sábado, 21 de abril de 2018

La Vida Que Percibimos


Hoy quiero hablarles de la percepción humana, esa maravillosa herramienta evolutiva que nos permite desde enamorarnos hasta sortear obstáculos que atenten incluso contra nuestra propia vida.

Resulta paradójico que una misma “herramienta” pueda controlar extremos tan distantes en nuestro vivir, pero ¡así es!  A través de la percepción los seres humanos somos capaces de seleccionar pareja, reconociendo e interpretando signos casi imperceptibles haciendo más fácil la selección natural para la conservación de la especie.

También es un mecanismo evolutivo de protección, nos hace darnos cuenta de los peligros que nos rodean y nos pone en situación de alerta para ser capaces de reaccionar de la manera adecuada a estímulos agresivos, haciéndonos retirar la mano de una fuente de calor, cubriéndonos cuando hace frío…o descargando dosis de adrenalina para sobreponernos a un fuerte impacto con el único interés de preservar nuestra vida.

La percepción es no solo nuestro proceso de “asimilar” los estímulos sino es además la manera cómo reaccionamos ante ellos, cómo cada uno de nosotros nos manejamos o conducimos en el entorno que nos rodea y, además, es el mecanismo a través del cual realmente convivimos en sociedad. Entonces, más específicamente, debemos hablar sobre  la semiótica de la percepción.

Todos estamos expuestos a una inmensa cantidad de estímulos a cada momento del día, partiendo por cosas cotidianas y domésticas como el sonido de un despertador o el “ringtone” que asignamos a una persona específica y significativa de nuestra libreta de contactos, las luces de un semáforo, el aroma del primer café de la mañana, el sabor de un postre, el contacto con la textura de una superficie y hasta los más complejos sistemas de signos, por ejemplo, un mapa, un manual constructivo, las letras de un libro, los diagramas informáticos, los datos que refleja un equipo médico para controlar los valores de la respiración durante una cirugía, etc. No podríamos reaccionar ante toda esta avalancha de sensaciones sin la herramienta de la percepción
.
Hay que recordar o aclarar que percibir no es sinónimo de “ver”; vemos con los ojos y a través de un mecanismo también maravilloso que es la vista, pero no es suficiente. Percibimos a través de los cinco sentidos y por medio de estímulos que pueden ser visuales, auditivos, gustativos, olfativos y táctiles, y que tienen muchas más categorías dentro de sí mismos, volviendo el proceso de percibir algo muy complejo, específico y detallado.

Estos signos estímulos generan en nosotros sensaciones, las cuales duran únicamente fracciones de segundos para que, al ser asimiladas, nuestro cerebro las convierta en percepciones, involucrando  procesos cognitivos y otorgándoles  significados.

Este proceso continuo e ilimitado es la “semiosis”: la capacidad humana de asignar significado a todo lo que le rodea. De esta manera es como realmente nos comunicamos y es así como la fragancia de un perfume significa para nosotros el recuerdo de una persona en particular, la música y la letra de una canción nos remonta a un momento importante de nuestra vida… un color nos puede hacer pensar en una marca específica y un símbolo nos puede comunicar un concepto.

No podemos hablar de semiosis sin aclarar que la semiótica es el estudio de los signos dentro de un contexto social, por lo tanto ese proceso perceptivo estará siempre condicionado por las características y particularidades de cada uno de nosotros.

Percibimos de acuerdo a quienes somos, a nuestra sensibilidad,  carácter y temperamento,  a nuestro nivel de estudios, nuestra identidad cultural, creencias religiosas, ideologías políticas, tendencias sexuales, género, edad, status social y capacidad adquisitiva, a nuestras experiencias de vida, sean éstas agradables o no.

Es por eso que un diseño no funcionará de la misma manera para un público oriental que para Latinoamérica, tenemos un simbolismo diferente para ciertos colores, palabras y lugares… percibimos diferente.

Por lo tanto, los diseñadores debemos estar conscientes que al utilizar signos para comunicarnos con grupos y públicos específicos también debemos tomar en cuenta sus similitudes y diferencias para percibir. De ahí la importancia de segmentar muy bien nuestros mercados o target y centrar nuestra atención en el usuario. 

Por tal razón se recurre a la utilización de estereotipos que son, en palabras sencillas, la anulación de los rasgos particulares, agrupando a las personas por sus características generales, tratando de reducir las individualidades al mínimo para facilitar la efectividad de este proceso perceptivo y generar la respuesta esperada.

Podríamos escribir muchísimo más acerca de la maravilla de la percepción pero quizás el punto medular sea que es parte de nuestra esencia, que está directamente relacionada a nuestro ser individual y que constantemente está siendo modificada por todos los acontecimientos, pequeños o grandes,
afortunados o no, que marcan nuestra vida. Que con cada nueva experiencia o cambio al que nos enfrentamos modificamos nuestra manera de percibir y que, como dije al principio, la percepción es una herramienta evolutiva que nos ayuda a seguir viviendo y nos permite adaptarnos a nuestro entorno actual, sin duda no es igual al de ayer y será totalmente distinto al de mañana.

La vida cambia y con ella nuestra situación laboral, familiar y emocional, por lo tanto, percibimos siempre de acuerdo a nuestra propia historia.


Realidad, ¿Cuál Realidad?

Mi realidad o su realidad, ¿cuál de las dos? el problema radica en que el consciente y el inconsciente de cada persona también tienen su propia realidad, por lo tanto creo que no existen los hechos dados por esta “realidad” condicionada a nuestros prejuicios que desde luego no son fijos sino variables de acuerdo a nuestro entorno y por supuesto al tiempo. 

Entonces para poder determinar la veracidad de nuestras experiencias o mejor dicho la falta de proposiciones por que nuestra realidad es limitada solo a nuestro punto de vista lo mejor sería admitir que nada es falso en nuestros argumentos, solo es la falta de hipótesis comprobables que validen la veracidad de nuestras estipulaciones o la falta de herramientas para comprobar lo correcto o incorrecto de esas aseveraciones, por eso la mayoría de ocasiones imponemos nuestras condiciones sin tomar en cuenta la de las personas con que nos relacionamos por eso creo que este obstáculo que no permite la adaptación de nuestra intuición a las condiciones nuevas u opiniones de otras personas radica en la persistencia de las antiguas formas de representación presentes en cada término de nuestro proceso de comunicación con seres queridos, amigos, compañeros de trabajo y desconocidos.

Por eso propongo un método para generar un conocimiento discriminante que nos permita ser holísticos, que abarquemos todos esos matices verbales, corporales y tal vez esos que se nos pueden escapar de nuestra limitada percepción (No como estructura estadística o financiera sino bajo el concepto de la hermenéutica):

1. Construir a modo propio una técnica del logro consciente de un objetivo dado en vez de la técnica que se presenta espontáneamente y casi en cualquier momento en nuestras vidas como una expresión de la supuesta armonía hacia el entorno, este modo daría como resultado que nuestra actividad diaria nos desligue  de la dominación de nuestro intelecto volitivo.

2. Nuestro intelecto debe ser inquieto y analítico, deseoso de enmarcar la experiencia dentro de un esquema en que la verdad (Tomada de distintos puntos de vista) sea analizada sin ningún esfuerzo consciente aceptando la experiencia tal y como es sin interpretarla por el intelecto. Por que tanto la ciencia como la filosofía o cualquier otra forma de acercarse a la verdad tienen un valor como recurso temporal o como indicador direccional considerados como logros elevados, son conceptos del mundo relativo y es en este en el que son verdaderos y tienen cuantía por eso es necesario actuar en un campo de libertad no ligado a teorías sino a hipótesis que cambiarán de acuerdo a la situación y a las personas que lo crean.

3. Este punto es para que nosotros o mejor cada persona que lea esta entrada lo llene con sus experiencias, por supuesto esperaría comentarios, opiniones y sugerencias.

Y como la frutilla del pastel me queda esta frase: Sacar una conclusión equivale a completar un círculo.



Nuestra Mente


"No conozco ninguna cosa que sea tan ingobernable como una mente no desarrollada.
En verdad que una mente no desarrollada es ingobernable.

No conozco ninguna otra cosa que sea tan gobernable como una mente desarrollada.
En verdad que una mente desarrollada es gobernable.

No conozco ninguna otra cosa que proporcione tanto sufrimiento como una mente no cultivada y no desarrollada.
En verdad que una mente no cultivada y no desarrollada proporciona sufrimiento.

No conozco ninguna otra cosa que proporcione tanta felicidad como una mente cultivada y desarrollada.
En verdad que una mente cultivada y desarrollada proporciona felicidad"


AnguttaraNikaya.

Las Ilusiones


Para algunos, las ilusiones siempre son falaces espejismos, como las aguas de los manantiales que engañan al sediento durante su andar por el desierto. O los cantos de sirena que tientan al astuto Ulises en la Odisea, una de las obras maestras de Homero.

“Quien vive de ilusiones, muere de desengaño”, se les oye decir, aunque no necesariamente con mala fe. Es una sentencia recurrente, con sabor a frustración, que intenta ubicarnos en medio de una realidad solo validad para las ciencias exactas, sin tener en cuenta que muchas veces —cito a Ernesto Sábato— “en la vida, la ilusión, la imaginación, el deseo y la esperanza cuentan más”.

No pretendo despojar de su valor a las ciencias exactas, pues no estaría actuando dentro de mis cabales; pero vivo convencido de que sus virtuosos maestros alguna vez fueron blanco de la ilusión y soñaron con ser grandes matemáticos o físicos. Lo lograron porque lucharon y, a golpe de perseverancia y genialidad, hicieron realidad sus anhelos. Sus ilusiones nunca desembocaron en la mar del desengaño
.
El caminante del desierto es víctima de una ilusión óptica con apariencia de realidad. Yo hablo de todo lo contrario, de la realidad que le abre paso a la ilusión, a las esperanzas positivas y sueños realizables. Hablo de las ilusiones del corazón. Pero éstas también pueden ser frustrantes cuando no se convierten en anhelos, y se ponen a merced de la suerte o el destino, se desconfía del trabajo y de la inteligencia del ser humano, o se le teme a los retos de la vida. Sin embargo, cuando una ilusión trueca en sueño y le dedicamos tiempo y esfuerzo, no tiene por qué terminar en desencanto, todo lo contrario.

Podemos forjarnos la ilusión de conocer China alguna vez en la vida. No faltarán quienes nos apoyen y estimulen, aquellos que nos digan: “qué bello sería”. Tampoco faltaran los otros, los que llamo matadores de ilusiones, quienes apelan a juicios realistas, pero permeados de negativismo.

Ellos, entonces, se empeñarán en demostrarte la lejanía de esa nación asiática, el excesivo precio de los pasajes, lo tedioso de las largas horas de vuelo, lo dura que está la vida en medio de la crisis económica y otra ensarta de argumentos, todos reales, con el propósito de evitarte, según sus puntos de vista, un desengaño
.
No afirmo que el solo hecho de ilusionarse con conocer China ya asegure la visita. No es así. Ahora bien, si somos de los que se ilusionan, sueñan y luchan, y de los que no le temen a los retos de la vida, tendremos muchas más posibilidades de visitar ese gran país, que aquellos que no lo sueñan y mucho menos se ilusionan con hacerlo.

¡Hay que ilusionarse, imaginarse y motivarse, para después hacerlo! Si fracasamos, la inevitable desilusión se verá compensada por la satisfacción del esfuerzo, convencidos de que hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance. La tranquilidad espiritual, a pesar de la momentánea frustración, se encargara de alentar nuevas ilusiones.


Cuando se agotan las ilusiones, más que vivir, sobrevivimos, y la existencia se torna tan difícil como, según Juan Ramón Jiménez, “tratar de componer una rosa deshojada”.

Vendimia Tus Sueños


EL SUEÑO DE LA VENDIMIA
De las altas cumbres 
desciende el agua 
abrazando el rumbo de las acequias 
río de amor vendimiado 
padre de la cosecha 

Madre de las uvas 
gredosa y tierna 
es la tierra mía gestando el vino 
rayo de sol, su corazón 
canta por el racimo 

Mientras el sonido de las guitarras 
desperezan cuecas en su alegría 
ebria de luz pinta la vid 
el viento de la vida 
sembrador de penas, pasó el granizo 
deshojando el verde de las hileras 

Quién fuese azul 
para encender cielos de primavera. 
por las alamedas de la vendimia 
alumbrando el vino se va febrero 
plena y frutal inmensidad 
sueños de sus labriegos

Mercedes Sosa


viernes, 20 de abril de 2018

Potencia Tu Entorno



Si quieres hacer dieta convendrá que llenes tu nevera de alimentos adecuados. Si quieres  meditar te ayudará tener un espacio en tu casa donde puedas estar tranquilo y en silencio. Si tienes que superar un examen te será útil una mesa ordenada donde colocar solo lo necesario para estudiar sin distracciones. O si quieres hacer deporte tendrás que guardar tiempo en tu agenda para ese fin.

Estos son solo algunos ejemplos para mostrarte  que además de contar con tu entusiasmo y fuerza de voluntad, que a veces pueden flaquear, puedes  contar con tu entorno si sabes transformarlo en un factor colaborador.  

El entorno te influencia y tú puedes moldearlo para que, a su vez,  te moldee positivamente. Se trata de diseñarlo en forma tal que te apoye en tus propósitos, sosteniendo tu motivación y ayudándote a minimizar esfuerzos y optimizar rendimientos. Te propongo nueve pasos que te ayudarán en este empeño:

1.- Cada objetivo tiene su entorno ideal así que una vez que tengas claro lo que quieres lograr puedes empezar preguntándote: ¿cómo sería un entorno colaborador para este asunto? En general, un buen entorno es cualquier aspecto de tu vida que funcione como estructura de apoyo para tus propósitos. Puede tratarse de personas que te den soporte, tecnología que te facilite la vida, programas que te ayuden a sistematizar procesos y crear hábitos, espacios que te inspiren, formación que te ayude a evolucionar o grupos con intereses similares que refuercen tu motivación, por ejemplo.

 2.- Concreta los recursos que consideras más necesarios. Crear un entorno colaborador es como formar un equipo para que no tengas que depender solo de ti mismo. Por ejemplo, si te has propuesto pensar más positivamente y quieres repetir, cada cierto tiempo, palabras que te aportan un enfoque constructivo, sería muy estresante tener que recordar los momentos programados para hacerlo. Pero si activas alertas en tu móvil, podrás relajarte confiando en que te avisará puntualmente cuando llegue el momento de repetir tu frase inspiradora.

3.- Encuentra las diferencias: Una vez que hayas repasado todos los elementos que podrían transformar lo que te rodea en un entorno colaborador, pregúntate: ¿qué diferencias presenta esta visión con mi entorno actual? ¿qué cambios serían los más determinantes? ¿Cuáles son los que ya puedo llevar a cabo?

4.- Descubre los entornos nocivos: Quizá te des cuenta que algunos de tus entornos actuales no solo no son colaboradores sino que contribuyen a frenar tu avance. Empieza por atender esas áreas. Y cuando tengas bien claros los cambios que quieres realizar, haz una lista, prioriza los más urgentes y pasa a la acción. Si quieres dedicar un tiempo a estudiar y en tu hogar no hay espacio para concentrarte sin interrupciones, estudia en la biblioteca más cercana. Si estás haciendo dieta y te resulta difícil seguirla comiendo con tus compañeros de trabajo, aprovecha para caminar hasta algún parque y come allí.

5.- Mucho de lo que te rodea puede convertirse en un entorno favorable para la consecución de un determinado objetivo. Si al mirar a tu alrededor piensas que nada puede apoyarte, repasa otra vez lo que necesitas,  coméntalo con tu familia, amigos o profesionales que puedan ampliar tu punto de vista   Observa otros entornos y los beneficios que les aportan a personas con necesidades similares a las tuyas. 

6.- En ocasiones resulta difícil superar las resistencias  ante el cambio. Te puede resultar tranquilizador empezar por detectar, valorar y agradecer  primero lo que ya funciona bien y establecer mejoras sobre ello. Quizá no necesitas un armario nuevo pero te puede resultar más efectivo otro sistema de ordenar tu ropa en su interior  o cambiar la ruta de paseo con tu mascota puede ser la oportunidad para hacer más ejercicio físico o usar Internet para revisar las ofertas antes de hacer la compra mensual en tu supermercado preferido  te ahorraría dinero, por ejemplo.  Empezar simplemente mejorando algunas áreas puede lograr una gran transformación del conjunto y un aporte de confianza para emprender cambios más drásticos
.
7.- Conviene, además, que diseñes entornos sostenibles que no necesiten, para mantenerlos,  más esfuerzo que el que te ahorran.  Si decides hacer cambios en tu terraza para convertirla en un espacio más acogedor pues quieres tener más momentos de tranquilidad al aire libre, procura que el cuidado que requieran las plantas y el mobiliario que escojas no reste demasiado tu tiempo de relax.

 8.- No te olvides de evaluar: Para detectar estos errores de cálculo conviene que tras implementar un cambio evalúes su rendimiento en relación a lo que querías obtener al aplicarlo. La evaluación también te ayudará a que la inercia no te lleve de vuelta a las antiguas situaciones o costumbres.

9.- Diseñar paso a paso y rediseñar: Recuerda que la creación de nuevos hábitos requiere esfuerzo hasta que no están consolidados y empiezan a aportarte seguridad y beneficios.  Por lo tanto,  puede resultar conveniente ir paso a paso en vez de afrontar muchos cambios a la vez. E ir rediseñando conforme afrontas distintos retos que suponen diferentes necesidades.


Lo importante es que contemples la posibilidad de perfeccionar tu entorno para transformarlo en un sistema que te permita descargarte obligaciones, que te sirva de filtro ante posibles distracciones,  que te refuerce en tu motivación y te apoye con efectividad en tu camino.  

¡Harás más con menos esfuerzo y la vida te resultará más fácil!

Integración Social



El ser humano vive en sociedad, forma parte de un sistema. Dicha integración social potencia la autoestima personal y eleva el bienestar individual de quien se relaciona con los demás. Sin embargo, existen situaciones en las que las personas pueden estar en riesgo de exclusión social.

Por ejemplo, la precariedad económica puede estar vinculada con la exclusión social. Desde este punto de vista, existen profesionales como los trabajadores sociales e instituciones específicas que trabajan ofreciendo una ayuda concreta a esas personas que están en riesgo de exclusión.
Convivencia social
Esta ayuda tiene un doble beneficio ya que no solo sirve de ayuda para las personas vulnerables que están en riesgo de quedar fuera del sistema sino que se trata de un beneficio social para todos ya que el bienestar individual de las personas suma bienestar al conjunto.

La sociedad no es una entidad estática sino dinámica, los elementos que componen la sociedad están en constante evolución. Desde este punto de vista, puede suceder que una persona que ha formado parte de una familia acomodada esté en riesgo de exclusión en un momento de su vida como consecuencia de un problema económico o un problema personal.

La integración social tiene como objetivo potenciar a las personas en el desarrollo de su propia autonomía. Desde este punto de vista, se ha avanzado mucho en la integración de personas que sufren algún tipo de discapacidad. Esta integración social también mejora la convivencia de todos armonizando los intereses de cada una de las partes.

Atender al factor humano
Uno de los aspectos más importantes para la integración de las personas en la sociedad es el trabajo. Por ello, en tiempos de crisis económica, el riesgo de exclusión de aquellos parados de larga duración aumenta. La integración social apuesta por la atención a las personas, es decir, por priorizar el factor humano analizando los recursos que se necesitan para actuar en una situación de ayuda.

Los profesionales que trabajan en este sector analizan un perfil específico de personas en riesgo de exclusión social con el objetivo de minimizar las opciones de vulnerabilidad en la sociedad actual.