viernes, 20 de abril de 2018

Potencia Tu Entorno



Si quieres hacer dieta convendrá que llenes tu nevera de alimentos adecuados. Si quieres  meditar te ayudará tener un espacio en tu casa donde puedas estar tranquilo y en silencio. Si tienes que superar un examen te será útil una mesa ordenada donde colocar solo lo necesario para estudiar sin distracciones. O si quieres hacer deporte tendrás que guardar tiempo en tu agenda para ese fin.

Estos son solo algunos ejemplos para mostrarte  que además de contar con tu entusiasmo y fuerza de voluntad, que a veces pueden flaquear, puedes  contar con tu entorno si sabes transformarlo en un factor colaborador.  

El entorno te influencia y tú puedes moldearlo para que, a su vez,  te moldee positivamente. Se trata de diseñarlo en forma tal que te apoye en tus propósitos, sosteniendo tu motivación y ayudándote a minimizar esfuerzos y optimizar rendimientos. Te propongo nueve pasos que te ayudarán en este empeño:

1.- Cada objetivo tiene su entorno ideal así que una vez que tengas claro lo que quieres lograr puedes empezar preguntándote: ¿cómo sería un entorno colaborador para este asunto? En general, un buen entorno es cualquier aspecto de tu vida que funcione como estructura de apoyo para tus propósitos. Puede tratarse de personas que te den soporte, tecnología que te facilite la vida, programas que te ayuden a sistematizar procesos y crear hábitos, espacios que te inspiren, formación que te ayude a evolucionar o grupos con intereses similares que refuercen tu motivación, por ejemplo.

 2.- Concreta los recursos que consideras más necesarios. Crear un entorno colaborador es como formar un equipo para que no tengas que depender solo de ti mismo. Por ejemplo, si te has propuesto pensar más positivamente y quieres repetir, cada cierto tiempo, palabras que te aportan un enfoque constructivo, sería muy estresante tener que recordar los momentos programados para hacerlo. Pero si activas alertas en tu móvil, podrás relajarte confiando en que te avisará puntualmente cuando llegue el momento de repetir tu frase inspiradora.

3.- Encuentra las diferencias: Una vez que hayas repasado todos los elementos que podrían transformar lo que te rodea en un entorno colaborador, pregúntate: ¿qué diferencias presenta esta visión con mi entorno actual? ¿qué cambios serían los más determinantes? ¿Cuáles son los que ya puedo llevar a cabo?

4.- Descubre los entornos nocivos: Quizá te des cuenta que algunos de tus entornos actuales no solo no son colaboradores sino que contribuyen a frenar tu avance. Empieza por atender esas áreas. Y cuando tengas bien claros los cambios que quieres realizar, haz una lista, prioriza los más urgentes y pasa a la acción. Si quieres dedicar un tiempo a estudiar y en tu hogar no hay espacio para concentrarte sin interrupciones, estudia en la biblioteca más cercana. Si estás haciendo dieta y te resulta difícil seguirla comiendo con tus compañeros de trabajo, aprovecha para caminar hasta algún parque y come allí.

5.- Mucho de lo que te rodea puede convertirse en un entorno favorable para la consecución de un determinado objetivo. Si al mirar a tu alrededor piensas que nada puede apoyarte, repasa otra vez lo que necesitas,  coméntalo con tu familia, amigos o profesionales que puedan ampliar tu punto de vista   Observa otros entornos y los beneficios que les aportan a personas con necesidades similares a las tuyas. 

6.- En ocasiones resulta difícil superar las resistencias  ante el cambio. Te puede resultar tranquilizador empezar por detectar, valorar y agradecer  primero lo que ya funciona bien y establecer mejoras sobre ello. Quizá no necesitas un armario nuevo pero te puede resultar más efectivo otro sistema de ordenar tu ropa en su interior  o cambiar la ruta de paseo con tu mascota puede ser la oportunidad para hacer más ejercicio físico o usar Internet para revisar las ofertas antes de hacer la compra mensual en tu supermercado preferido  te ahorraría dinero, por ejemplo.  Empezar simplemente mejorando algunas áreas puede lograr una gran transformación del conjunto y un aporte de confianza para emprender cambios más drásticos
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7.- Conviene, además, que diseñes entornos sostenibles que no necesiten, para mantenerlos,  más esfuerzo que el que te ahorran.  Si decides hacer cambios en tu terraza para convertirla en un espacio más acogedor pues quieres tener más momentos de tranquilidad al aire libre, procura que el cuidado que requieran las plantas y el mobiliario que escojas no reste demasiado tu tiempo de relax.

 8.- No te olvides de evaluar: Para detectar estos errores de cálculo conviene que tras implementar un cambio evalúes su rendimiento en relación a lo que querías obtener al aplicarlo. La evaluación también te ayudará a que la inercia no te lleve de vuelta a las antiguas situaciones o costumbres.

9.- Diseñar paso a paso y rediseñar: Recuerda que la creación de nuevos hábitos requiere esfuerzo hasta que no están consolidados y empiezan a aportarte seguridad y beneficios.  Por lo tanto,  puede resultar conveniente ir paso a paso en vez de afrontar muchos cambios a la vez. E ir rediseñando conforme afrontas distintos retos que suponen diferentes necesidades.


Lo importante es que contemples la posibilidad de perfeccionar tu entorno para transformarlo en un sistema que te permita descargarte obligaciones, que te sirva de filtro ante posibles distracciones,  que te refuerce en tu motivación y te apoye con efectividad en tu camino.  

¡Harás más con menos esfuerzo y la vida te resultará más fácil!

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