miércoles, 4 de abril de 2018

Intentar Poner Las Cosas En Su Lugar


Tras el estallido de la última ola de violencia en Israel y Palestina y la muerte de más niños y niñas, no basta con pedir otro alto al fuego. Llegó el momento de emprender contundentes acciones no violentas que pongan fin a esta pesadilla que dura décadas.
Nuestros gobiernos han fracasado. Mientras hablaban de paz y aprobaban resoluciones de la ONU, han seguido comerciando, invirtiendo y contribuyendo a perpetuar la violencia junto a numerosas empresas.

Solo hay una manera de frenar este ciclo infernal de colonización israelí sobre tierras palestinas, acabar con el castigo colectivo a familias palestinas inocentes y poner fin al lanzamiento de proyectiles de Hamás y al bombardeo sobre Gaza: hacer que el coste económico de este conflicto sea tan alto que resulte insostenible.

Sabemos que funciona. Cuando los países de la UE acordaron unas directrices para no financiar los asentamientos ilegales, el gobierno israelí tembló. Y, cuando los ciudadanos persuadieron con éxito al fondo de pensiones holandés PGGM para que se retirara de Israel, hubo una auténtica tormenta política.

Puede que no parezca una forma directa de terminar con las actuales matanzas, pero la historia nos dice que incrementar el costo económico de la opresión puede forjar el camino hacia la paz. 

Firma para exigir a 6 bancos, fondos de pensiones y empresas clave que retiren sus inversiones de la ocupación israelí de Palestina. Si todos actuamos ahora de forma estratégica y calentamos la presión pública, podemos conseguir que la economía israelí sufra un duro revés y darle así la vuelta al juego que permite que los extremistas sigan sacando provecho político:


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