“El
mundo gira en su rueda oxidada del tiempo repartiendo destinos. Hay quien
piensa que todos llevamos el nuestro fijado casi de fábrica, pero no es así. En
esta vida compleja, todo es posible mientras nosotros así lo pensemos, mientras
tengas ilusiones, fe y valentía, cualquier cosa puede ocurrir”
¿No es maravilloso soñar cuando aún todo es posible, cuando
todo está al alcance de la mano, de las ganas y el esfuerzo, cuando acabas de
empezar un proyecto y la ilusión te embarga dándote un empuje que te hace
luchar contra viento y marea sin
que nada te importe?
Todo viaje empieza con un
primer paso, con algo que puedes soñar y que intentas que se haga realidad. Y es en ese momento, en ese
instante, en el que todas tus fuerzas se centran en un solo objetivo, es en el
que ves que todo es posible si peleas por ello.
Entonces, paso a paso comienzas a hacer todo lo necesario
para acercarte al objetivo, no importa lo lejos que esté, tienes fuerzas de
sobra para luchar por
ello. Es cuando ves que los imposibles son posibles si luchas por ellos con
todo tu empeño.
Pero resulta que no todo es tan bonito, resulta que fallas
en el primer intento, en el segundo, e incluso, puede que falles en más ocasiones,
y entonces, aquello que era posible se vuelve imposible. Pero, si antes era posible, ¿por qué va a dejar
de serlo?
La diferencia entre QUERER y PODER es CREER
El objetivo es el mismo pero
tú no, y es ahí donde nacen las dudas, donde los monstruos de tu interior se
abren paso para
que las dudas sobre ti, y tus capacidades, superen a la ilusión y las
esperanzas que tenías cuando empezaste persiguiendo tu sueño.
Y es cuando con el tiempo comienzas
a ser tu mayor enemigo, cuando dejas de darte esperanzas y
comienzas a hundirte en el desánimo. Cuando en lugar de soñar construyes
obstáculos en tu camino. Cuando dejas de tenderte puentes para ponerte trampas
en el camino.
Cuando dejas de saber que la única diferencia entre querer y
poder es creer, porque si crees que puedes lucharás por ello, y si
luchas por ello sin rendirte en algún momento, tarde o temprano, lo lograrás. Porque si luchas por ello y
pones todo de tu parte para conseguirlo, hasta la escurridiza suerte tiene que
cumplir las leyes de la probabilidad.
Pero soñar, luchar, no es dejar de tener los pies en el
suelo. Luchar no es dejar de ser realista,
porque sigues sabiendo que tu objetivo es complicado, pero también sigues
creyendo en ello, creyendo en ti,
dándole una oportunidad a la fe para que mueva montañas.
Tus sueños no
son demasiado grandes si tú no te vuelves demasiado pequeño para ir tras ellos. El momento de luchar es ahora,
porque es ahora cuando sabes que es lo que quieres y hay personas que tardan
una vida en saber sólo eso.
El miedo y las dudas pueden llegan a acumular mucho poder
cuando comenzamos a encontrarnos piedras en el camino, pero no olvides que tus
sueños se construyen a través de la ilusión de que lo que quieres es posible y
si es posible es que no son sueños son realidades.
No pierdas la ilusión porque
entonces habrás perdido tu capacidad de luchar, y por tanto, tus
sueños ya no serán parte de ti.
Hugo W
Arostegui
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