sábado, 22 de abril de 2017

Realidad Humana


El sistema ya rueda solo, fundamentalmente porque ha logrado sembrar en las mentes de la inmensa mayoría ciertas ideas nefastas que operan desde dentro y ha generado la perversa “sensación” (irracional, pero efectiva) de que no se puede hacer nada por cambiar las cosas, que todo cambio será para peor, y digo sensación porque no es ni siquiera un argumento o razón comprensible ni justificable.

No tienen por qué ser excesivamente cultos ni intelectuales, pero si inteligentes y morales. Como no se trata de hacer un nuevo partido político con ellos (ya sabemos en que acaba todo eso) la acción sería dar ejemplo, hacer oír la propia voz, ayudar a que más y más se den cuenta de este panorama y emprendan ese camino de búsqueda y realización interior y exterior.

El camino que yo conozco para hacer todo esto se llama amor a la verdad o filosofía.

Desde hace unos siglos nos perdimos en la mente; una mente solitaria desgajada del ser real del hombre. Se llame ilustración o modernidad, lo que allí se gestó nos dio algunas buenas cosas, pero también nos desconectó de la Naturaleza y del Ser interior. ¿Y la Conciencia?

Desde allí mantenemos la creencia de que ser conscientes es pensar, cuando pensar es tan solo una herramienta de la conciencia: adoramos la herramienta, pero tarde o temprano nos cansamos de ella y buscamos otra cosa. Necesitamos escapar de una mente que no nos da respuestas a las inquietudes fundamentales, sino que, muy al contrario, nos limita y esclaviza.

Lo peor es que no solemos encontrar algo superior, sino más bajo: instintos y emociones. Hasta cierto punto esto es natural, es más fácil caer que elevarse.

Tal vez aquí encontramos la razón de ese retorno primario a “lo natural” e instintivo; porque no es un regreso verdaderamente humano y necesitado de comprensión del misterio de la vida, sino que se parece más a un retornar animalesco.

También quizá ahí se encuentre la necesidad de “místicas facilonas”, consignas y técnicas que no suponen una verdadera elevación hacia la conciencia, sino una especie de huida psicológica que nos enajena de la realidad y que, en el fondo, nos encadena aún más a esa mente torturada.

La conciencia es indefinible, por la sencilla razón de que la mente es su producto y no la puede abarcar. Lo creado no puede comprender al creador. La conciencia es. La mente parece y quiere ser. Los poetas, los místicos, los artistas…, que lo son de verdad, perciben esto.

Hay una filosofía que nos conduce a la conciencia, y otra filosofía que nos lleva a la argucia mental; tendríamos que decir que solo la primera merece el nombre de Filosofía: Amor a la Verdad o Sabiduría. La otra, aún por bien intencionada que sea, tan solo hace más elevadas y complejas las paredes del laberinto.

¿Significa esto el desprecio de la mente? ¡En absoluto!, la mente es completamente necesaria, pero en su lugar natural de herramienta de acción, de obediente servidor de la Conciencia.

Dos papeles tiene la mente; uno, recoger las captaciones de la conciencia, organizarlas, justificarlas, asumirlas para la vida; otro: dirigir coherentemente la acción en base a esos dictados. Se podría decir que la mente es la táctica, la conciencia la estrategia.

La mente, abandonada a sí misma, tan solo puede caminar en círculos; argumentará y contra argumentará, pero jamás estará satisfecha y mucho menos encontrará una solución aceptable a los problemas vitales de todo ser humano. Necesita ser iluminada e inspirada por la Conciencia, y aún más, nutrida por ella, pues de no ser así se alimentará de elementos de los sentidos y las opiniones, lo cual no es augurio de verdadero conocimiento.

De aquí que se interprete tan mal el “sé tú mismo” o “carpe diem”. ¿Cómo ser yo mismo si no sé quién soy? ¿cómo vivir el presente si no me encuentro a mí mismo? Entonces se cae en aberraciones de todo tipo motivadas por impulsos y deseos que tienen más del animalito que nos habita (con todo mi respeto y cariño al reino animal) que del ser humano que somos.

No hay Conciencia; hay una mente deformada y abandonada a sí misma.

Conciencia es un “darse cuenta”, es atención amplia y total; es un ver más que pensar. Y algo que no podemos olvidar: es una ética profunda y atemporal que regula nuestra vida sin distorsionarnos ni hacer daño a nada ni a nadie.


Hugo W Arostegui

Libertad De Expresión


La Declaración Universal de los Derechos Humanos debe ser el marco ético de nuestras  expresiones.

El derecho a la información es una condición fundamental para el desarrollo pleno de la democracia, así como para que los ciudadanos puedan opinar y actuar libremente.

Los escritores y sus medios de difusión del pensamiento deben contribuir a que se respeten los derechos humanos, y su labor debe poner de manifiesto todas sus violaciones.

Las nuevas tecnologías amplían las posibilidades de acceso a nuevos medios de comunicación: democratizan el derecho a informar y a ser informado, y favorecen el desarrollo de nuestra sociedad desde el enfoque de los derechos humanos.

La independencia de los escritores es vital para la sociedad y la difusión de su pensamiento  es un servicio público a los ciudadanos que no puede estar sometido a intereses políticos o económicos particulares.

La defensa de los Derechos Humanos es una de las tareas primordiales de quien escribe y los que difunden su pensamiento no podrán ejercer su labor si sus propios derechos humanos son vulnerados.
En la actualidad, el flujo comunicacional se coloca como arteria principal de la trama social. 

El acceso a la información, la comprensión de esa información y el proceso de retroalimentación constante son ejes fundamentales de dos procesos claves en nuestra sociedad: la educación y la participación. 

Reconocemos nuestra alternatividad en la decisión de insertar nuestra producción intelectual al servicio de los proyectos históricos orientados a promover transformaciones sociales.

Así, pondremos particular acento en el desarrollo de los procesos sociales, económicos, políticos, y culturales que apunten a la lucha contra la desigualdad distributiva, el respeto a los derechos humanos, la construcción de una identidad latinoamericana, la independencia económica y la soberanía política.

Hugo W Arostegui


viernes, 21 de abril de 2017

Nuestro Amor Propio


“Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterna”. Oscar Wilde
Cuando hablamos del amor no estamos hablando de ser narcisistas. Tampoco hablamos del uso constante del “yo, yo, yo” ni de vivir pensando únicamente en nuestros intereses propios. 

Cuando nos referimos al amor tampoco estamos haciendo hincapié en luchar contra el mundo para poder expresarnos o conseguir aquello que queremos.

El amor propio y la autoestima son elementos imprescindibles para que cualquiera de nosotros llevemos una vida satisfactoria y plena. Muchos de nosotros no hemos sabido querernos de forma sincera, lo cual nos lleva a no conocernos del todo, ya que perdemos el interés por nosotros mismos.

Pero, cuando aprendemos a amarnos iniciamos el camino del autoconocimiento, la aceptación y el trabajo que nos permite sentirnos seguros con aquello que nos hace sentirnos completos. Te permites romper con aquello que te limita y no te permite vivir libre.

“Cuando nos damos cuenta de lo especiales que somos simplemente por ser nosotros, terminamos por admirarnos

Entonces es cuando te amas a ti mismo con todo tú ser y sientes que:

– Dejas ir la culpa, vergüenza y la ira. Tus mejores amigos se convierten en el entendimiento, la creación y el poder en nuestras vidas. 

– Sientes, escuchas y crees en tu poder. No importa lo que los demás piensan o dicen de ti; lo que importa es cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos.

 Te sientes en paz. Te aceptas a ti mismo, con tus propias fortalezas y debilidades de forma incondicional.

– Te haces responsable de tu vida, sintiendo que tú mismo eres la fuente de la felicidad que deseas y sientes. Entonces es cuando descubres que eres el origen para cambiar cualquier cosa que desees, tu futuro, relaciones, valores personales. Cualquier situación que necesites.

– Te sientes uno con el mundo, y no tienes miedo a la soledad. Comienzas a proteger, cuidar y valorar la vida y la naturaleza que te rodea y forma parte de ti.

– Te permites valorar el mundo donde vives y realizar tu deseo o meta vital.

– Cuanto más te miras con amor, más practicas el amor y la aceptación hacia los demás. Te permites dejar ir pensamientos que niegan y crean barreras en tu propia realidad, convirtiéndote en un apasionado de lo que en realidad es.

– Aceptas los errores y fracasos, haciendo participe a la vulnerabilidad en tu vida. Empiezas a ser humano.
– Te sientes suficiente y no tienes la necesidad de compararte o superar a los demás. No necesitas la aprobación material de nadie.

 El miedo ya no es tu verdugo. El saber que el amor es el poder más fuerte de todos hace que no temas a nada. Elegir el amor sobre el miedo permite que seas un alma y ser libre.

– Amarte a ti mismo significa ser consciente de aquellos pensamientos que te están generando algo negativo, y cómo reaccionamos cuando los pensamos o sentimos. Nos preguntamos su “para que” y decidimos sentirnos bien y darles un giro para ello.

 Te sientes seguro. Amarte a ti mismo significa saber que siempre vas a estar ahí para ti. Nunca te abandonarás.

 Brillamos de forma natural sin un trabajo o lucha para ello.

“Ámate a ti mismo primero y todo lo demás vendrá a continuación. Realmente tienes que amarte a ti mismo, para conseguir hacer algo en este mundo.”  Lucille Ball
                                                   


Cuando Todo Es Posible


“El mundo gira en su rueda oxidada del tiempo repartiendo destinos. Hay quien piensa que todos llevamos el nuestro fijado casi de fábrica, pero no es así. En esta vida compleja, todo es posible mientras nosotros así lo pensemos, mientras tengas ilusiones, fe y valentía, cualquier cosa puede ocurrir”

¿No es maravilloso soñar cuando aún todo es posible, cuando todo está al alcance de la mano, de las ganas y el esfuerzo, cuando acabas de empezar un proyecto y la ilusión te embarga dándote un empuje que te hace luchar contra viento y marea sin que nada te importe?

Todo viaje empieza con un primer paso, con algo que puedes soñar y que intentas que se haga realidad. Y es en ese momento, en ese instante, en el que todas tus fuerzas se centran en un solo objetivo, es en el que ves que todo es posible si peleas por ello.

Entonces, paso a paso comienzas a hacer todo lo necesario para acercarte al objetivo, no importa lo lejos que esté, tienes fuerzas de sobra para luchar por ello. Es cuando ves que los imposibles son posibles si luchas por ellos con todo tu empeño.

Pero resulta que no todo es tan bonito, resulta que fallas en el primer intento, en el segundo, e incluso, puede que falles en más ocasiones, y entonces, aquello que era posible se vuelve imposible. Pero, si antes era posible, ¿por qué va a dejar de serlo?

La diferencia entre QUERER y PODER es CREER

El objetivo es el mismo pero tú no, y es ahí donde nacen las dudas, donde los monstruos de tu interior se abren paso para que las dudas sobre ti, y tus capacidades, superen a la ilusión y las esperanzas que tenías cuando empezaste persiguiendo tu sueño.

Y es cuando con el tiempo comienzas a ser tu mayor enemigo, cuando dejas de darte esperanzas y comienzas a hundirte en el desánimo. Cuando en lugar de soñar construyes obstáculos en tu camino. Cuando dejas de tenderte puentes para ponerte trampas en el camino.
Cuando dejas de saber que la única diferencia entre querer y poder es creer, porque si crees que puedes lucharás por ello, y si luchas por ello sin rendirte en algún momento, tarde o temprano, lo lograrás. Porque si luchas por ello y pones todo de tu parte para conseguirlo, hasta la escurridiza suerte tiene que cumplir las leyes de la probabilidad.

Pero soñar, luchar, no es dejar de tener los pies en el suelo. Luchar no es dejar de ser realista, porque sigues sabiendo que tu objetivo es complicado, pero también sigues creyendo en ello, creyendo en ti, dándole una oportunidad a la fe para que mueva montañas.

Tus sueños no son demasiado grandes si tú no te vuelves demasiado pequeño para ir tras ellos. El momento de luchar es ahora, porque es ahora cuando sabes que es lo que quieres y hay personas que tardan una vida en saber sólo eso.

El miedo y las dudas pueden llegan a acumular mucho poder cuando comenzamos a encontrarnos piedras en el camino, pero no olvides que tus sueños se construyen a través de la ilusión de que lo que quieres es posible y si es posible es que no son sueños son realidades. 

No pierdas la ilusión porque entonces habrás perdido tu capacidad de luchar, y por tanto, tus sueños ya no serán parte de ti.

Hugo W Arostegui


jueves, 20 de abril de 2017

Cuando Se Acumulan Las Vivencias

“Todos deseamos llegar a viejos, y todos negamos que hayamos llegado”
-Quevedo-

Las etapas evolutivas
Como decíamos, cada etapa evolutiva, tiene sus propias características, las cuales solemos aceptar y evolucionar con ellas, sin demasiados conflictos emocionales. Al menos, no más allá de los propios necesarios para crecer. Y es importante, reflexionar acerca de que llegar a cada etapa de la vida, ha supuesto necesariamente vivir la anterior.

Se trata entonces, de que hay que aprender a valorar que nunca dejamos de ser niños, ni jóvenes ni adultos, sino que cada etapa y sus aprendizajes nos acompañarán durante toda nuestra existencia, siendo un equipaje para el camino que nos quede por recorrer.

“La madurez del hombre es haber recobrado la serenidad con la que jugábamos cuando éramos niños”.
-Frederick Nietzsche-

Pasar de etapa
Podríamos imaginar que nos especializamos en una profesión cualificada, y por ello, vamos pasando por diferentes tipos de formación y experiencia, así como, por el desempeño práctico de la profesión, propio del nivel que vamos adquiriendo.

Es así también, como pasamos de etapa en etapa, por la vida, especializándonos cada vez más, obteniendo mayor sabiduría, y por tanto, modificando nuestras tareas y desarrollo de actividades, en función de la edad.

Podríamos decir, que a más experiencia, el trabajo se vuelve más liviano, más calmado, más descansado… dejando así paso a aquellos que empiezan su formación en la vida, y se dedican al trabajo más arduo y difícil, necesario para aprender y obtener el grado de especialista, como ya lo obtuvieron sus antecesores mayores.

“Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”
-Ingmar Bergman-

Sin duda, cumplir años, añade experiencias y aprendizajes a la vida, llegando a tener una sabiduría que solo es propia de las personas más mayores de nuestra sociedad. Y esta sabiduría es a su vez, un tesoro para los más jóvenes, aquellos que empiezan a vivir la vida sin experiencias y necesitados de apoyo y consejo.

Por esto, cumplir años, en cualquier etapa que sea, siempre fue y seguirá siendo un apoyo de experiencia y educación hacia las personas de nuestro alrededor menores de edad que nosotros.


Hugo W Arostegui

Otro Más…Y Van


La vida que vivimos no le hace mucho caso al tiempo cronológico que transcurre desde nuestra venida al mundo a estos momentos en los que escribimos nuestras impresiones desde el teclado de nuestro ordenador, es evidente que la vida, vale decir, lo relacionado con nuestra existencia, no se mide por días, semanas, meses o años transcurridos, simplemente sabemos porque sentimos a la vida manifestándose desde nuestro interior que este tiempo, es “nuestro tiempo ” desde el cual marcamos nuestra presencia y decimos lo que decimos.

En este día, todo parece indicar que seguimos empecinados en seguir respirando, de manera que en vez de pensar que tenemos “un año más”, lo que sentimos es que lo que en realidad ocurre, es que ganamos un “tiempo más de vida”, lo que nos pone en sintonía con los “dinosaurios” que solían proliferar en “aquellos tiempos “ sin duda la cronología nos dice, o nos alerta, vaya uno a saber, de que estamos “longevos” lo que no quiere decir de que estemos al borde de considerarnos “en desuso” quizás, algunos puedan pensar, con todo derecho, de que a esta altura del partido podamos estar “chocheando” cosa que no advertimos y por lo tanto seguimos con nuestra actividad tan campante.

De todas maneras continuemos “generando vida” nuestra mente e intelecto mantienen sus funciones vitales y por lo tanto siguen considerando de que nada impide que mientras transcurran los “años calendario” los acontecimientos que vivenciamos nos mantengan vigentes en nuestras apreciaciones y comentarios.

De ser así, dejaremos de lado todos los elementos que nos identifican con “la antigüedad” para proseguir con nuestra manía, algunos dirán que "terquedad", de exponer en nuestros artículos tal como lo venimos haciendo, sumamente agradecidos por la energía que a diario percibimos la cual nos permite continuar con nuestra humilde tarea de pensar y exponer lo que sentimos que debemos decir.

Muchas Gracias

Hugo W Arostegui


miércoles, 19 de abril de 2017

Dignidad Humana


La dignidad, o «cualidad de digno» (del latín: dignĭtas, y que se traduce por «excelencia, grandeza»), hace referencia al valor inherente al ser humano por el simple hecho de serlo, en cuanto ser racional, dotado de libertad.

El respeto a la dignidad humana implica un compromiso para crear condiciones en que los individuos puedan desarrollar un sentido de autoestima y de seguridad. 

La verdadera dignidad proviene de la capacidad de ponerse a la altura de los desafíos inherentes a la condición humana.

Esta seguridad no es probable que pueda fomentarse en aquellas personas que tienen que vivir bajo la amenaza de la violencia y de la injusticia, en condiciones de mala gobernabilidad e inestabilidad, o expuestas a la pobreza y a la enfermedad. La erradicación de esas amenazas debe ser el objeto de todos aquellos que reconocen el carácter sacrosanto de la dignidad humana y de quienes se esfuerzan por fomentar el desarrollo humano.

El desarrollo, concebido como crecimiento, progreso y realización del potencial, depende de los recursos disponibles –y no hay recurso más potente que las personas fortalecidas por la confianza en su valor como seres humanos.

El concepto de desarrollo humano ya no es nuevo. Pero algunos analistas todavía consideran que sus aspiraciones son atrevidas y audaces –incluso algunos podrían decir que son abrumadoras y temerarias. Los problemas son innumerables, siempre cambiando y siempre los mismos –una gama compleja y fluida de cuestiones sociales, económicas y políticas que es imposible abarcar en su totalidad.

El hecho de que resulte imposible una delimitación constituye el núcleo del problema que plantea la tarea del desarrollo humano. Exige un esfuerzo constante y la capacidad para considerar las cuestiones, flexibilidad y respuestas rápidas. El proceso de desarrollo humano requiere espíritu de decisión e ingenio humanos.

Las personas desesperadas, indefensas y despojadas de su dignidad, apenas son capaces de activar esas funciones. 


Hugo W  Arostegui

Creativos


La mente creativa es inherente a todo ser humano y la puedes utilizar para pensar en buenas estrategias que te lleven a cumplir objetivos de diferente naturaleza.

La creatividad es un don magnífico con el que cuentas y debes utilizarlo para tu beneficio. Solo que hay ciertos comportamientos que no favorecen la creatividad, por ejemplo el cerrarse a nuevos métodos para llegar a un resultado y suponer que la forma actual de hacer las cosas es la mejor.

Las historias de éxito que te pueden dar mucha inspiración están basadas en el uso de la mente creativa. Estas personas buscaron la manera de establecer una diferencia y pensar en una idea innovadora que cambiara los conceptos tradicionales y lo consiguieron.

La mente creativa dará los momentos ¡Eureka! O de gran inspiración normalmente después de un proceso muy bien estructurado para cumplir lograr una meta. Cuando no existe orden y perseverancia es difícil que la mente creativa se manifieste.

La creatividad es necesaria para mejorar la inteligencia. La creatividad ha sido el motor de la evolución de nuestra sociedad. Creatividad es una idea, un concepto, es el descubrimiento de nuevos avances en la salud, creatividad es el descubrimiento de nuevos materiales en la industria. 

Es la producción de obras literarias, de pintura, escultura, música, cine. La creatividad es la inteligencia de los sentidos.

La creatividad también nos sirve para solucionar problemas, desarrollando nuevas estrategias. Si se tiene un problema es bueno reflexionar y cambiar la forma de ver las cosas. Pensar en mejorar nos lleva a cambios y nos predispone a ser creativos buscando nuevas soluciones.

Factores importantes para desarrollar la creatividad.

- Divergencia, no guiarse por lo que otros opinan sino se está de acuerdo.

- Iniciativa. La persona con iniciativa suele buscar soluciones y tomar decisiones de manera habitual lo que le predispone a ser más creativo.

- Fluidez: La fluidez se alcanza con la práctica, un deporte, la música, escribir, pintar, aprender matemáticas con la práctica lograrás fluidez y con la fluidez puedes entonces ser creativo en el desarrollo de esa actividad.

- Originalidad: Atreverse a innovar, a ver las cosas desde otros puntos de vista.

- Flexibilidad. Admitir ideas de otros, no pensar que nuestras ideas son las únicas, considerar otras opciones enriquece el pensamiento.

- Autoestima: La autoestima es clave para tener seguridad en nosotros mismos, saber que podemos aportar cosas a la sociedad.

- Sensibilidad: La sensibilidad es una cualidad para percibir matices, detalles, sensaciones, emociones. Si una persona carece de sensibilidad es difícil pueda ser un buen creativo.

- Elaboración. Llevar a cabo las ideas, trabajarlas, elaborarlas es lo que lleva a que la creatividad fructifique

- Motivación. La motivación es importante para la creatividad, a veces es añadir "un algo más" sobre algo que otro ha creado, pero ese algo más, es la diferencia. Como por ejemplo lo que añadió Morse creando un modelo de telégrafo con un solo cable que trasmitía un código de letras y rayas (código Morse) y podía enviar diez palabras por minuto.



martes, 18 de abril de 2017

El Riesgo De Vivir


El hecho de que cada uno de nosotros se acueste en la noche en la misma cama que nos levantamos en la mañana, ya es un milagro cotidiano. Todos los días todos somos protagonistas de un milagro porque nadie puede asegurarnos ni garantizarnos que nos acostaremos a la noche en la misma cama que nos levantamos ese día.

Todos los días atravesamos riesgos que sorteamos con recursos que nosotros tenemos, y muchas veces desconocemos, desvalorizamos, negamos y no desarrollamos. 

No hay seguridad contra los riesgos de la vida y es maravilloso que esto ocurra. Porque como la vida no nos ha sido garantizada de antemano, es que estamos en condiciones de desarrollarnos como seres humanos. De salir al mundo y desarrollarnos, en un mundo que nos prueba y que nos hace preguntas, como decía el gran terapeuta, médico y filósofo Víctor Frankl: Nosotros hemos venido a esta vida, no a hacerle preguntas a la vida sino a responder las preguntas que la vida siempre nos hace. 

Y como nos hace preguntas la vida, decía Frankl (a través de situaciones), porque la vida no habla, con palabras, pero habla con las situaciones que pone delante de nosotros en cada minuto de nuestra existencia. Por lo tanto los riesgos que tememos correr muchas veces son preguntas que la vida nos hace. Hay riesgos que nosotros desconocemos y que forman parte de la vida misma. 

Es cierto que hay otros riesgos que nosotros creamos con nuestra inconciencia, a veces con nuestra omnipotencia, a veces con nuestra creencia de que los límites no tienen ninguna función, y que por lo tanto no hay que tener límites, cuando en realidad los límites orientan, sanan, fortalecen y enseñan. 

Hay límites que corremos porque la gula por el lucro lleva a desarrollos insensatos de ciertas líneas de la ciencia, de ciertas líneas de la tecnología o de la economía, y esos son riesgos evitables. 

Hay riesgos que corremos porque quienes deben protegernos, porque se han propuesto para eso, a través de funciones públicas o políticas, no las cumplen y nos dejan a merced de una inseguridad perfectamente evitable. Pero hay otras inseguridades que son parte misma de la vida, entonces hay que deslindar: ¿Cuáles riesgos son gratuitos? y ¿cuáles riesgos vienen con la vida?, porque a los riesgos que vienen con la vida hay que saber vivirlos, porque si nos tratamos de asegurar contra todo, y nos vamos encerrando en barrios privados, en departamentos blindados, en autos blindados con vidrios polarizados, en cuartos con Panic Room, de que nos estamos defendiendo, de quién nos estamos cuidando en definitiva: del otro, del semejante, del prójimo. De aquel que si no nos nombra de alguna manera dejamos de existir, si no nos mira de alguna manera dejamos de existir. El otro es una condición necesaria de nuestra propia existencia. 

Cuando comenzamos a temerle, a sentirlo sospechoso, a creerlo portador de alguno de los riesgos que tememos, empezamos a fragmentarnos, a encapsularnos y finalmente terminamos temiéndole a la vida. Tanto  asegurarnos de vivir, termina asegurándonos de no vivir, más que asegurarnos de vivir con sentido.

¿Quién dijo que la vida era fácil?. Esto de que no pasa nada, de que es todo divertido, o que todo es gracioso, en realidad es una visión desmedida de un mundo sin riesgos, una mirada diríamos adolescente, inmadura, de que se puede estructurar un mundo sin riesgo alguno. 

Definitivamente nuestra elección por “vivir la vida” implica aceptar todos los riesgos que el simple hecho de estar vivos nos impone, una condición ineludible de la cual no podemos correr el riesgo de ser excluidos.


Hugo W Arostegui

El Ser Tenaz



“Fuerza que impulsa a continuar con empeño y sin desistir en algo que se quiere hacer o conseguir”

En sentido simbólico (es decir, trascendiendo las propiedades físicas), la tenacidad es una actitud caracterizada por la resistencia ante las adversidades. Una persona tenaz es insistente y se mantiene firme en su conducta o comportamiento hasta alcanzar su objetivo.

La tenacidad es actuar con pasión y confianza. Una persona puede fracasar muchas veces pero, si está dispuesta a aprender de sus errores y a seguir intentando, es muy probable que alcance su meta. En este sentido, el término está vinculado al concepto de perseverancia.

Muchos consideran que la tenacidad es un valor imprescindible para alcanzar el éxito en cualquier ámbito de la vida. En la expresión “quien triunfa nunca abandona” se expresa la importancia de mantenerse en pie, intentando una y otra vez volver realidad sus sueños; al mismo tiempo, deja implícito que el verdadero fracaso reside en darse por vencido, en dejar de luchar.

Algunas personas asumen erróneamente que la tenacidad exige una serie de virtudes particulares, que no todos poseen. Por el contrario, una actitud tenaz demanda el uso del 100% de nuestras capacidades y energías para la realización de un objetivo. Si relacionamos esta acepción con la utilizada en física, 
podemos establecer la siguiente analogía: la tenacidad es la capacidad de soportar los golpes de la vida antes de quebrarnos, de darnos por vencido.

Al igual que sucede con los materiales y sus esfuerzos, los fracasos y los desengaños típicos de la vida en sociedad nos dejan heridas, muchas veces imborrables, y depende de nosotros levantarnos y seguir avanzando para evitar que nos destruyan emocionalmente. Si se pudiera medir la magnitud de perseverancia y de determinación que una persona destina a la persecución de sus metas antes de bajar los brazos, entonces el valor resultante sería su tenacidad.

Son muchos los países que denuncian la falta de entusiasmo y tenacidad de sus jóvenes; en muchos casos, se culpa a los avances tecnológicos, especialmente Internet, de la poca voluntad que muestran los estudiantes. Esto impacta en varios aspectos de la cultura, siempre de forma negativa: se deforma el lenguaje escrito y oral, se desconoce cada vez más la propia historia y disminuye la capacidad intelectual en general.

A menudo nos ocurre que iniciamos actividades, nos hacemos propósitos, nos marcamos metas, que pasado un tiempo terminan formando parte de la lista de objetivos sin cumplir. Cuando dejamos las cosas a medias, abandonamos objetivos sin haberlos alcanzado, se va produciendo en nosotros una sensación de poca valía, frustración y desánimo que frecuentemente nos entorpecerá a la hora de poner en marcha nuevos proyectos.


Hugo W Arostegui

lunes, 17 de abril de 2017

Ascesis



Del griego "áskesis" (ejercicio, preparación para una prueba). Término procedente de la práctica gimnástica que Platón aplicará al ámbito de la moral para referirse a la actividad del alma en pos de su liberación de lo corporal, a fin de regresar a su lugar de origen. 

Los estoicos lo utilizaron en un sentido similar, como ejercicio de abstinencia del alma para controlar las pasiones y el pensamiento. 

Esta característica de la ascesis, como ejercicio de abstinencia, de privación, de alejamiento de lo sensible, es común también a varias religiones, como medio para conducir el alma a la unión con lo divino, o como simple ejercicio de expiación y purificación.

Para entender lo que realmente queremos, tenemos que aprender a someter el deseo inmediato al juicio de la razón.

Entre los numerosos deseos debemos seleccionar algunos que queremos realizar verdaderamente y concentrar en ellos la energía de la vida que se llama trabajo. ¿Cómo es posible jerarquizar los impulsos instintivos y ordenarlos dentro de una hipótesis de personalidad coherente?

Esta operación de jerarquización de los instintos y de unificación de la persona sólo es posible a la luz de la verdad sobre el bien de la persona.

La mentalidad común otorga un gran valor a la espontaneidad. En esto hay algo de verdad, especialmente como reacción a una pedagogía autoritaria y coercitiva de una fase histórica anterior que generó hipocresía más que una verdadera adhesión al bien.

Sin embargo, es preciso estar atentos a no hacer de la espontaneidad un ídolo. Muchas veces la elección espontánea que obedece a un impulso irreflexivo y no educado es también una elección equivocada y destructiva para la persona.

¿Qué sucede en una cultura que ha difamado la ascesis y desacreditado a la autoridad? Lo ha descrito muy bien Erich Fromm en un libro famoso hace tiempo, titulado Fuga de la libertad.

El joven que tiene miedo de sus impulsos y de la propia incapacidad de controlarlos y de disciplinarlos acepta depender del poder de la opinión dominante en su ambiente. En lugar de desarrollar un pensamiento crítico se rinde a lo que se dice, a lo que quiere quien tiene el control de los medios de comunicación de masas. Herbert Marcuse habla de sublimación represiva.

La sociedad permisiva ofrece al joven numerosas modalidades de satisfacción inmediata del instinto, pero precisamente de este modo hace más difícil la formación de una personalidad libre,  capaz de establecer su propia relación con la verdad y de hacer de esa relación la guía de la propia construcción social.

La educación «tradicional» invitaba a luchar por controlar las propias pasiones, a buscar la verdad, a orientar las pasiones según la verdad y hacia la verdad. El hombre llega a ser libre cuando reconoce la verdad. La obediencia a la verdad libera al hombre de la tiranía de las opiniones dominantes y también de la sumisión a los hombres. Temer a Dios es reinar. Quien teme a Dios no tiene miedo de los hombres.

Igualmente la obediencia a la verdad libera de la sumisión a las propias pasiones. Obediencia a la presión de las pasiones y obediencia al poder social externo pueden oponerse entre sí, como ha sucedido con frecuencia en el pasado. Hoy acontece lo contrario. El poder social se alía con las pasiones del alma para impedir que se forme una personalidad responsable y libre, para crear una masa libremente manipulable por quien tiene el poder.

Este es el problema de la educación en nuestro tiempo.

Está, por una parte, la libertad del instinto y, por otra, la libertad de la persona. La libertad de la persona supone que el sujeto es capaz de dominar su propio instinto y, de ese modo, llega a ser dueño de sí mismo.

El hombre que no llega a ser dueño de sí mismo mediante la ascesis acaba por sentir la libertad del instinto como una carga insoportable, no se orienta en los conflictos que surgen inevitablemente entre las diversas metas instintivas posibles y acaba por entregar de buena gana su libertad al poder social dominante.

El hombre que pide sólo satisfacción inmediata a sus pulsiones se entrega inevitablemente a quien puede darle esa satisfacción, y resulta infinitamente manipulable. El hombre pertenece a quien puede darle panem et circenses.

La satisfacción alucinatoria del deseo mediante el espectáculo televisivo sustituye el esfuerzo por realizar realmente las propias exigencias verdaderas.

Hugo W Arostegui









domingo, 16 de abril de 2017

Errores Y Aciertos


Por qué aprender tanto de los errores como de los aciertos. Esta es mi propuesta de hoy, que por cierto, suele ser bastante complicado.

El genérico que está instalado en nuestra sociedad es generalmente que aprendamos de los errores, pues así podemos saber en qué hemos fallado, en qué nos hemos equivocado, en qué no somos buenos, etc.

Tras este aprendizaje toca levantarse, que es la segunda parte y la más compleja. Después toca volver a empezar y volver a intentarlo.

Esto está genial. Aprender siempre es bueno. El problema es que no solamente debemos focalizar el aprendizaje en base a los errores o incluso a los pequeños fallos o desviaciones.

A mí siempre me ha gustado el equilibrio y quizás por este motivo también he hecho mucho caso a los aciertos. De los aciertos se aprende tanto como de los errores.

Nos podemos hacer las mismas preguntas que en el caso anterior, en esta ocasión con un sentido positivo y también podemos sacar fantásticas conclusiones que nos permiten ser conscientes de, por ejemplo, por qué hemos ganado, por qué hemos acertado, por qué hemos logrado el objetivo planteado, etc.

Como me gusta decir, la vida es cuestión de dualidades. Esta es otra dualidad más, muy potente, a la que hay que hacer caso en ambos sentidos. Errar y acertar. En ambos es vital saber por qué.

Mi consejo sobre esto es claro: aprende de ambas cosas, porque ambas cosas te hacen conocerte mejor, encontrar el equilibrio y ser consciente de tus fortalezas tanto como de tus debilidades.

Somos seres que provocamos que ocurran cosas, por tanto lo coherente es analizar lo bueno y lo malo, sacar conclusiones siempre positivas e intentar mejorar nuestros puntos débiles y potenciar nuestros puntos fuertes.

La cultura popular ya lo decía: Equivocarse es de sabios“. Y es que, según un estudio canadiense publicado en la revista Psychology and Aging, a medida que envejecemos, nuestro cerebro aprende mejor de los errores que de los aciertos.

Los experimentos realizados en el estudio con sujetos de 20 a 70 años de edad revelan que la diferencia de resultados entre ambos métodos de aprendizaje es 2,5 veces más pronunciada en adultos de edad avanzada que en jóvenes.

Los adultos mayores suelen experimentar una disminución de la memoria relacionada con la edad, por lo que consiguen recordar más a partir de aprender a crear recuerdos más ricos que aquellos adultos jóvenes que no están experimentando problemas de memoria.

Todos tenemos “lo nuestro” eso está claro, lo esencial es que aprendamos a “manejar los tiempos” utilizando todo lo que hayamos aprendido a través de los “aciertos y errores” que capitalicemos como enseñanzas que la vida en su transcurso nos ha deparado


Hugo W Arostegui 

El Horizonte


Frases de horizonte

Línea que limita la superficie terrestre a que alcanza la vista del observador, y en la cual parece que se junta el cielo con la tierra: al amanecer, el horizonte es muy bello. Conjunto de posibilidades o perspectivas que se ofrecen en un asunto o materia: hay un horizonte prometedor.

El horizonte fue creado donde existe un siempre, ¿en dónde? En algún lugar.
El horizonte está en los ojos y no en la realidad.
Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero ninguno tiene el mismo horizonte.
Quisiera ay tantas cosas más quisiera. Revelar tus ojos, celebrar tu nombre y salir contigo disfrazado de horizonte.
Dos personas se acercan hacia nosotros por la carretera, y. Sus siluetas se recortan fantásticamente contra el horizonte. Pero si aplaudiéramos, no lo entenderían, porque no saben nada de su relación con el horizonte.
Torciendo mi camino avanzo al horizonte de platino, desnuda hasta del propio pensamiento.
El ojo mira hondamente al horizonte que la verticalidad ignora.
Mis ojos, faros de angustia, trazan señales misteriosas en los mares desiertos. Y eterna, la llama de mi corazón sube en espirales a iluminar el horizonte.

En la noche y la trasnoche, y el amor y el transamor, ya cambiados en horizontes finales, tú y yo, de nosotros mismos.
Sobre la humanidad se cierne un sueño confuso y grandioso. El horizonte está cargado de tinieblas, y en nuestro corazón sonríe la aurora.
La necesidad de ver el horizonte, de ver un poco más allá, es lo que nos salva. Y creo que está en todos nosotros.
Frases de Luis Eduardo Aute