“Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor
eterna”. Oscar Wilde
Cuando hablamos del amor no
estamos hablando de ser narcisistas.
Tampoco hablamos del uso constante del “yo, yo, yo” ni de vivir pensando
únicamente en nuestros intereses propios.
Cuando nos referimos al amor tampoco estamos haciendo
hincapié en luchar contra el mundo para poder expresarnos o conseguir aquello
que queremos.
El amor propio y la autoestima son elementos imprescindibles para que
cualquiera de nosotros llevemos una vida satisfactoria y plena. Muchos de
nosotros no hemos sabido querernos de forma sincera, lo cual nos lleva a no
conocernos del todo, ya que perdemos el interés por nosotros mismos.
Pero, cuando aprendemos a amarnos iniciamos el camino del autoconocimiento, la aceptación
y el trabajo que nos permite sentirnos seguros con aquello que nos hace
sentirnos completos. Te permites romper con aquello que te limita y
no te permite vivir libre.
“Cuando nos damos cuenta de lo especiales que somos
simplemente por ser nosotros, terminamos por admirarnos”
Entonces es cuando te amas a ti mismo con todo tú ser y
sientes que:
– Dejas ir la culpa, vergüenza y la ira.
Tus mejores amigos se convierten en el entendimiento, la creación y el poder en
nuestras vidas.
– Sientes, escuchas y crees en tu poder. No importa lo que
los demás piensan o dicen de ti; lo que importa es cómo nos sentimos acerca de
nosotros mismos.
– Te sientes en paz. Te aceptas a
ti mismo, con tus propias fortalezas y debilidades de forma
incondicional.
– Te haces responsable de tu vida, sintiendo que tú mismo eres la fuente de la
felicidad que deseas y sientes. Entonces es cuando descubres que
eres el origen para cambiar cualquier cosa que desees, tu futuro, relaciones,
valores personales. Cualquier situación que necesites.
– Te sientes uno con el mundo, y no tienes miedo a la soledad.
Comienzas a proteger, cuidar y valorar la vida y la naturaleza que te rodea y
forma parte de ti.
– Cuanto más te miras con amor, más practicas el amor y la aceptación hacia los demás.
Te permites dejar ir pensamientos que niegan y crean barreras en tu propia
realidad, convirtiéndote en un apasionado de lo que en realidad es.
– Aceptas los errores y fracasos, haciendo
participe a la vulnerabilidad en tu vida. Empiezas a ser humano.
– Te sientes suficiente y no tienes la necesidad de compararte o superar
a los demás. No necesitas la aprobación material de nadie.
– El miedo ya no es tu verdugo. El saber que el amor es el
poder más fuerte de todos hace que no temas a nada. Elegir el amor
sobre el miedo permite que seas un alma y ser libre.
– Amarte a ti mismo significa ser consciente de aquellos
pensamientos que te están generando algo negativo, y cómo reaccionamos cuando
los pensamos o sentimos. Nos preguntamos su “para que” y decidimos sentirnos bien y darles un
giro para ello.
– Te sientes seguro. Amarte a ti mismo significa saber que
siempre vas a estar ahí para ti. Nunca te abandonarás.
– Brillamos de forma natural sin un trabajo o lucha para ello.
“Ámate a ti mismo primero y
todo lo demás vendrá a continuación. Realmente tienes que amarte a ti mismo,
para conseguir hacer algo en este mundo.” Lucille Ball
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