Tan pronto como el hombre primitivo empezó a recorrer largas
distancias para cazar, nuestras largas extremidades, piel sin pelaje, combinada
con la habilidad de sudar para regular la temperatura del cuerpo, han
evolucionado para hacernos más resistentes. Pero esto no quiere decir que
nuestro cuerpo no tenga sus limitaciones.
En el pasado, se creía que la fatiga muscular hacía que nuestro cuerpo se frenara
tras un excesivo esfuerzo intenso.
Pero hoy en día un creciente número de científicos cree que
la clave de la resistencia física está en la mente.
La teoría del profesor Tim Noakes, de la Universidad de
Ciudad de Cabo en Sudáfrica, sugiere que es nuestro cerebro y no los músculos lo que dictamina cuán lejos
podemos llegar. Durante
la actividad intensa nuestro cerebro inconscientemente sienta las bases para
evitar que el cuerpo sucumba ante el esfuerzo extremo.
El ex jugador de rugby Richard Parks fue la primera persona
en escalar las montañas más altas del mundo y alcanzar los tres polos -el
norte, el sur y la cumbre del Everest- en siete meses.
"Ya sea esquiar al Polo Sur o escalar las montañas más
altas del mundo, como atleta extremo siempre he tenido que entrenar muy duro
físicamente", explica Parks. "Pero cada vez soy más consciente de que es mi mente y no la fuerza bruta lo
que me ayuda a superar las situaciones más difíciles y de vida o muerte".
Sin embargo, científicos como el profesor Sam Marcora, de la
Universidad de Kent, opinan que la razón por la que los atletas pueden superar
sus límites, descansar y recuperar las condiciones para intentarlo otra vez, se
debe a un mecanismo consciente que depende de la percepción individual del
esfuerzo excesivo.
Varios estudios demuestran que los atletas que hacen un entrenamiento físico y mental tienen un mayor
margen de mejora: tanto como 120%, comparado con el 40% de
aquellos que sólo trabajan su forma física.
El hombre detrás de los mejores logros deportivos del Reino
Unido, el doctor Steve Peters, cree que nuestro cerebro se puede verse como
tres áreas independientes capaces de trabajar en conjunto.
Nuestro lado "humano" es lógico, el
"animal" es emocional, vital para sobrevivir pero responsable de la
ansiedad, el nerviosismo y las decisiones impulsivas.
Por último está nuestra "computadora", responsable
de programar los pensamientos y el comportamiento aprendido. Para los atletas
de élite, aprender a controlar el lado animal es vital.
Afortunadamente, como el resto del cuerpo, el cerebro puede entrenarse para un gran evento.
El ciclista de pista británico Chris Hoy es un gran defensor
de las técnicas de Peters. Él ha ganado seis medallas olímpicas y once de
mundiales
Los avances en neurociencia y tecnología utilizando
pantallas táctiles han revolucionado la forma en que los atletas pueden
entrenar.
Las habilidades que antes se pulían en el campo ahora se
mejoran en laboratorios futurísticos deportivos donde el entrenamiento del
cerebro mejora el desempeño atlético.
Ahora el entrenamiento por encima del cuello se considera
tan importante como el físico, lo que le permite a los atletas añadir
repeticiones mentales a sus series sin ninguna fatiga física.
Las pruebas cognitivas también pueden detectar
áreas de debilidad, lo que para un atleta de resistencia puede
incluir ansiedad, fatiga, estrés, metabolismo y clima.
Entonces, ¿en verdad reside en la mente la resistencia
física?
De acuerdo con Matt Furber, jefe científico del laboratorio
GSK de desempeño humano, "definitivamente la mente juega un papel en el
desempeño físico, pero la economía del ejercicio, maximización y horas de entrenamiento son la
prioridad en el desempeño de resistencia".
Sin embargo, Barry O'Neill, jefe del laboratorio cognitivo,
cree que mucha gente puede lograr ese nivel de preparación fisiológica
"pero lo que diferencia a una pequeña élite del resto del grupo es la mente".
El entrenamiento del cerebro sólo está rasguñando la
superficie sobre lo que es posible. Pero ya es visto como un ingrediente
esencial para que cualquier atleta logre esa diferencia sobre su oponente.
Para ser el mejor, la mente debe ser tan fuerte como el cuerpo.
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