Libera al genio
creativo
Se una esponja: Los
creativos tienen que actuar como esponjas, tienen que empaparse de lo que les
rodea todo el tiempo. Puedes encontrar grandes ideas en los libros que lees, en
algún anuncio que veas en la calle o en una conversación que escuches en el
metro. Nunca se sabe lo que va a ser útil.
Deja vagar tus
pensamientos: las mejores ideas pueden venir cuando no estás pensando en
nada en concreto, sino simplemente divagando. Hay evidencias de que el
cansancio puede ayudar a la resolución de problemas creativos, al bajar las
barreras que nos impiden pensar n cualquier cosa.
Sé sociable: Tener
a alguien con quien intercambiar ideas tiene un valor incalculable. En primer
lugar, cuando hablas con alguien de una idea te ves obligado a examinarla más
cerca. Y en segundo lugar, otra persona puede hacer que se te ocurran nuevas
cosas que quizás nunca habrían surgido estando solo.
Piensa a lo grande: cuando
pienses en un proyecto por primera vez, vete primero a las ideas más salvajes
sin tener en cuenta el coste o la practicidad y luego ve hacia atrás desde
allí. Una vez que haya explorado las opciones más locas, cualquier otra te
parecerá mucho más realista y fácil de realizar.
Inspírate en otros: no
se trata de copiar lo que hayan hecho otros, sino de tomar ideas de otra gente
e intentar adaptarlas para tus propias creaciones.
Toma algo que te guste y
dale una vuelta añadiéndole tu propio toque personal.
Trabaja, trabaja y
trabaja: seguro que has oído aquello de “que las musas te encuentren trabajando”. Ese es posiblemente el mejor consejo que podamos darte.
No te preocupes si
alguno de estos consejos no es bueno para ti. Lo que funciona para alguien
puede ser o inútil o incluso contraproducente para otras personas, pero la
clave es ser capaz de convertir la creatividad en un proceso que te permita ser
más eficaz y eficiente en el trabajo, sin agotarte innecesariamente.
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