Existe una condición imprescindible si
pretendemos alcanzar los objetivos,- cualesquiera que éstos fuesen- algo que debemos
cultivar como uno de los valores esenciales en la consolidación de nuestra
personalidad, algo que nos caracterizará, que se integrará como indisoluble
entre lo que pretendemos ser y aquello que somos en la realidad, si reconocemos
esta condición, ésta se tornará una compañera constante aun en medio de toda
adversidad, nos referimos al desarrollo de nuestra perseverancia y cuando
mencionamos la palabra: “nuestra perseverancia” es porque la posesión de éste
atributo será, tal como ya hemos mencionado, “un distintivo indisoluble” algo
que siempre aparecerá en un 99,9% en un hipotético análisis de nuestro ADN
intelectual.
“Cuando
somos perseverantes nos sobreponemos al cansancio, los contratiempos y la
frustración con la ilusión de acercarnos a un sueño, de hacer realidad una meta en particular. Todos nuestros esfuerzos
son válidos, ya que conocemos el valor de lo que deseamos.
Las personas perseverantes siempre terminan lo que
han empezado, son decididas y tienen una voluntad firme.
La perseverancia es un valor muy reconocido y apreciado en la sociedad. Cualquiera
que se plantee un objetivo, y luche contra viento y marea para conseguirlo,
tiene lo necesario para alcanzar el éxito.
La persona perseverante no conoce de límites, ya
que donde todos ven una ventana cerrada, ella ve una oportunidad latente y
trabaja muy duro para conseguir lo que desea. Incluso puede fraguar una estrategia para utilizar sus
esfuerzos de forma óptima.
La
perseverancia está muy relacionada con el esfuerzo, la voluntad, la
fortaleza y la paciencia. Con
la práctica y fuerte convicción, ese grupo de valores puede sacarnos delante de
cualquier situación complicada por la que estemos pasando.
Es así como
la perseverancia no sólo sirve para cumplir nuestros sueños, sino también para levantarnos de las situaciones difíciles y
los momentos en los que no nos sentimos bien anímicamente porque nos plantea
ser fuertes, pacientes y no dejar de luchar.
Hugo W
Arostegui
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