“Los “ninis” de
América Latina: ni estudian ni trabajan ni son comprendidos”
La imagen popular de la juventud de América Latina que no
estudia ni trabaja no es positiva. Por un lado, el término usado para
etiquetarlos –“ninis”– los define en negativo. Proviene de la frase en
español “ni estudian ni trabajan”.
Luego está la forma en que se les representa. En el mejor de los casos, los ninis son caricaturizados como vagos que pasan su tiempo jugando videojuegos o sentados frente al televisor y bebiendo, en vez de ir a la escuela o desempeñando una actividad productiva.
Luego está la forma en que se les representa. En el mejor de los casos, los ninis son caricaturizados como vagos que pasan su tiempo jugando videojuegos o sentados frente al televisor y bebiendo, en vez de ir a la escuela o desempeñando una actividad productiva.
En el peor de los casos, en entornos
violentos, los ninis son vinculados con la mano
de obra del crimen organizado. Como resultado, cuando no son
caricaturizados, estos jóvenes son temidos. Un análisis reciente de Factiva de
los términos más relacionados con los “ninis” en los medios de comunicación
mexicanos mostró que entre los 10 principales se encuentran “violencia”,
“flojo”, “drogas” e “inseguridad”.
A pesar del rápido crecimiento y desarrollo que ha experimentado la región en los últimos años, el fenómeno de los ninis ha recibido más atención de los medios de comunicación. ¿Esto es así porque el problema está aumentando realmente, o es solo porque ahora tenemos una etiqueta para aplicar a estos jóvenes?
A pesar del rápido crecimiento y desarrollo que ha experimentado la región en los últimos años, el fenómeno de los ninis ha recibido más atención de los medios de comunicación. ¿Esto es así porque el problema está aumentando realmente, o es solo porque ahora tenemos una etiqueta para aplicar a estos jóvenes?
El avance no ha sido suficiente: uno de cada cinco
jóvenes de entre 15 y 24 años en América Latina no estudia ni trabaja. Aunque
la proporción de jóvenes ninis ha disminuido gradualmente desde 1992, no ha
descendido lo suficientemente rápido como para compensar el crecimiento de la
población joven en la región.
Como resultado, el número de ninis se incrementó
en casi 2 millones, llegando a 20 millones.
La mayoría de los ninis en la región son mujeres: el
perfil típico del nini no es el varón vago o delincuente representado
en los medios de comunicación.
En cambio, se trata de mujeres que viven en
ciudades y que no han terminado la educación secundaria.
Las mujeres
representan dos tercios de la población nini de la región. Los factores de
riesgo más importantes asociados a la condición de nini son el matrimonio
precoz y el embarazo durante la adolescencia, o ambos.
El problema afecta cada vez más a los hombres: el
número de ninis hombres está aumentando.
De hecho, el incremento de ninis en la
región está explicado en su totalidad por el aumento en hombres ninis. Durante
las dos décadas en que las mujeres consiguieron un mayor acceso a la educación
y el empleo, el número de ninis hombres registró un incremento substancial del
46 % (casi 2 millones de jóvenes en esta condición).
Este aumento explica,
en parte, la representación de los ninis dominada por varones en los
medios de comunicación
.
La mayoría de los ninis hombres abandona la escuela
secundaria no para jugar videojuegos o ver la televisión sino para ganar
dinero: sin embargo, como los puestos de trabajo de baja calificación que
obtienen estos jóvenes por lo general son inestables, cualquier crisis
económica los deja sin empleo y prácticamente ninguno de ellos regresa al sistema
educativo.
¿Caen los ninis finalmente en el camino de la delincuencia y
la violencia? Dada esta dinámica, no es de extrañar que, en contextos de
alta delincuencia y violencia, haya un fuerte vínculo entre el número de ninis
y la tasa de homicidios.
En los estados de alta criminalidad de México, durante el
violento periodo comprendido entre 2007 y 2012, el aumento de ninis explica
estadísticamente al menos una cuarta parte del incremento de los homicidios
.
En algunas partes de la región, los ninis hombres se
encuentran atrapados en un círculo vicioso. Son atraídos hacia el violento
comercio ilícito de las drogas por la falta de oportunidades de trabajo y
contribuyen a agravar las condiciones inestables que disuaden a las empresas de
invertir y crear nuevas oportunidades.
Por el contrario, en contextos de menor criminalidad, no existe
un vínculo estadístico entre los ninis y la delincuencia.
Los ninis son un problema mundial: el problema no es exclusivo de América
Latina. Nuestra investigación muestra que hay 260 millones de ninis en todo el
mundo, con porcentajes especialmente altos en las regiones de Oriente Medio y
el Norte de África y Asia meridional.
De hecho, el
aumento del número de ninis en América Latina y el Caribe es ligeramente
inferior al promedio mundial, aunque mucho mayor que en los países de ingreso
alto.
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