miércoles, 17 de junio de 2020

El Sostén De Los Valores

Los valores son los presupuestos, ideas principales o fundamentales de:

-Las creencias religiosas (valores del Cristianismo, Budismo, Judaísmo, Islamismo, Hinduismo).
-Las ideologías políticas.                
-Las normas jurídicas.             
-Las concepciones filosóficas.  

Por tanto hay diversidad de valores aplicables en distintos contextos, geográficos, cronológicos e históricos.

En los países democráticos hay pluralidad de creencias que coexisten y conviven dentro del mutuo respeto, distintas opciones políticas que pueden alternarse, diferentes normas jurídicas que con el tiempo se modifican o derogan y existen diversas interpretaciones filosóficas sobre la realidad.

En cambio en algunos Estados no democráticos y teocráticos los valores forman un bloque pétreo que partiendo de las creencias se imponen como una ideología político-jurídica-filosófica invadiendo y regulando todos los ámbitos. 

A lo largo del tiempo los valores se han intentado exportar también mas allá de las propias fronteras, y cuando han chocado con los del país vecino han dado lugar a diversas guerras, incluidas las de religión. Es decir, durante siglos los distintos valores se han impuesto bélica y letalmente, ahora deben coexistir en paz.

Basta un paseo por la Historia para comprobar que ha habido valores que han estado en contra de la vida, del conocimiento y del placer. A esa pulsión de muerte Freud la llamó Thanatos.
 
Interesa destacar la relación del poder con los valores, pues cada poder tiende a crear su propio sistema de valores. Hay valores que emergen de la sociedad y los termina asumiendo el poder, y valores que parten del poder político y se imponen a la sociedad. En cuanto a los valores sociales los hay transformadores, y otros que propenden a mantener todo siempre como está, es decir, inmovilista.
 
Hay pluralidad de valores que pueden predicarse de distintas circunstancias. Se habla así de los valores de la filosofía kantiana, o los del cuerpo de bomberos (altruismo, abnegación, sacrificio, entrega a los demás) o de los boy scout (compañerismo, ayuda mutua, respeto a la naturaleza). 

El problema de los valores es delicado porque afecta a sistemas estructurales del aparato psíquico. Por eso las opiniones pueden estar sesgadas emocionalmente por un sistema de preferencias estimativas, o de imprenta, que uno no se atreve a revisar o verificar. En el fondo los valores responden a juicios de valor, y para Ferrater Mora son "productos de valoraciones humanas y, por tanto, relativos".

Para el iusfilósofo Alf Ross (realismo jurídico escandinavo y emotivismo jurídico) invocar en una discusión a la justicia es como "dar un puñetazo encima de la mesa". Algo parecido puede suceder al esgrimir los valores con excesivo furor sanan di.
 
Pues bien, la gran lección que nos ofrece la psicología es que podemos cambiar. Cambiar de punto de vista, de manera de pensar, o incluso de valores si estos fuesen desadaptativos o antisociales (por ejemplo: la violencia). También podemos, ciertamente, mantener los valores adquiridos en su integridad, o enriquecerlos, o compatibilizarlos con otros nuevos. Finalmente, cabe reinterpretarlos a la luz de los nuevos tiempos o de la valiosa información que nos brinda la ciencia.
 
Como puede verse el asunto de los valores es muy complejo, por eso G. Marx decía:
 "-Señora yo tengo unos valores pero si no le gustan tengo otros".

El problema es que los criterios personales, por bienintencionados que sean, no pueden tener la consideración de valores generales (salvo en los regímenes personalistas autocráticos), pero tampoco un grupo social puede imponer sus valores a la totalidad de la población (conjunto de la sociedad) si esta no los acepta ni comparte. 

El riesgo es que a veces pueden llamarse valores a lo que no pasan de ser opiniones personales solemnizadas. En este supuesto, "los valores dependen de los sentimientos de agrado o desagrado, del hecho de ser o no deseados, de la subjetividad humana individual o colectiva" -Ferrater Mora-.
 
La pregunta fundamental es: ¿Qué valores?

A mi juicio hay una serie de valores esenciales que confluyen (previa elaboración consensuada por Naciones Unidas después de larguísimos periodos de guerras y de sufrimientos y para evitarlas) y se encuentran en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948. Esos son los valores que fundamentan nuestra vigente Constitución Española y las de todas las naciones civilizadas y democráticas, y que han de aplicarse con independencia de las creencias y de las ideologías políticas. En tal sentido, la actual Constitución sustituye un sistema monista de valores por otro pluralista (pluralismo político, art.6, libertad ideológica y de culto, art.16).    
En una sociedad plural, sin un código axiológico único, todos pueden defender sus valores, pero nadie puede imponer sus valores al otro. 
 
En el Estado de Derecho, los únicos valores susceptibles de imposición son los valores jurídicos normativizados, es decir, positivizados en las leyes (todo ello como consecuencia de las características normativas de generalidad, imperatividad y coactividad, del  contrato social, y de los principios de soberanía y seguridad jurídica). 
 
De los derechos recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos los dos más importantes son el derecho a la vida (art. 3) y a la dignidad de la persona (art. 1), contra los que se atenta cada día con la guerras y las hambrunas. Según estimaciones de la FAO, con 80.000 millones de dólares por año se acabaría con el hambre; actualmente se gastan cerca de dos billones de dólares anuales en armas y gastos militares...
 
Por eso el objetivo es defender esos valores hasta lograr acabar con la guerra, con la pena de muerte y erradicar la pobreza, la ignorancia y todas las formas de fanatismo.        


martes, 16 de junio de 2020

Sentirte Incluido


Quizás la empatía social es la que más cuesta, porque estamos “programados” para activar nuestro mecanismo de alerta ante la diferencia por muy pequeña que sea ésta. Y es que somos frágiles a los cambios pero flexibles a la adaptación.

Esto último puede parecer un tanto contradictorio, ¿verdad? Pero si reflexionamos sobre ello mediante un hecho cotidiano adquirirá su lógica: llegamos al trabajo y nos han cambiado de compañero, ¡Alerta, diferencia! No sabemos cómo trabaja, ni su ritmo, ni sus habilidades, etc… Pero día a día lo vamos conociendo, vamos respetando su manera de trabajar y él la nuestra. Sucede lo que se denomina adaptación y se crea una empatía hacia la forma de trabajar de ambos.

En cambio, si éste nuevo compañero presenta una discapacidad la alerta ante la diferencia suele ser mayor. Lo primero que se piensa no es el modo en el que trabajará ni las costumbres que tendrá sino, por lo general, surgen prejuicios sociales incrustados en la sociedad como es: ¿será capaz de realizar el trabajo? ¿Cómo lo va hacer? Por lo que el proceso de adaptación mutuo se presenta más complicado y lento.

“La inclusión social significa integrar a la vida comunitaria a todos los miembros de la sociedad, independientemente de su origen, condición social o actividad. En definitiva, acercarlo a una vida más digna, donde pueda tener los servicios básicos para un desarrollo personal y familiar adecuado y sostenible”, dice.

Bajo esta premisa resalta la importancia de distinguir la inclusión social del asistencialismo. “Ciertamente, son necesarios algunos programas de reducción de pobreza o de asistencia directa, pero estos solo paliarán problemas, y deben ser temporales y rápidos, ya que tienen el riesgo, si se eternizan, de institucionalizar la mendicidad, atrofiando las capacidades de emprender de los ciudadanos”.

Aprender A Ser


Adquirir nuevos conocimientos es parte de la superación personal y profesional. Además, es una responsabilidad.

Durante toda la vida siempre se aprende algo nuevo. De hecho los expertos en el comportamiento humano, educativo y médico a través de los años mediante sus investigaciones se han preocupado por entender los procesos fisiológicos, psicológicos y sociales que intervienen en el aprendizaje, así como demostrar los beneficios de mantenerse activos en continua preparación.

El que diga que no puede adquirir otros conocimientos o que está muy viejo para ello está equivocado. 

Todas las personas tienen la oportunidad de aprender a través de todo tipo de experiencias, sea porque han buscado conscientemente hacerlo o porque las circunstancias y oportunidades llegaron a sus vidas fácilmente.

Asimismo, a muchos individuos que no solo se cultivan de los aspectos positivos de la vida, también les ha tocado reconocer que de los errores se logran cambios favorables para el propio ser, e incluso para quienes les rodea.

Las personas que no se actualizan y que consideran que no es necesaria la capacitación están, metafóricamente, muertas.

Por eso, dice la psicóloga educativa Jenny Alvarado Pozo, el hombre no solo aprende con la experiencia, la lectura o la observación, sino con la práctica. Más aún si tiene una actitud de apertura para adquirir nuevos conocimientos que serán útiles para su vida e interacción, social y laboral.

Para la psicóloga clínica Verónica Villacís Plúa, todas las facetas de la vida son giros y resoluciones que implican modos de aprendizajes. A nivel profesional, sobre todo, es absolutamente indispensable nunca dejar de aprender, por eso hay que cultivarse, capacitarse, actualizarse, pero no solamente en el conocimiento específico de la profesión, sino en relación a otros saberes que le van a permitir a ese profesional tener una perspectiva interdisciplinaria o multidisciplinaria en lo que se ha denominado la sociedad del conocimiento.

Un profesional de cualquier carrera, dice Villacís, es un ciudadano y no está fuera de un contexto social e histórico determinado. “A mi juicio debe aprender a desarrollar lo que Delors en 1996 especificó como los ejes fundamentales de la educación: aprender a hacer, aprender a aprender, aprender a convivir y aprender a ser”.

Nutrir El Intelecto


Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación.
Si te caes siete veces, levántate ocho. 
La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces. 
¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en la carretera equivocada?
Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta. 
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio. 
El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él. 
Añorar el pasado es correr tras el viento.
Cuando el carro se haya roto muchos os dirán por donde no se debía pasar. 
Si eres paciente en un momento de ira, escaparas a cien días de tristeza.
De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso.
Napoleón I
Las preguntas no son nunca indiscretas. Las respuestas, a veces sí. 
Oscar Wilde 
Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error. 
Alessandro Manzoni 
Las ideas no son responsables de lo que los hombres hacen de ellas.
Werner Karl Heisenberg 
Huye de los elogios pero trata de merecerlos. 
François Fénelon 
Si la juventud es un defecto, es un defecto del que nos curamos demasiado pronto. 
James Russell Lowell 
El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va. 
Antoine de Saint-Exupery 
Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria. 
Mahatma Gandhi 
En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias. 
Robert Green Ingersoll 
Como no tenemos nada más precioso que el tiempo, no hay mayor generosidad que perderlo sin tenerlo en cuenta. 
Marcel Jouhandeau 
Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá. 
Harold MacMillan 

Ser Creativos


 Cuando pensamos en creatividad es común asociar el concepto con las artes plásticas. La creatividad no es sólo aplicable a la pintura o la música, entre otras

Estas serían más bien  algunos de los productos de una personalidad creativa. La creatividad es una capacidad cognitiva que impregna la personalidad, es una forma de ser y de pensar, una forma diferente de procesar la información y transformar la realidad.

También hay una creencia generalizada sobre que es un concepto que se tiene o no, es decir, uno es creativo o no lo es. Sin embargo, si bien es cierto que hay personas más creativas que otras, lo primero que me gustaría aclarar es que es una aptitud susceptible de ser desarrollada y también de ser inhibida. Por tanto, con la estimulación adecuada es una aptitud que puede favorecerse
.
Muchos autores hablan de que hay una serie de características que definen el estilo de personalidad creativo: la curiosidad, la asunción de riesgos, el gusto por la dificultad, la imaginación, la independencia del juicio externo, la flexibilidad, el cuestionamiento de la norma y de la autoridad, la alta tolerancia a la frustración y a la ambigüedad, el entusiasmo o pasión, la intuición, la iniciativa, el inconformismo, una alta sensibilidad y la apertura a nuevas formas e ideas definirían a grandes rasgos a la persona creativa.

Y de la misma manera que no existe una única inteligencia, sino múltiples siguiendo al psicólogo Howard Gardner:

“La creatividad no es una especie de fluido que pueda manar en cualquier dirección. La vida de la mente se divide en diferentes regiones, que yo denomino ‘inteligencias’, como la matemática, el lenguaje o la música. 
Y en una determinada persona puede ser muy original e inventiva, incluso imaginativa, en una de esas áreas sin ser particularmente creativa en ninguna de las demás”.

No es difícil darnos cuenta que la mayoría de los niños son esencialmente creativos si no nos empeñamos en lo contrario. Es decir, partimos de una muy buena base para favorecer aún más ese potencial y que llegue a traducirse en una herramienta eficaz para gestionar sus vidas, porque la creatividad es por encima de todo la capacidad de resolución de problemas y de innovación, ingredientes ambos imprescindibles para transitar una vida plena, dotada de sentido.

Identificar Nuestra Cultura


En un mundo cada vez más globalizado las culturas se van aproximando unas a otras de manera progresiva, hasta casi hablar de una cultura global.

Parece que las fronteras desaparecen y las identidades culturales están en declive. 

La decisión consiste en si conviene defender nuestra identidad cultural propia en este era de globalización cultural o si es mejor dejarnos llevar por el contexto en el que nos encontramos.

En el mundo se está produciendo una globalización a una velocidad vertiginosa.

Las identidades culturales son un conjunto de valores, tradiciones, creencias, etc. de un grupo social, que actúan para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia a ese grupo, dentro de una cultura dominante.


Estas identidades culturales se enfrentan a una cultura global, de esta manera, hoy en día podemos hablar por ejemplo de una cultura europea o asiática que engloba a muchas otras culturas más pequeñas. 

Y de igual forma sucede a menor escala dentro de los distintos países.

lunes, 15 de junio de 2020

Desarrollo Social


Hazte la pregunta: ¿Somos realmente libres? Este es uno de los debates que más preocupa a muchos ciudadanos, especialmente a los filósofos. 

Somos capaces de realizar actos libres, pero eso no implica que vivamos esta libertad en nuestro día a día.  

El ser humano es libre para decidir, tenemos esa capacidad, pero no podemos hacer lo que queramos, nuestra libertad no viene acompañada de la facultad de conseguir todo lo que deseamos que se cumpla. 

Sería un error pensar eso pues confundimos libertad con omnipotencia. En el mundo estamos para ser como debemos, no como queremos. 

Que seamos libres significa que tienes la posibilidad de escoger entre varias opciones, que puedes decidir qué hacer entre el abanico de actividades propias de los humanos. Yo soy libre para intentar hacer un IronMan, pero seguramente mi capacidad física no me va a permitir terminar ni la primera prueba lo cual limita ese deseo de hacer un IronMan; no obstante, eso no merma mi libertad en ningún momento

Tenemos capacidad de elegir como ya hemos dicho, pero esa capacidad genera riesgo, y ese riesgo por lo general nos hace sentir miedo. Por eso, o tendemos a imitar o no tomamos esas decisiones debido al miedo. Es ante esta situación por lo que pienso que cabe preguntarse: ¿Somos realmente libres a la hora de elegir lo que queremos? De hacer sí. De elegir quizás no tanto. 

El problema de la libertad es que nos vemos condicionados a escoger bajo unas circunstancias que no hemos elegido. Que nos vienen impuestas por distintos factores: experiencias anteriores, limitaciones internas, la cultura en la que nacemos, etc. Una lectura de todo esto podría ser que la libertad de hoy es el resultado de lo que hemos sembrado en el pasado.

El individuo es un producto de la sociedad, concretamente las urbanas, que los fabrica. Si nos fijamos en la historia, o en otras tribus por ejemplo observamos lo siguiente: miremos a las tribus amazónicas, éstas son menos individualistas que las sociedades industrializadas. Entre los individuos de la tribu no hay vidas que sean más novedosas que otras, no hay individuos que destaquen sobre el resto.

Todos los roles que se detallaron en una tribu están al mismo nivel, por decirlo de alguna manera.

Con lo anterior quiero decir que la idea de una persona que se quiere diferenciar del resto es relativamente moderna. 

Recordemos lo que pasaba en la antigua Grecia. En ella, el ciudadano que se sentía demasiado superior, distinto u original se le sometía al ostracismo que era un tanto cruel. Si en la votación salen más ostras negras que blancas, el ciudadano era expulsado de la polis por considerar que había tomado un camino demasiado particular para una sociedad como la Griega, que daba mucha importancia al mantenimiento de una semejanza e igualdad que garantizara que todos los ciudadanos de la polis tenían algo en común.

¿QUÉ PODEMOS IR CONCLUYENDO CON ESTO?
Las sociedades son las que van favoreciendo el desarrollo de la individualidad. A medida que estas sociedades avanzan, se van haciendo más complejas. 

Con esto se van diferenciando los roles y tareas, hoy es mucho más sencillo diferenciase de los demás. Podemos diferenciar grupos de personas por la ropa que lleven puesta, o quizás por la forma de llevar el peinado. 

Las sociedades que apuestan por desarrollar individualidades lo hacen así porque creen que estos individuos terminaran ayudando, aportando cosas a la sociedad que beneficiaran a otros individuos. ¿Se imaginan que hubieran sometido a Isaac Newton al ostracismo por establecer las bases de la mecánica clásica o haber desarrollado el teorema del binomio? 

Afortunadamente no fue así  gracias al avance de la sociedad.


Parásitos En La Mente

Así como los rehenes a veces sienten afecto por sus secuestradores, también nosotros nos sentimos apegados a cuanto nos aprisiona: hábitos, costumbres, expectativas de los demás, normas, programas, Estado. ¿Por qué entregamos nuestro poder, o jamás lo reclamamos en modo alguno? Tal vez como un medio de evadir decisiones y responsabilidades. La idea de evitarnos dolores y conflictos nos seduce.

Descubrimos  que la conciencia humana ha sido esclavizada, sometida e intimidada por un extraño parásito que se ha estado alimentando de ella y le ha estado chupando su energía durante siglos. Quienes llegan a darse cuenta de la existencia de estos parásitos mentales pueden liberarse de ellos; empresa peligrosa y dolorosa, pero posible. Libres de los parásitos mentales, nos convertimos en los primeros seres humanos verdaderamente libres, con renovado entusiasmo  y llenos de una enorme energía.

De modo semejante, nuestra energía natural ha venido siendo chupada por parásitos seculares: el miedo, la superstición, una estrecha visión de la realidad que reduce a maquinaria rechinante las maravillas de la vid
Si dejamos de alimentarlas, todas esas creencias parasitarias acabarán por morir. 

Pero nos empeñamos en racionalizar el cansancio y la inercia que sentimos; nos seguimos negando a admitir que nos sentimos acosados.

Algunas veces la sensación de impotencia de un individuo está justificada; ciertamente hay círculos viciosos de privaciones y falta de oportunidades que ponen difícil a algunos la posibilidad de liberarse. Pero la mayoría de nosotros somos pasivos a causa del estrangulamiento que sufre nuestra conciencia


La energía de nuestra conciencia de «pasajero» sufre un continuo drenaje que trata de distraernos de todo lo que nos asustaría tener que manejar conscientemente. De modo que consentimos, negamos, y nos conformamos.

¿El Huevo O La Gallina?

Filosofía

Preguntas Y Respuestas
Filosofía nació con el primer hombre que se preguntó: ¿quién soy yo? Todos los pueblos de todos los continentes y de todos los tiempos, han hecho Filosofía. 

A veces se ha pensado que la Filosofía no es práctica e, incluso, se ha prescindido de ella en la educación de los jóvenes. ¿Qué importancia tiene la Filosofía, qué importancia tiene que haya escuelas de Filosofía? 

La misma que los mercados. Sócrates decía que aquel que necesita cebollas sabe que tiene que ir al mercado porque allí va a poder comprar cebollas. Que el que necesita zapatos, sabe que tiene que ir al mercado paorque allí va a encontrar zapatos. Y aquel que tiene preguntas y quiere conocer sobre las cosas verdaderamente importantes de la vida, ¿a dónde va a ir? A una escuela de Filosofía, dónde podemos encontrar respuestas a las preguntas del por qué el dolor, por qué la muerte, por qué envejecemos, por qué nos pasan las cosas que nos pasan, por qué se pasa del dolor a la alegría y de la alegría al sufrimiento, qué es lo que nos conduce como un viento de lo uno a lo otro, por qué tenemos temores y por qué dudamos?

Si es importante responderse a estas preguntas, la Filosofía es muy útil y práctica y es necesario que existan escuelas de Filosofía como la que humildemente existe en Palma de Mallorca. 

La tecnología ha permitido que el hombre pueda llegar a la luna, pero ahora le toca a la Filosofía permitirnos llegar al ser humano. 


domingo, 14 de junio de 2020

Dualidad Mente Cuerpo




El punto central de la filosofía de la mente es el problema mente-cuerpo. En su origen está la pregunta: ¿cuál es la relación entre los estados mentales (o la conciencia, lo psíquico, el alma) con los estados físicos (o el cerebro, lo material, el cuerpo)? ¿Se trata de dos sustancias diferentes? ¿O son lo mental y lo físico una sola cosa? Estas son las preguntas fundamentales de la filosofía de la mente. 

No obstante, las respuestas suscitan un sinfín de nuevas preguntas: ¿Son libres nuestro pensamiento y nuestra voluntad? ¿Podrían las computadoras poseer una mente? ¿Puede existir la mente sin el cuerpo? La filosofía de la mente es por tanto un estudio con ramificaciones muy diversas.

La primera formulación clásica del problema mente-cuerpo se debe a René Descartes.

Pero la reflexión acerca de la relación entre la mente y el cuerpo se remonta hasta la antigüedad. Platón defiende un dualismo explícito, que se pone de manifiesto en su argumentación en favor de la transmigración del alma: Si el alma sobrevive a la muerte del cuerpo, ha de ser algo diferente de este.

En Aristóteles esto es diferente. Aristóteles postula un "pneuma", que, como principio de la vida, se encuentra en todo ser vivo, pero que no es algo contrapuesto al mundo material y corporal. 

En la Edad media cristiana (escolástica) la distinción entre el cuerpo y el alma inmaterial es piedra angular del filosofar. La influencia de la filosofía medieval es evidente en la formulación cartesiana del dualismo.

La mayoría de las personas perciben intuitivamente un abismo entre los fenómenos mentales y los físicos. Esto ha llevado a que durante largo tiempo los puntos de vista dualistas fueran los predominantes en la filosofía de la mente. 

Hoy en día la mayoría de los filósofos defiende posiciones materialistas.

 Sobre esta base debe no obstante darse respuesta a la cuestión de cómo se explica la conciencia desde el punto de vista materialista.


Nuestras Expresiones

Los célebres experimentos del psicólogo Paul Ekman sobre la universalidad de las expresiones del rostro humano abrieron el camino a estudios sobre el reconocimiento de las emociones.



Las emociones constituyen un aspecto fundamental de la vida humana. 
Sin embargo, hasta hace pocas décadas eran un tema de escaso interés para la psicología biológica, especialidad que prefería no enfrontar con temas de estudio tan sutiles y difíciles de definir. Por ello, dejaba el asunto al psicoanálisis y la psicoterapia.

Pero todo cambió gracias a los experimentos de Paul Ekman, psicólogo estadounidense que durante más de cuarenta años se dedicó al estudio de las expresiones faciales, la manifestación exterior más tangible de las emociones.

Registró más de 10.000 variedades de contracciones de los músculos de la cara. Doctorado en psicología clínica por la Universidad Adelphi en 1958, pensaba dedicarse, en un inicio, a la psiquiatría. El motivo era una vivencia familiar trágica: su madre sufría depresiones y, siendo él todavía un muchacho, se suicidó.

A través del trato con sus pacientes, Ekman empezó a percibir el peso que las emociones tenían en las manifestaciones de los trastornos mentales. 

También se percató de lo importante que era para un médico aprender a reconocerlas. 

En 1954 inició su estudio de las expresiones faciales y los movimientos corporales, relacionándolos con la semiología y con la etología.

Esta investigación dio lugar a dos descubrimientos esenciales: la universalidad de las expresiones faciales y la existencia de las microexpresiones, es decir, de manifestaciones exteriores fugaces de emociones reprimidas voluntaria o involuntariamente.


Ser Perseverante


No tienes que ser un experto para saber que la constancia es el ingrediente clave para cambiar tus hábitos y tener los resultados que quieres.

Estoy seguro de que tú quieres ver la recompensa de tus acciones diarias. Quieres ver que tu esfuerzo por formar hábitos ha dado excelentes resultados. Y para eso necesitas ser constante.

El problema aparece cuando las cosas se complican y nos damos cuenta que ser constante es complicado.

Quiero empezar con una cruda realidad: No existen las historias de éxito espontáneo.

Como en la imagen del iceberg. Todas las historias de triunfo que has escuchado alguna vez, son solo la punta que podemos ver. Pero tienen una base mucho más grande y sólida. Como el gran antecedente en proporción con lo poco que vemos.

Seguramente alguna vez te ha pasado escuchar una canción nueva en la radio. La típica canción pegajosa que no te puedes sacar de la cabeza y la cual se ha convertido en el éxito número uno en más de 50 países.
Y tú solo te preguntas: – ¿Quién es el cantante? ¿De dónde salió? 
Lo que pocos saben es que ese artista, empezó con sus clases de canto desde los 4 años y tiene una larga trayectoria en el mundo musical (la base del iceberg).

Y así es como esas historias de éxito espontáneo se convierten en un mito urbano.

Con lo anterior no tengo la intención de desanimarte, sino todo lo contrario. 

Después de leer este artículo creerás que puedes ser constante y no solo eso: serás más constante en todo lo que hagas.

Perseverancia


Hoy más que nunca pareciera que la perseverancia no es una virtud que el hombre común quiera vivir; al contrario, estamos en la cultura de usar y tirar todo, es decir, del utilitarismo y del pragmatismo, en donde la sociedad de consumo nos impone la costumbre de descartar todo lo que no sirve y es poco útil. 

Es así como vivimos en la “cultura de lo desechable”, asumiendo el cambio por el cambio, con poca reflexión e, incluso, llegando a cosificarnos a nosotros mismos y a los demás y buscando en el otro algo para lo que nos sirva o sea útil.

De esta manera, reducimos nuestra existencia a la búsqueda del placer por el placer, a lo carnal, etc.

Es este el contexto en el que se me pide escribir sobre la perseverancia. Y es que hoy más que nunca nos cuesta ser perseverantes y constantes; incluso podríamos decir que actuamos según distintos estímulos, siendo más reactivos que proactivos. 

Así que es muy importante recordar que la proactividad es el hábito que nos lleva a actuar según principios y valores; es el hábito que nos invita a vivir responsablemente, según nuestras creencias y convicciones.

¿Qué es la Perseverancia?
Ante este panorama intentemos aproximarnos a la perseverancia: ¿Qué es? “Es la firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos y en las resoluciones del ánimo”. Pero, ¿qué significa esto? Significa que la perseverancia es aquel buen hábito, aquella virtud que nos conduce a cumplir nuestros planes y objetivos.

Sí, la perseverancia nos mantiene firmes y centrados en las metas que nos hemos trazado y, por ende, nos permite ser constantes e insistir una y otra vez. Se trata entonces de perseverar cada vez más, se trata de conquistar nuestra voluntad, se trata de estar firme en nuestras decisiones y saber que van a venir muchos obstáculos, problemas, barreras, etc.; pero que lo más importante es ser constante, firme y decidido en lo que queremos lograr.

Asimismo, perseverar es seguir adelante, es no desfallecer una vez que se ha iniciado el camino, se trata de no renunciar al ideal, y será importante poner todos los medios para cumplir con la tarea o misión encomendada. 

Se trata de seguir adelante pase lo que pase, y claro está, eso implica una cuota de esfuerzo importante, incluso de dolor y sufrimiento.