miércoles, 25 de marzo de 2020

El Valor Que Agregamos



Evidentemente todos estamos interesados en agregar valor. Pero la unanimidad acaba aquí, pues hay una gran diversidad de puntos de vista sobre el significado de “valor”. Creo que un primer paso para establecer una definición razonable es responder “¿valor para qué?”, es decir, ¿para qué finalidad queremos agregar valor? Aunque la respuesta obvia sea “para satisfacer al cliente”, aun así no parece haber un consenso general sobre quien sea el “cliente” o sobre cómo debemos “agregar valor para el cliente” 

Por increíble que parezca, hay muchos que creen y predican que debemos agregar valor “para el producto” (!). Y hasta son usados indicadores de desempeño para esto, tales como “tasa de utilización del activo” y “rentabilidad de inventario”. Lo que lleva a que mucha gente “empuje” producto de manera desenfrenada para el stock de producto terminado, hasta alcanzar el techo del almacén. Pero en la gran mayoría de los casos, inventario alto implica producto dañado por manoseo o deterioro, costo de almacenaje, costo de obsolescencia etc. El hecho es que mientras este inventario no se transforma en venta y esa venta no genera satisfacción en los compradores, el valor generado es cero. Por increíble que parezca, hay muchos que creen y predican que debemos agregar valor “para el producto” (!). Y hasta son usados indicadores de desempeño para esto, tales como “tasa de utilización del activo” y “rentabilidad de inventario”. Lo que lleva a que mucha gente “empuje” producto de manera desenfrenada para el stock de producto terminado, hasta alcanzar el techo del almacén. Pero en la gran mayoría de los casos, inventario alto implica producto dañado por manoseo o deterioro, costo de almacenaje, costo de obsolescencia etc.

El hecho es que mientras este inventario no se transforma en venta y esa venta no genera satisfacción en los compradores, el valor generado es cero.

Para otros, “cliente” es el cliente interno, es decir, aquel que recibe el resultado de mi trabajo. Así, si satisfago a mi cliente interno, estoy agregando valor. Definir valor de esta manera puede tener alguna utilidad como discurso exhortativo, pero en la práctica puede acarrear problemas: si la cadena proveedor-cliente interno no está enfocada y orientada a la satisfacción del cliente final, tendremos un equipo de trabajadores satisfechos entre si, amigos con excelente relación, pero allá en la punta de los procesos habrá clientes finales irritados (sin contar aquellos que ya se fueron).

Para otros, agregar valor es incorporar tecnología al producto, haciéndolo cada vez más sofisticado. Pero si los nuevos recursos del producto no encuentran en el mercado clientes que reconozcan en ellos la satisfacción de sus necesidades, el resultado será un montón de chatarra que no sale del estante.

Y, claro, hay aquellos que entienden que generar valor es generar dinero, sea en venta de productos, sea en valor de mercado de la empresa. Esto es relativamente fácil de hacer en el corto plazo, pero el verdadero desafío es hacerlo de manera sustentable a largo plazo. Y esto es imposible si la empresa y sus productos no satisfacen consistentemente a los consumidores, hoy y siempre.

En todas estas situaciones vemos que aparece como criterio definitivo de éxito la figura del cliente final, es decir, aquel que toma la decisión de comprar y que efectivamente paga por el producto que recibe. Toda la confusión viene de no reconocer que la finalidad es la satisfacción del cliente final, y tal confusión se vuelve aun mayor cuando se confunden los medios con el fin. Para satisfacer los clientes puede ser necesario tener un stock de producto terminado, o buscar la satisfacción del cliente interno, o aun innovar el producto con más tecnología. Pero todos estos son apenas medios para la gran finalidad de satisfacer (y mantener satisfecho) al cliente final. Cuando le preguntaron al Dr. Deming cuál era su definición de “calidad”, él muy sabiamente respondió: “– Qué es calidad? No me pregunten a mí. Pregunten al cliente.” De hecho, el cliente es el gran juez de la calidad; es él quien decide dónde va a gastar su dinero tan duramente conquistado. Este último aspecto (dinero) indica que la definición de “valor” estaría incompleta si apenas contiene el concepto de “satisfacer al cliente final con las características de desempeño funcional del producto”, sin cualquier relación con el precio que él está dispuesto a pagar por el beneficio. Aumentando a esto la cuestión del tiempo de respuesta o plazo de entrega del beneficio al cliente, podríamos definir valor de la siguiente manera:

“Valor es un conjunto de funciones útiles incorporadas al producto, entregadas al cliente en el momento correcto y por un precio adecuado, conforme la apreciación del propio cliente, específicamente para cada caso.”


La Luz Interior


“El sol en tu interior: Llevamos dentro esa luz que nos mantiene vivos, que renueva nuestro espíritu y disminuye toda oscuridad que muchas veces intenta introducirse”

El sol en tu interior es esa llama que te impulsa a seguir.
Quizás no siempre la percibas. En muchas ocasiones nos encontramos “como apagados”, sin fuerzas, quizás debido a situaciones desalentadoras que nos tocan vivir.

Son esos los momentos en que pareciera querer entrometerse la oscuridad y pretender opacarnos, apagar nuestra luz interior.

Entonces el desánimo actúa y le permite dar unos pasos hacia adentro. Mientras nosotros, nos encontramos con tan poco aliento, abrumados por los problemas que no advertimos como lentamente la oscuridad va filtrándose en el alma.

Aún así, no tiene el poder de apagar totalmente el sol que vive dentro de ti, de mi, de cada ser que habita este mundo.

Tal vez haya sombras muchas veces, que te impidan pensar con claridad cuando enfrentas desafíos importantes.

No importa cuánto intente inmiscuirse la oscuridad intentando apagar tu sol. Ya que su llama nunca se extinguirá, solo depende de ti que la hagas brillar siempre.

Es esa luz la que luchará por ti y combatirá toda fuerza extraña que desee usurpar su territorio, desalentarte y hasta vendar tus ojos. Impondrá que solo veas oscuridad y no adviertas cuantas y radiantes bendiciones  se hallan rodeándote cada día.

Recuerda que aun en medio de las tinieblas, hay pequeños milagros, bellas personas, inolvidables momentos. Hay corazones sosteniéndote y consolando tu ser para que no bajes los brazos. Son quienes te ayudan a que tu sol interior continúe encendido.

Como cuando el cielo se ennegrece y los rayos amenazantes se presentan, indicando una gran tormenta, aterrándonos y haciéndonos dudar si lo soportaremos o no.

Sin embargo, como siempre ocurre, las oscuras nubes comienzan a disiparse poco a poco y el sol vuelve a brillar. Ese sol que nunca se apagó, solo que los nubarrones lo ocultaron.

Así es como sucede en tu interior. Cuando creas que las tormentas de la vida te intimiden  y parezca que tus fuerzas no serán suficientes para abatirlas, no olvides que aún permanece encendido el sol que llevas dentro.

Todo pasa! Aférrate a ella.
Déjala brillar. Enfrenta con Fe y constancia la lograbez que los problemas te acarreen. No serán más que nubes pasajeras…

Busca dentro de ti, a ese sol radiante que siempre tratará de guiarte e iluminar tu sendero. Siempre te incentivará a “ver el lado bueno de la vida”, reconocer las bendiciones que no siempre  distinguimos en medio de la tempestad, pero que están presentes.


Sigue tu sol, vayas donde vayas, enfrentes lo que enfrentes!
 

Tender Puentes



La inclusión hay que vivirla”. Así de contundente se mostró la profesora Araceli Arellano, 
investigadora principal del proyecto  La transición a la vida adulta de jóvenes de la comunidad gitana en Navarra, en  la presentación de la Jornada sobre inclusión educativa de la comunidad gitana, celebrada en la Universidad de Navarra.

En ese mismo sentido se pronunció la profesora del I.E.S Río Arga (en Peralta), María Carmen de Carlos, quien aseguró que no se puede afrontar una realidad si se desconoce “Si como docentes vamos a enseñar, necesitamos conocer la realidad. ¿Cómo vamos a afrontar al alumnado gitano si ni siquiera conocemos cuántos hay en nuestro sistema educativo?”. La docente, que formó parte de una mesa redonda con Javier Arza, miembro del departamento de trabajo social de la UPNA; Ricardo Hernández, miembro de Gaz Kaló y que estuvo moderada por la profesora Mª Ángeles Sotés, lanzó varias preguntas sobre prejuicios y quiso compartir su testimonio como docente implicada en un proyecto de inclusión entre alumnos gitanos y ‘payos’.  Dicho proyecto comenzó hace 4 años y fomenta el apoyo escolar entre iguales: de alumnas gitanas, y payas, a alumnas gitanas. Gracias a esta iniciativa, un buen grupo de alumnas han completado con éxito la educación secundaria, obteniendo el título obligatorio, meta que hace unos años parecía muy alejada de su realidad.

Por su parte, Javier Arza hizo una descripción de la situación en la que se encuentra la comunidad gitana, repasando su historia, y apuntó algunas de las líneas de intervención establecidas para mejorarla. Aquí hizo un énfasis sobre el porcentaje de alumnos que acceden a estudios de Educación Secundaria y  Enseñanza Superior así como índices de éxito.  Se refirió, además, a algunas barreras presentes aún en el sistema educativo que dificultan el logro de la inclusión de alumnos gitanos.  Por otro lado, Arza también comentó algunas fortalezas del pueblo gitano, concretamente enfatizó el papel de la familia “como espacio de cuidado, aprendizaje y socialización”. 
“Llegar al colegio me hizo conocedor de otra realidad”

Ricardo Hernández, por su parte, coordinador de la Federación Gaz Kaló, se dirigió en el cierre de la mesa redonda a los alumnos y quiso compartir con ellos parte de su historia: “Yo fui de los primeros gitanos en sacarme el graduado escolar. Cuando llegué al colegio, fue la primera vez que sentí que era diferente. Tenía como referencia la memoria histórica que me había transmitido mi familia, llegar al colegio me hizo conocedor de otra realidad”.

Hernández quiso aprovechar la ocasión para hacer un llamamiento a los futuros docentes: “Tenéis que ser muy curiosos, espero que en esta jornada os hayamos despertado la curiosidad sobre la comunidad gitana, y esperamos que entre todos podamos cambiar esta situación de discriminación”.

La jornada concluyó con un taller en el que alumnos de la Facultad de Educación y Psicología, y jóvenes gitanos de Gaz Kaló (la mayoría de ellos, cursando educación secundaria) divididos por grupos, reflexionaron sobre prejuicios, conductas discriminatorias presentes aún en la sociedad y propuestas de solución que se podrían llevar a cabo desde el ámbito educativo.


La Mente Que Perdura


Es normal que las personas de edad avanzada se tornen más lentas en sus movimientos y estén más tiempo inactivas.

Desde el punto de vista de la mente, también con la edad declina la agilidad mental y la memoria y cuesta prestar atención. Sin embargo esta condición no confirma un mal pronóstico sino que es producto del desgaste normal debido al paso de los años, que hoy en día se puede revertir.

El cerebro tiene la capacidad de mantenerse joven si se realiza una actividad mental adecuada toda la vida, porque el ejercicio de la mente ayuda a fortalecer las conexiones y neuronales.

La lectura es accesible a todos y es sumamente útil para mantener el cerebro en funcionamiento y cualquier trabajo o hobby que exija creatividad e imaginación puede resultar conveniente para las personas mayores si disfrutan haciéndolo.

El aislamiento es el peor enemigo que atenta contra el funcionamiento normal del cerebro y que participa como factor principal de su deterioro; ya que los vínculos afectivos ayudan a conectarse con la vida y mejoran la actividad cerebral.

La motivación para vivir en edades avanzadas es muy importante porque mantienen tanto la agilidad del cuerpo como la de la mente.

El cerebro posee mecanismos para recuperar sus funciones y resolver sus problemas cuando se producen lesiones en su estructura, creando nuevas conexiones entre las neuronas.

Según estudios realizados en la Universidad de Columbia, en 2001, y recientes en la Universidad de Barcelona, se produce un menor deterioro neuronal en personas con mayor desarrollo intelectual y nivel de educación.

Hay que exigirle a la mente, estimularla, planteándole nuevos desafíos, atreverse a implementar estrategias de vida diferentes, y tratar de evitar la rutina y el sedentarismo.

Las personas mayores suelen perder el entusiasmo y la curiosidad. Dejan de moverse con el cuerpo porque disfrutan del silencio y la vida cómoda, se aferran a lo conocido, les cuesta aceptar nuevas ideas y adaptarse a los cambios y tienden a abandonar intereses y relaciones.

La buena alimentación y el control de la salud también son factores que inciden en el buen funcionamiento del cerebro.

Según los estudios realizados por neurocientíficos, las neuronas que no se utilizan dejan de conectarse y de actuar, porque después de los veinte años las elecciones de los individuos hace que se parcialicen sus intereses y se centren en las funciones específicas que determinan su vocación y se abandonen otras áreas.

El cerebro es como el disco rígido de una computadora porque guarda en un archivo sus experiencias.

Si permanece activo se fortalecen estos recuerdos, en cambio si no está sometido a exigencias o nuevos desafíos se van debilitando las conexiones nerviosas, perdiendo el registro de esas experiencias y aprendizajes y deteriorando el funcionamiento intelectual.

Los científicos están de acuerdo en afirmar que es posible activar las conexiones neuronales e inclusive que el cerebro pueda generar nuevas, y denominan neuroplasticidad a la capacidad de aumentar la reserva de conocimientos y mejorar el rendimiento del intelecto mediante la estimulación mental.

El deterioro mental también se relaciona con el modo de elaborar las pérdidas, con el carácter que tiene cada uno, con la capacidad de elaborar proyectos y de poder atribuirle significado y valor a la vida.

Fuente: Diario La Nación, agosto/09, Sección Empleos, notas de Griselda Russo, Jorge Campos y Javier Blanco Toledo.


martes, 24 de marzo de 2020

La Ofrenda De Ti Mismo

En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.»

Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales.
Llamando a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

Jesús estaba un día en el templo, cuando "vio que la gente echaba su ofrenda en el tesoro" y Él se fijó en una pobre viuda que echaba tan solo dos reales y.... sus ojos se llenaron de alegría y seguro que también de lágrimas y dijo a sus discípulos: “en verdad os digo que esta viuda ha echado más que nadie. Porque todos los demás han echado de lo que le sobra, pero esta mujer ha echado lo que necesita para vivir".

Jesús desprecia las apariencias y especialmente las piadosas. Y entonces llega esta pobre viuda, sin apoyos materiales ni afectivos, y echa en el "tesoro" del templo sus dos monedas que bien pueden significar toda su vida: alma y cuerpo. Y puesto que era todo lo que tenía, ofreció más que nadie.

Jesús se alegra enormemente al ver a esta viuda que se acerca y deposita, sin hacer ruido, porque era muy pequeña, su diminuta ofrenda.

Esta viuda es el símbolo de una vida total y únicamente entregada hacia la búsqueda de Dios. Dios no desea nuestro dinero, bienes, títulos y prestigio, Dios desea lo más profundo de nosotros, desea el don de nosotros mismos. Dios no quiere tus cosas, te quiere a ti.

Quiere que tú seas don para Dios y para los demás.

Esta mujer, con el ejemplo humilde de su vida, conmovió el corazón de Cristo, fuente de la gracias, profundamente.

¿Tu fe te hace ser don para los demás o tu fe depende de "tus excedentes", de tus méritos?

¡Paz y Bienestar!


Sembrar Y Cultivar



¿Existe una máxima que debería ser la base de las acciones que uno toma a lo largo de su vida?

Seguramente es la máxima de la compasión: no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti.
Confucio

Prepáralo, pero hazlo adecuadamente. Escúchate y escucha a tu entorno. Tampoco busques imposibles ni venganzas, ya que eso solo atrae al fracaso y a la frustración.

Cada uno recoge lo que siembra. Si siembras trabajo, recogerás éxitos. Si siembras amor, recogerás felicidad. Si siembras vientos, recogerás tempestades. En definitiva, que si quieres que algo ocurra, predisponlo todo para que suceda.

La ley de la cosecha

La ley de la cosecha es cosechar más de lo que se siembra. Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino.
James Allen

Todo lo que se siembra se cosecha en mayor cantidad. Nuestras semillas se hacen más voluminosas en su transformación y se convierten en algo diferente; es decir, crecen y se desarrollan.

Obviamente, no se recoge el mismo día en que se siembra, pero tú eres el responsable de lo que haces antes y después de la siembra. Este proceso requiere de tiempo.

Eres libre de hacer o no hacer, de pensar o no pensar, de actuar o no actuar, de decir o no decir, etc. No le eches la culpa a los demás de lo que te sucede. Eres libre de tus actos, pero no de sus consecuencias.

Si no te gusta lo que cosechas, analiza y cambia lo que siembras. No te canses de hacer el bien, ni dejes de trabajar cuando todo se complica. No crecemos cuando las cosas se vuelven fáciles, sino que lo hacemos cuando aumentan los desafíos

.Mira bien lo que siembras

Construimos nuestra vida lentamente y, sin darnos apenas cuenta, estamos caminando por senderos que hemos ido forjando. Conocemos como la palma de nuestra mano el valor del esfuerzo, del sacrificio y de la voluntad.

Sabemos que es el camino del éxito pero, sin embargo, lo descuidamos con facilidad.

Cosechar éxitos no siempre es dulce. El proceso hasta el éxito puede ser amargo, pues requiere de gran cantidad de sacrificio y de autocontrol. Sin embargo, cuando comenzamos a cambiar, a hacer cosas diferentes, comenzamos a alcanzar logros.

Lo mismo ocurre con la obtención de la felicidad. Hace falta plantar sonrisas y actos de bondad en semillas, tratarnos y tratar a los demás con buena voluntad. Actuar de la manera contraria solo atrae sentimientos destructivos.

Todo lo que se siembra se cosecha en mayor cantidad. Nuestras semillas se hacen más voluminosas en su transformación y se convierten en algo diferente; es decir, crecen y se desarrollan.

Obviamente, no se recoge el mismo día en que se siembra, pero tú eres el responsable de lo que haces antes y después de la siembra. Este proceso requiere de tiempo.

Eres libre de hacer o no hacer, de pensar o no pensar, de actuar o no actuar, de decir o no decir, etc. No le eches la culpa a los demás de lo que te sucede. Eres libre de tus actos, pero no de sus consecuencias.


Optar Por La Dignidad



“En términos de tu autoestima, debes saber, desde lo más profundo, que eres digno.”

La Llave Menor de Salomón (*)
Lemegeton Clavicula Salomonis es un grimorio de los siglos XVI o XVII – de autor desconocido – en el que se habla de la naturaleza del mundo espiritual, lo seres que lo habitan y los métodos para acceder al conocimiento allí oculto.

El libro parece haber sido realizado como una compilación de fuentes y conocimientos de cuya procedencia no estamos del todo conscientes, y consta de 5 partes diferentes, cada una dedicada a un asunto distinto: se sabe que muchos de los elementos que lo componen ya existían en el siglo XIV, y de acuerdo con el documento habría sido originalmente escrito por el mismo Salomón.

Salomón nos habla de la autoestima, del amor a uno mismo, de la dignidad y el merecimiento en el capítulo 10 del libro Solomon Habla sobre Reconectar tu Vida. Y también de la envergadura del proceso que se avecina.

Eric fue el que inició este camino, el que abrió la primera puerta, y el que más experiencia tiene para comprender y transmitir de qué trata todo esto, pero no es solo él. Somos parte integral de un gran paso que ya estamos dando. Lo sentimos en el corazón, en la esencia.

Hay una llamada que no viene de fuera, sino de lo más profundo de nuestro Ser. Y es importante saber que eres digno/a, que dar lo mejor de ti mismo/a a los demás parte de reconocerte y amarte.

Reconocer y amar también la importante labor que estás realizando y que no estás en ella por casualidad, sino porque este es tu momento y el sitio donde tienes la oportunidad de desplegar la grandeza que ya está en ti, que no has de buscar, solo reconocer y observar.

No hay nada que tengas que conseguir. Ya eres todo lo que se necesita.
No hay técnicas, porque no es necesario añadir nada.

Y no hay herramientas que añadir, porque siempre ha sido sencillo.
Debes saber que eres digno/a.


El Chancho Rengo


Conocernos es uno de los mejores regalos que podemos dar a nosotros mismos, si sabemos “de que pie rengueamos” es más fácil corregir actitudes hacia el dinero que nos impiden concretar nuestras metas. Para conocer tu personalidad deudora piensa un momento y recuerda qué es lo que te dices a ti mismo cada vez que estás a punto de pedir dinero prestado o firmar ese Voucher de la tarjeta de crédito: 

“Me lo merezco”, “Hace mucho que no me doy un gusto”, “¿Por qué no?”

Deudor Cíclico: Este deudor vive dentro de la ruleta Debo-Pago-Debo. Acumula deudas por encima de su capacidad de pago y sufre lo indecible para pagarlas. Curiosamente no asume responsabilidad por el pasado ya que todo es circunstancial o mala suerte y no ocasionado por sus malos hábitos de consumo y uso del crédito. Busca compensación por los tiempos de “vacas flacas” y no tiene planes concretos para el futuro, vive el hoy pero no es consciente de que las decisiones de hoy van a cimentar el futuro. Este deudor necesita tocar piso y aprender de su propia experiencia para poder establecer metas de vida y no de consumo. Aprender que la felicidad no está basada en el tener y utilizar su capacidad de generar cantidades que solventan su deuda para construir la base de sueños de vida.

“Si no es así, no hay de otra”, “Soy pobre y solo así lo puedo conseguir”, “Así compramos los pobres”

Deudor Eterno: Bajo la premisa de “soy pobre” vende su vida a meses sin intereses. Aunque alega ser pobre y no tener capacidad de ahorro busca replicar patrones de consumo de un nivel socioeconómico mayor. Es decir, no puede ahorrar pero sí comprar gadgets, ropa y autos pagando por ellos una cantidad mayor a la que una persona con liquidez (rica) pagaría. Este deudor necesita un cambio de mentalidad, en realidad sí tiene la capacidad de ahorro pues paga “abonos” todos los meses. Si cambia el hábito de generar ganancias para los demás para generar ganancias para sí mismo podría dejar de considerarse “pobre”.

“Debo no niego, pago no tengo”, “Qué X o Y me preste, al fin que tiene con que”

Deudor Insolvente: Es el que pide prestado sin la intención de pagar. Como no está dispuesto a cumplir con su palabra o a lo mejor la empeño sin entender cuál era el compromiso de pago que estaba aceptando no se preocupa por cumplirla. Es común escucharle quejarse de la avaricia de los prestamistas desligándose de las consecuencias “a ver cómo le hacen”, “yo no puedo pagar”, “debo no niego”, etc. Este deudor poco a poco va quemando sus opciones crediticias. En el largo plazo quizá aprenda a ahorrar pero es poco probable que logre concretar metas de largo plazo.

“¿Me conviene pagarlo así?”, “¿Cuánto es el costo total?”, “¿Existe otra mejor opción para comprarlo?”

Deudor Utilitario: Es quien utiliza el crédito para concretar proyectos. Analiza diferentes opciones y no firma nada hasta tener la seguridad de entender y aceptas las condiciones. Es consciente de que su historial crediticio es importante para poder aspirar a créditos mayores que, claro está, no solicitará sin tener la certeza de cumplir con el pago total. En caso de eventualidades está dispuesto a sacrificar algunos rubros de su presupuesto para continuar o acelerar el pago de sus deudas. Este tipo de personalidad tiene mayores posibilidades de construir un patrimonio pues sabe que el crédito bien utilizado es una herramienta para crecer negocios y sueños personales.

Los cambios internos son los procesos que dan la mayor satisfacción a quien los genera. Cambiar nuestra forma de relacionarnos con el dinero logrando estados de tranquilidad nos permite alcanzar objetivos para los cuales los pesos y centavos son una herramienta y no un fin en si mismos. Una nueva vida está en la frontera de nuestra zona de confort. Atrévete a sentirte un poco incómodo y contesta la pregunta: ¿Y tú, qué tipo de deudor eres?, ¿Conoces algún otro tipo de personalidad deudora?

Lo Que Valoramos

La importancia de valorarnos a nosotros mismos

Cada uno de nosotros somos como una joya valiosa, pero muchos no sabemos darnos el valor de sí mismos. Si no nos valoramos no es porque los demás no nos valoren, sino porque nosotros mismos no nos valoramos lo suficiente. El valor de cada uno de nosotros no depende de los demás, depende de cada uno de nosotros.
Algunas veces no nos percatamos de lo que valemos por la ignorancia de si mismo y actuamos sólo por buscar la aprobación de los demás y finalmente terminamos sintiéndonos frustrados y vacíos. Por eso es importante que para valorarnos tenemos que darnos confianza y creer en nosotros mismos, y esto es parte de lo que llamamos autoestima, entonces…

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es un sentimiento valorativo que nos damos a nosotros mismos. Es decir el valor que le damos de quienes somos como parte de nuestra personalidad.
Nuestra autoestima, está relacionada muchas veces con fracasos y éxitos, ya que una autoestima adecuada, vinculada a un concepto positivo de mí mismo, potenciará nuestra capacidad para desarrollar nuestras habilidades y aumentará el nivel de nuestra seguridad personal, mientras que si tenemos una autoestima baja nos enfocaremos hacia la derrota y el fracaso.

¿Por qué el valorarnos es importante?

El valor que nos damos nosotros mismos es importante porque es la manera como nos percibimos, consideramos, estimamos, respetamos y queremos. Es valor de si mimos es algo que construimos y reconstruimos por dentro. Una persona que no se valora es una persona que no tiene confianza en sí misma, ni en sus propias posibilidades.

¿Cuál es rol de la familia en la autoestima?

La persona, va creciendo y formando el valor de sí mismo dentro del ambiente familiar, que es el principal factor que influye en la formación de la autoestima. Así mismo el valor de uno mismo se forma también de lo que piensa uno mismo y de lo que uno cree que los demás piensan de uno.

¿Qué pasa cuando no nos valoramos a si mismo?

Cuando una persona no se valora lo suficiente así mismo es más vulnerable a tener padecimientos psicológicos, como depresión, timidez, vergüenza, temores, o trastornos psicosomáticos, y es más probable que tenga ciertas dificultades consigo mismo y con los demás, como conflictos de pareja, problemas en el trabajo, disminución de la energía y de la capacidad creativa, dificultad para entablar relaciones interpersonales, dificultades con los hijos, entre otros.

¿Cuáles son las características que indican autoestima Baja?

– Autocrítica dura y excesiva que nos mantiene en un estado de insatisfacción consigo mismo.
– Hipersensibilidad a la crítica, por la que nos sentimos exageradamente atacados.
– Culpamos de nuestros fracasos a los demás o a la situación
– Cultivamos resentimientos tercos contra nuestros críticos.
– Indecisión por miedo exagerado a equivocarnos.
– Decimos sí cuando queremos decir no, por miedo a desagradar y a perder la buena opinión de las otras personas.
– Supercrítico con todo lo que hacemos, todo nos disgusta, todo nos decepciona y nada nos satisface.
– Todo lo vemos negativo: la vida, el futuro y, sobre todo, uno sí mismo.
¿Cuáles con las Características de la autoestima positiva?
– Creemos firmemente en nuestros valores y principios, y estamos dispuestos a defenderlos. Pero también estamos dispuesto a modificar esos valores y principios si nuevas experiencias indican que estábamos equivocados.
– Confiamos en nuestro propio juicio, sin sentirnos culpables cuando a otros le parece mal lo que hayamos hecho.
– No empleamos demasiado tiempo preocupándonos por lo que haya ocurrido en el pasado, ni por lo que pueda ocurrir en el futuro.
– Confiamos en nuestra capacidad para resolver nuestros propios problemas.
– Damos por supuesto que somos una persona interesante y valiosa para otros.
– No nos dejamos manipular por los demás.
– Somos capaces de disfrutar diversas actividades como trabajar, jugar, descansar, caminar, estar con amigos, etc.

Aprender a construir una versión alternativa de nosotros mismos, que nos conecte con nuestros valores más positivos y fortalezca la autoestima y el pensamiento positivo. Nuestra posibilidad de éxito en el trabajo y relaciones en general, depende del reconocimiento que hagamos sobre nuestros valores y la mejora de nuestras creencias.

Reflejamos Nuestras Carencias

Cuando las carencias en nuestro interior nos impiden juzgar sanamente a los demás, aparece lo que se denomina la proyección negativa. Una serie de mecanismos de defensa que atribuyen a otras personas nuestros propios defectos, e incluso nuestras propias carencias. En situaciones de conflicto emocional, atribuimos a otras personas los sentimientos o pensamientos propios que resultan inaceptables para nosotros.

La proyección negativa maniobra en situaciones de conflicto emocional de origen interno, atribuyendo a otras personas los sentimientos o pensamientos propios que resultan inaceptables para nosotros. Se proyectan los sentimientos o pensamientos que no terminan de aceptarse como propios porque generan angustia o ansiedad, dirigiéndolos hacia alguien y atribuyéndolos totalmente como si fueran de otra persona.

Gran parte del trabajo que se realiza en el desarrollo personal consiste en librarse de estas proyecciones estableciendo una frontera definida entre la descripción que hacemos de lo que sucede y lo que sucede realmente. De esta manera evitamos la distorsión de los hechos superando el conflicto que en realidad solo existe en nuestro interior.

“No vemos a los demás como son, sino como somos nosotros mismos”
-Emmanuel Kant

La defensa del yo en las carencias personales

La proyección externa de las propias carencias personales que nos producen ansiedad o angustia se realiza para mantener un buen concepto personal. La autoestima y los mecanismos de defensa juegan un papel fundamental en la defensa del yo. Los llamados mecanismos de defensa del yo son estrategias que utilizamos sin darnos cuenta, cuya función es preservar nuestra autoimagen y autoconcepto.

Nuestro cerebro parece haber desarrollado diferentes formas para proteger nuestro organismo de aquello que nos parece demasiado doloroso o inaceptable. Los mecanismos de defensa son estrategias para frenar el malestar de ciertas vivencias y los sentimientos asociados a ellas. Estos mecanismos nos protegen cuando no queremos reconocer algún aspecto de nosotros mismos que nos disgusta o rompe el autoconcepto que nos habíamos creado.

El problema viene cuando estos mecanismos se automatizan a fuerza de utilizarlos una y otra vez. Así, resulta difícil abandonar el hábito, pese a que como contrapartida nos generen desequilibrio en ciertos aspectos madurativos. Es normal utilizar a veces estos mecanismos, pero hay que saber identificarlos y combatirlos para no distorsionar la realidad a medida de nuestro ego.


El Fruto Del Esfuerzo


Este tema espero que nos sirva a todos incluyéndome, su objetivo es el que logremos confiar en nuestras capacidades para superar nuestros errores, resolver conflictos y confiar en nuestro potencial, que nos permitan ayudar a lograr el éxito en cualquier ámbito de nuestra vida: profesional, personal, de trabajo, de salud, emocional, espiritual, etc.

Como seres humanos conocemos éxitos y fracasos, acertamos y fallamos, somos buenos y malos y todo logro que obtenemos se asocian a los fracasos o errores que antes hemos cometidos.

Al enfrentarnos a problemas, conflictos y fracasos nos permitirá apreciar nuestra capacidad, potencial y talentos así como aprender a apreciar la vida misma.

Las dificultades nos obligan a darnos cuenta de lo que tenemos a nuestro alrededor, personas, el bienestar que disfrutamos, nuestra situación socioeconómica y familiar, los conocimientos y aptitudes que tenemos, que muchas veces no le prestamos atención y no les damos importancia porque están en nuestras vidas como un hecho rutinario o cotidiano.

Crecemos, aprendemos y maduramos de acuerdo al nivel de conflicto que atravesemos.

Esos son los momentos que nos ayudan a crecer, los que cambian nuestra perspectiva de la vida.
Una preparación previa nos ayudará a salir adelante, la constancia, la dedicación, la disciplina, el entrenamiento, la decisión serán factores decisivos en cualquier situación de seguir y superar obstáculos y son los que marcaran la diferencia.

No habrá un día de nuestra vida en la cual no cometamos un error; pero tampoco debe tomarse como excusa para no poner de nuestra parte en enmendarlos, en volver a retomar lo que estábamos haciendo para lograr el éxito que deseamos.
Este tema espero que nos sirva a todos incluyéndome, su objetivo es el que logremos confiar en nuestras capacidades para superar nuestros errores, resolver conflictos y confiar en nuestro potencial, que nos permitan ayudar a lograr el éxito en cualquier ámbito de nuestra vida: profesional, personal, de trabajo, de salud, emocional, espiritual, etc.

Como seres humanos conocemos éxitos y fracasos, acertamos y fallamos, somos buenos y malos y todo logro que obtenemos se asocian a los fracasos o errores que antes hemos cometidos.

Al enfrentarnos a problemas, conflictos y fracasos nos permitirá apreciar nuestra capacidad, potencial y talentos así como aprender a apreciar la vida misma.

Las dificultades nos obligan a darnos cuenta de lo que tenemos a nuestro alrededor, personas, el bienestar que disfrutamos, nuestra situación socioeconómica y familiar, los conocimientos y aptitudes que tenemos, que muchas veces no le prestamos atención y no les damos importancia porque están en nuestras vidas como un hecho rutinario o cotidiano.

Crecemos, aprendemos y maduramos de acuerdo al nivel de conflicto que atravesemos.

Esos son los momentos que nos ayudan a crecer, los que cambian nuestra perspectiva de la vida.
Una preparación previa nos ayudará a salir adelante, la constancia, la dedicación, la disciplina, el entrenamiento, la decisión serán factores decisivos en cualquier situación de seguir y superar obstáculos y son los que marcaran la diferencia.

No habrá un día de nuestra vida en la cual no cometamos un error; pero tampoco debe tomarse como excusa para no poner de nuestra parte en enmendarlos, en volver a retomar lo que estábamos haciendo para lograr el éxito que deseamos.

lunes, 23 de marzo de 2020

Madurez Emocional

La libertad del hombre es limitada en muchos aspectos físicos, psicológicos, emocionales y sociales como bien lo afirma Víctor Frankl.  Aunque uno quiera, no puede cambiar sus características genéticas, ni aumentar su coeficiente intelectual más allá de cierto punto, ni tampoco tiene el poder de terminar con las crisis económicas o las guerras del mundo. Sin embargo, hay muchas otras cosas que las personas se dicen constantemente que “no pueden hacer” y eso es, en realidad, una forma de no enfrentar la realidad de las cosas, decir por ejemplo:


No puedo titularme, no puedo bajar de peso, no puedo dejar a esa persona, no puedo cambiar de trabajo, no puedo organizarme, no puedo tolerarlo.

En estos ejemplos podemos ver como el recurrente “no puedo” es una manera que utilizamos las personas para autolimitarnos a través de nuestra forma de hablar.

Lo cierto es que, en cada uno de los ejemplos mencionados, si las personas que lo dicen se lo propusieran, podrían lograr bajar de peso, separarse de una persona, cambiar de trabajo,  aprender a organizarse o tolerar algo que dicen no poder.

La mayoría de las veces aquellos “no puedo” que se utilizan de manera recurrente son un autoengaño, una manera de hablarse a sí mismos o a los otros para no asumir la responsabilidad de las propias elecciones.

Cada vez que decimos “no puedo” estamos evadiendo la responsabilidad de nuestras propias decisiones de manera velada, como si en realidad no tuviéramos el poder para hacer aquello que encadenamos bajo la frase “No puedo”.

Con sólo decir “no puedo”  la persona aleja, de manera segura, sin tener que asumir su responsabilidad,  el asunto que le incomoda. Se  convence de que, en realidad, el asunto en cuestión no depende de ella ni de sus elecciones, sino de otras personas, de circunstancias externas o, incluso, de su inconsciente, al cual tampoco puede controlar.

Si la persona se protege detrás del  “yo no puedo hacerlo“no soy capaz”, evade la responsabilidad de aquello que, en realidad,  no se atreve a enfrentar de manera directa.

Sería mejor que la persona se enfrentara cara a cara con el “no quiero hacerlo”, así, por lo menos, podrá reconocer las verdaderas razones o motivos de su elección y, además de asumir la responsabilidad de que no son los otros, no es el destino, sino él mismo el que elige o decide no hacerlo, podría recuperar su propio poder al darse cuenta de que en realidad no es víctima de otros ni del destino que no le permiten alcanzar una meta, sino que es una elección personal con  razones de fondo, que hasta ahora no había podido reconocer.

Tal vez, con un poco de suerte, al reconocer las verdaderas razones por las que has elegido que no quieres algo, puedas encontrar la solución a esos problemas que te han perseguido desde hace tanto tiempo y ponerte en acción para decidir lo que realmente quieres hacer de una manera más auténtica  y  más responsable.

 Si al final decides que, de cualquier manera, no quieres hacer algo, la ventaja será de que ya no culparás a otros y te podrás responsabilizar tú mismo de esa decisión asumiendo, con valor,  las consecuencias.

Finalmente, eso ya es un cambio, reconocer las decisiones personales claramente y asumir la propia responsabilidad y las consecuencias de nuestras elecciones personales es, sin duda, un acto de madurez emocional.


Nuestras Manías


Las musas son caprichosas. Algunos escritores, para propiciar la llegada de la inspiración, tienen sus rituales de invocación. Silencio absoluto, la oscuridad de la noche o las primeras luces del día, pluma estilográfica, lapicero o tinta verde, zapatos apretados, un baño relajante o una ducha de agua fría... Cada maestrillo tiene su librillo. Pero la ‘ceremonia’ de la creación se convierte para algunos autores en un doloroso parto. Y muchos escritores acumulan manías, supersticiones y fobias.

Rara entre las raras, la escritora chilena Isabel Allende siempre inicia sus novelas el 8 de enero. Además, empieza a escribir a las 8 de la mañana y se entrega a esta tarea 8 horas. La autora de La casa de los espíritus, que ha inmortalizado en sus obras a los miembros más excéntricos de su familia, comienza sus historias el 8 de enero tanto por superstición como por disciplina. La escritora ha confesado en alguna ocasión que ignora de dónde le viene la inspiración, pero considera que todos sus libros nacen de un interés profundo o una obsesión, de ahí que sus temas se repitan: mujeres fuertes, padres ausentes, solidaridad, redención, justicia, violencia, amor, muerte...

Algunos escritores sienten ante el folio el blanco el mismo pánico escénico que los actores momentos antes de subir a un escenario. Otros, como Arturo Pérez-Reverte, se meten en la piel de sus protagonistas y se adentran en «territorio comanche», como en su nueva novela, El francotirador paciente. Y así se pasó meses, desde Madrid a Lisboa, Verona y Nápoles, persiguiendo a grafiteros.

Un escritor de la ‘vieja escuela’, como el premio Cervantes Antonio Gamoneda, perdió hace unos años unos poemas inéditos porque no los había ‘pasado’ aún al ordenador. No es el único que sigue aferrado a la tinta y el papel. El británico Tom Sharpe, fallecido el pasado verano, también escribía a mano.
Tinta verde
Hay escritores que trabajan con un cuaderno de notas. Pablo Neruda transcribía siempre sus poemas en tinta verde, porque este es el color de la esperanza. Y algunos hasta los ilustraba. Lo mismo que Victoriano Crémer, quien sólo al final de su vida se atrevió a mostrar sus ‘garabatos’ en una exposición. Crémer era un escritor metódico, que se refugiaba en un pequeño trastero al que llamaba su ‘palomar’ y allí permanecía encerrado durante horas hasta que convocaba a las musas. Convertía en folios cartas de bancos y cualquier papel que tuviera una cara útil. José María Merino tiene facilidad igualmente para el dibujo. El escritor y académico leonés es de los que consulta una y otra vez el diccionario; una manía que también practicaba Truman Capote. Gamoneda escribe hasta cinco veces el libro antes de publicarlo. Para corrector impenitente Tolstoi, que llegó a reescribir la voluminosa Guerra y paz hasta ocho veces.

Hemingway, un auténtico bon vivant, amante de todos los placeres terrenales, era extremadamente supersticioso. Amén de escribir de pie, quizá porque todo acto creativo conlleva sufrimiento, no era capaz de enfrentarse a la máquina de escribir sin llevar en el bolsillo su amuleto de la suerte, una raída pata de conejo.

Las manías de los escritores son el suculento argumento de varios libros, como Escribir es un tic, de Francesco Piccolo, en el que despeja cuestiones como quién es el escritor que sigue el ritual más estrambótico para meterse en faena, sazonado con jugosas anécdotas sobre los métodos y las manías de autores de todos los tiempos y nacionalidades.

Ángel Esteban y Raúl Cremades desvelan en su libro Cuando llegan las musas los secretos de autores como Gabriel García Márquez, Vargas Llosa, Julio Cortázar, Rafael Alberti, Octavio Paz o Buero Vallejo.

Encamados
A muchos lectores se les caerían sus mitos si pudieran contemplarlos en bata y zapatillas. Hay escritores partidarios de la disciplina férrea, como el superventas Murakami, un auténtico ‘currante’ del oficio de escribir, en el que emplea siete horas diarias, a partir de las cuatro de la madrugada. Oscar Wilde tenía la manía de escribir en su cama.
El más exagerado, no obstante, fue Proust, que se pasó tres cuartas partes de su vida en la cama, donde escribió, paradojas del destino, En busca del tiempo perdido. Con la misma manía de Proust, el uruguayo Juan Carlos Onetti se pasó enclaustrado en la cama los últimos cinco años de su vida en su domicilio madrileño.

La célebre escritora sueca Asa Larsson tiene el hábito de escribir de noche y a oscuras, vicio que desarrolló porque era el momento en que sus hijos dormían y podía concentrarse en las historias de la abogada Rebecka Martinsson, protagonista de sus novelas de suspense.

Mientras Hemingway era célebre por sus conocimientos en coctelería —de hecho se le considera el inventor del daiquiri—, Balzac consumía sin cesar café tras café. Tennesse Williams era un fumador empedernido y Sartre dominaba el arte de mezclar fármacos, con los que probablemente forzaba la inspiración.

Uno de los más raros es el superventas Dan Brown. El creador del Código Da Vinci se cuelga de los tobillos para relajarse e irrigar su cerebro cabeza abajo en busca de inspiración. El autor de Inferno también es un legionario de la escritura que se levanta cada día a las cuatro de la mañana.
Y para huraños, el estadounidense y ganador del Pulitzer Cormac McCarthy, autor de obras adaptadas al cine como La carretera -protagonizada por Viggo Mortensen- y El consejero, dirigida por Ridley Scott y estrenada este fin de semana con un elenco de lujo en el que figura la pareja Javier Bardem-Penélope Cruz. McCarthy sólo concede una entrevista cada diez años.

Hay creadores a los que les funciona la ducha fría; otros, por el contrario, necesitan un baño relajante antes de abordar el primer renglón.

El premio Nobel Mario Vargas Llosa es conocido por ser un maniático del orden, hasta extremos obsesivos. Dicen de él que se rodea de figuritas de hipopótamos a modo de talismán.

El caso Pessoa
Las manías de Pessoa son argumento de un libro cuyo autor es el colombiano Jerónimo Pizarro, especialista en el autor del Libro del desasosiego. Escribir de pie o su vicio al tabaco son algunas de las costumbres del poeta portugués que desvela Os Objectos de Fernando Pessoa, que recoge veinte de los objetos más representativos del literato, a través de los cuales el lector puede hacer «una reconstrucción mental» de su historia.

Podría entrar dentro del ámbito de las manías el gusto enfermizo de Pessoa por cambiarse de nombre y utilizar numerosos seudónimos para abordar cada trabajo con diferentes estilos y hasta personalidades.

El dramaturgo, guionista, actor y director Woody Allen es único a la hora de acumular manías. Por su terror a la muerte y a los accidentes, duerme con los zapatos puestos y se toma la temperatura cada dos horas. También le aterran los gérmenes. Fobias que él mismo ha retratado en el personaje hipocondríaco que durante décadas ha interpretado en el cine.