miércoles, 30 de noviembre de 2016

Un Sentimiento Para Cultivar: Lástima O Compasión


Cuando el dolor nos duele con la misma intensidad que le pueda doler al otro, nos referimos     a aquel al que las circunstancias, o la propia vulnerabilidad de la vida que transcurre sin tomarse una pausa, le muestra “en carne propia” toda la intensidad de “su sentir” cuando quisiéramos que todo lo que le duele no le doliera tanto, decimos entonces que podemos comprender todo lo que significa la compasión.

“Es un término que se presta a confusión. Cuando hablamos de lástima, nos referimos al lamento o quejido ante algo que no sucede como se esperaba, mientras que compasión es un sentimiento humano que se manifiesta a partir y comprendiendo el sufrimiento de otro ser.

Es posible que cuando se experimenta lástima se reconoce la pena y el sufrimiento de otra persona pero sin involucrarse en él, sin sentirlo como suyo. En cambio cuando se experimenta la compasión, el sufrimiento del otro se siente como suyo, va acompañado de empatía y se siente el sufrimiento como si lo estuviera viviendo en carne propia.

Compasión viene del latín cumpassio que literalmente significa “sufrir juntos” o “acompañar”. La compasión implica percibir y comprender el sufrimiento del otro, acompañado del deseo de reducir o eliminar tal sufrimiento. Ante esto, queda aclarado que la compasión no implica menosprecio hacia quien sufre.

La compasión, desde el punto de vista conductual, tiene varias facetas que incluye un componente emocional que se genera cuando percibimos el sufrimiento del otro y generamos un impulso hacia la atenuación de ese sufrimiento. 

De aquí se genera la decisión de realizar acciones destinadas a paliar ese sufrimiento. 

Desde la visión cognitiva lo primero que ocurre es la atención y evaluación del sufrimiento ajeno y la evaluación de nuestras capacidades para intervenir eficazmente en la atenuación o eliminación de ese sufrimiento.

La lástima es un sentimiento egoísta porque lleva implícito el “menos mal eso no me está sucediendo a mí” mientras que la compasión nos permite por un momento dejar de pensar en nosotros para pensar en aquel que vive un dolor, un temor o una desesperanza. Es una manera de acercarse al otro. 

Es a través de la compasión que una persona puede mostrar bondad, solidaridad y nobleza ante la necesidad de acompañar a otro.”

Pensamos que  nos puede ser de gran utilidad el hecho de comprender el origen de los sentimientos que nos embargan cuando nos referimos a la “levedad del ser y de la vida que compartimos” toda acción que nos impulse a “dar de nosotros mismos” aquello que no nos sobra, lo que nos resulta vital y necesario preservar, entonces sí, sabremos de compasión y de amor, que se manifiesta en nuestro interior profundo y se aplica en quienes brindamos nuestro desinteresado servicio.


Hugo W Arostegui

Encontremos Lo Mejor


Si algo nos cabe realizar en la búsqueda de todo aquello que pueda resaltar todo lo bueno que como sociedad realizamos en nuestra convivencia diaria donde se exhiben los logros que cada uno, desde el anonimato de su accionar, va insertando, para consolidar entre todos el aporte básico que consolida y hace grata nuestra civilidad.

Existe una clara tendencia a unir el ruido de sus voces a todo aquello que de alguna manera magnifique los dramas que suceden en la comunidad, posiblemente sin darse cuenta, de que se convierten en “cajas de resonancia” que unen su estridencia a un cúmulo de voces que se elevan al unísono formando “un coro de aves de mal agüero” sin tener muy en claro de donde provienen ni a dónde van.

Recuerdo que en nuestra niñez, a la hora del almuerzo, en ese momento en que nos juntábamos todos alrededor de la mesa, que nunca faltaba alguno que aprovechara la ocasión para decir alguna cosa, generalmente algo que se había oído en algún lado y que no dejaba “muy bien parado” a un determinado personaje conocido por todos los que estábamos sentados a la mesa, pues bien, antes de que comenzaran a circular “tales rumores” se oía una voz que nos decía: “ si nadie tiene algo bueno para decir será mucho mejor que se calle”.

Parece que todo aquello que no escandaliza, que no tiene “ese sabor tan especial de lo prohibido” no interesa, no tiene el rango de “noticia” que todos quisieran escuchar, entonces, para no ser insípidos, preferimos callar todo lo bueno que deberíamos mencionar y nos adherimos al coro de críticas, generalmente chismes, que a todos les interesa enterarse y de ser posible “agregar algo más”.

Recordemos que aquella frase que sin dudas nos ayudará a elevar nuestras miras en procura de regocijarnos por todo lo bueno que sucede a nuestro alrededor y que lamentablemente no percibimos: “Si hay algo bueno o digno de alabanza a eso aspiramos”

Hugo W Arostegui

martes, 29 de noviembre de 2016

La Vida Ajena


Y bueno aquí vamos nuevamente despuntando el vicio de opinar, es bueno tener en cuenta que opinar no es lo mismo que decir que uno habla de la vida ajena aunque, convengamos, que siempre que nos estemos refiriendo a lo que pueda suceder con otras personas, aunque nos disguste admitirlo, tendremos que aceptar que la vida del otro es eso, del otro, nos estaremos refiriendo a lo que pueda hacer o dejar de hacer alguien que es el dueño y señor de su propia existencia y que cuando hablamos de lo que hace o pensamos que hace o que pudiese llegar a hacer, indefectiblemente estaremos incursionando, por no decir metiéndonos, en hablar de la vida ajena.

Así son las cosas, se suele decir que “duelen más los callos” cuando ponemos en “remojo” nuestros propios pies, lo que equivale a decir que resulta mucho menos doloroso cuando esos callos se sienten y se sufren en un pie ajeno al nuestro, cuando las molestias que ocasionan no nos impiden movernos impunemente cuando aunque “fuese sin querer” alguien nos plante la punta de su zapato encima del nuestro en pleno baile.

Y no me dirán que esto no sucede, vaya que sucede, hay quienes opinan que para no sufrir tales consecuencias mejor sería utilizar pies ajenos para salir a bailar, como si el utilizar los pies ajenos no fuese lo mismo que hablar de la vida ajena.

“El despertar para el sentido de la auto-responsabilidad, y la responsabilidad sobre lo que decimos y hacemos, representa el desarrollo de la sensibilidad humana en las relaciones interpersonales. Sin la “marca” de la sensibilidad en nuestro comportamiento social, la insensibilidad gana fuerza y terreno para actuar entre las sombras de la inconsciencia.

Por tanto, la vida ajena ¿nos interesa? Sí y no. La respuesta dependerá de nuestras intenciones reveladas a la luz de la conciencia o de nuestras intenciones inconscientes transferidas al otro en forma de envidia y celos.

Un dicho popular nos informa de que “la envidia mata”. Subyacentes a esta sabiduría se hallan nuestras tendencias de carácter, o sea, de naturaleza negativa, que muchos males han causado a la humanidad a lo largo de su historia.

Tendencias que pueden ser individualmente alteradas con un mejor nivel de lucidez y discernimiento a partir de uno mismo. Y cuando activamos el proceso interno de alteración de nuestras tendencias negativas, es que hemos comenzado a abdicar del egocentrismo en favor del bien común y de una mirada nueva hacia la vida.”


Hugo W Arostegui

Cuando Todo Lo Que Ocurre… Ocurre


Estaríamos diciendo algún dislate, probablemente uno más de los tantos que mencionamos periódicamente en nuestras páginas si dijéramos que cuando las cosas tienen que ocurrir lo que sucede es que tales cosas sucedan, está claro que esto no tiene ninguna relación con alguna postura de tipo filosófica, o de predestinación, fatalismo o vaya uno a saber cómo cada cual o cada uno lo califique.

Lo que parece es que si todo lo que ocurre no sucede en una zona que pueda afectar nuestra área más sensible, si la difusión de los que ha ocurrido u ocurre no ha siquiera rozado nuestros “puntos más sensibles” así hubiese sucedido en “la casa de enfrente” de dónde vivimos, digamos la peculiar frase: “aquí no ha pasado  nada” y seguimos tan campantes.

Pero la realidad nos demuestra que “en el jardín donde estamos plantados”  posiblemente creciendo fuera de “nuestro radio de acción” alguien continúa arrancando sin piedad alguna todo lo que aparentemente se vislumbra florecido y hermoso, plenos de la misma vida que disfrutamos con inocultable optimismo, el mismo optimismo que nos invade cuando observamos que por lo menos cerca nuestro “aquí no ha pasado nada”

Pero… lo dicho, lo que tiene que suceder, sucede, y lo hace totalmente independiente de todo aquello que nos pudiese interesar preservar, los sucesos se van anunciando así mismos y los medios los difunden según sean los intereses del o los que pagan el precio de tal difusión, pero, como decimos, lo que tiene que suceder, sucede, diariamente mueren niños desnutridos, se muere por violencia de género, por carencia de una atención acorde a las necesidades, por la violencia inconsulta de la propia violencia, la que pueda ejercer un marginal o un gobernante, o aquella que ocurre por fuera de la caparazón de indiferencia debajo de la cual nos recubrimos.


Hugo W Arostegui 

lunes, 28 de noviembre de 2016

La Acción Responsable


Cuando participamos, de una manera u otra, en el análisis de acontecimientos que de alguna forma demuestran ciertas particularidades que los ameritan a ser sujetos de análisis posteriores, recurrimos al desglose de  tal información con la responsabilidad propia de quien entiende que es posible aportar un punto de vista de contenido crítico de los hechos como asimismo emitir los juicios de valor de tales acciones que entendamos pertinentes formular.

“La palabra Responsabilidad proviene del término latino responsum (ser capaz de responder, corresponder con otro). La responsabilidad es el cumplimiento de las obligaciones o cuidado al hacer o decidir algo, o bien una forma de responder que implica el claro conocimiento de que los resultados de cumplir o no las obligaciones, recaen sobre uno mismo.


La responsabilidad se puede ver como la conciencia acerca de las consecuencias que tiene todo lo que hacemos o dejamos de hacer sobre nosotros mismos o sobre los demás.

En el campo del estudio o del trabajo; por ejemplo, el que es responsable lleva a cabo sus tareas con diligencia, seriedad y prudencia porque sabe que las cosas deben hacerse bien desde el principio hasta el final y que solo así se saca verdadera enseñanza y provecho de ellas.”

Esta ha sido una constante en cada una de nuestras intervenciones como también la única motivación que nos induce a exponer nuestras conclusiones, somos plenamente conscientes de que tanto lo que digamos, como todo aquello que pudiésemos omitir, en cualquiera de los temas que desarrollamos, no solamente implica la emisión de una determinada postura, sino que  al hacerlo nos introducimos con  nuestra exposición de motivos en áreas tan sensibles como privadas, las cuales merecen todo el respeto y la consideración que cada caso en particular requiere.

Hugo W Arostegui

domingo, 27 de noviembre de 2016

Exponemos Cultura

Exponemos Cultura
Nuestra forma de ser, lo que “sale de nosotros”  todo aquello que aflora y se manifiesta con la intención de ser compartido nos hace exponentes de “una cultura” que aporta todo aquello que “se ha cultivado” en las entrañas de “un yo soy” que florece en ese encuentro vital de la comunicación entre quienes nos expresamos y aquellos que son los receptores de las inquietudes expuestas.

Esta es la dinámica de lo que entendemos como cultura, la expresión intelectual de un sentimiento que se complementa en el intercambio activo, una lectura para ser tal necesita de ser leída es en esa “simbiosis” vital donde se produce “el cultivo”, donde se transforman mediante la acción conjunta, “todo lo que podría ser” constituyéndose en “esto que es” algo nuevo que no existía y se manifiesta pleno de vida, esto es para nosotros, cultura.

“En general, la cultura es una especie de tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada.

Por lo tanto, las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento son aspectos incluidos en la cultura.
Otra definición establece que la cultura es el conjunto de informaciones y habilidades que posee un individuo. Para la UNESCO, la cultura permite al ser humano la capacidad de reflexión sobre sí mismo: a través de ella, el hombre discierne valores y busca nuevas significaciones.”

Hugo W Arostegui

sábado, 26 de noviembre de 2016

Lo Que Se Hereda

Hace muy poco recibí una foto de mi sobrino nieto, hijo del matrimonio de mi sobrina Ivana Arostegui, la similitud de los gestos en la imagen de este niño, me trajo a la mente una muy vieja foto que conservo de cuando yo era muy pequeño.(foto que adjunto)

Es posible que algunos piensen de que debo estar "chocheando" cosa que debe ser muy acertada, pero para ser sincero no puedo evitar mencionar de que encuentro ciertas reminiscencias en ambas imágenes.

De cualquier forma espero sepan aceptar las disculpas del caso

Hugo W Arostegui