ruptura de esos vínculos.

El exceso de consumo está considerado como una verdadera plaga y es motivo permanente de atención por las autoridades de gobierno así como de agentes sociales y predicadores de todas las religiones.

Una sociedad desarrollada está orientada al consumo al punto de no concebir otro medio de subsistencia, la sociedad de consumo pregona el concepto del hombre de pie,

seguro de si mismo, capaz de producir bienes y servicios que redundarán en mayores ingresos, ingresos que se volcarán nuevamente al mercado a través de ofertas de bienes de consumo, seguros de vida, inversiones, viajes de placer, etc. etc.

Si en estas sociedades existieran economistas como los que pululan por nuestros medios subdesarrollados, que pregonan la contracción del consumo, para generar recursos para el pago de deuda externa y atender las necesidades del Estado, no sólo serían tratados de ignorantes sino que les dirían: Señores, el hombre debe estar de pie, confiado en si mismo, capaz de producir bienes y servicios, de obtener un ingreso digno y gratificante el cual volcará nuevamente al mercado, esa es la fuente de la inversión, la inventiva, allí están los nichos de mercado ha satisfacer los cuales darán ritmo a la creatividad de los empresarios y medios de difusión, el hombre con capacidad de consumir es la vida de todo el sistema.

La persona sin trabajo y sin un salario digno es un miserable, un esclavo, un demente enchalecado con el mas siniestro de los chalecos de fuerza, el chaleco económico, impuesto por los popes del sistema, los que son guiados por los que viven fuera de la caverna, los creadores de la Biblia económica para aplicación en los países que deben mantenerse a toda costa sometidos y dependientes.

No es de extrañar que se escandalicen cuándo hablamos de estas cosas, no estamos saliendo del libreto autorizado, decir que la política económica y la fiscal, son herramientas que deben estar subordinadas a la política social, para ellos es una herejía, pero nuevamente reafirmamos, la economía es una ciencia social, sus principios están íntimamente relacionados con el resto de las ciencias sociales, su razón de ser es la sociedad en la cual está inserta, el éxito de su aplicación se mide en la calidad de vida de los habitantes de esa sociedad, cuando sus resultados se miran con beneplácito por otros lares, sabremos a ciencia cierta a quién representan y sirven.

Como puede apreciarse existe una marcada diferencia entre las políticas económico-sociales aplicadas en el mundo desarrollado y las medidas que se implementan en nuestro medio, diferencias que asocian subdesarrollo a subordinación y dependencia.

Meditar sobre estos temas nos ayudará a comprender el altísimo costo social que soportan los países que padecen las recetas de los chalecos económicos, recetas que son concebidas para aplicar en el mundo subdesarrollado pero que son inadmisibles e impracticables en el mundo desarrollado, ¿ por qué será ?.

Ilusionados


Para algunos, las ilusiones siempre son falaces espejismos, como las aguas de los manantiales que engañan al sediento durante su andar por el desierto. O los cantos de sirena que tientan al astuto Ulises en la Odisea, una de las obras maestras de Homero.

“Quien vive de ilusiones, muere de desengaño”, se les oye decir, aunque no necesariamente con mala fe. Es una sentencia recurrente, con sabor a frustración, que intenta ubicarnos en medio de una realidad solo validad para las ciencias exactas, sin tener en cuenta que muchas veces —cito a Ernesto Sábato— “en la vida, la ilusión, la imaginación, el deseo y la esperanza cuentan más”.

No pretendo despojar de su valor a las ciencias exactas, pues no estaría actuando dentro de mis cabales; pero vivo convencido de que sus virtuosos maestros alguna vez fueron blanco de la ilusión y soñaron con ser grandes matemáticos o físicos. Lo lograron porque lucharon y, a golpe de perseverancia y genialidad, hicieron realidad sus anhelos. Sus ilusiones nunca desembocaron en la mar del desengaño
.
El caminante del desierto es víctima de una ilusión óptica con apariencia de realidad. Yo hablo de todo lo contrario, de la realidad que le abre paso a la ilusión, a las esperanzas positivas y sueños realizables. Hablo de las ilusiones del corazón. Pero éstas también pueden ser frustrantes cuando no se convierten en anhelos, y se ponen a merced de la suerte o el destino, se desconfía del trabajo y de la inteligencia del ser humano, o se le teme a los retos de la vida. Sin embargo, cuando una ilusión trueca en sueño y le dedicamos tiempo y esfuerzo, no tiene por qué terminar en desencanto, todo lo contrario.

Podemos forjarnos la ilusión de conocer China alguna vez en la vida. No faltarán quienes nos apoyen y estimulen, aquellos que nos digan: “qué bello sería”. Tampoco faltaran los otros, los que llamo matadores de ilusiones, quienes apelan a juicios realistas, pero permeados de negativismo.

Ellos, entonces, se empeñarán en demostrarte la lejanía de esa nación asiática, el excesivo precio de los pasajes, lo tedioso de las largas horas de vuelo, lo dura que está la vida en medio de la crisis económica y otra ensarta de argumentos, todos reales, con el propósito de evitarte, según sus puntos de vista, un desengaño
.
No afirmo que el solo hecho de ilusionarse con conocer China ya asegure la visita. No es así. Ahora bien, si somos de los que se ilusionan, sueñan y luchan, y de los que no le temen a los retos de la vida, tendremos muchas más posibilidades de visitar ese gran país, que aquellos que no lo sueñan y mucho menos se ilusionan con hacerlo.

¡Hay que ilusionarse, imaginarse y motivarse, para después hacerlo! Si fracasamos, la inevitable desilusión se verá compensada por la satisfacción del esfuerzo, convencidos de que hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance. La tranquilidad espiritual, a pesar de la momentánea frustración, se encargara de alentar nuevas ilusiones.

 Cuando se agotan las ilusiones, más que vivir, sobrevivimos, y la existencia se torna tan difícil como, según Juan Ramón Jiménez, “tratar de componer una rosa deshojada”.


Ingobernables


"No conozco ninguna cosa que sea tan ingobernable como una mente no desarrollada. 

En verdad que una mente no desarrollada es ingobernable.

No conozco ninguna otra cosa que sea tan gobernable como una mente desarrollada.

En verdad que una mente desarrollada es gobernable.

No conozco ninguna otra cosa que proporcione tanto sufrimiento como una mente no cultivada y no desarrollada.

En verdad que una mente no cultivada y no desarrollada proporciona sufrimiento.

No conozco ninguna otra cosa que proporcione tanta felicidad como una mente cultivada y desarrollada.

En verdad que una mente cultivada y desarrollada proporciona felicidad"
AnguttaraNikaya.