Hemos leído, en prestigiosas publicaciones, diversas
opiniones sobre lo que se ha dado en denominar “la naturaleza humana” en las cuales se aborda el tema desde
distintos ángulos, hay quienes dicen que el hombre natural no difiere en
esencia del resto de los seres vivos con los cuales comparte su presencia en el
planeta, otros que le comparan con los ángeles del cielo y aquellos que lo
destacan como el único ser racional del que se tenga conocimiento en el
universo conocido.
Lo cierto de todo lo que se ha publicado es que el origen
del hombre aún permanece en el limbo de nuestra ignorancia, como un acicate a
la conciencia de ser con la cual venimos al mundo, desde siempre nos hemos
preguntado quienes somos y las respuestas a este tema crucial para toda la
humanidad ha sido la gran incógnita de los grandes pensadores de la historia,
diríamos que la cuna de la filosofía universal se mece en la búsqueda de una
respuesta al dilema: Quién soy, de dónde vengo, dónde voy después de esta vida.
Nacemos y se nos dice que hemos venido a este mundo con un propósito
divino, las religiones pregonan en sus credos que aunque estemos en este mundo
no pertenecemos a el mundo que nuestra vida continúa después de esta etapa
terrena la cual se denomina “mundo de probación” y al llegar al fin de nuestra
vida se nos dice que hemos partido “al más allá” que hemos vuelto a la
presencia de Dios.
Esto constituye en esencia la grandeza del ser humano y cada
uno tiene en sí mismo todas las respuestas las cuales permanecen latentes en él
y lo distinguen como algo entrañablemente ligado a lo excelso, un ser único e
irrepetible por excelencia.
Algunas consideraciones de la literatura universal:
“El ser humano es un ser social, es un ser histórico, es un
ser encarnado de una realidad y es allí en donde se manifiesta como ser de
posibilidades.
Abarca la realidad físico-química, más lo espiritual. La
persona humana goza de un carácter singular que la convierte en entidad única e
irrepetible; por esto mismo, la persona humana goza de unas cualidades que la
constituye la definen y la distinguen. Definir el ser humano constituye tener
en cuenta las distintas cualidades que en él se destacan.
La persona humana es un subsistente en el orden del
espíritu, tiene una profunda anterioridad, es auto conciente, libre y puede
autodeterminarse, goza de una corporalidad, posee como dimensiones que lo
caracterizan la coexistencia, la alteridad y la comunicabilidad, y su dimensión
trascendente la libertad como elemento fundamental y la dignidad como valor
absoluto del ser humano."
Definitivamente, eso somos
Hugo W. Arostegui
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