Optimismo
Tendencia a ver y a juzgar las cosas en su aspecto más positivo o más
favorable
EL
OPTIMISMO COMO VALOR HUMANO
Una persona optimista, se
caracteriza por poseer ciertas cualidades que hacen a este valor, tales como el
entusiasmo, el dinamismo, el emprendimiento ante determinadas circunstancias y
por sobre todas las cosas, siempre vive de los hechos, es decir con los pies
bien en el suelo.
Este valor nos permite confiar en nuestras capacidades y
posibilidades, enfrentando con perseverancia y estado anímico muy positivo ante
cualquier dificultad que se nos presente en el camino. Nos ayuda, a descubrir
lo bueno de las personas que nos rodean y a aceptar todo tipo de favores que
nos ofrezcan de corazón
.
El optimismo, nos permite encontrar soluciones, ventajas y
posibilidades ante los inconvenientes surgidos. La diferencia de su valor opuesto,
el pesimismo, es que la primera nos insiste en apreciar todas las cosas, lograr
que nuestras actitudes cambien.
Sin embargo, cabe aclarar que no siempre la consecuencia
lógica del optimismo es el éxito. Sino que a veces podemos equivocarnos y
lograr los resultados esperados. Esto nos da ha entender que el optimismo es
una actitud de recomenzar permanentemente sobre nuestras acciones, decisiones,
hechos y vivencias; para ver en que fallamos y comprenderlos para en un futuro
inmediato, superarnos y lograr los objetivos tan deseados.
Las personas que poseen este valor, no se creen los
conocedores de los recursos necesarios para triunfar ante cualquier
circunstancia, sino que saben buscar ayuda como una alternativa para mejorar, o
en el mejor de los casos alcanzar sus objetivos propuestos. Esto no desacredita
nuestro esfuerzo personal, sino que nos hace más sinceros en nuestras
iniciativas.
El optimista refuerza y alimenta su perseverancia. Es una
persona que se detiene a pensar en todas las posibilidades, luego las piensa y
toma la que considera pertinente para esa ocasión. Esto evita que nos engañemos
ante una falsa realidad que nos asegura una vida más fácil y placentera.
En todas las instancias de nuestra vida deben
ser optimistas. Por ejemplo, ante las demás personas podemos lograr una mejor
relación, ya que nos predispondremos ante ellos de una manera positiva.
Reconoceremos en el momento adecuado el aliento que el otro necesite, la
motivación o solamente la presencia que el necesite.
Cada persona tiene algo bueno, cualidades y aptitudes y por ende defectos. En estos últimos podemos ayudarlos a superarlos o hacerles ver en que se equivocan. El optimismo, es el valor justo que nos ayuda a reconocerlos. Por eso dejemos ayudar, no nos encerremos en nosotros mismos después de los fracasos.
Entonces nos preguntamos, ¿Cómo hacemos para alcanzar esa actitud
optimista? Y la respuesta es simple: “solamente hace falta disposición
entusiasta y positiva”.
Por ello, siempre analiza las situaciones desde esta perspectiva y veras que las cosas pueden llegar a solucionarse más rápido de lo que esperabas.
Hugo W Arostegui
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