Muchas veces somos conscientes de nuestra realidad,
reconocemos cuáles son esas cosas que nos hacen infelices y las personas que no suman en nuestras vidas. Sin embargo,
preferimos quedarnos de brazos cruzados y seguir hundiéndonos en la tristeza.
Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver, pero
eso no es cierto. El peor ciego es aquel que aun siendo consciente de su realidad, decide volver a
cerrar los ojos. Ser Mejor publicó
un artículo que te hará reflexionar sobre esta situación. Aquí lo compartimos
contigo:
“En más de alguna ocasión somos personas tontas a propósito,
vaya, nos aferramos a ocultar la realidad cuando no llena nuestras
expectativas, cuando no se ajusta a nuestras fantasías y sueños, cuando es más
fácil negar que aceptar. Nos convertimos en seres intransigentes, sordos,
ciegos, y nos encerramos en un mundo virtual en el que solo podemos encajar
nosotros mismos, todo para beneficiar una relación que desde hace mucho ya
terminó.
Muchas personas relacionamos el amor con las estrellas del
cielo, y de hecho es muy acertado hacerlo, ya que hay muchas estrellas en el cielo
que tiene muchos años luz que dejaron de existir y sin embargo nosotros aún
podemos verlas brillar, esto es porque se encuentran a una distancia tan grande
de nosotros que los rayos de luz que alguna vez emitieron aún siguen en camino
hacia nosotros, pero la realidad es que puede que ya hayan pasado muchos años
que dejaron de existir, es un fenómeno extraño y hermoso, y lo mismo pasa
con las relaciones amorosas, hay ocasiones que podríamos jurar que las seguimos
viviendo, pero la realidad es que tienen mucho tiempo que murieron, desgraciadamente
en el último ejemplo no son nuestros sentidos los que nos engañan, somos
nosotros mismos los que lo hacemos.
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