martes, 12 de diciembre de 2017

Conformismo


No te conformes con poco solo porque es más sencillo que luchar por lo que verdaderamente mereces, a veces debemos estar dispuestos a perderlo todo en orden de obtenerlo todo. Si sabes quién eres realmente, que puedes hacer, y que es lo que te mereces, entonces sal y obtenlo, ¡y no te conformes!

No te conformes con migajas, sabes dentro de tu corazón que mereces más, sabes que la vida que quieres es posible, deseas y sueñas todos los días por un milagro que cambie tu vida para siempre, y eso es porque sabes que te has conformado con poco. No tengas miedo de perder lo que tienes con motivo de obtener aquello que mereces, porque el día que nos conformamos con una vida mucho menor de la que verdaderamente queremos y merecemos, ese es el día que nos condenamos a nosotros mismos a vivir una vida mediocre y vacía.

Si tienes lo que quieres, si tienes el trabajo, la relación, la carrera, o cualquier cosa que hayas querido y te sientes agradecido y feliz por ello pero al mismo tiempo te sientes insatisfecho, teniendo la sensación de que te está faltando algo en la vida, esto se deba probablemente a que te has conformado con una vida que es mucho menor a la vida que siempre has soñado tener.

La vida se trata de tomar decisiones y riesgos, donde en realidad el mayor riesgo de todos, es el riesgo de conformarnos con una vida que no está ni cerca de ser la vida que nos merecemos. Debemos tomar una decisión: O vamos a tomar la decisión de tomar el riesgo de conformarnos y vivir una vida mediocre por el resto de nuestras vidas dejando todo a la suerte, o si vamos a tomar el riesgo de fallar una y otra vez con el motivo de obtener la vida que nos merecemos.

La verdad es que si seguimos a nuestro corazón y tomamos el riesgo de fallar una y otra vez significa que nos encontramos en el camino correcto a cumplir con nuestras metas y deseos porque el fracaso simplemente significa que estamos actuando, que algo estamos haciendo, y mientras que no nos demos por vencidos, vamos a obtener la vida de nuestros sueños y viviremos una vida feliz y plena.

 La vida está hecha para ser experimentada con felicidad, pero el problema es que generalmente nos subestimamos a nosotros mismos y es por eso que nos conformamos con menos de lo que nos merecemos solo porque no tenemos idea de quienes somos realmente y de que somos capaces, tenemos todo lo que necesitamos para conseguir nuestras metas y deseos, pero debemos creer en nosotros mismos y enfrentar todos nuestros temores. Debemos tomar la decisión de dejar atrás todo aquello que no nos merecemos con el fin de obtener aquello que verdaderamente merecemos.

No importa si te has conformado con una relación vacía, un trabajo mediocre, o cualquier otro aspecto de tu vida que sientas que no es lo que te mereces, porque tienes dentro de ti mismo el poder para decidir cambiar tu vida. Sé que es fácil decirlo pero créeme, no importa cuán difícil parezca cambiar tu vida, lo conseguirás si crees en ti mismo, te mereces algo mejor, lo sabes, y tu alma te lo grita desesperadamente, porque sabe quién eres realmente y sabe de lo que eres capaz de conseguir.

La vida es demasiado corta amigos, y la verdad es que no sabes cuándo será nuestro momento para abandonar esta tierra, por eso disfrutemos cada segundo de él, no hay tiempo para tener miedo, no hay tiempo para estar tristes, solo hay tiempo para hacer aquello que amamos y ser felices.

¡No te conformes con poco, sal y obtén todo lo que te mereces!




Tus Sentidos



Emplea tus sentidos plenamente. Trata de estar donde estás.

Mira a tu alrededor. Simplemente mira, sin interpretar.

No son los pensamientos lo que te interesa,
sino el acto mismo de la percepción.

¿Puedes separar el pensamiento de la percepción? ¿Puedes mirar sin que la voz de tu cabeza comente, saque conclusiones, compare o intente explicar algo? Observa la luz, las formas, los colores, las texturas.

Sé consciente de la presencia silenciosa de cada cosa. Sé consciente del espacio que permite que cada cosa sea. Escucha los sonidos; no los juzgues. Algunos sonidos pueden ser naturales –agua, viento, pájaros- y otros son artificiales. Unos pueden ser agradables y otros desagradables. Pero no diferencies entre bueno y malo. Deja que cada sonido sea como es, sin interpretarlo. Escucha el silencio debajo de los sonidos.

Cuando miras y escuchas de este modo, puede que percibas una sutil sensación de calma, que al principio casi no se nota. Algunas personas la sienten como una quietud de fondo. Otras la llaman paz. 

Cuando la conciencia ya no está totalmente absorbida por el pensamiento, parte de ella permanece en su estado original sin forma, no condicionado. 

Esto es el espacio interior.
Eckhart Tolle


Civilidad


La civilidad es la cualidad social de la que procede el civismo o conducta del buen ciudadano. En un sentido más profundo puede decirse que de la civilidad proceden las virtudes cívicas. 

Habría un tercer sentido de civilidad en cuanto contrato social o contrato de asociación civil, que fue llevado a la práctica por las revoluciones liberales. Los derechos civiles y políticos significan su mayor logro. 

La civilidad es ahora el fundamento de la sociedad civil en cuanto contrapuesta de la sociedad política. Este paso teórico-práctico de enorme trascendencia social había sido teorizado por los tratadistas del contrato social en diferentes modulaciones (Hobbes, Locke, Rousseau) que resultan muy significativas en las diferentes concepciones históricas de la civilidad que inspiran. 

El civismo hace referencia directa al cumplimiento de los derechos y obligaciones recíprocas entre las personas.

Para Aristóteles, la sociedad civil consiste en una asociación armónica y equilibrada de ciudadanos. Pero la armonía sólo es completa cuando existe civilidad, conducta cívica mutua entre los ciudadanos. Este planteamiento, que se mantiene en la Edad Media y el Renacimiento, tomó un matiz netamente conservador, expresando con claridad la nueva situación el pacto social hobbesiano: ante los movimientos revolucionarios, la civilización sólo puede ser garantizada por monarcas absolutos a condición de que su despotismo sea encauzado por ciertas reglas que aseguran la paz y la seguridad de los súbditos. La civilidad se guarece bajo el poder coercitivo del Estado. 

Sin embargo, los nuevos modelos sociales de Locke y de Rousseau expresan claramente la posición de una sociedad civil cada vez más pujante frente a los restos del Antiguo Régimen. La civilidad ya no queda vinculada exclusivamente al orden social, sino también al cambio social, pues será precisa la consolidación del régimen democrático para que la civilidad vuelva a virar hacia el orden social, 
aunque ahora enraizada en la nueva sociedad civil y en la concepción activa de la ciudadanía.

En definitiva, el concepto de civilidad no es algo natural, sino que se construye históricamente, cambiando de época en época. El sentido más fuerte y más autoconsciente del concepto de civilidad va a surgir de las teorías del contrato social, en las que el individuo va a reconocerse como miembro de la sociedad civil, más o menos netamente diferenciada de la sociedad política, y con derechos y obligaciones públicamente establecidos.




lunes, 11 de diciembre de 2017

Libertad De Pensar


El Librepensamiento, es la más elevada de las manifestaciones del ser humano porque es la facultad que posee cada individuo de utilizar con entera libertad la razón, para conocer la esencia de todo lo que existe y ocurre, en la realidad. El Librepensamiento, es la más elevada de las manifestaciones del ser humano porque es la facultad que posee cada individuo de utilizar con entera libertad la razón, para conocer la esencia de todo lo que existe y ocurre, en la realidad.

El libre pensamiento “auténtico” es aquel que ha sido provocado por motivos constantes y esenciales; por aquello que al individuo le resulta significativo e indispensable Aquel que le permite, llegar a conclusiones no contradictorias después de recorrer el proceso cognoscitivo, en forma  responsable y metódica, sin apartarse del orden lógico planeado, utilizando todos los mecanismos de la razón  y leyes que conoce.

Un librepensamiento “natural y puro” es solo  aquel que le permite al individuo alcanzar por si mismo en forma independiente, sin atenerse o apoyarse en suposiciones, teorías y métodos ajenos o impuestos, un  propósito liberador.

De modo que cualquier pensamiento que esté basado en la ignorancia, no es un pensamiento libre, como tampoco lo es el que este encaminado a suprimir  o restringir las libertades de cualquier otro hombre, y nunca lo será el de aquel que se alquila para pensar y luego decir lo que conviene al que paga, aunque lo enmascare con un lenguaje bien estructurado Nunca será libre ni tan sabio ni tan  transparente como el del hombre sencillo  que trabaja y vive para el bien
El librepensamiento es además por naturaleza un pensamiento amplio porque  abarca un extenso círculo de cuestiones teóricas y prácticas, considera los problemas desde distintos puntos y utiliza toda la imaginación parar crear algo nuevo.

Es también un pensamiento profundo porque penetra en la esencia de los problemas, llega al  fundamento de los hechos, revela el sentido de lo que pasa,  expone las leyes y las causas próximas y lejanas de los fenómenos así como la variedad de relaciones y conexiones que hay entre ellos y prevé sus consecuencias últimas.

Es así mismo un pensamiento crítico porque valora con exactitud, las propias conclusiones, sus puntos débiles y fuertes, descubre sus valores y equivocaciones y frena las fantasías cuando estas comienzan a llevarlo por un camino falso hacia planes irreales y proyectos irrealizables.

Y es también un pensamiento flexible porque rectifica y cambia los medios utilizados que permiten abordar el asunto desde nuevos puntos de vista cuando las soluciones resultan equivocadas
Los diversos grados con que esas propiedades acompañan a la “libertad” en el pensamiento  de cada individuo, dependen en gran medida, de su capacidad de razonar, pero también de su desarrollo cultural, de los conocimientos que posea sobre  las leyes de la naturaleza y de la sociedad así como de su ideología, intereses y necesidades, y también del medio y del momento histórico que le ha tocado vivir

Como fenómeno individual El Librepensamiento es, también una tendencia a la satisfacción plena de sus propósitos de liberación .personal y  al disfrute de  una vida superior de paz espiritual, a la realización de los más elevados y permanentes ideales, virtudes principios  objetivos, valores,  verdades y  convicciones por los cuales vivir

El ejercicio constante de dicha tendencia, es una experiencia autentica, natural y genuinamente espiritual que le da estilo, afirmación, forma y sentido a la persona.

El librepensamiento aparece como FENÓMENO SOCIAL cuando dicha tendencia se generaliza y se convierte en un movimiento social que se concreta en una doctrina y se traduce en las ideas luminosas que son  expresadas por  sus líderes.

El Librepensamiento, como movimiento social  ha pasado a la historia como el motor impulsor de la vasta creación cultural, de las mejores enseñanzas, tradiciones y revoluciones, en todas las ciencias y artes que han conmovido y transformado a  la sociedad y que ejemplarmente se hicieron visibles en las más refulgentes y eclosivas épocas de la historia de la humanidad, como el Renacimiento, y la Ilustración.

El librepensamiento fue el motor que impulso a todos los grandes hombres, a los sabios, héroes, mártires, apóstoles, líderes y libertadores de pueblos y benefactores de la humanidad, que  vivieron en diferentes latitudes y nos dejaron a través de  diferentes medios y en diferentes idiomas; el testimonio de sus reflexiones profundas,  inventos, descubrimientos  producciones, martirios y luchas.


El Libre pensamiento  como fenómeno social a pesar de los cambios ocurridos a través de los siglos en la sociedad humana,  ha permanecido  constante en la búsqueda de valores permanentes, que son rasgo este inseparable de la vida humana- 

Siempre se ha mantenido en permanente desarrollo, perfección y adaptación a las condiciones renovadas, sin cesar, de la sociedad, a los avances científicos y a los cambios sociales de cada época.

Altura De Miras



El que poco ambiciona, poco puede recibir. La altura de miras no sólo abarca lo mucho, sino lo elevado, lo digno y glorioso.

Nuestros deseos vienen a constituir la ansiedad de la realidad, y el solo hecho de alimentarlos ya puede conceptualizarse como una realización inicial.

Para llegar a la meta de las más altas miras, es necesario ser un entusiasta sincero y constante y actuar bajo el influjo de la inspiración.

“Ningún hombre ha llegado a ser grande si no ha sido movido por cierta divina inspiración”, decía Cicerón.

En la altura de miras es donde se mide la grandeza del espíritu. Las grandes empresas, una vez encarriladas, suelen causar menos fatigas que las pequeñas actividades.

Nuestra obra debe proyectarse no sólo para cubrir las necesidades del presente, sino para que en la posteridad nuestro paso por el mundo haya dejado huella.

Fuente: Sonia Marroquín Rojas/DeGuate.com


Logros Personales



Tener la capacidad de Valorar los logros personales es muy importante para mejorar la autoestima. 

Muchas personas pueden no dar importancia a la mayoría de sus logros simplemente porque no han logrado alguno en particular. Sin embargo, es importante darse cuenta de todo lo que se ha hecho en la vida y todo lo que se ha aprendido por pequeño que sea.

Algunas personas también son capaces de reconocer sus logros personales pero no le dan la importancia que deberían porque se comparan con otras personas que han logrado otras cosas que también les hubiera gustado conseguir.

Para poder mejorar la autoestima, lo mejor es tomarse un tiempo para plantearse y pensar todo lo que se ha logrado en la vida y todas las cosas que hoy nos hacen felices y hemos conseguido.

Mucha gente puede no darse cuenta que toda su vida persiguió un supuesto sueño y que aunque no lo ha logrado ha conseguido otras tantas cosas que le han dado una gran felicidad. Por este motivo,
sentarse a pensar o hacer una lista sobre los logros más importantes que se han conseguido, es una excelente práctica para mejorar la autoestima. 

Seguramente nos sorprendamos nosotros mismos de las cosas que más valoramos y que hoy nos hacen felices y que nunca hubiéramos pensado.
Por ejemplo, es habitual ver personas frustradas y con baja autoestima porque piensan que no lograron nada solo porque no obtuvieron el trabajo que querían. Sin embargo, estas personas pueden ser incapaces de valorar que han logrado formar una familia que les quiere, que han tenido hijos de los cuales pueden sentirse orgullosos y un sinfín de cosas más.

Para mejorar la autoestima, es importante saber valorar los logros que se han conseguido y no sufrir por aquellos que no se han alcanzado. Si tanto nos duele no haber conseguido algo, lo mejor es luchar por conseguirlo pero no sentarse a sufrir, a lamentarse, a sentirse mal y a quitarle importancia al resto de las cosas que si se han conseguido.

Tener la capacidad de Valorar los logros personales es muy importante para mejorar la autoestima. Muchas personas pueden no dar importancia a la mayoría de sus logros simplemente porque no han logrado alguno en particular. Sin embargo, es importante darse cuenta de todo lo que se ha hecho en la vida y todo lo que se ha aprendido por pequeño que sea.

Algunas personas también son capaces de reconocer sus logros personales pero no le dan la importancia que deberían porque se comparan con otras personas que han logrado otras cosas que también les hubiera gustado conseguir.

Para poder mejorar la autoestima, lo mejor es tomarse un tiempo para plantearse y pensar todo lo que se ha logrado en la vida y todas las cosas que hoy nos hacen felices y hemos conseguido.

Mucha gente puede no darse cuenta que toda su vida persiguió un supuesto sueño y que aunque no lo ha logrado ha conseguido otras tantas cosas que le han dado una gran felicidad. Por este motivo, sentarse a pensar o hacer una lista sobre los logros más importantes que se han conseguido, es una excelente práctica para mejorar la autoestima. Seguramente nos sorprendamos nosotros mismos de las cosas que más valoramos y que hoy nos hacen felices y que nunca hubiéramos pensado.

Por ejemplo, es habitual ver personas frustradas y con baja autoestima porque piensan que no lograron nada solo porque no obtuvieron el trabajo que querían. Sin embargo, estas personas pueden ser incapaces de valorar que han logrado formar una familia que les quiere, que han tenido hijos de los cuales pueden sentirse orgullosos y un sinfín de cosas más.

Para mejorar la autoestima, es importante saber valorar los logros que se han conseguido y no sufrir por aquellos que no se han alcanzado. Si tanto nos duele no haber conseguido algo, lo mejor es luchar por conseguirlo pero no sentarse a sufrir, a lamentarse, a sentirse mal y a quitarle importancia al resto de las cosas que si se han conseguido.




domingo, 10 de diciembre de 2017

Catalunya: Prudencia Y Audacia


¡Prudencia! En situaciones de gran complejidad, cuando las decisiones a tomar parecen tener un alcance más importante que en tiempos ordinarios, se suele apelar a la prudencia. Como si se tratara de un antídoto ante el peligro, al reclamarla uno espera poder templar y redirigir unos impulsos que sospecha pueden desencadenar más complejidades. La prudencia, sin embargo, no implica necesariamente ser conservador o timorato ante una determinada situación. En la tradición clásica griega, la prudencia, junto con la templanza, la fortaleza y la justicia, forma parte de lo que podemos llamar las virtudes fundamentales. Todas ellas constituyen un conjunto de herramientas básicas e imprescindibles para aspirar a una vida plena.

Aristóteles, pensador por antonomasia para referirse a la prudencia, la define como la capacidad de descubrir por medio de la deliberación racional el bien de la acción a emprender. Es decir, es la habilidad de encontrar por medio de la reflexión que hay de óptimo y qué no en las acciones que se quieren llevar a cabo. Por tanto, la prudencia es el esfuerzo lúcido por leer correctamente una situación y encontrar, tras considerar todas las opciones posibles, aquella acción que ayuda a solventar de manera satisfactoria el problema.

La prudencia implica saber en qué terreno nos estamos moviendo, entender qué dinámicas entran en juego en cada momento, desentrañar las posibles consecuencias de las decisiones planteadas y decidir, entre ellas, cuál se cree que razonablemente reporta más beneficios. Una conducción prudente, por ejemplo, es aquella que no se pone en riesgo a sí misma ni amenaza la de los demás, y es obvio que para ello el exceso de velocidad supone una grave imprudencia. Asimismo, conducir a una velocidad excesivamente lenta puede ser igualmente arriesgado. De hecho, el código de circulación establece tanto una máxima como una mínima.

El relativismo y cierto utilitarismo que comporta la prudencia queda matizado según Aristóteles cuando reconocemos el objetivo final que dirige todas nuestras acciones.

La finalidad última de la decisión, precisa el pensador griego, es la felicidad ('eudaimonia'), de modo que toda acción busca favorecer explícita o implícitamente su conquista. Una persona prudente, pues, es aquella que toma decisiones que ayudan a colmar sus anhelos más profundos de felicidad y que no la pone en peligro de forma temeraria.

Esto que en lo personal tiene una lectura bastante diáfana, en el campo de la decisión política se hace menos evidente. Porque es obvio que una opción política se presenta ante sus conciudadanos como una alternativa ideológica (una determinada idea de felicidad colectiva, podríamos decir) que se traduce en un proyecto con consecuencias concretas para el día a día de la ciudadanía. En la mayoría de las ocasiones, sin embargo, y siempre que hablamos de democracias, esto debe hacerse en cohabitación con otras concepciones muchas veces contrapuestas a la propia y en situaciones sociales que la pueden hacer incluso no deseable. 

El arte de la prudencia política implica no solo ser capaz de leer correctamente la magnitud de la pluralidad ideológica, sino que además exige al político ser hábil para compatibilizar las complejidades del contexto con la legitimidad de llevar a cabo el proyecto político por el que ha sido elegido. En este sentido, imponer aceleradamente su programa sin prever la realidad de las consecuencias para el bienestar del conjunto de la ciudadanía puede ser tan imprudente como reducir hasta a la nada la velocidad con que lo desarrolla. No hay manual de instrucciones.

La política, como la vida, se hace día a día. Pero nadie duda que el actual es un momento especialmente exigente para todos sus actores. Tanto quien gobierne en Catalunya como quien lo haga desde la Moncloa deberá saber interpretar correctamente el contexto y tramar con sentido prudente los hilos que mueve. Platón, que fue maestro de Aristóteles, lo condensa en una metáfora muy apropiada. El arte de la política, dice, es como el arte de tejer. 

Debe hacerse paso a paso, punto a punto. Y todos los pasos son importantes porque en cualquier momento el tejido puede deshacerse. Si la prudencia es la virtud por antonomasia que debe regir todas las decisiones, en política esto es especialmente patente. Las complejidades son mayores, las responsabilidades más grandes y la creatividad más necesaria. Y ahora más que nunca. De no ser así, tendremos que darle la razón a Groucho Marx y resignarnos a reconocer que «la política es el arte de buscar problemas, hacer un diagnóstico falso y aplicar los remedios equivocados».