jueves, 28 de enero de 2016

El Atrapasueños


El acontecer, como el existir, son simples abstracciones desde las que describimos lo que llamamos realidad. Hechos y situaciones no sucederían, ni se sucederían, si no los situáramos en unas coordenadas espaciales y temporales precisas, la realidad. 

Solo así son inteligibles, como datos, pero en los asuntos humanos, decía Weber, hay siempre una historia interna, por lo que no podemos alcanzar nunca más que una verdad parcial o relativa. 

Así pues, somos lo que imaginamos, nuestra propia existencia depende de cómo nos imaginamos. 

Pero lo que imaginamos nunca sucede como habíamos fantaseado, demasiados condicionamientos y categorías, demasiadas normas y abstracciones, todo es interpretación, nada existe por sí mismo, una tupida red de interdependencias envuelve todo cuanto hacemos o pensamos desde que se inició eso que llamamos pasado.






Encima de mi cabeza, pende agitado por la brisa que ingresa por la ventana donde suelo escribir un silencioso atrapasueños que cual si fuese un centinela me acompaña solícito albergando entre sus redes en forma de tela de arañas las imágenes que acuden a mi mente cada vez que la añoranza de otros tiempos que ya fueron comienzan a deslizar a mi alrededor su “danza de los recuerdos” donde percibo la proyección de aquellos hechos que permanecen atesorados ajenos al tiempo transcurrido entre aquel que una vez fui y las circunstancias que alguna vez pudieron ser y aquellas que aún son parte de mis logros y esperanzas.

Nota:

“Los atrapasueños son instrumentos de poder de la medicina chamánica, cuyo origen se remonta a las tribus indias americanas. Su aro representa la rueda de la vida, la malla o la red son los sueños que tejemos en el Tiempo de los sueños, en el alma y en el movimiento que generamos con nuestras actividades cotidianas. En el centro  de la red está el vacío, el espíritu creador, el “Gran Misterio”.
Según la tradición, estos objetos ayudan a mantener con nosotros las buenas ideas y los sueños agradables, así como a proteger a quien lo posee. El Tiempo de los sueños es influenciado por buenas y malas energías; estas últimas son atrapadas por la malla y se disipan por el agujero central con los primeros rayos de sol.”

Hugo W. Arostegui




No hay comentarios:

Publicar un comentario