domingo, 29 de abril de 2018

Construyamos Puentes

Dos hermanos, cuyas tierras colindaban, un día tuvieron una grave discusión. Desde entonces llevaban meses sin hablarse.  De repente dejaron de colaborar, después de una vida de intercambio y ayuda mutua.

Una mañana alguien llamó a la puerta de Juan, el hermano mayor. Al abrir la puerta, encontró a un carpintero.

– Estoy buscando trabajo por unos días – dijo el extraño.

Juan respondió:
– Sí, tengo un trabajo para usted. Mire aquella granja al otro lado del arroyo. Ahí vive mi hermano menor, que es mi vecino y hace meses que no nos hablamos. Quiero que construya una cerca de dos metros de alto con aquellas maderas que encontrará en la orilla del río. No quiero verle nunca más.

El carpintero le dijo:                                                            
– Creo que comprendo la situación. Muéstreme donde están la sierra, los clavos y la pala. Le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho.

El hermano mayor dejó la granja por el resto del día para ir al pueblo. El carpintero trabajó todo el día midiendo, cortando y clavando. Al anochecer, cuando el granjero regresó, el carpintero  había finalizado su trabajo.

El granjero quedó con la boca abierta. ¡No había ninguna cerca! El carpintero había construido un puente. Un puente que unía las dos granjas traspasando el arroyo.

En ese momento su hermano menor vino desde su granja, cruzó el puente y abrazó a su hermano diciéndole:

– ¡Eres una gran persona! Gracias por construir este hermoso puente después de lo que pasó. ¡Te añoraba muchísimo!


Los dos hermanos se reconciliaron e invitaron al carpintero a celebrar su reencuentro.

– Me gustaría quedarme, – dijo el carpintero – pero son muchos los puentes por construir.

Fuente: Internet autor desconocido, versión adaptada

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