Llegas a la oficina y te dicen que el trabajo que entregaste
el día anterior está muy mal. Se te acerca un compañero que te comenta, de
forma burlona, que la ropa que te has puesto puesto no te favorece. Un pariente
te dice que una vez más, has llegado tarde a la reunión familiar.
No, no es un mal día. Piensa que esto se repite con
habitualidad. Pero, ¿cómo reaccionas? ¿Eres capaz de tolerar las críticas de los demás,
ya sea de jefes, compañeros de trabajo, amigos o familiares? ¿O, por el
contrario, te angustia comprobar que alguien te reprueba o no le caes bien?
Hay que tener en cuenta, en primer lugar, qué es realmente una crítica, porque ello determinará
cuándo tenemos un problema o cuándo, en realidad, el problema es del otro, del que nos
critica.
«La crítica constructiva no existe.
Una cosa es corregir, proponer, ser un mentor, y otra es criticar por criticar.
En este último caso, hay un fin negativo ya que no hay propuesta, solo se
incide en el problema», explica el psicólogo Bernardo Stamateas y autor del libro
«Trátame bien».
Al «categorizar» el tipo de crítica, podemos también
identificar los distintos tipos de personas que las efectúan:
-El que lo hace siempre es porque está frustrado: «La persona desplaza el enojo hacia los demás.
Por ejemplo, una persona frustrada en el trabajo suele criticar siempre a sus
compañeros», señala Stamateas.
-El que critica y juzga para no pensar en sí mismo: «Es un factor distractor,
el que lo hace pretende no pensar en sus errores, es una forma de decirse:
"tú eres peor que yo"».
-El envidioso: «Necesita remarcar y poner la lupa porque
eso le alivia la angustia que le genera lo bien que le va al otro».
En este sentido, hay un punto en común, como señalaba
Stamateas, en todos los tipos de críticos: No hay consejo en ningún caso, pero
además, «se marca el error desde el odio y no desde el amor y nosotros no podemos cambiar desde el
odio».
El que propone algo, el maestro, el amigo «marca el
error desde el amor, porque es necesario marcarlo, no hay que taparlo, pero el
objetivo en ese caso es la mejora».
Por lo tanto, «hay que ignorar la crítica negativa,
agresiva, sin consejo y cargada de odio porque no hay un proceso reflexivo». En cambio, «si hay
contenido de reflexión, sí hay que escuchar».
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