lunes, 9 de abril de 2018

Un Valor Incalculable


La lectura supone uno de los mejores recursos y disciplinas para alcanzar la excelencia y crecimiento personales. Nos permite mantenernos intelectualmente sanos y vigorosos, así como la oportunidad de expandir nuestra mente hacia nuevas posibilidades y horizontes. En este artículo, quisiera desglosar las enormes ventajas que trae consigo convertirse en un lector asiduo y comprometido.

¿Por qué desde tantos estratos, organismos y culturas se hace hincapié en la importancia de la lectura? Por una razón muy simple, la lectura ofrece y satisface la necesidad y el deseo del ser humano de crecer y contemplar la realidad desde otro punto de vista o perspectiva. 

En cierta manera, la lectura nos ofrece un mundo nuevo, lleno de ricos y constructivos matices, desde los cuales, apreciar e interiorizar nuevas experiencias que nos ayuden a ver la realidad con otros ojos.

Leer un buen libro es tener una conversación profunda con su autor. 

Es adentrarnos en la forma específica, según el cual, el autor concibe el mundo en el que vive. Cada libro tiene el potencial de virtualmente cambiar nuestra vida, ya que el poder de una gran idea es incalculable

Si lees de manera profunda y atenta la biografía de Martin Luther King, Malcolm X, el Dalai Lama o cualquier figura relevante que haya influido en los estándares de este mundo, te percatarás que puedes mirar el mundo a través de sus ojos y saber qué era exactamente lo que les hacía vibrar. 
Te conviertes en ellos y sus ideas pasan a ser tuyas. Se genera una tremenda empatía y apreciación por sus conocimientos y valores. Es aquí donde se abre la ventana del crecimiento intelectual e interior.


En palabras de Oliver Wendell Holmes: “Una mente que se ha expandido con una nueva idea nunca puede volver a sus dimensiones originales”. 

En efecto, cada lectura aporta una nueva visión a nuestro catálogo de principios propios. En cada libro que pasa por nuestras manos queda un poso de incalculable valor y trascendencia. La mano que cierra un buen libro nunca será la misma que lo abrió. 

Las grandes cosmovisiones, revoluciones, filosofías y grandes pensamientos han sido plasmados en libros, que posteriormente han sido aplicados, sistematizados o mejorados por otros lectores, y así sucesivamente.

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