Adquirir nuevos conocimientos es parte de la superación personal y
profesional. Además, es una responsabilidad.
Durante toda la vida siempre se aprende algo nuevo. De hecho
los expertos en el comportamiento humano, educativo y médico a través de los
años mediante sus investigaciones se han preocupado por entender los procesos
fisiológicos, psicológicos y sociales que intervienen en el aprendizaje, así
como demostrar los beneficios de mantenerse activos en continua preparación.
El que diga que no puede adquirir otros conocimientos o que
está muy viejo para ello está equivocado.
Todas las personas tienen la
oportunidad de aprender a través de todo tipo de experiencias, sea porque han
buscado conscientemente hacerlo o porque las circunstancias y oportunidades
llegaron a sus vidas fácilmente.
Asimismo, a muchos individuos que no solo se cultivan de los
aspectos positivos de la vida, también les ha tocado reconocer que de los
errores se logran cambios favorables para el propio ser, e incluso para quienes
les rodea.
Las personas que no se actualizan y que consideran que no es
necesaria la capacitación están, metafóricamente, muertas.
Por eso, dice la psicóloga educativa Jenny Alvarado Pozo, el
hombre no solo aprende con la experiencia, la lectura o la observación, sino
con la práctica. Más aún si tiene una actitud de apertura para adquirir nuevos
conocimientos que serán útiles para su vida e interacción, social y laboral.
Para la psicóloga clínica Verónica Villacís Plúa, todas las
facetas de la vida son giros y resoluciones que implican modos de aprendizajes.
A nivel profesional, sobre todo, es absolutamente indispensable nunca dejar de
aprender, por eso hay que cultivarse, capacitarse, actualizarse, pero no
solamente en el conocimiento específico de la profesión, sino en relación a
otros saberes que le van a permitir a ese profesional tener una perspectiva
interdisciplinaria o multidisciplinaria en lo que se ha denominado la sociedad
del conocimiento.
Un profesional de cualquier carrera, dice Villacís, es un
ciudadano y no está fuera de un contexto social e histórico determinado. “A mi
juicio debe aprender a desarrollar lo que Delors en 1996 especificó como los ejes
fundamentales de la educación: aprender a hacer, aprender a aprender, aprender
a convivir y aprender a ser”.
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